Capítulo 2: La invocación

Me encontraba caminando hacia la casa de los hermanos Sanadesio para invocar a una leyenda urbana inexistente. Zalgo es una historia de terror que ronda por internet tratando de asustar a los mayores usuarios disponibles, como Jeff The Killer, Ticci Toby, Ben Drowned... etcétera.

Supongo que no es de extrañar que quieran conocerlos y saber más de éstos. Yo soy la primera a la que le encantan. Además, pensándolo bien, si Zalgo no existe como creo, no debería pasar nada, tan solo es una Creepypasta, un cuento de terror como El Coco.

Estaba parada en frente de la puerta de Brian y Fu. La miraba fijamente sintiendo algo en el pecho: inseguridad, un mal presentimiento. Un, dos, tres; toqué la puerta tres veces y enseguida me abrió Lana con una sonrisa.

—¡Tenny, menos mal que has llegado! Te estábamos esperando —exclamó y entré en cuanto me dejó pasar.

La casa era bastante grande: piscina, jardín, numerosas habitaciones y paredes claras y rectas que la hacían ver más amplia. ¿Quién habría dicho que los hijos de padres empresarios se centrasen más en lo paranormal que en la droga, como hacen sus vecinos? Me reí en bajo al pensarlo mientras llegaba al salón principal donde se encontraban los demás, estaban contando los materiales.

Estábamos todos reunidos en el salón de mi gran hogar. Ah, será un rato divertido, no pasará nada, todos nos llevaremos un susto mientras nos emparanoiamos y luego veremos algún programa malo en la televisión. Hay que ver a veces las ideas que se le ocurren a Lana... Pero no voy a mentir, ¡esto tiene toda la pinta de ser alucinante!

—Bien, cada uno debe ponerse una cinta blanca en el cuello cuando lleguemos al escondite, luego colocamos la foto en la pared y no debemos abrir los ojos en ningún momento, si lo hacemos dice que nos poseerá —vaya, Brian se lo estaba tomando muy en serio. Lo que sea por su querida Lana, supongo—. Para terminarlo tenemos que pedirle que se vaya, quemar la foto y encender las luces, ¿alguna pregunta? —explicó mi hermano Brian mirando a los demás tomando las cintas blancas.

—¿Dónde nos esconderemos? —preguntó Locke.

—En nuestro cuarto, dentro del vestidor, ahí cabemos todos. Hemos quitado la ropa por si acaso, para no provocar un incendio —aclaré— Josh, ¿tienes la foto que te pedí? —También me parecía alucinante que Josh decidiera ser el de la foto, con el miedo que le da hasta una mosca. Pero bueno, creo que le gusta más que todo gire en torno a él, y dar su foto para invocar a un demonio será una buena historia de valentía que le contará a todos en los próximos meses. Y que conste que me encanta, Josh tiene un algo especial para exagerar historias.

—Sí, toma —extendió la mano dándome la fotografía de él mismo. Había elegido una de no hace mucho, porque estaba hasta con el mismo largo de pelo que ahora.

Brian con unas tijeras rompió la foto donde se encontraban los ojos y la boca de Josh y luego le extendió una vela blanca a cada uno.

—Subamos —dije haciendo que todo el mundo subiera. Al llegar al cuarto, Brian pegó la foto con cinta adhesiva en la pared en lo que Lexy abría el armario.

—Joder, sí que es grande —comentó la morena mientras entraba y se sentaba en el suelo de éste.

—Solo espero que Zalgo no nos mate o algo peor... —añadió Carl imitando su acción. Sonaba desconfiado, pero no aterrado.

[Narrador omnisciente]

Fu apagó las luces y cerró la puerta del cuarto cuando todos ya se hubieron sentado. Se colocaron la cinta blanca en el cuello y cerraron los ojos con la vela en la mano derecha: ahora debían  imaginar todas las cosas horribles que pudiesen.

Tenny empezó a imaginar personas muriendo, mutiladas, fusiladas, apuñaladas; no le parecía algo lo suficientemente malo, así que empezó a imaginarse distintos tipos de torturas.

Lana comenzó a recordar escenas que vio en las noticias de personas siendo golpeadas por los policías o de incendios en bosques. También alguna que otra imagen de niños en campos de refugiados por la guerra le venían a la cabeza. Empezó a sollozar, era una persona sensible.

Lexy recordaba los abusos que había visto en otras chicas mientras ella salía de fiesta. Le entraron náuseas, pero se contuvo.

Josh tenía en su mente a su padre rechazándolo día tras día y a su controladora madre tras él, vigilando y observando todo lo que hacía. En un momento dado, recordó cuando encontró una pequeña cámara que su madre había escondido en su cuarto y un pequeño micrófono que había puesto en su mochila del instituto. Se le puso la piel de gallina.

Locke pensaba en las veces que su grupo de la escuela primaria golpeaba a aquel pequeño chico mientras él se quedaba mirando sin hacer nada por miedo a que lo dejaran solo. Recordaba la sangre saliendo de su nariz y sus arcadas cuando le pateaban el estómago. Empezó a sentir rabia, y apretó con más fuerza la vela.

Brian recordó todas las veces que Fu se había apropiado de sus logros y sus padres siempre lo habían felicitado, dejándolo a él marginado. También pensó en su futuro siendo un desastre por no haberse juntado con la gente adecuada o por haber cometido cualquier mínimo fallo. Su respiración se agitó.

Fu imaginaba las escenas gore de películas que había visto con sus amigos. A diferencia de Tenny, él enseguida empezó a sentir asco y miedo, en especial cuando recordó Wrong Turn con esa escena de la muerte de Carly. Su piel se erizó.

Carl viajó al baúl de los recuerdos adentrándose en su entorno familiar, cuando sus padres discutían delante de él cada día. El recuerdo del sonido de los gritos y de los objetos rotos hicieron que su cabeza se llenara de toda clase de sentimientos, pero se mantuvo tranquilo. Ya estaba acostumbrado a todo ello.

Todos se mantenían en sus pensamientos hasta que Locke carraspeó un poco, era la señal.

—Zalgo, sal de ahí, es tu turno —dijimos a la vez todos y los nervios inundaron la habitación. Un ruido: la puerta de la habitación levemente se abría. Pequeñas luces que se hacían notar aún y con los ojos cerrados: las velas negras que colocaron los hermanos se habían encendido. Empezamos a oler a putrefacción, como si el cuarto nunca hubiese sido limpiado por siglos y gente lo aprovechase para hacer sus necesidades. Mierda, ¿por qué me he apuntado a esto? Sentí a Lana temblar de miedo a mi lado. Yo me encontraba inquieto, pero podía percibir una mirada en mí. Escuché a Fu tragar seco, pude notar a Carl extrañamente tranquilo, Tenny se mantenía firme, ninguno hablaba, estábamos inmovilizados.

—¡Las velas, las velas! —exclamó Josh asustado susurrando a punto de llorar, pero nadie dijo ni hizo nada, estábamos más pendientes de lo que haría Zalgo, por si nos atacaba o poseía sin nosotros darnos cuenta.

Carl tomó su vela blanca y la encendió con un mechero, después, lo escuché levantarse y caminar hacia el frente con cuidado para tomar la foto.

—Mierda, ¡se me ha apagado la vela! —exclamó asustado, a lo que Tenny encendió su vela blanca con el mechero y se acercó a él rápidamente como pudo. Prendió fuego la foto. Al agarrarla ella comentó asqueada la presencia de un líquido viscoso en la imagen. Carl sin perder tiempo se guió por la pared hasta encontrar el interruptor, encendiendo la luz, haciendo que todos abriéramos los ojos al instante.

—¿Qué mierda ha sido eso? ¿Funcionó? —jadeé mirándolos lleno de sudor.

—Josh, ya relájate —le dijo Lexy abrazando a un Josh que no paraba de llorar.

—Lexy, lo sentí, sentí que me estaba mirando esa cosa, me tocó, ¡no lo sé, pero algo no anda bien! —gritó Josh al borde de un ataque de pánico.

—Será mejor que comamos algo y nos vayamos a dormir a otro cuarto. Mañana hablaremos de esto —sugirió Brian. Su hermano Fu asintió.

Desvié mi vista hacia Lana, la pobre estaba en tal shock que ni se movía ni hablaba.

—Lana, ¿te encuentras bien? —pregunté inútilmente moviendo suavemente su hombro. Ella no reaccionaba. Miraba al suelo fijamente, pero apenas se podía notar que respiraba— Lana, ¡Lana! —la empujé un poco más fuerte y cayó al suelo.

—¡Esa cosa ha matado a Lana! ¡Se la ha llevado! ¡Nos va a matar uno por uno lentamente! —gritó Josh arrinconándose en la esquina del armario.

—¿Qué ha pasado? —preguntó débilmente mirándonos a ambos— ¿Ya terminó la invocación?

—Lana, ¿estás bien? —la tomé en mis brazos ayudándola a sentarse.

—Sí, solo estoy mareada... —intentó levantarse pero no pudo, tuve que sostenerla para que no cayera— Fu, Brian, ¿dónde dormiremos?

—Depende, ¿queréis dormir juntos, en parejas o solos? —preguntó Fu mirándonos, a lo que Tenny dirigió su mirada a los demás viendo la situación.

—Juntos, no creo que nadie pueda dormir esta noche solo —contestó la rubia.

Brian se quedó pensando un momento tratando de organizarse.

—Está bien, busquemos los sacos de dormir en el sótano. Locke, Josh, ayudadnos a Fu y a mí.

—¡No! ¡Me quiero ir de aquí! ¡No quiero saber nada más de esto! —gritó Josh en llanto.

Lexy soltó un suspiro y abofeteó a Josh en la cara, dejando la marca de su mano en ésta para luego levantarse y ayudadnos ella. Josh nos siguió, pero no ayudó mucho a traer los sacos.

No lo podía creer, esto era surrealista, ¡iba a dormir por fin en la misma habitación que Tenny!

Locke, Josh, Fu, Brian y Lexy fueron a por los sacos de dormir, y yo, mientras tanto, me mantuve cerca de Tenny. No parecía estar asustada, pero un poco de apoyo nunca viene mal.

—Lana, estás muy débil, acuéstate en la cama —dijo Brian tras colocar los sacos para los demás.

—¿Quién duerme conmigo? —nos miramos entre todos por la pregunta y habló Josh.

—¿Puedo dormir con Lana? —dijo entre tartamudeos con algo de vergüenza— ¿Y Lexy también?

—Josh, yo dormiré en el saco...

—Por favor, Lexy, durmamos en la cama —le suplicó asustado aferrándose a ella, a lo que soltó un suspiro la morena y abrió la cama para los tres.

Locke, Brian, Fu, Tenny y yo abrimos los sacos de dormir y los colocamos en el suelo, uno al lado del otro. Nos aferramos a la manta que compartíamos en busca de calor y seguridad tratando de dormir, habíamos cerrado la invocación, pero aún seguía sintiendo que algo o alguien nos miraba fijamente. Traté de ignorar la sensación, ya que por mucho que voltease la mirada no había nada. Tras un rato me percaté de que los demás ya estaban dormidos, así que traté de pensar en algo agradable. Abrazar a Tenny me ayudó en eso y ya por fin pude dormir.

De repente sentí dos brazos abrazándome. Aunque no me encantara el contacto físico me empecé a sentir a salvo. Locke y Carl estaban dándome más seguridad con ese pequeño gesto, por lo que cerré mis ojos y conseguí dormir aferrándome a sus extremidades.

Al día siguiente me costó levantarme. No tenía ganas, quería seguir durmiendo. Aún sentía los brazos de Locke y Carl, pero cuando abrí los ojos no había nadie. Sus brazos seguían agarrados fuerte a mí, ensangrentados. No había rastro de ninguno. Solo se encontraban sus extremidades, como si se las hubieran amputado de cuajo. Me levanté con rapidez y las paredes estaban manchadas de sangre. En la puerta se encontraba una criatura extraña con cuernos, mirándome fijamente con una sonrisa.

Él viene...

Al decir eso desperté. Había sido una pesadilla. Miré a ambos lados y todo estaba igual que en la noche que nos dormimos: Locke y Carl seguían abrazándome, Brian y Fu durmiendo juntos, y Lexy y Josh en la cama abrazados, faltaba Lana.
En eso me di cuenta de que la puerta estaba levemente abierta. Me levanté sin hacer muchos movimientos para no despertar a nadie y caminé a la puerta. Bajé las escaleras y vi a Lana haciendo el desayuno para los demás. Sonreí, pero al vernos mutuamente la noté distinta, normalmente ella se mostraba alegre y contenta. Esta vez me miraba con ojos vacíos, como si estuviera muerta por dentro. No nos dijimos nada, me acerqué poco a poco a ella manteniendo ambas la mirada.

—Buenos días —dijo apenas— ¿conseguiste dormir bien?

—Sí, dentro de lo que cabe. ¿Te encuentras mejor?

—No lo sé, no sé qué siento, siento que pasó algo ayer, pero no sé el qué. En la invocación ocurrió algo pero no recuerdo ni tengo idea del qué —respondió frunciendo el ceño, se notaba su frustración.

—Lana, ¿de casualidad abriste los ojos?
—pregunté con temor.

—Simplemente no lo recuerdo, solo sé que no sé nada —Respondió sin ánimos. Terminó de hacer el desayuno, huevos y beicon. Me dió una porción y se fue a las escaleras —iré a despertar a los demás, no tardo.

Asentí y la seguí con la mirada mientras subía las escaleras. No tardaron mucho los demás en bajar con mala cara y grandes ojeras, estaban muertos de sueño. Se sentaron junto a mí. Cada uno cogió un plato del desayuno y comimos en silencio sin mediar palabra. El ambiente estaba tenso, nadie sabía qué decir o hacer, hasta que Carl lo rompió.

—¿Tenny, abriste los ojos en la invocación?

—No —contesté, Carl se tranquilizó un poco por mi respuesta.

—¿Y los demás? —preguntó Lexy.

Nadie respondió, nos quedamos mirando el plato nerviosos.

—Yo tampoco —contestó Locke. Le siguió Brian y luego Fu.

—¿Y tú, Josh? —preguntó Lexy.

—No lo recuerdo... —contestó temeroso, haciendo que fuese el centro de atención— no lo recuerdo, tal vez por el miedo sí o no, pero creedme, no tengo idea de si los abrí o no. Pero di mi foto... Tengo mucho miedo.

—Estoy igual que Josh. En lo de no saber si los abrí o no...  —contestó Lana de brazos cruzados.

—Es decir, hay una posibilidad de que los hayáis abierto, pero es extraño, por lo que leí os debería haber poseído de una manera horrible —agregó Brian— no tiene sentido...

—Pero hermano, tal vez no los han abierto y nos estamos montando una paranoia enorme. Si no lo sabemos con seguridad no podemos darlo por hecho, podríamos hasta empeorar la situación —dijo Fu mirando a la Lana y a Josh.

—¿Y si nos tomamos este día libre? Intentemos despejarnos, lo que hicimos ayer fue una tontería y está claro que no la volveremos a repetir, ¡es fin de semana y deberíamos ir a divertirnos! —exclamó Lexy levantándose tratando de animar el ambiente. Todos nos miramos entre sí sin saber qué decir hasta que hablé.

—Lexy tiene razón, podríamos salir y pasarlo bien, fue un mal trago, pero cerramos la invocación, no debería repercutirnos eso. ¿Vamos al cine? —apoyé la idea, un poco más decididos cada uno fue asintiendo.

—Espera, pero yo tengo que ducharme —irrumpió Josh.

—Puedes ducharte arriba, deberíamos hacerlo todos, tenemos ropa de sobra, así que no os preocupéis —respondió Fu mientras se estiraba.

Cada uno fue a buscar ropa que nos gustara y quedara bien en lo que Josh se duchaba. Por suerte Lexy escogió su ropa para que ninguno se traumatizara con vistas no deseadas.

Cuando ya todos nos hubimos duchado salimos al cine tratando de pasar una tarde entre amigos. Todo fluía normal, o al menos eso parecía.

Curiosidad n°2: A Carl le "gusta" Tenny.

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