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capítulo cuarenta y cinco !

—Podríamos ponernos en contacto con él profeta —Jude le dijo a sus amigos mientras subían había la lechuceria— eso definitivamente lo dejará mal parado. Solo tienen que decirle que lo harán, que lo dejarán expuesto y ver que acciones toma...

—Eso es chantaje, así de claro, y nos puede acarrear un montón de problemas, Judy.

—No. Judex tiene razón —Fred le dijo a su gemelo— lo hemos intentado por las buenas; ya es hora de jugar sucio como él. No le gustaría que el Ministerio de Magia supiera lo que hizo...

—¡Les repito que, si eso se pone por escrito, es chantaje! —George les dijo.

—¿Pero y si funciona? —Jude le preguntó.

Fred le dio la razón y dijo:

—Sí, y supongo que no te quejarás si te llega una buena cantidad, ¿no?

Jude abrió la puerta de la lechucería dejando pasar primero a Fred y George que se pararon de golpe umbral, haciendo que la chica frunciera el ceño hasta que vio a Harry, Ron y Hermione.

Harry entrecerro los ojos mientras miraba a su hermana. Ella le regaló una rápida sonrisa.

—¿Qué hacen aquí? —preguntaron al mismo tiempo Ron y Fred.

—Enviar una carta —contestaron Harry y George también a la vez.

—¿A estas horas? —preguntaron Hermione y Jude.

Fred sonrió y dijo:

—Bueno, no les preguntaremos lo que hacen si no nos lo preguntan ustedes. No queremos entretenerlos —añadió Fred haciendo una parodia de reverencia y señalando hacia la puerta.

Pero Ron no se movió.

—¿A quién chantajean ustedes? —inquirió.

—A nadie, por supuesto —Jude se apresuró a responder. Los gemelos asintieron de acuerdo.

—No seas tonto, Ron. Estábamos de broma —agrego George.

—No lo parecía —repuso Ron.

—Ya te lo he dicho antes, Ron: aparta las narices si te gusta la forma que tienen. No es que sean una preciosidad, pero...

—Si están chantajeando a alguien, es asunto mío —replicó Ron—. George tiene razón: se podrían meter en problemas muy serios.

—¿Nadie te enseño, Ron, que no debes escuchar conversaciones ajenas? —Jude le espeto, sorprendiendo al trío, que estaban acostumbrados a que ella defendiera a Ron cada vez que sus hermanos lo trataban mal— lo que sea que hagamos nosotros no es asunto tuyo ni de nadie. Además te acabamos de decir que es una broma, tu no lo comprendes porque solo escuchaste la última parte de la conversación.

—¿Ves? Fue una broma —dijo George— Hasta Judy te lo dice, métete en tus asuntos. —se acercó a Fred, le arrancó la carta de las manos y empezó a atarla a una pata de la lechuza que tenía más cerca—. Te estás empezando a parecer a nuestro querido hermano mayor. Sigue así, y te veremos convertido en prefecto.

—Eso nunca.

George llevó la lechuza hasta la ventana y la echó a volar. Luego se volvió y sonrió a Ron.

—Pues entonces deja de decirle a la gente lo que tiene que hacer. Hasta luego.

Jude estaba a punto de seguir a los gemelos fuera de la lechucería pero Harry la llamo.

—Ya los alcanzo —ella le dijo a sus amigos que se detuvieron en la escalera a esperarla— ¿Que pasa Harry?

—Judy... ¿De qué hablan? ¿A quien quieren chantajear?

—¿No escuchaste nada de lo que acabo de decir, Harry? —Jude le dijo— son cosas que no te incumben.

Era raro para Harry ver a su hermana actuando de esa forma, usualmente él nunca era el blanco cada vez que Jude se enojaba, si la había visto enojada con otras personas pero no con él, la forma en la que le hablo no le gustó mucho y su caro lo reflejó.

—Judy.. —Hermione intercedió— no queremos meternos, solo queremos saber si está relacionado con Crouch y lo que sucedió.

Ante el comentario de Hermione Jude se relajó y Harry frunció el ceño. ¿Era más amable con su amiga que con él?

—No tiene que ver con Crouch, no se preocupen. Le envié una carta a Remus para contarle lo que le sucedió a Remus hace unas horas. ¿Tu le enviaste una a Sirius? —le preguntó a su hermano quién asintió— bueno.. si descubro algo más se lo haré saber a Harry. Pero no se preocupen más.

Sin esperar una respuesta Jude salió de la lechuceria y bajo prácticamente corriendo las escaleras hasta que se encontró con Fred al final de esta.

—¿Te interrogaron? —él le preguntó con curiosidad, tomando su mano para ayudarla a saltar el último escalón que estaba flojo.

—Nada preocupante —ella le dijo, restándole importancia— ¿Y George?

—No tenía ganas de esperar, ya de ha ido a transformaciones. ¿Que clase tienes tu ahora?

—Herbologia —ella respondió, acomodándose mejor la correa de la mochila.

—A ver —Fred le soltó la mano y le quitó la mochila. Él ya llevaba su propia mochila pero pareció no molestarle cargar la de ella también— ¿Que llevas aquí, tu propio caldero?

Jude sonrió. Ella tomo su mano de nuevo y ambos comenzaron a caminar por los pasillos.

—¿Haz notado que cuando te enfadas tu cara se vuelve roja? —él le preguntó, mirándola de reojo.

Con su otra mano libre Jude se llevó la mano a la cara mientras Fred se reía.

—Ya no estás colorada —él le aviso con diversión— pero es muy divertido verte enojada.

—Dices eso porque aún no me he enojado contigo, cuando suceda no te divertirás mucho.

El pelirrojo sonrió enormemente.

—No te puedes enfadar con tu alma gemela.

Cuando llegaron al aula de transformaciones, Fred se inclinó un poco y le dejo un sonoro beso en la mejilla antes de entrar rápidamente al aula.

Jude que estaba sonriendo como una estúpida se dio vuelta y estaba a punto de comenzar a caminar hacía los invernaderos cuando escuchó que gritaron su nombre.

—Se que te has pedido en el encanto de mis ojos —Fred le dijo con diversión, tendiendole la mochila—  pero te olvidabas de esto.

La chica lo empujo con diversión antes de tomar su mochila.

Cuando llego a el invernadero, la clase ya había comenzado y la profesora Sprout la dejo pasar solo si prometía no llegar tarde nunca más.

Jude se acercó a Cedric mientras dejaba su mochila tirada junto con las demás.

—¿Que planta estamos mirando? —ella le preguntó en voz baja, notando que todos estaban al rededor de uno de los canteros.

—Moly —Cedric le respondió en el mismo tono, mientras apuntaba a una planta en especial— es esa flor blanca que tiene el tallo negro.

—¿Alguien puede decirme por que es tan importante la moly para los magos?

—Suena como una droga —alguien atrás de Jude murmuró.

—Es una planta que puede contrarrestar los encantamiento si es ingerida —Cedric respondió.

—Muy bien. ¡Cinco puntos para Hufflepuff! Puede ser ingerida para contrarrestar encantamientos oscuros, y también son usadas como ingrediente de pociones, como en la elaboración de la poción herbovitalizante...

—¿Qué? —Cedric preguntó en voz baja al notar que Jude lo miraba de reojo.

—Nada. Solo estaba a punto de responder y me ganaste... no sabía que te gustará la herbologia.

Las mejillas del Hufflepuff se tornaron de un color rojo.

—No me gusta.. es solo que a veces ayudo a mi mamá con su jardín.

Jude lo miro con diversión. Era obvio que estaba mintiendo.

—¿No te gustaría dedicarte a la herbologia?

Cedric suspiró.

—Mi padre quiere que trabaje en el ministerio como él..

—¿Y qué? Es tu vida, tu eliges lo que quieres hacer —ella le dijo— hasta podríamos trabajar juntos, yo te comprare las plantas que necesite para mis pociones.. ¿Ves? Ya tienes a tu primer cliente asegurado.

—¡Señorita Potter! —la profesora Sprout le llamo la atención— Llegas tarde a clase y no paras de hablar ¿Quiere le descuente puntos a su casa?

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Los alumnos que el antes del 1 de abril —fecha del primer examen— tuviesen diecisiete años podrían apuntarse a sesiones de prácticas
complementarias. Se realizarían en Hogsmeade rodeadas de estrictas medidas de seguridad.

—Vaya mierda —George se quejó luego de leer el anuncio— nosotros lo cumplimos justo el primero.

—Quiza los dején... tienen que preguntar o sino Judy será la única de nosotros que tomará el exámen —Lee dijo.

La chica sonrió.

—No se preocupen luego los sacaré a dar un paseo —dijo Jude dándole una palmadita a Lee en la espalda.

—¿Adónde me llevarás? —Fred le preguntó parpadeando repetidas veces con burla.

—A donde sea que quieras, mi amor —Jude le respondió, poniéndose de color rojo cuando se dio cuenta de lo último que había dicho.

—Puaj —Lee se quejó— ¡No se pongan cariñosos frente a nosotros!

Aunque Lee pensaba que hablaba por él y por George, el pelirrojo se había acostado en el sillón frente a la chimenea y los miraba con ilusión.

—Vamos, continúen —el los alentó, guiñandole un ojo a su gemelo.

—¿Continúen con que? —Ginny preguntó bajando los últimos escalones de la escalera de las chicas.

—No mires niña, uno de tus hermanos gemelo está haciendo cochinadas —Lee le dijo, tapándole los ojos con una mano cuando la pelirroja se acercó a ellos.

Ginny lo empujó, liberandose de él y acercándose a Jude para abrazarla.

—Judy, tu amigo raro me molesta —ella le dijo.

Jude se rió mientras pasaba una mano por el cabello de Ginny.

—Lee, dejala en paz, Fred y yo sobre bromeamos...

—¿Entonces no me sacaras a dar un paseo? —él pelirrojo preguntó con diversión.

Ginny frunció el ceño mientras miraba a Jude.

—¿Ves? Te dije que es tu perro faldero... Hasta quieres que lo saques a dar un paseo como un perro.

—¡GINEVRA! —Fred le gritó comenzando a correrla por la sala común.