Capitulo especial: ¡5 mil votos!

Los gruñidos provenientes de Azteca se escuchaban por todo el lugar, había estado así desde que invocaron su alma.

¿Realmente es necesario?— pregunto el de dientes afilados, el hombre frente a ellos tenía puesta unos shorts de URRS junto con una camisa de Third Reich.

Si queremos que paguen, México es el primero que debe morir... Y el es su padre...— sonrió.
Vaya, ya entiendo de dónde saco su estatura tan pequeña.— soltó una risa al recordar cómo lo veía en la segunda guerra mundial.

Cuando lo intento llevar de su lado, fue la primera vez que se vieron, a pesar de que su país fue más grande que Alemania, el ser una "Potencia" lo hacía más grande que muchos países, por ejemplo... México.

Sus pensamientos fueron interrumpidos al sentir un golpe en su nuca.
Deberías de darle respeto, o te hará un tributo para sus dioses...— hizo una mueca, recuerda qué, cuando hablaba con el latino sobre su cultura, este le contaba todos los sacrificios que cometía ese hombre.

[...]

URRS veía a su "amigo" quitarse la chaqueta, era muy sexy cuando lo hacía de esa manera, sentía como aquel Imperio gruñía, no le gustaba ser el de abajo, pero tampoco a los otros dos.

Teniendo en cuenta que tanto URRS como Nazi miden más de 1.80 es difícil...

Y lo es aún más cuando tú solo mides 1.69....

Third Reich empujó ambos cuerpos a la silla donde anteriormente Azteca estaba sentado, este quedó encima de URRS, el cual tomo los brazos del Imperio y los mantuvo en su pecho con solo un brazo mientras que con el otro abría sus piernas.

Calmate...— susurro a su oído de manera lujuriosa, Nazi rompió el pantalón de Azteca dejándolo solamente en boxers.
Sigue dormido...— se relamió sus labios.

¡N-no te acerques imbécil!— intento darle una patada con su pierna librez sin embargo, Third Reich fue más rápido tomándola y dejándolo con más acceso a su entrepierna.

Colocó su cabeza en el hombro de URRS sintiendo la respiración del otro muy cerca de su pene.

Nunca habían pasado de toques y una que otra mamada, pero al parecer, ninguno de los de bandera carmesí tenían pensado quedarse así.

Mordió su labio con fuerza, en ninguno de sus encuentros íntimos con ellos dos, había soltado un solo gemido, jadeos uno que otro pero se rehusaba a caer tan bajo.

Nazi observó con una sonrisa el miembro dormido de su mayor, de verdad que no entendía como la mayoría de los países se veían jóvenes... En especial Azteca, si lo vieras en persona, parece alguien de 26 o 28 años.

¿Lo vas a hacer?— pregunto el comunista, Third Reich asintió, saco su lengua y le dio una lamida a la virgen entrada del mexicano prehispánico.

Su cuerpo tembló, URRS sonrió con ternura, sabía que Azteca no era de quién los veías débiles en ningún momento, pero esta vez, se veía tan frágil y eso lo prendía más.

Sus ojos se abrieron al sentir los dedos de Nazi entrar con fuerza a su interior.
¡Detente, pedazo de mierda!— gritó con dolor, sin embargo, solo provocó una risa en ambos.

Sabemos que te niegas a gemir, querido Azteca...— hablo el de dientes afilados moviendo rápidamente sus dedos en el interior del antiguo país, o mejor dicho, civilización.
Pero esta vez...— hablo el soviético bajando lentamente por su abdomen.

Te quedarás afónico...— tomo su miembro semierecto y comenzó a masturbarlo con rapidez.

Azteca se removía para huir de ahí, se negaba a decir que le estaba encantando, su orgullo de Guerrero era más fuerte.

O

tro dedo fue introducido, ahora habían tres moviéndose violentamente contra su ano, mordió su labio con fuerza que pudo sentir un sabor metálico en su boca.

Una última estocada con aquellos dedos y la gran mano de URRS provocaron que se corriera, sintió como el pecho del soviético vibraba, se estaba riendo.

Aguantaste bien... Veamos si puedes con la otra.— su respiración era agitada, no dijo nada cuando su cuerpo fue levantado por Third Reich, observaba el suelo, pues sus dos piernas iban enredadas en la cintura de este y su cabeza recargada en el hombro del nazi.

Fue recostado suavemente en lo que parecía ser una cama... Si era una cama, la camisa que tenía se le fue retirada quedando completamente desnudo.

¿Que... Van a hacer?— pregunto intentando levantarse, no obstante, fue devuelto a la cama casi de inmediato.
Shhhh...— los de bandera roja se despojaron de su ropa bajo la atenta mirada del prehispánico.

Cuando todos ahí estaban como vinieron al mundo, URRS se colocó encima del Imperio mientras que Nazi se subía detrás suyo.

Third Reich tomo los brazos de Azteca y los dejo detrás de su espalda, el soviético sonrió al notar la mirada asustada del mexicano, se acercó como una fiera se acerca a su presa, alineó su pene a la entrada del mayor y con fuerza se empujó de una sola embestida.

Antes de que Azteca pudiera hacer algo para retener sus gemidos, Nazi tomo su cara y abrió su boca, este cerro fuertemente sus ojos y...

¡Ahh~!— gimió, para ambos países fue música para sus oídos, las embestidas fueron cada vez más rápidas provocando que ese vergonzoso sonido saliera de él sin siquiera poder retenerse.

URRS...— hablo Third Reich, este asintió y tomo los brazos de Azteca con su brazo mientras que Nazi se acomodaba en el ano del Imperio.

Con dificultad, se adentro al prehispánico, quien soltó un gemido dolorido por su parte.
D-duele...— susurro bajito, URRS soltó sus brazos, sus dedos y los de Nazi habían quedado marcados en su piel.

Ambos países se quedaron quietos esperando las acciones del mayor, esperaban un golpe, que intentara huir, pero jamás esperaron que se abrazara al cuello del soviético.

S-son unos i-idiotas...— ambos países se miraron entre sí y asintieron, las estocadas eran lentas y profundas, pero poco a poco, fueron más rápidas.

Los gemidos de Azteca y los gruñidos de Nazi y URRS era lo que se escuchaba en ese cuarto, poco después, el imperio se corrió en el abdomen del soviético y el suyo.

Y, no mucho paso cuando su interior fue llenado.

A-asegurate de que su alma descanse bien...— dijo Nazi acostándose en la cama junto con un cansado Imperio.
S-si, todos descansaremos bien...—


















En este capítulo hay muchas pistas...

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