O3. Condiciones.
Por favor, leer hasta el final, les tengo una grandísima noticia.
Todos los trabajadores se movilizaban de aquí para allá dentro del gran palacio, cumpliendo sus deberes, acatando órdenes, o simplemente esperando a ser llamados por el gran rey, en el caso de que este necesitase alguna ayuda.
El sol empezaba a caer y la luz se filtraba por la fina tela de las cortinas en todo el castillo. Los sonidos de pasos apresurados y voces conversando por los pasillos era lo único que cierto Omega castaño escuchaba, mientras se cuestionaba una y otra vez si lo que había hecho era una buena decisión.
Después de todo, si algo salía mal, todo caería en él; toda la responsabilidad y el peso de la situación estaba sobre sus hombros, y si no sabía cómo manejar todo aquello, sus seres queridos, e inclusive él, terminarían por caer.
No era tan estúpido como para dejarse llevar por las palabras de un rey que, hasta ese día, no le había demostrado ser digno de su puesto. Por ello, a petición del omega, se habían dirigido a algún otro lugar más privado, en donde no pudiesen ser escuchados por cualquier otra persona.
La gran sala estaba perfectamente iluminada. Una larga mesa de color oscuro, con mantel de color rojo y sillas alrededor, jarrones que parecían valer mucho más que un ojo humano, estanterías repletas de libros o simples decoraciones estaban repartidas por el lugar, resaltando mucho más que las simples paredes de colores neutros, siendo estas adornadas por algunos cuadros de colores brillantes. Todo con la intensión de transmitir tranquilidad, y perfecto para una sala de reuniones. Ese lugar era del que muchas personas hablaban, el lugar que solo los grandes líderes de pueblos tenían el placer de pisar.
Todos los lujos solo hacían que el pequeño omega se sintiera cada vez más fuera de lugar. Nunca había visto alguna reliquia, por más pequeña que fuese.
Porque a pesar de que todas las personas que habían estado al mandato, habían intentado que nada llegase a faltar a las personas del pueblo, para algunas personas, los problemas iban mucho más allá que la falta de algunas monedas de oro.
En la vida de Jimin todo fue muy complicado.
Desde que tenía memoria, solo habían sido los agradables señores que habían decidido darle un techo bajo el cual vivir, solo habían sido los señores Park y él. No eran sus padres biológicos, pero lo habían amado como a nada en este mundo, como al hijo que nunca podrían tener.
Hace diecinueve años, durante una noche de lluvia torrencial, una agradable mujer de nombre EunHa estuvo mucho más atenta de lo usual. Para todos en el pueblo solo se podía escuchar el claro sonido de las gotas de lluvia chocando con el suelo, o las hojas de árboles cercanos que revoloteaban debido a las ventiscas del húmedo clima. Pero casi como un bajo murmullo, la mujer estaba segura de poder escuchar algo más. Después de varios minutos pensando, llegó a una conclusión; no podía definir qué o quién producía el sonido que era opacado por la lluvia pero no iba a quedarse resguardada en casa cuando sentía perfectamente la intranquilidad de corazón. La omega convenció a su marido de ir a investigar por simple precaución, y ni siquiera se tomó la molestia de buscar alguna manera de cubrirse del agua fría que caía de los cielos. Salió de la pequeña casa en la que residía y caminó por varias partes del pueblo, pero ahora afuera, era inclusive más difícil buscar la fuente del ruido. Cuando estuvo a punto de rendirse y volver a casa, lo encontró.
Como cualquier cosa, acomodado en una canasta ubicada en una de las plazas de la localidad, un pequeño bebé con una delgada manta cubriendo su diminuto cuerpo. Sus manitas hechas puño intentaban cubrir su pequeño rostro que era golpeado con sutileza por las gotas de agua y su pequeña boca dejaba escapar incontrolables y desconsolados llantos con toda la fuerza que sus pequeños pulmones le permitían. Ese día volvió a casa totalmente alarmada y se encargó del pequeño bebé que ahora estaba bajo su cuidado y el de su alfa, mismo bebé cuyo nombre era 'Jimin', lo cual descubrió por un pequeño pedazo de pergamino que había logrado salvarse dentro de la canasta.
Los años pasaron y el pequeño niño creció. De mejillas regordetas, labios rechonchos y una insaciable sed de justicia e igualdad, criado con valores morales inquebrantables y un infinito amor por los suyos. Park Jimin se convirtió en un gran hombre de bien, dispuesto a todo por el bienestar de los demás.
Durante sus tiempos de estudiante, sus compañeros siempre le cuestionaban su parentesco con el señor Park Daesung y la señora Park EunHa debido a su nulo parecido físico, pero no le avergonzaba confesar como llegó a ser adoptado por tan maravillosas personas, si al final podía decir que esos increíbles lobos eran sus padres, en todo el sentido de la palabra.
Ahora, frente al imponente alfa Min Yoongi, no podía dejarse doblegar si lo que quería era el bienestar de tan maravillosas personas. Parado frente a la larga mesa de la sala de reuniones, el omega mantenía sus brazos cruzados y su mirada se mantenía firme ante el líder de la gran manada Min, quien intentaba por todos los medios hacerlo hablar.
-¿Está intentando tomarme el pelo? - cuestionó mientras alzaba una ceja, tomando asiento en una de las sillas de la mesa -No soy ningún tonto, Min.
-Un documento que certifique que habrá total protección para ti y para tu familia no es ninguna tontería - respondió -Estamos hablando de una orden totalmente válida y que todos los guardias posibles tendrán que seguir.
-Ese tipo de documentos son sacados en su nombre, Líder Min. Y son ese tipo de documentos los que usted puede retirar o cancelar en cualquier momento. Y pueden ser los mismos guardias que usted enviará los que estén detrás de todo. No voy a dejarme engañar.
La tensión era palpable en el ambiente, pero no por ello Jimin daría su brazo a torcer. Si ese alfa quería escuchar alguna declaración, tendría que ser bajo sus condiciones y solamente cuando él quisiera.
-Yo propongo algo mucho más sencillo... - Jimin apoyó sus manos en la superficie de la mesa y apoyo su peso y parte de su torso en esta, acercándose al contrario de manera que pudiera verse amenazante -Una prueba.
-¿Una prueba? - Yoongi alzó una ceja en confusión -Agradecería que fuese un poco más claro, omega Park.
-Quiero que usted me pruebe, de la manera que sea, que puedo confiar en usted. Esto no es un juego para mí, y no solamente está mi vida en juego.
-¿Has perdido la cabeza? - inquirió el pálido, abriendo sus ojos más de lo usual por la extraña rabia que empezó a embargarlo -¿Es que acaso alguna vez has visto a un rey implorar a alguien?.
-No estoy buscando sus súplicas, porque no me interesan para nada. Estoy siendo claro, hasta donde sé. Mis exigencias no son demasiadas, ¿Cierto?. Considérelo como la única opción que tiene para descubrir todo este embrollo. Dudo mucho que alguno de sus subordinados venga a informarle sobre este tema, y mucho menos que le digan quienes son los culpables. Puede pensarlo, claro está, pero recuerde siempre que el tiempo pasa, y más personas inocentes pagan las consecuencias.
Sin más que decir, el castaño se puso de pie y empezó a caminar a la puerta. No había pasado ni siquiera diez minutos en ese lugar, y ya sentía la necesidad de irse. Necesitaba huir y desaparecer la intranquilidad de su lobo, necesitaba limpiar su consciencia, a pesar de que muy en el fondo algo le decía que estaba haciendo lo correcto.
Justo cuando su mano tomó el agarre de la puerta, la voz del alfa lo hizo detenerse, y se dio la vuelta.
-Acepto tu proposición. Pero juro que si simplemente estás jugando, y no es nada serio en realidad, te haré nadar en el lago con piedras atadas a los pies - la mirada del rey era filosa, intentando asustarlo, pero el resultado fue uno distinto. Cuando sus ojos conectaron, la piel del Omega terminó erizandose, hundiéndose en la profundidad del contrario.
Luego de un par de segundos, avanzó hasta el pelinegro. Yoongi pensó que por fin, en ese momento, el chico terminaría arrodillándose o haciendo una simple inclinación, pero lo que realmente hizo le provocó un gruñido de frustración.
Jimin tomó la gran mano del contrario y la estrechó como si acabasen de cerrar un trato.
-Estoy seguro de que fue una buena elección.
Pero, muy contrario a como el castaño creía que serían las cosas, el alfa soltó su mano apresó su antebrazo con algo de fuerza, pero no la suficiente para hacerle daño, y lo hizo caminar por los pasillos con rapidez, y Jimin podía apostar uno de sus ojos a que no lo llevaba precisamente a la salida del castillo.
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Sí, ya sé que me tardé mucho en actualizar.
Chanclazos para la escritora aquí 👉
Tenía (y posiblemente tengo) un bloqueo escritor que para qué les digo. Últimamente no pude escribir nada más que unas simples frases, pero hoy me dije a mi misma que no podía seguir atrasando la actualización de este fic.
Y pasando a temas más importantes...
No crean que pase todo este tiempo haciendo el flojo, porque a pesar de que no escribí demasiado, llegue a planear muchas cosas, y entre ellas, está una saga de one shot (por el momento, estoy preparando unos seis) dos de estos serán NamJin, otros dos del KookTae y los últimos dos serán del YoonMin, y absolutamente TODOS tendrán Smutt.
¿Qué será lo más interesante de esta saga?, Pues, que les digo que cada uno de los libros estará basado o se inspirará en una canción 7u7 ya se podrán imaginar que tipo de canciones (y no, no son músicas de trap).
El nombre de la saga será Hablemos de música, y a pesar de que aún no tengo una fecha exacta de publicación, puedo asegurarles que estoy haciendo mi mayor esfuerzo por sacarla rápido. ¿Estarían dispuestos a leerla?, ¡Puedo hacer dedicaciones! Ó╭╮Ò
Gracias por leer 🌺
-Dovely/DiMo.
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