CAPÍTULO 17: UNA PESADILLA

N/A: Muchas gracias a todos por leer y comentar... Creo que serán unos 19 capítulos, así que ya estamos en la recta final...

CAPÍTULO 17: UNA PESADILLA

Hunter estaba totalmente furioso. Había estado consolando a Blaine tras su ruptura y deseaba hacer algo que vengara a su amigo, pero éste le había pedido expresamente que no lo hiciera. Por muy dolido que estuviera, Anderson no era de ese tipo de personas.

Sin embargo, no habían conseguido que Sebastian prometiera no hacer nada y, por eso, el castaño entró con determinación en los vestuarios mientras el equipo de fútbol se preparaba para salir al entrenamiento.

–Sebby, ¿qué haces aquí? –Clarington preguntó sorprendido y, al no obtener respuesta, se apresuró hacia él. A pesar de su esfuerzo, no llegó a tiempo para evitar que le diera un puñetazo a Sam en el ojo.

–¿Crees que puedes dañar a Blaine así sin que ninguno de nosotros reaccione? –Smythe no pudo volver a pegarle porque Hunter lo sujetó por la cintura.

–No quería hacerle daño. Yo... –El rubio intentó defenderse mientras comprobaba que su labio estaba sangrando por el golpe.

–No mientas. Que esté sujetando a Sebastian en este momento es sólo porque Blaine no quería que te hiciéramos nada, no porque no quiera darte yo unos golpes por mí mismo. –Clarington respondió serio.

–Es cierto que me acerqué a Blaine porque era el capitán de los Cheerios y era el único soltero, pero... –Evans volvió a intentar explicarse, pero nuevamente fue interrumpido.

–¿Quieres que te mate? ¿Te ríes de él y tienes el valor de admitirlo para poner alguna excusa barata? –Smythe estaba encolerizado, realmente se sentía impotente porque apenas había causado daño en esa persona que tanto odiaba.

Jeff y Ryder ayudaron a Hunter a sacar a Sebastian del vestuario mientras Mike se acercaba a ver cómo de grave era el golpe que había recibido Sam. La discusión acabó ahí, afortunadamente para todos.

Aunque Sebastian no fue capaz de golpear a Sam más que una vez, todo el McKinley se enteró de lo que había pasado entre Evans y Blaine. Los rumores se habían esparcido por todo el lugar con tanto detalle que todos dudaban de donde habían salido. Sabían absolutamente todo lo que había pasado, por lo que alguien en el que uno de los dos había confiado los había traicionado o les habían escuchado sin que ellos lo supieran, porque era imposible que supieran cosas como la lista.

Sin embargo, las consecuencias de ese hecho nadie podría haberlas previsto. Anderson era el líder de uno de los dos grupos más populares del instituto y verlo en una situación tan vulnerable había conseguido que muchos comenzaran a cuestionar su autoridad.

Antes de ir al comedor, se cruzó con Azimio y Karofsky, dos de los populares del otro grupo y lo empujaron contra las taquillas antes de reírse.

–¿Crees que alguien va a poder amar a alguien como tú alguna vez? Eres un loser y un nerd y por fin ven tu verdadera cara. –Dave chocó la mano con la de su mejor amigo antes de seguir caminando.

Apenas pudieron dar dos pasos cuando Sam llegó y agarró a Karofsky de la chaqueta que lo distinguía como jugador del equipo de fútbol americano.

–Como vuelva a ver que pones un dedo encima de Blaine te aseguro que no tendrás rincón en el que esconderte. –El rubio amenazó con firmeza. Tardó poco en sentir las manos de Azimio separándolo del otro.

Evans estaba preparado para recibir el golpe cuando sintió que lo soltaban. Se dio cuenta de que Jeff, Brittany, Hunter y Sebastian habían llegado, por lo que esos dos cobardes habían huido sin decir nada.

–¿Estáis bien? –La chica preguntó abrazando al capitán de los Cheerios.

–Son unos cobardes... ¡Qué vengan a ver que les hacemos! –Smythe gritó enfadado.

–Tienes que calmarte, no ganamos nada con ser agresivos. Tenemos que ser inteligente, la venganza se sirve en plato frío. –Clarington comentó relajado.

–No quiero que haya venganza. –Blaine intervino, siempre el más tranquilo y pacificador.

–No, esta vez no. Tu liderazgo está siendo cuestionado y puede suponer un problema para todos, tenemos que protegernos. –Sterling estuvo de acuerdo con los otros.

–Yo quiero ayudar. –Sam comentó, esperaba que aceptaran que todavía era uno de ellos.

–¿Quién dice que vayamos a contar contigo? –Los ojos verdes de Sebastian lo miraron con desdén. –Da gracias que no te rompo la cara y déjanos en paz.

Smythe agarró la mano de Anderson y comenzó el camino hacia la cafetería. Hunter los siguió, feliz de que todo quedara ahí y no tener que enfrentarse más a nadie. No es que evitara los conflictos, pero no quería empezar una guerra hasta estar seguro de que podía ganar.

Jeff se volvió para esperar a su novia, pero vio que esta se acercaba a Sam y le besaba en la mejilla.

–Necesita tiempo, pero te perdonará... Y Sebastian y Hunter harán lo que él diga, así que todo estará bien... ¿Por qué lo hiciste? –La chica preguntó. Ella sabía que su amigo amaba a Blaine, por lo que debía haber algo más.

–Es cierto que al principio me acerqué porque quería ser popular, pero... Me enamoré, realmente me enamoré. Iba a evitar tener sexo con él, pero llegó un momento en el que no podía pensar en otra cosa. No pensaba que pudiera ser bisexual, pero él me ha mostrado lo que realmente es el amor. Jamás había sentido algo así por alguien. –El Quarterback confirmó con tristeza.

–Debiste decírselo antes de que se enterara por otra persona. Sólo así podrías haber evitado que sucediera esto. –Sterling aconsejó, sabiendo que iba a ser difícil, pero si su chica se implicaba, al final conseguiría lo que se proponía.

–Lo sé, pero tenía tanto miedo... Desde que me contó lo de su ex he estado pensando que yo estaba haciendo algo similar y no sabía si iba a creerme cuando le contara que realmente lo amo.

–Vamos a comer, seguro que encontramos la manera de arreglar todo. –Brittany propuso con una sonrisa triste. –Se piensa mejor con el estómago lleno.

Evans suspiró, sabía que iba a ser difícil, pero él no se iba a rendir. Sabía lo que era estar con Blaine y no quería renunciar a eso. Iba a luchar, iba a conseguir el perdón de su amor e iban a volver para que su relación fuera más fuerte.

Con eso en mente, comprendió que antes debía hacer algo. Debía dar un paso que tal vez debería haber dado hacía demasiado tiempo, pero había sido demasiado cobarde. Iba a hacerlo esa misma noche, sin demora.

Cualquier cosa para que esos hermosos ojos avellana lo volvieran a mirar como hacía tan sólo dos días, para que esos sensuales labios volvieran a mostrar esa adorable sonrisa, para que Blaine Anderson volviera a ser su novio.

Porque si de una cosa estaba seguro, esa era de que amaba a ese Cheerio como nunca había querido a nadie en este mundo. Por eso era por lo que no iba a rendirse fácilmente, porque rendirse no era una palabra que estuviera en su diccionario.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top