capitulo 34

¿A qué horas son? Siento que he dormido por mucho tiempo, sigo sintiendo somnolencia. Mi cuerpo se sigue sintiendo pesado, es como si me arrolló un auto yendo a alta velocidad, me estrelle con el y luego salí rodado hasta que impacté con un árbol. Lo digo de manera literal, ya he sido arrollado por un auto. Se siente como la mierda.

Solo que, en este caso, se siente un poco más diferente, lo que duele es mi cintura y un poco de incomodidad en ese lugar. Perdí la cuenta de cuántas veces lo hicimos. El rut de Karl, terminó en el segundo día, pero seguimos teniendo relaciones hasta que nuestros cuerpos quedaron sin resistencia alguna. Todavía siento flácidas mis piernas.

Fueron días muy pero muy satisfactorio, Karl es esto un semental. Sus caderas se movían como si nunca fueran a cansarse, de igual manera apreciaba mi cuerpo con la máxima gentileza y dulzura.

Mael se mueve un poco en los brazos de Karl, esté lo tiene fuertemente sostenido con protección en sus brazos. El Omega no tenía tanta libertad para moverse a su antojó, pero tampoco es que le moleste ser sostenido de esa manera por el alfa.

—¿Despierto?—Frota su rostro en la mejilla de Mael—¿Te sientes incómodo en alguna parte?—Su mirada conecta con la de color lila.—¿Duele algo? ¿Necesitas? ¿Llamó al médico?

¿Que diablos a comido aparte de mí cuerpo? Sus acciones y gestos son muy dulces, ¿Dónde quedó su cara de estreñimiento?...¡¿Recuerda todo?! No, no lo creó, ¿Oh sí?

—¿Hasta que punto puedes recordar?—No tenía ningún problema con que recordara, pero por alguna razón me siento nervioso, eso me causa molestia. Es como si temiera a su respuesta.

Me siento tan molestó conmigo mismo por sentirme de está manera, es por eso que odió las emociones humanas, son un dolor de culo.

—Recuerdo todo—Sube arriba de Mael, apoya su pesó en cada una de sus manos—Cada una de tus palabras, caricias, miradas, besos. Todo—Sonrío.

El corazón de Mael comenzó acelerarse, con sus manos cubre el rostro brillante de Karl, ver esa nueva expresión le causa cierta felicidad, también extrañes. Después de todo, está acostumbrado a ver la fría expresión del alfa.

—¿Te molesta que lo recuerde?—Senti una punzada en mi pecho—Si gusta puedo olvidar, si eso te hace sentir cómodo...

—No es nada de eso—Retira sus manos del rostro de Karl, se ven a los ojos—Te hubiese hecho recordar a puros golpes, no iba hacer el único en recordar tus ridículas cursilería—Pasa sus manos por el pecho mordido, marcado con muestras de cariño dejadas en el alfa.

—Entonces ¿Está bien que me gustes? ¿Tengo una oportunidad? No quiero verte llorar, y si lloras quiero que lo hagas cuando esté junto a ti, yo llorare contigo.

Mael solo se quedó escuchando atentamente cada palabra dicha desde lo más profundo del corazón de ese alfa, que lo ve con nerviosismo y temeroso por la respuesta del Omega.

—Te sostendre y te esconderé de todo aquello que te haga sentir ansioso, Voy a limpiar tu camino para que solo puedas ver lo hermoso que puede ser el mundo, solo permíteme cargar con tus dificultades. Caminar juntó a ti.

No puedo seguir negado lo que es evidente, este hombre que se vuelve una persona diferente cuando está conmigo, se metió en mi corazón. Dejó de estar congelado para poder latir ferozmente por una sola persona llamada; Karl Quinn, mi esposo....Vaya mierda de desarrollo.

—En este momento tengo muchas ganas de golpearte, hacerte pagar por meterte dónde no deberías haberte metido, por ver sonreído con esa maldita pero hermosa sonrisa. Mí corazón estaba bien sin sentir nada...al final cayó por tu ardiente cuerpo...digo tus raros encantos.

—¡Eso quiere decir que sientes lo mismo que siento por ti!

Karl había dejado de respirar, no podía creer lo que había escuchado. Creyó que sería rechazado a la primera, pero eso no lo detendría, seguiría luchando hasta obtener una respuesta positiva. Desde un principio sabía que no sería fácil, pero escuchar esas palabras lo dejaron sin aliento.

Su pecho empezó arder como si se hubiese quemado con un hierro caliente. Pero, él estaba tan sumergido en las emociones, que ese dolor no se sintió tan doloroso.

Estaban tan concentrado en mirarse uno al otro con esas hermosas miradas, que ninguno de los dos se dió cuenta de como en el pecho de karl, volvió a surgir la mordida que Mael, había dejo ese día cuando tuvo su celo.

—Tomarlo como quieras tomarlo—Sonríe bajito, esa sonrisa no pasó desapercibida para el alfa—Muevete, quiero ir al baño.

—Por favor—Esconde su rostro en el cuello de Mael—Si no me lo dices, es como si fuese un no—Lame el cuello del Omega—Mael—Susurra.

Mael no quería decirlo en voz alta, sabía que si lo hacía no había vuelta atrás. Solo suspiro profundamente, abraza el cuerpo esculpido de su esposo.

—No sé cómo mierdas paso, pero si. Lograste agregarle más problemas a mi vida—Acerca su boca cerca del oído del alfa—Tienes suerte de tener un cuerpo como este, ardiente, fornido, seductor, justo como me gusta....

—¡Mael!—Levanta su mirada, ve esos preciosos ojos color lila, que tienen una mirada burlona.

—Me gustas—Su mirada es muy seria, no había ni la más mínima vacilación—Si escuchastes bueno y si no, bien también....

Los labios de Mael fueron atrapados por los del alfa. Karl se encuentra extasiado de una inmensa felicidad, quiere hacérselo saber al omega, con sus besos.

—Quitarte de encima, encerio necesito ir al baño—Lo jala del cabello—Mis labios se sienten dormidos, si sigues así, perderé la sensibilidad.

—Bien, lo entiendo—Vuelve a besar los labios del Omega—¡Agh!—Mael lo había mordido.

—No creas que tendrás las cosas fáciles solo por las palabras dichas de hace un momento, eso no cambia en nada la relación.....

—Todo mi dinero es tuyo—Suelta así sin más.—No perderás nada de tu dinero que fue acordado.

—¡De verdad!—Con sus piernas se aferra de la cintura de Karl.—Te golpearía si llegarás a quitarme lo que me pertenece.

—Lo digo muy enserio—Sus ojos brillan tan bellamente al escuchar dinero, es tan lindo—Pero quiero que está relación deje de ser un contrato. ¿Sí?—Se levanta de la cama.—¿Quieres ser mi novio?—Lo levanta en sus brazos.

—¿No crees que eso es muy ilógico? Ya estamos casados.

—Este matrimonio será anulado de acuerdo a la cláusula del contrato de un año.—Ahora me estoy arrepentido por lo estupido que fuí, debí agregar más años.

Quiero atarlo a mí de alguna manera, temo que el día de mañana, se marché y me deje sin mirar atrás. Aunque me haya dicho que le gustó, no puedo saber lo que pasa por la mente de Mael.

—No es necesario que me pidas algo así. Pero si eso te hace sentir seguro de está relación, está bien. Aceptó ser tu novio—Lo mira a los ojos—Eres mío desde el momento en que invadistes mi vida—Lleva su mano detrás de la nuca de Karl.

Mael sumerge sus dedos en ese azabache cabello, de un momento a otro lo jala con un poco de fuerza. Karl ni siquiera se siente molesto por ese tirón de cabello.

—No pienso dejarte ir y si llegará un momento en el que ya no me veas con esa mirada dulce, ese día te mato—Hablo seriamente con una mirada fría—Si no te tengo, nadie más podrá hacerlo. ¿Sabes en lo que te metiste? Te enamoraste de una mala persona y una muy egoísta.

Su voz era tan firme al igual que esa mirada que no muestra ni la más mínima vacilacion, pero su mano la que sostiene mi cabello, está temblando un poco. Él también está temeroso de que descubra su verdadero yo. Que eso me haga cambiar mi opinión con respecto a él, que lo llegué ver de diferente manera e incluso que mis sentimientos se vayan.

—No te voy a dejar—Acaricia el rostro de Mael—Esta mirada dorada seguirá viviendote por siempre sin importar nada, no cambiará en ningún momento. Yo también puedo llegar hacer una persona muy egoísta y posesiva, así que, no intentes huir porque no tienes a dónde correr.—Besa la frente de Mael.—Eres mío y yo tuyo.

De alguna manera ambos están un tanto locos, Mael por amenazarlo de esa manera, Karl por aceptar esas palabras de la mejor manera. Quizás en verdad nacieron para estar juntos.

Al llegar al baño, los dos se metieron bajo la regadera. Karl bajo de sus brazos al omega, pero sigue sosteniéndolo para que no se sientan tan incómodo al estar de pie.

—¿Que estas haciendo?—Karl le había quitado la ropa interior a Mael. Con sus manos sostiene el duro miembro del Omega, la reacción de todas las mañanas.

—¿No dijites que querías venir al baño?—Karl está detrás de Mael, presionando la dura erección en los glúteos desnudos del menor—Te estoy ayudando, vamos. Sueltalo.—Susurró cerca del cuello de Mael.

—No pedí tu ayuda. ¡Aparte quería ir al baño, no a la regadera!...Nmg~—Sus manos están frotando suavemente mi glande—Karl...Nng~—Si sigue frotando, no podré contenerme más. Es una sensación extraña pero a la vez tan excitante.

No sé si lo que quiero es orinar o correrme, quizás ambas casas. Estoy conociendo diferentes lados y comportamientos raros de Karl. No es solo una persona digna y correcta que viste esos lujos trajes, es mas un maldito pervertido camuflajeado con la fachada de ser un alfa frío e insensible.

—¿Puedo ponerlo?—Jadea—Quiero entrar en ti, pero no quiero hacerte sentir incómodo.

Karl tiene una mano en el estómago de Mael, con la otra acaricia todo el tembloroso cuerpo del menor, sus dedos no han dejado de jugar con los erectos pezones del Omega.

Con sus labios llena de besos toda la espalda del mas joven, al chupar esa piel blanca, también chupa el agua que moja sus calenturientos cuerpos.

—No..pidas permiso, solo ponerlo...¡Aaah!

—¡Apretado, suave! Me estoy volviendo loco el solo estar dentro de ti—Jadea—Demasiado bueno...me gustas tanto esposa..¡Nmg~!—Mael me está apretando con su interior, en cualquier momento puede llegar a partir en dos, mi descontrolado miembro.

—Karl...

—Solo dejarlo salir—Muerde el lóbulo de la oreja de Mael—Yo también estoy en mi límite.

—¡Aahh!—Extraño, ésto es muy raro...mi cuerpo no deja de tener espamos.

Karl, había rozado ese punto dulce del Omega. Mael dejó caer su espalda en el pecho de Karl, de ese emocionado miembro salía algo turbia entre orina y semen. Es como una fuente viviente.

El alfa no se quedó atrás, mancho con su semilla toda la hermosa espalda del mas joven. Mael con cuidado di una media vuelta para poder ver a Karl, este tenía una mirada tan seductora.

—Eso fue muy extraño—Apoya su frente en el hombro de Karl—Pero a la vez tan excitante—Mis piernas se han vuelto más flácidas, si no fuera por qué Karl, me sostiene. Ya hubiese caído al suelo de está lujosa ducha.

—Eres tan adictivo, quiero cometer por completo—Lame la mordida en el cuello de Mael—Quiero estar dentro de ti, todo el tiempo...

—¡Quieres matarme!—Golpea el pecho de Karl—De por si, mi cintura ya me está torturado ¡Esa cosa entré tus piernas no es normal, su tamaño no es normal!

Aún dormida sigue viéndose grade y gruesa, me sigo preguntando ¿cómo es que puede entrar toda en mí? ¿Todos los alfas son anormales o solo Karl es el anormal?

—No puedo controlarme cuándo se trata de ti. Cierra los ojos—Deja caer Shampoo en el cabello de Mael—Me vuelvo loco con solo verte—Masajea suavemente el cabello del Omega—Hasta en controlar mis emociones me he vuelto inexperto, pero eso solo pasa cuando estoy cerca de ti.

Se sentía tan bien en la manera que masajea mi cabello, es una sensación tan agradable. No está mal que de vez en cuando lo mimen a uno.

—No me importa que actúes cómo un idiota cuando estamos a solas, pero enfrente de las demás personas, mantener tu expresión de siempre.

—¿Por qué?—Se tensa—¿Te molesta?—¿Acaso le gusta verme con esa mirada fría?

—No es eso—Abre sus ojos, el shampoo ya había sido retirado.—No quiero que vean esa parte que me pertenece solo a mí, solo yo puedo ver esa versión ¿entendido?

Si no se acercan a Karl, es porque siempre lleva esa mirada de estoy cagado cubitos de hielo, con solo verlo sé petrifican. Pero al ver que tiene un lado lido, dulce, caerían demasiadas moscas. Y ya tengo suficiente con Cade, ese tipo ahora sí, tendrá que morir si sigue con la tonta idea de querer luchar por mi lingote de oro.

Los dos salieron de la ducha envueltos en sus respectivas batas de pareja, fueron directamente al clóset a vestirse con una ropa casual pero abrigadora para no pasar frío.

—Tengo mucha hambre—Cierra sus ojos mientras deja que Karl, humedece su cabello con una crema especial para mantenerlo sedoso y brillante.—¿Y tú?

—Tambien tengo mucha hambre—Mira la parte trasera de Mael.

—¡No veas mi culo con esa mirada descarada! Tú en verdad, eres un pervertido lujurioso—Le pega un buen golpe en el pecho.  

—¿Como sabes que estaba viendo tus glúteos?—Apreta esas rondas y firmes pompas.

—No es necesario verte para saber que lo haces, puedo sentir tu penetrate mirada en mí—Karl guardaba un lado como este. No hay que juzgar un libro por su portada.

—Antes de bajar a la sala, ten tengo una sorpresa—Lame la mordida visible en el cuello de Mael. Karl escogió la ropa de el Omega, quería que vieran su marca en ese blanco cuello.

—¿Que es?—Dio media vuelta para ver fijamente al alfa—Dime.

—Vamos, lo tengo en la cama—Lo levanta en sus brazos.

—¡¿Que?!

—No es lo que te imaginas, aunque quisiera volverte hacer el amor, soy muy consciente que estás cansado. No voy a llevarte al límite, tenemos mucho más tiempo para hacerlo todos los día por el resto de nuestras vidas.

Mael sentio un sabor amargo y una extraña y muy desagradable sensación al escuchar "para toda la vida" no tenía toda una vida, su tiempo es más corto de lo que Karl, podría imaginar.

—¿Pasa algo?—Logre sentir cierta inquietud.—¿Es muy incómodo? ¿Tu cintura sigue doliendo más?—Lo deja en la cama.

—Por supuesto que es incómodo—Apreta las mejillas de Karl—Es un milagro que siga caminando, pero estoy bien, la incomodidad se esfumara gradualmente con el pasar de las horas. Tú también ya pusites cierta crema en ese lugar—Sus mejillas se sonrojan un poco—¿Cuál es la sorpresa?

—Cierra tus ojos—Mael así lo hizo.

Karl saco de las gavetas del buró, dos lingotes de oro. Francis había venido a dejarlos hace un buen rato, mucho antes del tiempo que su jefe le había dado.

—Abrirlos—Dejo los dos lingotes de oro en las manos de Mael.

No era necesario abrir sus ojos para saber lo que sus manos estaban sostenido. Mael había descubierto que eran con solo tocarlos, eso lo transportó a la época dónde era emperador. En esa vida se cansó de tanto tocar esas barras de oro puro. Hubo un tiempo dónde quería volver a esa vida, era cansada pero tenía lo suficiente para comer y darle de comer a su pueblo.

—¡¿Son míos?!

Ese color lila tiene una mirada tan brillante como lo es el oro, que sostienen sus temblorosas manos, aún no podía creer que Karl, le dio dos lingotes cómo si fuesen nada.

—Sí—Adorable, es como ver un niño emocionado por saborear un rico dulce. Ese ser indiferente desaparece cada vez que tiene o ve algo que le gusta—¿Son suficientes dos?—Acaricia con dulzura esos dos ojos emocionados.

—Por ahora, sí—Que cositas más bonitas, brillan tanto como mi insertó y complicado futuro.—¿No vas a decir que te los de vuelva después?—Los esconde—¿Verdad?

—Claro que no—karl quería reírse por los lindos gestos que está haciendo Mael—Son tuyos, puedes hacer lo que quieras con ellos—Besa las mejillas del Omega—Vamos a comer.

Mael volvió a poner los lingotes de oro en la gaveta, los dejo bajo llave. La lleve la aguardo en su bolsillo. Karl lo levanta en sus brazos aún cuando el Omega le dice que puede caminar.

—Quiero llevar a mi madre a un chequeo. Necesito saber si puede volver a caminar—Le hace saber sus pensamientos.

—¿Cuándo?

—Pensaba hacerlo mañana, no puedo posponerlo más.

—¿Quieres que te acompañe?

—Si, pero no. Quiero que seamos solo los tres.

—Bien, si sucede algo solo llamarme ¿De acuerdo?

—Si...

Pude sentir la manera en la que Mael, se tesón y de como se aferró con fuerza de mi camisa. Lleve mi mirada al mismo lugar dónde el estaba viendo, ahí estaban los padres de Donovan. Donovan, Cade, y todos los demás ¿Cuando se reunieron todos y por qué están aquí?

—Todo estará bien—Susurre para calmar sus temores—Estoy contigo—Volvi a susurrar con cariño para hacerle saber que no está sólo.

¿Por qué siente tanto temor y dolor al ver a los padres de Donovan? ¿Los conocía anteriormente? ¿Le hicieron algo? No lo sé. Solo sé que, todo aquel que llegue a perturbar su felicidad, tendrá que ser destruido. De eso me encargaré yo.

Puede sonar despiadado de mi parte ya que los conozco desde siempre, pero Mael es lo que quiero y quiero que sea feliz.

Si Karl ya está así, de sobreprotector ¿Como se podría al saber por todo lo que ha pasado Mael? Y que quizás alguien de su propia familia es la culpable de todo el sufrimiento causado a su Omega, la persona que tanto le gusta, de la cual está enamorado hasta los huesos.

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