- Se nota que hay amor entre vosotros - nos dice nuestro objetivo a matar de la misión: Iovanni Stradivari, uno de los peces gordos de la mafia italiana - Este trabajo no es para cualquier pareja de asesinos, es necesario un vínculo tan fuerte como... Bueno, como el que tenéis vosotros. Así, garantizamos que no nos vais a traicionar y cumpliréis con nuestras órdenes.

Una vez acabado su discurso de chantaje y amenazamiento, nos deja libertad para escoger arma e irnos a esperar nuevas instrucciones.

Con una mirada, Clint y yo cogemos las mejores armas de la sala y yo disparo a bocajarro contra Iovanni, mientras él bloquea la puerta y activa los gases somníferos que colocó previamente en los pasillos para los esbirros.

El capo italiano cae al suelo muerto sin esperarse tal destino y lo cubro con una manta. Estoy acostumbrada a matar brutalmente.

- Ya está - anuncio. Clint inmediatamente me abraza por la espalda, costumbre que ha cogido desde nuestra primera misión.

- ¿Estás bien? - pregunta como siempre en mi oreja - Y antes de que digas "No es mi primera víctima", contéstame con sinceridad.

- Gracias - contesto. Creo que él es el único que merece una respuesta sincera de mí - Por preocuparte por mí y por hacer que deje esa vida.