Capítulo 6: Conversación con Daniel
Las puertas del ascensor se abrieron en el piso 14, Shelley salió y caminó por el pasillo alfombrado hasta que estuvo frente a una puerta de madera que llevaba una placa colgada con la letra "C", inconscientemente palmeó los bolsillos de su jean en busca de su juego de llaves pero no lo encontró, se asustó.
-Mierda ¿dónde dejé las llaves?-Murmuró en voz baja haciendo memoria.
Se abofeteó mentalmente al recordar que las había guardado en el bolso negro con tachas y brillos y ese bolso había quedado en el bar, Shelley suspiró abatida, luego se revolvió sus castaños mechones de cabello con una mano.
-Ya que... el lunes lo recuperaré en el trabajo, le diré a Daniel que le diga a Cody que me lo guarde.
Era viernes, Shelley y Daniel trabajaban en el bar "Fast Food" todas las tardes de lunes a viernes, por lo tanto debería esperar hasta el lunes para recuperar su bolso.
Shelley sabía que Daniel estaba en el departamento ya que había visto la luz de la cocina encendida cuando llegaron con Tyler al edificio, así que golpeó la puerta repetidas veces para que el rubio escuchara.
-¿Qu... quién... es?-Se oyó del otro lado una voz quebrada.
Shelley se alteró ¿qué le había pasado a Daniel? ¿por qué lloraba? porque conocía a su mejor amigo desde los 5 años y se daba cuenta que estaba llorando.
La primera vez que se vieron fue en jardín de infantes, Daniel había defendido a Shelley de un niño que le había robado el juguete que había elegido para jugar, desde ese momento se hicieron inseparables, aparte descubrieron que vivían en el mismo barrio a dos cuadras de distancia por lo que prácticamente crecieron juntos.
-¡¿Daniel?! ¡¿estás bien?!-Preguntó Shelley con tono urgente.
La castaña escuchó el arrastrar violento de una silla y luego pasos acelerados que se acercaban.
-¡Shelley!-Gritó Daniel abriendo la puerta de par en par.
El rubio estaba hecho un desastre, tenía los ojos rojos, lágrimas bañaban sus mejillas, su pelo estaba revuelto y en sus manos llevaba un gigantesco bote de helado de frutilla.
Shelley iba a preguntar que mierda le había pasado pero antes de que pudiera emitir una palabra, Daniel arrojó el bote lejos, sin importarle si ensuciaba el piso o no, y se abalanzó sobre ella envolviéndola en un abrazo torpe que provocó que Shelley se tambaleara hacia atrás, perdiera el equilibrio y estuviera a punto de caer.
-¡Daniel!-Se quejó una vez que consiguió recuperar estabilidad.-¡Casi nos caemos!
Daniel rompió a llorar desconsoladamente, el repentino enojo de Shelley se esfumó y fue reemplazado por preocupación, le dio unas palmaditas al rubio en la espalda para intentar tranquilizarlo.
-Hey ¿qué tienes?-Preguntó en tono calmado, Daniel la abrazó aún más fuerte, Shelley trató de apartarlo ya que le estaba quitando el aire.-Daniel... me estás asfixiando.
Finalmente Daniel pareció entrar en razón, soltó a Shelley y se secó las lágrimas de los ojos, la castaña estaba verdaderamente confundida, no entendía por qué Daniel se comportaba de esa manera, se suponía que estaba enfadado con ella y no le hablaba.
-¿Por qué me abrazaste de esa manera? ¿y por qué estás llorando?-Fueron las primeras preguntas de Shelley.
Daniel no las respondió, en su lugar esbozó una sonrisa de alivio.
-¡Shelley! ¡que bueno que eres tú! ¡me alegro tanto, tanto pero tanto de verte! ¡no sabes lo preocupado que estaba!
Shelley arqueó una ceja, si antes estaba confundida ahora estaba totalmente perdida.
-No entiendo nada Daniel ¿por qué estabas preocupado?-Preguntó poniendo las manos en su cintura.
Daniel la fulminó con sus ojos azules.
-¡Pues porque desapareciste tonta!-La regañó.-¡Estabas en el bar y al segundo siguiente no estabas! ¡fue un maldito segundo en el que te perdí de vista por contar la maldita plata y ya no te volví a ver! ¡te busqué por todos lados! ¡luego vine aquí y te esperé durante horas pero no aparecías! ¡me imaginé lo peor Shelley! ¡no sabes lo que sufrí!
Shelley sintió como si le tiraran un balde de agua helada encima, estaba en shock ¿tan tarde era? ¿tanto se había demorado hablando con Tyler? carraspeó y preguntó con timidez.
-¿Qué... qué hora es?
-¡La 1 de la mañana desconsiderada!
Shelley se sobresaltó, no podía creerlo.
-¡Mierda! no me di cuenta que era tan tarde ¿de verdad es la 1?-Preguntó mirando a su amigo con los ojos bien abiertos.
Daniel la miró mal.
-¿Me estás tomando el pelo?-Preguntó, Shelley iba a responder pero el rubio no la dejó hablar.-¡Claro que es la 1!
Antes de que Shelley pudiera decir algo para defenderse, Daniel le agarró la muñeca y la arrastró dentro del departamento, la castaña trastabilló pero consiguió mantener el equilibrio por lo que no cayó, Daniel estaba caminando demasiado rápido para su gusto, su amigo cerró la puerta con llave y la llevó hacia la sala, hizo que se sentara en un sillón y se puso de pie de brazos cruzados delante de ella esperando explicaciones.
-Explícame ahora mismo que pasó Hennig, no puedes llegar a estas horas al departamento sin avisar antes.
Shelley hizo una mueca, ahora que Daniel sabía que estaba bien su preocupación se había convertido en furia y la estaba tratando como la mierda, como si no tuviera suficiente ya con lo mal que la trató horas atrás.
-Es una larga historia...-Empezó a decir Shelley.
-Me importa una mierda.-Contestó Daniel molesto.-Quiero saberla entera, tenemos toda la noche.
Shelley suspiró, no sabía por donde empezar, habían pasado tantas cosas.
-Okay.-Dijo y esperó unos segundos, estaba tratando de ordenar sus pensamientos, la mirada impaciente de Daniel le estaba empezando a fastidiar, Shelley frunció el ceño.-Sólo dame un segundo, tengo que pensar como empezar.
-Podrías empezar desde el principio.-Sugirió Daniel con tono obvio y rodó los ojos.
Shelley lo miró mal, luego fijó su vista en el bote de helado que había caído al suelo y se estaba derritiendo, dejando un charco que iba creciendo, suspiró y volvió a mirar a su amigo.
-Es complicado Daniel, pasaron muchas cosas.
-Ya veo... pues haz el maldito esfuerzo Hennig.-Ordenó Daniel enojado.
Shelley se cruzó de brazos, estaba empezando a enojarse también.
-Deja de llamarme por mi apellido imbécil.-Gruñó y le mostró el dedo medio, Daniel la miró asombrado.-Ya me hartaste Sharman, me cansé de que me trates como mierda, tengo sentimientos ¿sabes? y los estás pisoteando desde hace horas.
Daniel sintió un pinchazo en el pecho, le dolió muchísimo escuchar a Shelley llamarlo Sharman, le afectó también todo lo que le dijo, se dio cuenta que su amiga tenía razón, la había estado tratando demasiado mal, Shelley no lo merecía. Daniel estaba arrepentido, se secó las lágrimas de los ojos y miró apenado a la castaña.
-Perdóname Shelley... ahora que me pongo a pensarlo... lo que pasó en la tarde no fue para tanto...
Shelley lo cortó con una risa sarcástica.
-¿Recién ahora te pones a pensarlo?-Preguntó dolida pero lo disimuló con una falsa sonrisa, Daniel quiso hablar pero no lo dejó.-Tuviste toda la puta tarde para pensarlo, vete a la mierda, ya no quiero tu perdón.-Dijo en tono gélido y le volvió a mostrar el dedo medio.
Shelley hizo el amague de levantarse del sillón pero Daniel puso ambas manos delante de ella para evitarlo.
-¡Espera!-Pidió desesperado, Shelley gruñó y se mantuvo en su lugar, el rubio bajó las manos y las metió en los bolsillos de su jean.-Lo siento, tienes razón, el punto es que debí perdonarte mucho antes pero no lo hice, luego desapareciste y yo... yo me preocupé mucho.-Confesó al borde de las lágrimas.-Y cuando volviste a aparecer me enojé de nuevo porque me habías hecho preocupar... en fin... estoy desvariando ¿te parece si...? ¿te parece si dejamos lo que pasó atrás y hacemos las paces?-Daniel se quitó una nueva lágrima que se había deslizado por su mejilla.
Shelley lo miró con la boca ligeramente abierta, en estado de shock ¿debía perdonarlo? ahora ella era la ofendida, Daniel se había pasado, la había hecho sufrir, enojarse, desesperarse, sentirse sola, sin su mejor amigo. Daniel se empezó a poner nervioso porque Shelley estaba dudando.
-Shelley...
La castaña lo miró con duda y tristeza reflejada en su rostro, finalmente luego de unos largos segundos se encogió de hombros.
-No lo sé Daniel...-Murmuró jugando con sus dedos.-Realmente te pasaste, estoy dolida.
-Por favor Shelley.-Rogó Daniel desesperado, estaba empezando a comprender lo que sintió su mejor amiga horas atrás, cuando él no quiso perdonarla y no era nada agradable, sintió aún más pena por Shelley.-Pasemos página ¿cómo es que llegamos a esta situación? somos mejores amigos desde los 5 años, es ridículo que estemos peleados ¿hacemos las paces?
Esas palabras hicieron que Shelley recapacitara, esbozó una gran sonrisa que marcaba los hoyuelos de sus mejillas y asintió.
-Si, joder si, te extrañé mucho.-Dijo palmeando el lugar a su lado en el sillón para que su mejor amigo se sentara junto a ella.
Daniel sonrió como un niño pequeño, se lanzó de un salto al sillón y miró feliz a su mejor amiga.
-Yo también te extrañé Shells.
Shelley sonrió aún más y lo abrazó, Daniel le correspondió el abrazo, permanecieron así unos momentos hasta que deshicieron el abrazo.
-Ahora que somos mejores amigos de nuevo...-Empezó a decir Daniel provocando que Shelley riera.-¿Podrías contarme que pasó Shelley?
La castaña asintió.
-¿Te acuerdas del chico que causó alboroto en el bar más temprano?
-¿El de camiseta blanca estampada?-Preguntó Daniel con expresión de concentración, tratando de hacer memoria.
-¡Ése!-Confirmó Shelley.
-¿Qué pasa con él?
-Pues... él entró al bar cuando estábamos por cerrar, yo no me di cuenta hasta que se apareció delante de mi y en un milisegundo me atrapó y me cargó sobre su hombro.-Empezó contando Shelley avergonzada, Daniel estalló en carcajadas provocando que su amiga lo mirara mal y le pegara una bofetada en el brazo.-¡Hey! no es gracioso.
Daniel no podía parar de reír.
-Me estás... me estás jodiendo, me cuesta imaginarme... a ese enano cargándote, que papelón.-Logró decir entre risas.
Shelley se sonrojó rápidamente, Daniel lo notó y rió más todavía, la castaña rechinó los dientes furiosa.
-¿Enano?-Inquirió con una ceja arqueada, Daniel la miró al tiempo que se secaba una lágrima con el dorso de la manga de su suéter.-Cualquiera, nada que ver, es alto, me lleva media cabeza.
-Pff, si como no, sigue siendo enano, admítelo.-Dijo Daniel divertido.
Shelley frunció el ceño.
-No lo admitiré nada porque no es cierto, es alto.-Se encogió de hombros y añadió.-A mi me parece alto.
Daniel arqueó una rubia ceja.
-¿Bromeas?
Shelley negó con la cabeza.
-No, objetivamente es alto, lo que pasa es que cualquiera al lado tuyo parece enano, eres un maldito gigante Daniel.-Se burló con una mirada pícara.
-Auch.-Musitó Daniel llevándose una mano al pecho, fingiendo estar ofendido.-Pero si, puede que tengas razón.-Reconoció desacomodándose el pelo.
-La tengo.-Aseguró Shelley con suficiencia.
Daniel rodó los ojos.
-Bueno... no nos desviemos del tema, cuéntame.-Pidió con una mirada pícara, se sentía curioso.
Shelley iba a empezar a hablar pero Daniel rió a carcajadas nuevamente, la castaña lo miró confundida.
-¿Y ahora qué te da gracia?
-Se me vino a la mente una imagen muy graciosa, la de ese chico cargándote y sacándote del bar, joder, me hubiera gustado verlo, lástima que me lo perdí.-Dijo Daniel mientras se sujetaba el abdomen que le dolía por la risa.
Shelley se enfureció.
-Ya basta, no es tan gracioso imbécil.
-Si que lo es, y no sólo eso... es... ¡es un papelón!-Comentó el rubio y volvió a reír.
-No es un papelón y ya deja de gastarme.-Dijo Shelley empezando a fastidiarse.
Daniel seguía riendo, Shelley agarró un almohadón del sillón y se lo aventó en la cara al ojiazul, despeinando su rubio pelo y logrando que finalmente parara de reír.
-Agresiva.-Se quejó Daniel con una mueca, mirándola ofendido.
-Tú te lo buscaste.-Se defendió Shelley y esbozó una sonrisa maliciosa.
De repente recordó que Tyler le había dicho algo parecido en la plaza, antes de empezar a hacerle cosquillas, su rostro se puso extremadamente rojo al recordar ese momento, al recordar la sensación de los dedos de Tyler recorriendo su torso, proporcionándole cosquillas, al recordar la sonrisa con la que el pelinegro la miraba cuando le estaba haciendo cosquillas porque ella se negaba a hablar, el perfecto rostro de Tyler se visualizó en su mente, Daniel miró a Shelley con una ceja arqueada.
-¿Puedo saber en qué estás pensando para tener las mejillas así de rojas?-Preguntó con curiosidad y un deje de diversión en la voz.
Shelley pegó un salto en el sillón.
-Nada.-Dijo rápidamente y se desacomodó su castaño pelo con una mano.-Y volviendo a lo otro... a mi no me parece un papelón.-Mintió en un pobre intento por defenderse y se cruzó de brazos, repentinamente molesta.
-El papelón es que no pudiste hacer nada para evitarlo.-Aclaró Daniel con crueldad.
A Shelley no le gustaba reconocerlo pero su amigo tenía razón, Daniel agarró el almohadón que le había arrojado la castaña, se lo colocó detrás de la cabeza y se sentó en una posición más cómoda.
-Ese chico te cargó y te llevó como si nada ¿y quién tiene la culpa? pues tú, te dije repetidas veces que me acompañes al gimnasio pero nunca quieres, ahora no te quejes.-Dijo encogiéndose de hombros.-Si fueras un poquito más fuerte quizás podrías haberlo evitado pero ya ves.
Shelley lo fulminó con sus mieles ojos.
-Cállate Daniel.
-En fin...-Murmuró Daniel secándose con sus puños rastros de lágrimas que le habían quedado en las mejillas por tanto reírse.-¿A dónde te llevo?-Preguntó mirando a Shelley nuevamente y colocando las manos detrás de su cabeza.
Shelley se sonrojó al recordar lo sucedido, ese acto no pasó desapercibido para Daniel, el rubio miró a su mejor amiga con curiosidad, era la segunda vez que se sonrojaba, la castaña carraspeó tratando de recuperar la compostura.
-A esa plaza que queda cerca del bar.-Confesó tragando saliva y fijó su mirada en el suelo.
Daniel la miraba asombrado, Shelley se estaba comportando muy extraño, el rubio sintió la urgencia de averiguar con lujo de detalles quién era ese misterioso chico que se había llevado a su mejor amiga horas atrás y de qué habían hablado.
-¿De qué hablaron?-Preguntó mirando intrigado a Shelley, expectante por su respuesta.
La castaña se sonrojó violentamente, se revolvió el pelo con una mano.
-Hum... de muchas cosas.
Daniel frunció el ceño.
-Ésa no es una respuesta Shelley.-Aclaró, la ojimiel lo miró con súplica, su amigo hizo una mueca.-No me pongas esa cara... tienes que contarme, soy tu mejor amigo, te apoyaré.-Shelley asintió derrotada, Daniel le apoyó una mano en el brazo en señal de aliento.-¿Por qué te estás comportando así?-Preguntó retirando la mano.
Shelley abrió grandes los ojos, repentinamente aterrada.
-¿Cómo me estoy comportando?
Daniel esbozó una sonrisa pícara.
-Como si ese chico hubiera causado algo en ti.-Contestó, vio como Shelley tragaba saliva.-Te sonrojas demasiado, estás demasiado tímida y nerviosa...
Shelley lo cortó.
-No es cierto, nada que ver.-Negó infantilmente cruzándose de brazos.-Sólo lo considero atractivo, nada más, no despertó ningún sentimiento en mi, Tyler es mi amigo.
Daniel se atragantó con su propia saliva, empezó a toser, por su parte Shelley quiso que la tragara la tierra, había hablado de más.
-¿Qué dijiste?-Preguntó Daniel cuando se hubo recuperado, necesitaba escucharlo de nuevo.
Shelley se puso más nerviosa de lo que ya estaba.
-¿Qu... qué?
-Repite eso.-Exigió Daniel seriamente.
-¿Qué mierda quieres que repita?-Preguntó Shelley con un tono de molestia en la voz.
Finalmente Daniel se rindió y decidió repetir él mismo las palabras de la castaña.
-¡No puedo creerlo! ¡Shelley Hennig reconoció que alguien es atractivo! ¡se viene el fin del mundo! ¡el apocalipsis!
-¡Cállate estúpido!-Gritó una enojada Shelley.-No es para tanto dramático.
Daniel hizo aspavientos con su mano, sentía que le faltaba el aire.
-Viniendo de ti lo es.-Comentó con tono pícaro cruzándose de brazos.
Shelley se cubrió el rostro con las manos unos segundos, luego volvió a mirar a su mejor amigo.
-No sé por qué carajos te cuento, debí suponer que te pondrías pesado.
Daniel la miró con una gran sonrisa.
-Pues te jodes, ahora que lanzaste semejante bomba no te puedes callar, me tienes que terminar de contar.-Exigió, Shelley iba a hablar pero el rubio no la dejó.-Después hablamos de la apariencia física de Tyler.-Shelley se sonrojó al escuchar eso, Daniel soltó una risita de maldad.-¿Dijiste que es tu amigo?-Preguntó desconcertado.
Le hubiese gustado que Tyler fuera más que un amigo para Shelley, que lograra cambiar su forma de pensar, que le enseñara que era mejor estar en una relación que soltera.
-Si.-Contestó Shelley encogiéndose de hombros.-¿Cuál es el problema?
Daniel la miró con un puchero.
-Yo quiero que sean algo más.-Se quejó cruzándose de brazos como niño pequeño.
Shelley abrió los ojos como platos.
-¡¿Qué?! ¡¿tú también?! ¡no me jodas Daniel!-Gritó, el rubio quiso decir algo pero Shelley no se lo permitió.-Ya tuve suficiente con Tyler.-Culminó en un murmullo.
Shelley se abofeteó mentalmente, había vuelto a hablar de más, esperaba que Daniel no hubiera escuchado sus últimas palabras, el problema era que el rubio si la había oído, Daniel abrió grandes los ojos, se levantó de un salto del sillón y señaló a Shelley.
-¡¿Qué carajos acabas de decir?!-Gritó alarmado, Shelley palideció, ella y su maldita manía de hablar de más.-¡¿Cómo que ya tuviste suficiente con Tyler?! ¡¿qué te dijo?! ¡¿se te insinuó?!
-Pues...
-¡Habla Shelley!-Exigió su mejor amigo con urgencia apoyando las manos en su cintura y mirándola con impaciencia.
Shelley no aguantó más y finalmente estalló.
-¡Si! ¡se me insinuó!-Gritó, Daniel no lo podía creer, miraba a su mejor amiga asombrado.-¡Me dijo que había pensado que podía ser su alma gemela cuando me vio en el bar! ¡por eso trató de arrancarme la pulsera y verme el tatuaje! ¡por eso se armó el alboroto! ¡porque no se lo permití! ¡no le muestro a nadie mi tatuaje! ¡sólo a ti Daniel!
-¡¿Qué?!-Gritó Daniel en estado de shock.-¡¿Qué mierda...?! ¡¿él trató de hacer eso?!
El rubio recordó la escena que se había armado más temprano, desde su lugar en la barra había podido ver como Tyler le sujetaba la muñeca a Shelley pero nunca se imaginó que estaba tratando de quitarle la pulsera para ver su tatuaje, tampoco pudo escuchar lo que hablaban, la mesa que Shelley había estado atendiendo se encontraba en el otro extremo del bar.
-Necesito un vaso de agua.-Concluyó Daniel aún en estado de shock mientras se alborotaba el pelo.
-Tráeme uno.-Pidió Shelley.-Se me secó la garganta de tanto gritar.
-Búscatelo tú.-Respondió Daniel con maldad y se dirigió a la cocina.
Shelley rechinó los dientes enojada, se puso de pie y lo siguió, cuando entró se apoyó en la encimera de brazos cruzados esperando que su amigo se sirviera primero. Daniel agarró un vaso de vidrio, lo colocó debajo del caño y abrió el grifo de agua, cuando estuvo lleno se lo bebió rápidamente, Shelley hizo lo mismo.
-Bien...-Empezó a decir Daniel mirando a su amiga con seriedad y depositando el vaso vacío en el mármol.-¿Tyler es o no tu alma gemela?-Preguntó, Shelley miró el suelo mientras jugaba con el vaso vacío entre sus manos, se negaba a responder.-Shelley...-Presionó Daniel con tono molesto, claramente impaciente por saber la respuesta.
Shelley suspiró, dejó el vaso en el mármol al lado del que había usado Daniel y lo miró.
-En realidad no lo sé, espero que no.-Confesó nerviosa mientras se tocaba la pulsera de tela que cubría su tatuaje en forma de huella con la mano derecha.
Daniel la miró con incredulidad.
-¿Cómo que no lo sabes? ¿no lo comprobaste?
Shelley apoyó las manos en su cintura y rodó los ojos.
-¿Para qué comprobarlo si no me interesa saberlo?
-Pero...
-Escucha Daniel, te contaré todo desde el principio y resumido, confórmate con eso porque no te diré más nada ¿okay?-Dijo Shelley empezando a perder la paciencia.
-Okay.
-Tyler, al igual que tú y el resto del mundo, quiere encontrar a su alma gemela, cuando me vio en el bar me encontró muy atractiva por lo que quiso comprobar si yo era su destinada, trató de quitarme la pulsera para ver mi tatuaje pero no lo dejé, en ese momento me dio a entender que volvería y realmente lo hizo, horas después volvió a aparecer y prácticamente me secuestró, cuando estuvimos en la plaza hablamos de muchas cosas, él aún quería ver mi tatuaje pero no se lo permití, yo tampoco vi el suyo porque él llevaba una pulsera cubriéndolo.-Shelley notó que Daniel quería preguntar algo.-No me preguntes por qué porque no lo sé, no se lo pregunté porque no me interesaba saberlo, en fin... le aclaré que no soy su alma gemela y que quiero ser soltera así que le pedí que me dejara tranquila, finalmente quedamos como amigos, se ofreció a acompañarme hasta el departamento, en el camino seguimos hablando sobre nuestras vidas, cuando llegamos a la entrada del edificio nos despedimos y listo.-Concluyó Shelley su monólogo.
Daniel la miraba con ojos curiosos.
-Ajá y... ¿por qué estás tan roja? ¿no se supone que quedaron como amigos? los amigos no se sonrojan así al hablar de sus amigos.
-¿Qué?-Balbuceó Shelley abriendo grandes los ojos y tocándose las mejillas, mierda, las tenía calientes.
-Quiero más detalles Shelley.-Exigió Daniel con una sonrisa divertida.-¿Qué pasó? ¿te abrazó? ¿te besó?
-¡No!-Gritó Shelley alarmada.-Bueno... si me abrazó.-Reconoció, Daniel la miró shockeado.-¡Pero nada más! ¡no pasó nada! ¡en serio! ¡lo prometo! además... ¿besar?-Preguntó indignada.-¡¿Cómo se te ocurre pensar algo así estúpido?! ¡no soy tan fácil!
Daniel estalló en carcajadas.
-Okay, no te enojes.-Pidió en tono apaciguador, Shelley lo miró con odio, el rubio esbozó una sonrisa nerviosa.-Te creo.-Su amiga suspiró aliviada.-Pero... ¿sabes que no creo?-Shelley lo miró expectante.-No creo que él quiera ser tu amigo Shelley.
La castaña palideció, luego soltó una risita nerviosa.
-Que buena broma Daniel.
El rubio la miraba serio, Shelley tragó saliva.
-No es broma.-Aclaró Daniel con tono obvio.
Shelley se cruzó de brazos y empezó a dar vueltas en círculos por la sala, su expresión era de concentración, finalmente se detuvo y encaró a Daniel.
-¿Y tú qué sabés si no lo conoces?
El rubio se encogió de hombros.
-Sé demasiado sobre estos temas, me doy cuenta, tengo un sexto sentido.
Eso pareció preocupar a Shelley.
-Pues más le vale que sólo quiera ser mi amigo, de lo contrario no permitiré que se acerque a mi.-Dijo a la defensiva.
-Si claro.-Se burló Daniel riendo maliciosamente.-Apuesto a que no te animarías a decirle eso.-Shelley soltó una carcajada, su amigo la miró impresionado.-No puede ser... ¿se lo dijiste?-Necesitaba escucharlo para creerlo, la castaña asintió con una gran sonrisa que marcaba los hoyuelos de sus mejillas.-¿Qué te dijo?
-Que no me preocupara, que no intentaría nada conmigo, que seremos amigos.
Daniel miraba a Shelley con una ceja arqueada, no creía nada de lo que Tyler le había dicho a su mejor amiga, para empezar... ¿por qué querría ser su amigo en primer lugar? si sólo había permanecido unas horas con Shelley y en ese lapso de tiempo habían discutido bastante, evidentemente el chico tenía otras intenciones pero Daniel no diría nada al respecto ya que lo aprobaba, quería que Shelley y Tyler iniciaran una relación.
-Bueno... capaz que estoy equivocado entonces.-Mintió Daniel sonriendo.
Shelley suspiró, sintiéndose notoriamente aliviada.
-Claro que estás equivocado, sólo somos amigos.-Aseguró con una sonrisa de tranquilidad.
Daniel rió internamente mientras pensaba "que ingenua eres Shelley, espero que Tyler te enamore, a partir de hoy haré lo imposible para juntarlos, ojalá no me odies".
-Bueno, ahora que ya te conté todo ve a limpiar el charco de helado del piso.-Ordenó Shelley señalando el lugar del desastre.
Daniel miró hacía allí e hizo una mueca.
-Pero no quiero, está muy sucio.-Dijo con una ceja arqueada.
Shelley rió con maldad.
-Pues te jodes, lo hubieras pensado antes de arrojar el bote, yo me iré a descansar, fue un día largo.-Bostezó y se despidió con la mano.
Cuando Shelley salió de la cocina, Daniel pensó "por supuesto que fue un día largo Shelley, encontraste a tu alma gemela, por lo que me contaste estoy seguro que Tyler es tu destinado, dudo que el chico haya pensado que eres su alma gemela sólo porque eres atractiva, evidentemente sintió una conexión, eres tan ingenua que le creíste eso y la estupidez de que quiere ser tu amigo, sólo espero que no te hagas la difícil y te dejes amar o te regañaré por estúpida".
Daniel esbozó una sonrisa maliciosa y se fue al lavadero a buscar un balde con agua y un trapeador para limpiar "prepárate Shells, de ésta no escapas, el destino te va a enseñar una lección, te enamorarás cuando nunca quisiste hacerlo y lo mejor es que te gustará".
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