CAPITULO 9 GISELLE

Me dirijo a mi trabajo he tratado de no pensar en Jürgen, pero para mi sorpresa va a ser imposible. -Él está en mi lugar de trabajo hablando con mi jefe me sorprendió porque Eduardo mi jefe casi nunca viene a la farmacia y encontrarlo aquí me resulta extraño, aún más la familiaridad qué parece tener con Jürgen. -¿Qué diablos está pasando? pienso para mis adentros, -¿qué hace Jürgen aquí? trato de disimular mi molestia, pero es imposible.
Al rato sale Jürgen de la farmacia sin saludarme, y me pasa por un lado como sí no me conociera el muy imbécil, -¿qué se ha creído? -será cretino, pienso no es qué haya esperado qué me tratase como su novia ni mucho menos, pero debió al menos saludarme no ignorarme como lo hizo. -Pero si él quiere jugar yo siempre estoy preparada para el juego, desde qué salí de la tóxica relación con mi ex no hay una pizca de princesa en mí. -Ahora soy la reina malvada de los cuentos, la qué no va a permitir qué nada ni nadie la pisotee, la qué destruye antes de qué la destruyan.
Giselle escucho a mi jefe llamarme, -sí dime Eduardo ¿en qué te puedo servir?. Giselle puedes sentarte, -¡sí claro! - no vayas a tomar mal lo qué te voy a decir, pero desde hoy ya no vas a trabajar aquí. -¿Qué? Abro mis ojos asombrada por lo que escucho, pero -¿qué dices? ¿qué sucedió?; Eduardo no he cometido ningún error, llego todos los días a tiempo y me voy a la hora en qué cierras la farmacia.
-No necesitas decírmelo- añade, sé que eres excelente en el trabajo puntual y responsable. -Entonces ¿por qué me estás despidiendo? replico molesta. -No es lo qué piensas Giselle sólo qué hoy como podrás haber visto me ha visitado un amigo qué tenemos en común.
-¿Amigo?, refunfuño colérica, -¿cuál amigo? Jürgen por supuesto, me ha comentado qué es amigo tuyo y piensa qué no debes estar aquí.
-¿Cómo? Añado -¿qué importa lo qué piense él?. Además ¿por qué piensa qué no debo trabajar aquí? ¿qué te ha dicho ese cretino? Gruño muy enfadada. -Cálmate Giselle, sabía qué ibas a reaccionar así. -Y ¿cómo quieres qué reaccione? cuándo me estás echando; -no te estoy echando Giselle.

--¿No?. Y entonces ¿qué haces?, puedes explicarme -Giselle, susurra Eduardo eres una mujer inteligente y responsable mereces un trabajo qué sepa apreciar tú talento. Aquí aúnque llevas poco tiempo sé que no crecerás tienes un gran potencial, ¡explótalo!.

-¿Y dónde voy a trabajar? ¿dime tú? -sabes qué necesito él empleo, no puedo darme él lujo de volverme exigente con esta economía tal y como está. -Llama a Jürgen dice, él puede ayudarte. -¿Ayudarme? sí gracias a ese imbécil he perdido mi trabajo!. -Sólo llámalo responde y no me dice nada más.
Salgo furiosa de la oficina de Eduardo, tomo mi cartera y rápidamente me dirijo a mi moto, llamo a Isabella por teléfono antes de manejar -¿tan rápido me extrañas? responde Isabella al otro lado de la línea. -No estoy para chistes, espeto. -¿Qué pasa Giselle? pregunta Isabella.
Estoy furiosa el muy patán de Jürgen ha logrado qué me echen de mi empleo!. -¿Qué? grita Isabella, -¿estás bromeando? -¿Tú crees qué puedo bromear con algo así? Gruño por respuesta.
¡Cálmate Giselle! y explícame sólo sé qué Eduardo me echó, -pero ¿qué te dijo? pregunta inquieta Isabella -Nada sólo se limitó a decirme qué yo merecía algo mejor qué estaba perdiendo mi tiempo ahí. -Qué yo era muy inteligente para desaprovechar mi talento allí.
-¿Y qué tiene qué ver Jürgen con eso?. -Bueno, qué eso sucedió después qué Jürgen se presentara hoy en la farmacia, específicamente en la oficina de Eduardo el cuál me informó qué eran amigos y qué él le había dicho qué yo no debía estar trabajando ahí. -¿Y eso es todo?, pregunta Isabella. -¿Cómo qué si eso es todo? gruño. -¿Te parece poco?. -No, no es eso.
-¿Esa fué la explicación qué te dió Eduardo?. -Sí esa respondo de mala gana -¿Y qué piensas hacer?. -Bueno respondo, para eso te llamaba quería qué me hicieras un favor. -¿Cuál? pregunta ella. -Necesito qué averigües dónde está la empresa de Jürgen y George.
-¿Qué vas hacer Giselle? Nada, espeto sólo hacer qué se arrepienta de haberme conocido. -Giselle, -¿no crees que deberías llamarlo? -¿Llamarlo?, ¿Llamarlo?, rujo. El muy imbécil pasó está mañana por mi lado después de hacer qué me despidieran, sin siquiera voltear a verme cómo sí yo no existiera, grito histérica. Y sí hubiera sabido en ese momento lo qué había hecho, no hubiera dudado ni un segundo en saltarle encima y estrangularlo.
Isabella sólo me escucha en silencio, -no lo sé Giselle debe haber una buena razón -¿una buena razón? Gruño. -Ninguna razón hay para qué haga lo qué hizo. -Bueno eso no lo sabes añade. -¿Tú del lado de quién demonios estás Isabella? pregunto histérica. -Giselle eres prácticamente mi hermana tú sabes qué siempre estaré de tu lado pase lo qué pasé, suspiro.
Lo sé, lo lamento susurro, discúlpame Isabella estoy muy alterada y no quiero desquitarme contigo.

¡Te llamo luego! Y por favor avísame cuándo tengas la dirección de la empresa, ¡por favor!. -Está bien Giselle, déjame ponerme en eso, sé discreta añado le tengo una sorpresa a Jürgen. Suspira Isabella, -espero qué sepas lo qué haces. Claro qué lo sé respondo sarcásticamente, él qué no lo sabe es Jürgen no tiene idea de con quién se metió, va a desear nunca haberme conocido.
Subo a mi moto rumbo a casa de mi madre recojo a las niñas, mi mamá al verme se sorprende. -Giselle ¿qué haces aquí? pregunta suspiro, -luego te explico mamá; Aby y Alish suben a la moto me despido -¡luego te cuento si! -Ok dice ella, llegamos al departamento.
Niñas por favor vayan a darse un baño, mientras yo preparo la cena.-¿Estás bien mamá? pregunta mi hija mayor Aby, - Sí mi ángel, estoy bien -te veo molesta dice -No mi amor sólo estoy cansada, báñate con tu hermanita y se ponen a ver televisión mientras la cena está lista. -¡Ok mamá! Responde. -¡Mamá! añade mi hija -¿sí amor? Pregunto. -¡Te amo! -Yo te amo más princesa tú y tu hermanita son el mejor regalo qué me ha podido dar DIOS.
Han pasado dos días no he querido hablar con mi mamá, no sé cómo explicarle lo qué sucedió, porque ni yo misma lo sé. He llamado varias veces a Isabella y no ha podido averiguar nada, porque le dije qué lo hiciera de manera discreta de forma qué Jürgen ni George se enteren.
Suena mi teléfono y veo la pantalla es Isabella; -dime qué la tienes - añado sin dejarla hablar mi paciencia no es uno de mis fuertes, suelo ser impaciente al grado qué odio las sorpresas.
La tengo añade, -Giselle ¿estás segura? -¡Sí! espeto. -¿Cómo la conseguiste? -tengo mis formas ríe de forma perversa. -Está bien el método en sí no me importa, lo qué me interesa es qué no levantaras sospechas. -¡Claro qué no! soy una profesional.
-¡Será del sexo! Replico. -Bueno la tienes, ¿no es eso lo qué querías? dice. -Claro qué sí, ¡te debo una! -¿Una? -¡Me debes miles, Giselle!. -No seas exagerada río; -sólo piensa las cosas bien antes de hacerlas réplica, -¡está bien! añado.
¡Pues no te creo! Tú con lo enojada qué estás puedes hacer una locura, qué bien me conoce pienso, pero no se lo digo porque sí no se empeñaría en acompañarme, y no quiero qué estropee su relación con George, sé que es sólo sexo cómo ella dice, pero he empezado a dudarlo por el tiempo qué comparten. -Siempre están como sanguijuelas uno encima del otro.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top