22.A TRAVÉS DE LA TORMENTA.
INTRODUCIR: ZETSUBOU NO FUCHI DE - KOJI MAKAINO
[Cuando miro mi reflejo me pregunto muchas veces, infinidad de ellas. ¿Esa persona justo delante mí, soy yo? Temo escuchar la respuesta, temo buscar una. Simplemente admiro mi rostro como si fuera un paisaje sin final. Pues alrededor de toda la oscuridad en mi interior, lo único que brilla y refleja algo de vida, es mi propio rostro. Entonces, seguramente en algún lugar dentro de mi creo poder apreciarme lo suficiente como para ser yo mi propio centro de atención. Sin embargo, aunque ese miedo, la ansiedad de volver al pasado me siga atosigando a día de hoy. Quiero creer que todo lo que he vivido en este ultimo año ha sido para bien. Sin miedo a equivocarme, yo estoy cambiando para bien.]
Las sombras dentro de su propio mundo viajan a través de sus pies como una niebla que desciendo en una cascada a su espalda formando una gran puerta la cual apenas es visible aquello que esta a lo lejos cruzándola.
Izuku a través de su reflejo observa un lugar distante a su propia consciencia. La voz del pasado una vez más sigue susurrándole que va a morir, pero este lo ignora completamente. Tal cual como ignora la brisa fría del mal y el suelo suave de la arena.
Atrás del velo de la niebla observa ocho personas agrupadas observándolo. Tan solo puede ver sus sombras superponerse una sobre otra. El único rostro que reconoce es del hombre del cabello blanquecino y de cicatriz peculiar en su rostro.
[Siento una gran ira en mi interior crecer sin detenerse. No es por mi propio reflejo, no es por recordar mi pasado ni la culpa que cargo con él. Mas que nada, me siento furioso por dejar que otras personas carguen con algo que es mi deber. Six... el es un enviado de All For One. Tal y como dijo All Might, One For All sigue siendo importante para él. Ese tipo va a venir tarde o temprano. Y yo... yo deje que las personas fueran lastimadas. No pude hacer nada, no fui capaz de moverme lo suficientemente rápido y tan solo mi ira me impulso a fracasar. No hice nada de lo que estar orgulloso.]
Su mundo se resumía a aquel cristal delante suya que reflejaba su rostro. Su alrededor era una cumula de oscuridad infinita de la cual nacía una niebla que avanzaba hacia el techo por detrás suya formando una cascada que, a la vez creaba una puerta hacia un lugar totalmente diferente al que estaba.
Aquella voz que le recordaba que moriría poco a poco comenzo a ser interrumpida hasta que fue totalmente remplazada con una voz mucho más grave, pero, a la vez, amable.
»Las cosas definitivamente funcionaran. No te rindas.
[Lo se. Ya vivi suficientemente tiempo en las sombras como para seguir siendo un mártir del mundo. Quiero levantarme y seguir luchando, seguir ayudando a las personas... pero estoy tan cansado. Mi cuerpo duele y mis pulmones siendo que van a estallar en cualquier segundo. Ni hablar de mi brazo, ni mi pierna... estoy hecho polvo... no puedo seguir.]
Poco a poco la bruma de las sombras se hacia a un lado y entre la mirada sombría de aquel en medio de los ocho, una mirada amable provenia de unos ojos verdes como los suyos.
»Ayudar a los demás también resulta beneficioso para ti. Y las personas que hacen eso pueden recurrir a una increíble fuerza por el bien de alguien más. Así que abre tus ojos novenos, porque si no lo haces, personas inocentes terminaran sucumbiendo al dolor del pasado oscuro de nuestra sociedad. Lucha... sigue luchando.
Izuku sintió por primera vez en su vida una mezcla de emociones de dos vías. Una calidez en su corazón con las palabras honestas y gentiles de un amable hombre y una sarta de ardiente sangre bullendo desde dentro suya en una intensa ira.
»Está bien sentir ira, pero no dejes que te controle. Siempre mantén en mente esto; aquellos que estén dispuestos a ayudar a otros podrán seguir levantándose una y otra vez hasta el fin de los tiempos.
Por fin se había despejado la niebla y las sombras del rostro de la segunda persona en el grupo.
Cabello blanco largo como el de una mujer que le llevaba a los hombros mientras que la mitad de su rostro lo cubría un mechón. Sus ojos eran verdes, tanto como los de izuku.
El era... el primer portador del One For All.
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CAPITULO 22.
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*Gikiri*
Un par de rocas cayeron de estrepito sobre el suelo de aquella sala destrozada. Los rayos del sol que atravesaban las enormes aperturas en los edificios habían desaparecido y solamente una lluvia descendia inundando el cuarto piso del edificio. En la esquina de esta yacia un cumulo de escombros como una cama en la cual yacía el chico de cabello peliverde.
El intervalo entre la respiración de Izuku comenzo a estrecharse. Su respiración se volvió irregular y el sudor corrió por su piel llena de sangre seca.
En ese momento la voz delicada de una mujer, jovial y despreocupada, pero que no podía ocultar su tensión fue arrojada sobre la habitación tras dos pasos despues de atravesar la puerta.
―Lo encontré ―inmediatamente aquella mujer miro a Izuku.
Al mismo tiempo, dejo correr su mirada rápidamente por los alrededores. Dentro del amplia sala, claramente pudo escuchar un estruendo diferente a cualquier otro que hubiera escuchado en los últimos minutos.
En la calle sucumbía el sonido de la lluvia ante el de las sirenas. Las charlas se convirtieron en maullidos y una decena de personas parecía gritar sufriendo de dolor o tristeza.
*Tap* *Tap* *Tap*
Aquella mujer camino hacia el borde de la sala donde se encontraba una apertura hacia la calle desde ese piso. Observo como ambulancias y bomberos junto a policías arribaban a la calle totalmente destruida. Ella observo con detenimiento la mitad de toda la calle hecha trizas desde los edificios y negocios hasta los faroles y pequeños jardines.
El agua en varias partes de la calle salía de los corta fuego en un pilar que no parecía tener fin. La calle estaba inundada y pequeñas flamas parecían brillar al fondo del callejon de la lucha.
El cielo estaba nublado y la lluvia descendia con una fuerza abismal.
Naturalmente la expresión de esa mujer se endureció ante la vista. Pero no parecía que esto fuera a detener su objetivo.
Su cabello largo en coleta se sacudió con la ventosa del aire.
Morado y rosado, como un pendulo moviéndose.
»Nagant, termina el trabajo.
A través de su intercomunicador plantado en su oído izquierdo recibió la orden.
Nagant dio un paso hacia atrás, naturalmente encontró su vista con el cuerpo de izuku. Sus ojos morados reflejaban perfectamente el cuerpo hecho polvo de izuku como una obra magistral sobre el lienzo blanco.
La lluvia atravesaba el hoyo en el techo y solamente mojaba a izuku.
Nagant realizo un leve movimiento con su brazo derecho levantándolo y apuntando su palma abierta al chico. Poco a poco un sonido chirriante resonó en la habitación y su brazo se dobló. De su codo nació un cañón que avanzo hasta que su brazo entero había tomado la forma de un rifle.
»Cuando termines el trabajo, entrégale a Hex la nota y dile que termine con el show. Ya causo suficiente daño en la ciudad. Tan solo necesitábamos una ligera distracción como fue acordado.
Tensión e incomodidad, y mas que todo eso, estaba sorprendida.
Mientras estaba impresionada, ella hecho un vistazo hacia la calle donde para su suerte ella observo como un hombre gordo y bastante bigotudo era llevado por una camilla de ambulancia.
Con su mano izquierda todo el intercomunicador.
―Hex esta fuera de nuestras manos.
»Ya veo. Dame unos momentos.
La voz se cortó.
Nagant bajo su mano del oído y ahora toda la atención regreso a Izuku.
La lluvia se mezclaba con los gritos, sirenas y demás desastres que ocurrían fuera de aquella sala. Pero entre tanto alboroto podía escuchar las duras respiración del chico. Ella lograba darse cuenta como este, con cada suspiro e inhalación libraba una lucha interna.
[Seguramente está sufriendo.]
La sangre que se mezclaba con la lluvia descendia por las rocas, originaria de la espalda del chico.
Recostado sobre el lecho de escombros comenzo a murmurar. Esto alarmo a Nagant quien en un rápido movimiento arranco un trozo de su cabello y formo un proyectil. Dos segundos despues ella estaba tirando del seguro.
Su fría mirada se tornó sanguinaria.
No era nada personal. Ella no le interesaba en lo absoluto Izuku. No tenía ningún sentimiento encontrando con él ni tampoco con su situación. Ella estaba ahí para cumplir el trabajo que se le ordeno. Para mantener la paz de la sociedad, para mantener una justicia estable.
Entonces la voz tras el comunicador hablo.
»¿Cuál es el estado de Midoriya Izuku?
Nagant respondió sin más.
―Pierna rota, brazo roto, posiblemente contusiones y con heridas graves en la espalda como al frente, seguramente laceraciones. Posee un gran impacto en el costado provocado por algún proyectil de gran tamaño. La sangre que ha perdido es vital pero no extrema. Si no es tratado en las próximas dos horas lo mas seguro es que muera.
»Bien. Déjalo ahí. La misión se cancela. El estado del acuerdo se vio alterado.
Nagant no parecía tener algo que decir. Su cañón se contrajo y el trozo de cabello en forma de proyectil cayo. Ella volvió su brazo cañón una vez mas a su forma base.
»Te veremos en el punto de encuentro. Recuerda, sin testigos.
La transmisión se corto y nuevamente el mundo de Nagant se lleno de los estrépitos sonidos del desastre en la ciudad.
Ella se dio la vuelta he ignoro totalmente esto comenzando a caminar hacia la puerta.
Su mano derecha se extendió hacia el pomo de la puerta y entonces tras de ella todo se silencio y en sus oídos logro escuchar los murmuros haciéndose mas fuertes hasta que una frase logro formarse en su cabeza.
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[A-aun t-te-tengo... q-que... co-c-compensarlo...]
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Nagant detuvo la perilla a media vuelta.
Ella era una mujer muy alta y delgada con un cuerpo esbelto. Su cabello en coleta de un bicolor entre rosado, morado y azul. Dos mechones caen sobre sus hombros por delante de su rostro y una lentilla en su ojo derecho eleva a su oreja izquierda una especie de cuerno.
Una mujer seria y disciplinada. Alguien que no duda en herir a las personas para cumplir su misión o lograr sus metas.
Su cuello gira poco a poco y encuentra al chico luchando, aún sigue luchando.
[Compensar...]
Tras el lienzo color purpura de sus ojos se dibujaba aquella mano llena de sangre y cicatrices.
Pronto logro escuchar algo más, una voz que estallaba en una explicación.
―¡E-el me salvo! ―exclamo la voz de un héroe que estaba discutiendo con un compañero suyo.
―¿¡Como dices?!
―Si no hubiera sido por que se puso delante... el ataque del tipo ese me hubiera matado. Y-yo... lo lastime justo antes de eso... ―desesperado cubrió su cabeza con su mano derecha―. ¡Lo ataque y lo lastime y aun así el me salvo!
Las sirenas comenzaron a sonar mas fuerte y la lluvia parecía no detenerse por ningún medio.
Nagant observo una vez mas al chico para solamente darse la vuelta y encontrar su mirada con su propia mano postrada sobre el pomo de la puerta.
La sangre descendia de ella.
[Aun...]
Ella no tenia nada que ver. Solo era otra misión. Ella no tiene ningún tipo de interés, pero aun así... ella está ahí.
Cerro sus ojos y su mano había soltado la perilla, ella se dio la vuelta.
...
El solo se había hundido en lo profundo de las gigantescas nubes oscuras que funcionaban como grandes murallas al horizonte alrededor de la ciudad.
―¡Espera, Kazuho-Chan!
*Kashin, Kashin*
El sonido de zapatos resonaba en las escaleras donde había desaparecido la luz.
Muy por debajo, el fondo de la suave oscuridad, ese sonido era absorbido. Cargando contra su amiga, Makoto había logrado tomar parte de su chaqueta azul.
―¿A dónde vas? ―pregunto al detenerla.
―Está mal.
―¿Qué está mal?
Kazuho se escucha preocupada, ansiosa.
Ambas bajaban rápidamente por unas escaleras hacia la entrada trasera de la universidad.
―El anciano no responde. Además, ¿Ya viste las noticias? Toda la ciudad esta loca. Hay un tipo destrozando todo en todos lados y al parecer la mujer de orejas está siguiéndolo.
―¿Mujer de orejas? ―pregunto Makoto soltando a su amiga.
Kazuho siguió avanzando hasta alcanzar la puerta y empujarla de golpe llegando al jardín principal del campus. Delante de ella una fuente la cual encima suya crepitaba una inmensa cantidad de agua proveniente del cielo.
Delante de la fuente a unos quince metros estaba la salida, y en la salida por delante una gran avenida la cual estaba repleta de coches de policía y ambulancias que estaban yendo y viniendo. A lo lejos se podía observar una enorme cantidad de humo negro alzándose hacia el cielo como si fueran señas de los apaches.
Se escuchaban estruendos y poco a poco alumnos de diferentes clases se asomaban por las ventanas del edificio.
Había un sinfín de personas en el campus que estaban viendo hacia el cielo, justo al horizonte donde la ciudad se expandía.
―¡Kazuho! ―llamo Makoto a su amiga.
Kazuho quito de su rostro los anteojos que estaban empañados con el calor de su cuerpo y el frio de la lluvia.
Ella susurro un nombre; «Kuroiwa-San».
...
La batalla entre Miruko y Six continuaba.
Ya no había ni un alma cercana al distrito del callejon de la lucha que no escuchara o sintiera los estruendos que se elevaban por las cimas de los edificios.
Como un par de meteoros que viajan a una velocidad impresionante de edificio a edificios, las personas en las calles miraban como las mismas sombras oscuras de la bruma proveniente del polvo que se alzaba los seguía como si un cometa rebotara de un lugar a otro.
―¡¡Se están moviendo!!
A través del distrito de Nakanoshima se adentraban a la gran avenida de Kita-Ku. Una gran carretera de diversas intersecciones que conecta con la otra parte de la ciudad siendo Shin-Osaka, Juso y demás.
Miruko termina por la parte mas alta de un edificio de ocho pisos. La gran entrada hacia el techo se destroza de un gran impacto y las ventilaciones de aluminio estallan por todos lados. Una lluvia de escombros desciende junto a la lluvia sobre las calles donde las personas huyen a refugiarse.
Una gran nube de humo se alza. El sonido de dos pares de pies que aterrizaban en un techo fue seguido por el retumbo de un gran golpe haciendo contacto, y luego el golpeteo de pies corriendo.
De la nube, Miruko emerge en un salto hacia atrás mientras que delante de ella le ha de seguir Six quien nunca se desvío de ella mientras salían del antiguo distrito. Ambas figuras corrían una al lado de la otra a través de los techos.
»¡¿Dónde podemos luchar...?!
Avenidas, callejones y la avenida principal pasaron bajo la mirada de Miruko. El personal de los departamentos de policía y los evacuados se destacaban en las calles mirándolos, su presencia limitaba sus elecciones. Finalmente, vio un gran espacio abierto por delante.
Era el castillo Osaka.
Cada rastro de vacilación e indecisión habían desaparecido del rostro de Miruko.
Había un ligero rio a espaldas del castillo de Osaka y un gran jardín con un enorme bosque que rodeaba el lugar.
Ambos dieron un enorme salto en el cielo hacia aquel bosque.
»¡Mūndansu...!
En pleno vuelo el cuerpo de Six se hincho por partes, era como si este comenzara a tener una especie de alergia llegando a inflar partes de su cuerpo las cuales estallaron en una enorme lluvia de púas dirigidas a Miruko.
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[¡BARETTO!]
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La primera patada desvió una mínima cantidad de púas logrando que solo tres asestaran en su torso, brazo derecho y codo. La segunda evito que alcanzara su estómago y su pecho.
*¡FWOOOOOSH!*
Un fuerte viento empujo una lluvia de hojas de los arboles al momento que estos cayeron en medio del bosque.
*¡WROOOOM!*
Del suelo se abrió grietas que avanzaron elevando al cielo las raíces mismas de los árboles.
En un momento se creo un claro en el bosque que avanzo en línea recta hasta los bordes finales del bosque.
*¡GRGRGRSH!*
Miruko enterro los dedos de su mano derecha en la tierra alentando la velocidad quedando justamente a dos pasos de la caída libre al lago que cubría por todos lados el gran castillo de Osaka.
Ella levanto su mirada y mechones de cabello cayeron sobre su rostro. La sangre que fluia a través de su rostro con ayuda de la lluvia comenzaba a inundar todo su traje de un color carmesí en manchas.
Delante de ella la gran calamidad había caído en un gran estruendo.
*¡CRASH!*
Un celaje de polvo se divisaba poco a poco alzándose.
*¡FWOOSSH!*
Los rugidos de six provenientes de su garganta parecían querer formar palabras, pero no llegaban al punto final.
*¡SCRASSHHH!*
Agitando sus extremidades por todos lados y destruyendo el bosque en un rango de 20 metros a la redonda.
*¡SOK!*
―¡¡¡RAAAAAARGHHH!!! ―un extenuante rugido sacudió la tierra del bosque y los tímpanos de Miruko.
*¡GRRRRRR!*
Un viento se expandió en una onda explosiva que arraso limpiando el polvo y demás de sus alrededores.
Miruko ni si quiera se inmuto. Tan solo arranco las púas de su cuerpo y se puso de pie. Sus pupilas se movieron de un lado a otro por su ojo observando todo el lugar y percatándose de la soledad que ambos disfrutaban.
―Por fin solos ―dijo al arrancar la púa de su costado.
Ella observo la púa tan larga alcanzando los quince centímetros. Con su mano la guio hacia el monstruo y cerro uno de sus ojos. El monstruo desapareció en la púa y la invitación de su pasado se torno en segundo plano a través de su corazón.
"No es un estilo de lucha. Es un sentimiento que se transmite a través de una danza Kagura"
[Una danza en honor al dios de la luna.]
...
―¿De donde provino esta danza? ―pregunto Rumi a su abuela la cual yacia sentada al lado de ella, mojada hasta el cabello mientras admiraba la luna.
―La leyenda del conejo y el dios Tsukuyomi tiene dos partes. La primera de ellas es la que te Conte recién. Un cuento de niños y un patrimonio de nuestra gente.
―¿Y la segunda?
Rumiko sonrío.
―Todos conocemos en el pueblo la danza al dios de la luna. Sin embargo no muchos entienden la libertad de nuestra fuerza al momento de una luna llena. Reaccionamos como conejos y a veces nos regimos bajo nuestros instintos. Por eso, mientras tengas en tu corazón esto podrás entender nuestra fuerza. Por que se que lo has sentido. Algunas noches esa incesante excitación y fuerza que viene desde dentro tuya que te dice que eres capaz de hacer cualquier cosa que te propongas. ¿Verdad?
Rumi guardo silencio y comenzo a analizar. Ella rápidamente se hundio en sus pensamientos y la presión en su pecho se sentía diferente.
―Mira la luna.
Saliendo de su interior, Rumi hizo caso a Rumiko.
―Nosotros crecimos apegados a esta luna, pero no significa que nuestra fuerza tenga que venir de ella. Es nuestro corazón donde habita la llama de aquella luna rojiza de hace centenarios. Cuando encuentres tu propia luna, podrás entender ese fuego que yace en tu sangre. El verdadero potencial de nuestra gente.
Ella extendió su mano al pecho de Rumi.
[Es ahí, donde reside tu llama y será donde tú quieras encenderla lo que te iluminará un camino sobre el vacío.]
...
INTRODUCIR: THE SPIRIT TO SUCCED
La persistencia de Miruko chocaba con la feroz ira de Six.
Este choque de voluntades, obstinación he ira desempeñaron un papel muy importante para ambos.
Los hermosos ojos carmesí que parecían brillar y avivarse como una llama bajo la tormenta reflejaban en el centro la monstruosa calamidad delante de ella que mientras más minutos pasaban, parecía que estaba creciendo.
Su cuerpo había dejado el color humano y ahora era totalmente purpura su piel. Ambos ojos perdieron el iris y ahora solo eran dos esferas blancas mientras que lo que aun quedaba de humano en su rostro era la nariz mal superpuesta sobre el caparazón que se había formado cubriendo la boca entera.
Cerca de diez metros los separaban.
"...alcanza tu propia luna."
[Me dieron voluntad, me dieron valia y me dieron la habilidad para superar mis obstáculos. Estos diez estilos que me enseñaste hace diez años los fui deformando y construyendo mi propio estilo. Mi estilo Lunar. Sin embargo, ha pesar de que han pasado los años, no puedo olvidar la fuerza en tus piernas, en tu danza.]
Como aquella Luna llena hace diez años en el cielo despejado donde Miruko pudo ver aquel destello rojizo del pasado, Six pudo ver en los ojos de la heroína ese mismo destello.
[Primera...]
Un nuevo rugido apareció y una avalancha de extremidades fueron dispersadas por todo el frente de Six en dirección a Miruko.
[¡Baretto!]
El primer estilo utilizado para dar una patada al suelo y esquivar la ola. La segunda patada cayó sobre un tentáculo que fue directo hacia ella.
[Segunda...]
Un total de diez tentáculos mas delgados que los anteriores se levantaron del grupo lanzándose en ristre contra Miruko.
[¡Edén!]
Un giro corporal utilizando sus talones causando que la parte trasera de estos se convierta en un filoso ataque que corta todo en un corte circular de 360°.
[Tercera...]
Esos diez tentáculos se convierten en quince, luego en treinta y al final una gran lluvia de estos asciende y desciende hacia Miruko.
[¡Oleaje!]
A unos cuatro metros suspendida en el aire lanza dos patas defensivas logrando impulsarse hacia un camino de tentáculos que se formo para ir directo hacia ella.
[Cuarta ...]
Por detrás, delante y los costados estos comienzan a viajar a una velocidad alucinante hacia Miruko.
[¡Reflejos de la cuarta creciente!]
Un estilo defensivo que consiste en giros y rotaciones a alta velocidad la cual funciona como ganador de fuerza. Mientras más giros haga, más fuerza ganara.
De esta manera usaba los mismos tentáculos de suelo en el aire para poder seguir moviéndose hacia delante.
[Quinta...]
Del mismo suelo emergen una gran cantidad de tentáculos que comienzan a destrozar este y forman una especie de túnel alrededor de la carrera de Miruko que poco a poco se va cerrando hasta que ya no pueda efectuar la cuarta postura.
[¡Espejo menguante!]
Nuevamente utiliza su tobillo, mas detalladamente, su tacón habilitando el filo de este. En salto da un giro vertical cortando por la mitad el túnel y abriéndose paso hacia el exterior.
[Sexta...]
Con la fuerza ganada en los giros del cuarto estilo ella da un salto, da dos saltos y despues gira como una esfera hasta que relaja su pierna derecha acertando una patada en un muro de carne que delante de ella se había formado.
El fuego se avivo y este comenzo a estallar por toda la piel causando pilares de estos los cuales cubren a Miruko por un segundo.
[¡Vigilia de festival!]
El pilar de fuego ascendió y este estallo en pequeñas fracciones de energía eléctrica. Varios de los tentáculos parecían secarse y el cuerpo principal de Six se deformo de una manera que su cuerpo giro en un movimiento vórtice lanzando tantos cortes como le fuera posible destruyendo todo a su alrededor en un rango de cincuenta metros a la redonda.
Era lo suficiente para destrozar todo el bosque de esa zona causando estragos por todo el lugar.
Lo que este no vio fue que Miruko estaba encima de él, lista para lanzar su séptimo ataque, pero al haber perdido la fuerza ganada con la cuarta, ella no le quedo de otra que saltarse al octavo estilo.
[¡ECLIPSE!]
Mas de doce giros en el aire para ganar una fuerza inconmensurable ella termina lanzando una patada hacha directo al cráneo acorazado de Six.
*¡THOOOOM!*
Todo el cuerpo de Miruko la hace sentir tan amartillada mientras que Six parece haber perdido la noción de la realidad por un segundo.
[Danza lunar: Novena...]
Sin perder el tiempo ella toma entre sus piernas lo que queda de cuello de Six. Y con su propio cuerpo lo utiliza de ancla lanzándose hacia atrás mientras que todos los músculos de su cuerpo crecen tan solo unos milímetros.
[Luna flamante...]
La sangre de su cuerpo parece estar ardiendo pues su piel comienza a producir vapor.
*¡CRACK!*
Era la entrada, la fisura.
Había debilitado el endurecimiento.
El cuerpo de Six se tambaleo hacia delante mientras Miruko caía por delante de este. Con una pierna usándola de apoyo ella flexiona su otra pierna.
Su boca se abre entremedio y una cantidad de vapor caliente sale de su boca. Ambas pupilas parecen estar ardiendo dentro de sus ojos los cuales se habían inyectado en sangre.
La pierna que tenia levantada y flexionada parece estar sufriendo un sobre esfuerzo considerable debido a que se puede escuchar su propia carne crujir.
Una imagen tras otra.
Su padre, su abuela, su madre... ella misma.
―Danza lunar... decimo estilo...
Todo pasa en un segundo. Sus pupilas se expanden como una ferviente llama por todo su ojo llenando de un carmesí abrasador.
Un fuego interno extendido a través de su sangre.
El suelo debajo de sus pies se agrieta y las gotas de lluvia parecen caer mas lento. Ella coloca sus brazos al costado de su cuerpo y poco a poco su pierna flexionada se levanta.
El tiempo se contiene dentro de su corazón y una patada sale disparada como un cañonazo al rostro de Six. Despues de esa patada, tan solo, menos que un parpadeo viene una segunda patada. Tras la segunda viene la tercera... luego la quinta, la novena y en tan solo cuatro segundos un total de 18 patadas fueron directas al rostro de Six.
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―¡DANZA DEL DIOS TSUKUYOMI !
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*¡WRAAAAK!*
La carne endurecida en su rostro se había agrietado. En el quinto segundo este estallo hacia atrás en una lluvia de armadura revelando así, su rostro.
La cicatriz en su rostro se puede ver claramente justo en medio de aquellas cuencas vacías. Su boca de la cual brotaba sangre.
Las grietas continuaron por todo el cuerpo hasta caer en cuenta que todo el tiempo, ese deforme color purpura en sus extremidades funcionaba como una armadura que prontamente se vino hacia abajo.
El cuerpo de Six había vuelto a la normalidad y este había caído al costado de Miruko.
*Tap*
Su pie toco el suelo con tan solo la punta de sus dedos pues parecía que todos sus músculos estaban sufriendo contracciones. A través de su piel se podía observar como cada parte de carne tras esa tez morena se movía brutalmente como el oleaje del mar.
Tanto sus orejas como su cabello, el pelaje en su cola y demás comenzaron a apaciguarse volviendo a ser lacio y menos esponjoso.
La sangre en sus ojos no había desaparecido, pero al menos sus pupilas lucían más opacas que antes.
Su respiración era lenta pero suave.
Sacudió su cabello hacia un lado y movió el mechón que estaba sobre su rostro hacia atrás de su oreja. Lambio la parte superior de sus labios y limpio la sangre que salía de su nariz.
Ella se dio la vuelta, miro hacia el cielo como si estuviera convirtiendo su mirada en una lanza que atraviesa la tormenta, ella alcanza las nubes y seguramente si no estuvieran, ahora mismo ella...
Estaria observando la luna.
...
Algo resonó.
Como si arrancaran una cuerda plateada. Como si rasparan una garganta completamente seca. Un sonido magnifico y violento que sacudió todo.
Se escuchaba como el mar tragándose todo.
Era como el sonido de unos zapatos militares en perfecto orden resonando como una bestia gigante. El sonido de la conquista.
El sonido del control.
El sonido de una luz extremadamente hermosa. Muy aterradora y triste.
Una roca fue arrojada hasta sus pies, seguramente estaba rota. Y entonces algo ardió.
Ardiendo desde su espalda algo lo protegió de algo muy poderoso, como si se le opusiera y lo repeliera. El sonido de un anhelo en búsqueda de una conclusión.
El sonido de su corazón latiendo en ira y paz.
Una sensación como si fuera rodeado por muchas espaldas que no se volteaban hacia él.
El cálido fuego ardía solitariamente.
El al fin había despertado abrazado por un miedo que sucedió inmediatamente que el abrió sus ojos.
Midoriya Izuku abrió sus ojos y los ojos de Six volvieron a brillar.
...
[La fuerza que nace del deseo de proteger a otros es aun mas fuerte que la misma maldad, si en el caso de esta maldad no proviniera del deseo de dañar a otros. Los vientos soplan de diferentes formas y las nubes siguen ocultando la luna. El despierta junto a... él.]
Proximo capitulo: Gran calamidad.
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