O11.
—¡Nos conocimos en Taipéi, en la galería Hong-gah, y después vimos muchas partes hermosas juntos, Rosie! ¡Honeymoon Bay fue mi playa favorita! —Lisa hablaba emocionada de su viaje mientras comía sus fideos.
Mark tenía su brazo alrededor de los brazos de Lisa.
Rosé veía muy mal a Mark.
—Mark me mostró todas las playas que pudo. —Lisa suspiro feliz y le dio una sonrisa linda a Mark, quien sonrió feliz.
—¿Ah, si? —Rosé picoteo con su tenedor su pollo agridulce.
—S-Si, Lalisa le gustaba... —Mark buscaba las palabras, con su fuerte acento remarcando las palabras—. ¡Profundo en la playa! —Mark sonrió.
Rosé apretó su mandíbula.
¿Profundo en la playa?
¿Acaso ese idiota se acostó con su omega en la playa?
Ese maldito idiota de ojos miel y emoción en su rostro cuando lograba decir una oración completa en Coreano.
Lisa sonrió dulce hacía Mark, y después rió un poco, viendo a Rosé.
—¿Querías decir que me gusta ir a lo profundo en el océano? —Lisa preguntó en Chino, mientras le sonrió dulce a Mark, el chico sintió sus mejillas sonrojarse.
¿Ahora hablan en su idioma súper romántico frente a ella?
Excelente, están enamorados y ahora Rosé morirá sola con siete gatos y un perico.
—Si, que vergüenza, no quiero no agradarle a tu amiga, pero no recuerdo las palabras. —Mark se veía sonrojado y Lisa le sonrió dulce y acarició su mano, que estaba en su hombro.
¡Ahora de seguro se proclamaron su amor frente a Rosé!
Rosé tenía una sonrisa muy forzada en su rostro.
—Markie quería decir que me gusta ir a lo profundo del océano a nadar —Lisa le sonrió dulce a Rosé—, alguna vez deberíamos ir a la playa, Rosie.
Lisa le ofreció a Rosé esa sonrisa que solo Lisa le podía ofrecer.
Esa sonrisa amorosa y llena de cariño que hace que sus piernas tiemblen.
Después de que terminaron su comida salieron del restaurante, con una Rosé sintiendo los celos a flor de piel y reprochándose a si misma.
JiSoo tenía razón.
Mark trataba tan bonito a Lisa.
Le sonreía constantemente.
Contaba chistes en su idioma e incluso en Coreano o Ingles, ¡Y eran buenos chistes!
Claramente él era un rayo de sol.
Rosé no era un rayo de sol como Lisa, y eso la hacía sentir inferior.
Al salir del restaurante se fueron caminando al departamento de Lisa.
Mark contestó una llamada.
—T-Tengo una urgencia con el museo, perdieron obra arte en camino aquí —Mark tartamudeaba un poco, confundiendo los idiomas—. Te veo luego, cielo. —la alfa dejó un beso en la mejilla de Lisa y se despidió de Rosé.
El sol empezaba a ocultarse y Rosé veía a Lisa.
Su Lalisa.
La Lalisa que le gustaba de seguro desde hace mucho tiempo, pero ella no podía aceptarlo, porque Lisa era lo que más le gustaba de su día y perderla porque ella no sabía como ser una buena alfa la haría perderla.
—¿En que piensas, Rosie? —la omega se acercó un poco a Rosé, sus hombros se tocaban y Rosé podía apreciar el delicioso aroma a fresas—, haz estado callada durante toda la cena, quiero decir, eres callada pero no tanto, ¿Sucede algo?
Rosé se detuvo y vio a Lisa.
Lisa, Lisa, Lisa, Lisa...
—Y-Yo... No, no sucede nada. —Rosé acomodo un poco su cabello.
—Haces eso cuando estás nerviosa.
—¿Qué cosa?
—Acomodar tu cabello —Lisa se acercó un poco. Acarició el cabello de Rosé, peinándola como siempre lo tiene—, estas nerviosa.
La cercanía del rostro de la omega hacía a Rosé sentir su corazón bombear fuerte y rápido, además de sentir esa extraña sensación en el estómago de cuando estas con alguien por el que siente algo más fuerte...
Sus dulces labios frente a ella, de un rosa oscuro natural y delgados pero pomposos al mismo tiempo, deben de sentirse exquisitos...
Su piel bronceada dejaba ver unas pequitas diminutas en el puente de su nariz y sus mejillas, además de que sus ojos veían directamente a Rosé y sus manos seguían acomodando el cabello de la Australiana.
Rosé estaba tan cerca de su deseo.
Solo con un movimiento ella podría acercarse y saborear esos dulces labios, besar sus hermosos y tersos labios, saber si saben a fresas o a mentas, como Lisa acostumbra a comer mentas.
Con un solo movimiento Rosé podría cumplir su deseo de besarla y después llevarla a su apartamento y hacerla completamente suyo, para que ningún otro alfa sienta que pueda tocar sus hombros, sus manos o su cuerpo en general, saber que es solo de Rosé.
Un solo movimiento...
—Listo —la omega se alejó y le sonrió a Rosé—, ahora te ves igual de hermoso que siempre.
—G-Gracias. —Rosé tartamudeó.
¿Qué le sucede? ¿Por qué actúa como estúpida?
Rosé relamió sus labios y sacudió un poco la cabeza.
—Entonces, tu viaje fue bueno... Además de que conociste a ese... Alfa. —Rosé tragó seco.
—Conocí a Mark, si. —la omega camino junto a ella—, nos la pasamos bien, yo estaba sola porque Jennie no pudo ir a este viaje porque tenía que inspeccionar unas galerías en Nueva Zelanda, pero si... Mark me ayudó a no sentirme tan sola en Taiwán.
Lisa sonrió melancólica.
—¿Qué tal estuvieron tus días sin mí? —Lisa sonrió—, seguramente muy aburridos.
Rosé rió y asintió.
—Te extrañe demasiado —la alfa vio el hogar de Lisa cerca—, no podía soportar la rutina sin ti.
Lisa sonrió y se acercó más a Rosé, pegando sus hombros.
—No volveré a irme tanto tiempo, sino creo que morirás de aburrimiento —Lisa sonrió—. ¿Quién te hará reír cuando tropiece con cajas de cereal o cosas apiladas?
Rosé sonrió.
—creo que nadie —llegaron a la puerta de la casa de Lisa—, nadie podría tomar tu lugar en mi vida, siento que sin ti no estoy viviendo... —la alfa se detuvo frente a puerta y acarició el cabello de Lisa, acomodando su flequillo—. Eres como el sol, eres mi sol.
Lisa sintió sus mejillas sonrojarse y sus ojitos veían con ese brillo que tanto adoraba hacia Rosé.
—¿Un sol? —tartamudeó la omega.
—Tienes una vibra energética —la alfa acarició la mejilla de la omega, y se acercó un poco más, sus rostros estaban cerca y sus respiraciones chocaban la una con la otra—, y eres cálida y muy bonita.
—¿M-Muy bonita?
—Hermosa, brillante, extraordinaria... —la alfa acercó un poco más su rostro.
Sus labios estaban cerca de rozarse, con sus respiraciones fuertes y una de las manos de Rosé en la cintura de la omega y la otra en su mejilla, acercándola.
Lisa sentía sus piernas dejando de cooperar y dejándose caer hacia la alfa frente a ella, que la embelesaba con sus dulces palabras, pero manteniendo ese tono característico de ella, un poco fría pero muy en el fondo lleno de emoción.
—M-Me gust-...
Lisa hablaba hasta que la puerta de la casa se abrió, dejando a ver a Jennie con una bata de color rosa y una mascarilla verde en su rostro.
—¿Qué rayos hacen aquí afuera, locas? —Jennie tenía una taza de té en sus manos.
Las dos se habían alejado un poco por el susto de la puerta abriéndose, y dejando ver esa brillante luz amarilla.
Lisa rió nerviosa.
—N-Nos vemos mañana, Rosie. —la omega dejó un beso en su mejilla, y entró a la casa empujando el hombro de Jennie.
Jennie la vio rara, y después vio a Rosé.
—¿Quieres té? —le acercó la taza.
Rosé negó, y se despidió empezando a alejarse de la casa.
Casi besaba a Lisa.
Casi podía saber como se sentían esos labios afrutados.
Casi la besó y se dirigió a su casa con su corazón latiendo fuerte y mariposas en su estómago.
¡Gracias por leer!
—🌷
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