Siempre he confiado en ti.

Capítulo 30.

Siempre he confiado en ti.

Kris arrugó la nariz, el olor a químicos demasiado fuerte en el ambiente aturdía sus sentidos desarrollados, lo peor era que no sabía de dónde provenía exactamente si estaba en una sucia callejuela, pero iba a averiguarlo. Se escuchaba el sonido de vehículos, algunas sirenas de patrullas a lo lejos y el sonido amortiguado de la música de los locales contiguos. Nada inusual.

Después de estar en el segundo nivel del bar, siguió al sujeto sospechoso por una puerta de mantenimiento, la cual daba a las escaleras de servicio y luego al callejón trasero. La basura también olía horrible, pero se obligó a mantener la compostura, sobre todo si tenía que esconderse detrás de contenedores oxidados y rancios. Hasta que vio al sujeto sospechoso entrar a un edificio viejo, reuniéndose antes con dos más en la puerta.

Ya había avisado a David y este aseguró llegar con refuerzos, confiaba en que le encontraría, así que se arriesgó; esperó un poco después de que los tres sujetos entraran y luego se aventuró a hacer lo mismo, y qué bueno que lo hizo, el aroma le estaba causando dolor de cabeza.

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Liam alcanzó a ver a la distancia cuando Kris entraba a un desvencijado edificio, ahora más que nunca las dudas le asaltaron, según lo que había entendido, Kris trabajaba en unas cómodas oficinas, o en su defecto desde el ordenador de su casa u hotel; no en esa pocilga. Y, definitivamente, allí no podía vivir su prometida. Sabía que los sentidos de los lobos estaban más desarrollados, por eso tuvo mucha cautela, dejaba una distancia prudente entre ellos para no ser escuchado y aprovechaba la pestilencia de los desechos para no ser reconocido; además, no era como si en el pasado no hubiera seguido a su hermano, en resumen: sabía cómo seguir a un lobo, por lo que no sería atrapado fácilmente, o eso pretendía.

Espero poco más de un minuto y se aventuró a cruzar la calle, tapándose la nariz con el antebrazo, sorteó los botes de basura y entró al edificio. En su mejor momento, la construcción seguramente había sido un conjunto de departamentos, la estructura se prestaba para ello, además de que, al lado de la puerta principal, había grandes ventanales por donde la luz de la farola del alumbrado público se colaba.

Una vez en el interior percibió un aroma ácido, probablemente químicos, además vio que el recibidor tenía un gran boquete en el suelo, con cautela se acercó a la orilla y miró hacia abajo, había por lo menos dos niveles subterráneos, eran sótanos: oscuros, polvosos y llenos de muebles grandes, tal vez roperos o anaqueles viejos. Observó más allá, cruzando el ancho hueco en el piso, y encontró unas escaleras, Kris seguramente había subido por ellas.

Esta era la última oportunidad que tenía para echarse hacia atrás y regresar por donde había venido; pero no, decidió continuar y averiguar qué estaba sucediendo, qué secreto ocultaba Kris. Además, ¿qué era lo peor que podría encontrar? ¿A Kris con su futura mujer?, ¿O con otro amante quizá?

Con eso en mente, y mucho cuidado, rodeó el agujero y llegó al pie de las escaleras, notó huellas sobre el polvo, podría apostar a que eran de Kris; dio el primer paso y no hubo rechinido, eso estaba bien. Poco a poco fue subiendo tratando de no hacer ruido, solo el pasar de los autos por la calle cercana rompía el silencio. Hasta que llegó a la primera planta, pensó en seguir ascendiendo, pero luego prefirió continuar por ese pasillo, pegado a la baranda.

Cuando sus ojos se ajustaron a la penumbra, pudo notar las puertas de lo que pudieron ser departamentos u oficinas, estaban mohosas y despintadas, pero no se atrevió a abrir ninguna, pues no escuchó nada sospechoso tras ellas; así que regresó por el mismo pasillo y se arriesgó a seguir subiendo por las escaleras.

El segundo nivel era muy similar al anterior, solo que las puertas estaban más espaciadas, seguramente las habitaciones eran más grandes, o incluso de lujo. La última puerta al final del pasillo estaba casi abierta en su totalidad y decidió mirar en su interior.

Definitivamente no era lo que esperaba: las ventanas estaban tapizadas rústicamente con bolsas negras y papel viejo, de manera que la luz natural del día o artificial de la noche, jamás iban a entrar, pero había una lámpara de escritorio sobre una mesa, no era la gran cosa, aunque iluminaba lo suficiente, así Liam puedo ver un conjunto de máquinas y computadoras bastante sofisticada para el lugar, también tubos de ensayo, matraces, microscopios y algunas carpetas; podría decir que parecía un laboratorio de química o biología mucho más y mejor equipado que el de un colegio promedio: por fuera era una pocilga y por dentro había un imporvisado centro de investigación de lujo. Observó un poco más y notó que la habitación estaba aparentemente vacía.

¿Sería buena idea entrar y mirar más allá? La mente de Liam estaba hecha un caos, dio un paso hacia atrás y entonces una gran mano le cubrió la boca desde su espalda, al mismo tiempo que otro brazo le sujetó de la cintura.

—Sshh— la inconfundible voz de Kris en su oído le hizo relajarse, más no el tono de la siguiente pregunta, —¿qué demonios haces aquí?—, fue un grito susurrado.

Evidentemente no podía contestar, pues le mantenía la boca tapada.

—¿Me seguiste? No debiste hacerlo, maldita sea— regañó Kris del mismo modo, en voz baja.

Liam agitó la cabeza, se zafó del agarré y le miró sobre el hombro, —¿por qué?

—No lo entenderías.

—Pues explícamelo entonces— reclamó ceñudo, olvidando que él no tenía ningún derecho a exigirle absolutamente nada a Kris, mucho menos una explicación.

Kris exhaló con bastante molestia, pero inmediatamente volvió a taparle la boca y agudizó su oído, luego apretó los dientes para evitar soltar una maldición y entró al laboratorio llevando a Liam con él.

El humano quiso protestar porque estaba siendo tratado con algo de brusquedad, además de que deseaba respuestas, pero fue prudente y nada estúpido: Kris les estaba escondiendo de algo o alguien.

Acuclillados, se colocaron tras unas grandes cajas de madera, que seguramente habían servido para transportar el sofisticado equipo, después se escucharon unos pasos y luego voces. Liam se quedó muy quieto junto a Kris, quien le hizo un gesto para que se quedase callado.

—Ya fue suficiente— dijo una voz masculina, tenía un extraño acento, —hay que dejar este lugar y desaparecer todo ahora mismo.

—Pero recién lo acabamos de instalar, no tiene ni dos semanas— rebatió otro hombre con el mismo acento.

—Eso qué importa, son nuestras órdenes y no podemos cuestionarlas.

—No hemos logrado nada aún, tal vez con un poco más de tiempo podríamos probar otros métodos químicos y-

—¡No hay tiempo! Seguramente esos perros están cerca de encontrarnos.

—¡Silencio!— demandó una tercera voz, los dos que antes estaban discutiendo callaron.

Liam contuvo la respiración, no era tonto, esos sujetos se habían referido a los lobos como "perros", eso quería decir que ellos eran alguna especie de cambiaforma o al menos estaban al tanto de la existencia de sobrenaturales; pero, ¿qué tenían que ver los métodos químicos?, ¿y órdenes de quién? Pensó en los cazadores de paranormales, hacía tiempo que no tenían un enfrentamiento cercano, pero eso no quería decir que hubieran dejado de existir, tal vez estaban experimentando con nuevas armas; entonces, se preguntó si Kris pudiera ser algo así como un agente encubierto o un "cazador de cazadores".

—Así que, aquí están— Liam sintió el sudor frío en su espalda cuando el metal de un arma tocó su sien al mismo tiempo que las palabras fueron dichas lentamente y con ese raro acento, el sujeto les había descubierto y pareció disfrutarlo, —de pie, ahora— demandó su captor; Liam obedeció y miró de soslayo a Kris, este también se levantó de su lugar con el gesto facial impasible, demasiado serio, pero no lucía enojado ni asustado; solamente tragó fuerte. Debió suponerlo, si este era el trabajo secreto de Kris, estaba acostumbrado a esas eventualidades, estaba acostumbrado a fingir y enmascarar sus emociones; se dio cuenta entonces que, obviando su naturaleza cambiaforma, no conocía al verdadero Kris, jamás lo haría; se conveció de que su manera de tratarlo, sus sonrisas en la cama y elogios seguramente eran puro teatro.

De manera muy ruda, les colocaron unas esposas plateadas cerrándolas a sus espaldas, Liam supuso que eran de plata, y luego les obligaron a caminar a un área espaciosa, la cual estaba en dirección a la salida, porque las cajas de madera, mesas y equipo estaban al otro lado de la habitación.

Liam pensó en la alternativa de salir corriendo de allí, estaban bastante cerca de la puerta, pero no tendrían oportunidad, esos sujetos les alcanzarían antes de llegar a la mitad de las escaleras, si es que no les disparaban apenas pusieran un pie fuera, además, no sabía si había más sujetos en el edificio.

El hombre armado les miró minuciosamente, se quitó los anteojos de pasta gruesa y sus ojos cambiaron a un rojo intenso; entonces Liam lo supo, eran vampiros. ¿En qué diablos estaban metidos?

—Tú— le dijo, —no eres un perro, pero te he visto antes—; tras unos instantes sonrió al hacer su descubrimiento, —estabas en el bar—, tomó la barbilla de Liam para mirarlo mejor, su sonrisa permitió ver sus colmillos.

—Déjalo, es solo un humano— habló Kris para llamar su atención.

Liam sabía que probablemente era un diálogo tipo "hombre rudo y bravucón" para tratar de salvarle el pellejo, pero, aun así, las palabras de Kris le dolieron: él era solo un humano.

El vampiro no borró su sonrisa, sino lo contrario, fue como si la noticia de repente le causara felicidad, —hace bastante tiempo que no pruebo uno.

—No te atrevas— gruñó Kris.

—¿O qué, perro? ¿Acaso pensabas cenártelo?— rio, —si te portas bien, puede que te conceda el último bocado.

—Oye, ya es algo tarde, ¿qué hacemos con ellos?— interrumpió uno de los otros dos. Liam reconoció la voz del que había dicho que tenían que "desaparecer todo ahora mismo", en verdad parecía tener prisa, pues hasta lucía nervioso.

El del arma se relamió los labios sin dejar de mirar a sus presas, y dijo; —seguimos con el plan, nadie reconocerá las cenizas de un perro y un humano.

Los vampiros pusieron manos a la obra, uno abrió la caja de fusibles y tiró de algunos cables, otro esparció alrededor el líquido de algunos matraces y botellas que estaban en unas gavetas; pronto el aroma a combustible inundó aire.

—Date la vuelta y ponte contra la pared— ordenó el vampiro a Kris, este se reusó: entrecerrando los ojos y negando con la cabeza; así que su captor elevó la voz: —¡hazlo o te pongo una bala en el cráneo, te aseguro que son de plata!—, para reafirmar sus palabras movió el martillo del arma, apuntándole.

Kris no tuvo remedio, exhaló y obedeció, casi al instante sintió el calor en su espalda; los otros dos sujetos habían prendido fuego en la habitación, no podía ver, pero por la intensidad supo que era una llama grande, seguramente gracias a los acelerantes que habían esparcido.

—Ahora, de rodillas.

No quería hacerlo, eso lo dejaría en una situación bastante vulnerable, pero no tenía otra opción, sus manos estaban esposada y la plata estaba escociendo la piel de sus muñecas, se encontraba desarmado y además podría poner a Liam en riesgo, más del que ya estaban; solo le quedó confiar en sus propios sentidos y en la oportuna llegada de David.

—Bien— dijo el vampiro cuando las rodillas de Kris tocaron el sucio suelo.

Hubo una explosión sorda al otro lado de la habitación y una ventana fue rota, eran las reacciones de los químicos expuestos al calor, las llamas se estaban devorando las cajas de madera y muebles con rapidez; Kris supo que tenían que salir de allí pronto, debía armar un plan rápido, por lo menos para dejar la habitación y, de ser posible, llegar hasta la planta baja; pero un instante después fue otro sonido, además del de los vidrios rotos, el que le alteró.

—¡No lo hagas!— escuchó la voz Liam y el forcejeo.

Kris volteó y vio al vampiro que tenía la boca abierta y los colmillos enormes prácticamente encima del humano, el cual se estaba defendiendo enérgicamente a pesar de tener las manos esposadas; el filo de una mesa metálica se estaba clavando en la espalda baja de Liam, pero él no dejaba de luchar.

Kris gruñó y se paró en menos de un segundo envistiendo al vampiro, como si fuera un jugador de futbol americano, para alejarlo de Liam; eso llamó la atención de los otros dos, los cuales también se abalanzaron contra el lobo.

Al ser liberado, Liam trastabilló y terminó cayendo aparatosamente cerca de la puerta.

—¡Vete!— le gritó Kris mirándole, segundos antes de que un vampiro le diera un fuerte puñetazo haciéndole virar el rostro, otro le golpeó el abdomen haciendo que el lobo se doblase de dolor.

Liam podía huir, era el momento, pero no lo hizo; no, porque Kris estaba en desventaja.

No lo pensó ni le importó que él fuese un simple humano, era naturalmente imposible que él pudiera hacer algo contra un vampiro; contra tres, ni qué decir. Toda lógica y razón abandonó su mente cuando los dos vampiros sujetaron al lobo con el pecho y cara contra el suelo, pisando con fuerza su espalda para someterlo, mientras el tercero le apuntó en la cabeza, en la nuca. Liam se arrojó sobre el vampiro que tenía el arma, con su hombro le empujó haciendo que se tambalease.

Además del crepitar de las llamas, el silenciador amortiguó el sonido, pero para alivio de Liam el arma fue disparada erradamente: la bala había hecho un hoyo en el suelo, a varios centímetros de Kris.

El vampiro protestó con un sonido gutural debido a su fallo, enseguida miró furioso hacia el humano y, en menos de un abrir y cerrar de ojos, lo tomó del cuello de su prenda de vestir, alzándolo y llevándolo fuera de la habitación hasta hacer que su espalda baja chocara contra el barandal del pasillo, luego, a sangre fría y quemarropa, le disparó en el abdomen, para después dejarlo caer desde el corredor de la segunda planta hasta el gran y oscuro boquete que había en la entrada del edificio, al fondo del sótano.

Además de la plata entrando en su sistema a través de las heridas en sus muñecas, los golpes habían aturdido a Kris, pero fue claro el olor pólvora y a sangre que llegó a la nariz del lobo, entonces sus uñas crecieron en largas garras cuando supo que Liam había sido herido.

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Noah recorrió los callejones aledaños, no había más que basura y un extraño aroma ácido, Liam ya no contestaba sus mensajes y mucho menos las llamadas. Pero ya le iba a escuchar, le importaba un bledo si era el mayor, ¿cómo se le ocurría seguir a Kris? Aunque no fuese un lobo, andar por esos lugares a esa hora era muy peligroso, podría ser víctima de un asalto a mano armada.

De repente el aroma ácido se intensificó y se mezcló con el olor a humo.

Agudizó sus sentidos y buscó la fuente, el aroma era cada vez más intenso, luego hubo una explosión y el sonido de vidrió rompiéndose, con su oído cambiaforma lo pudo reconocer; entonces comenzó a preocuparse, su mal presentimiento se hizo presente, esperaba estar equivocado y que Liam no estuviese alrededor.

Encontró el edificio de dos niveles; arriba, algunas ventanas estaban clausuradas por dentro con un tipo de pintura o plástico oscuro, pero había una rota desde donde resplandecía una gran llamarada desde el interior, y también salía humo oscuro.

Se acercó a la entrada, puso la mano en el picaporte aun estando plenamente consciente de que no estaba bien entrar a un edificio en llamas, que debía avisar a los bomberos, pero sentía su corazón acelerarse y algo horrible en la boca del estómago, ¿qué le ocurría?

Escuchó entonces, al otro lado de la puerta, un golpe: como si un pesado saco de patatas hubiera sido dejado caer desde una gran altura, luego el estruendo de varias maderas al romperse y muebles al ser volcados. Entró de inmediato y se detuvo de repente para no caer, pues había un boquete en el suelo; agitó la mano frente a su cara para alejar el polvo que se había levanto, algo había caído allí, en el fondo de lo que podría ser un profundo sótano, se asomó y entonces sintió que el alma abandonaba su cuerpo: era el cuerpo de Liam tendido sobre un conjunto de tablas rotas, una vara le atravesaba el pecho, mientras que un gran estante se había caído aprisionándole las piernas.

No supo cómo lo hizo, era una altura considerable desde la puerta principal, pero, en menos de tres segundos, Noah llegó hasta su hermano.

Liam parpadeó tratando de enfocar su mirada, solo había sombras a su alrededor, no podía ver; tenía el cuerpo adolorido y un lacerante ardor en el estómago, además de otro casi igual de intenso en su pecho; intentó mover las piernas, pero no pudo, por más que le ordenó a sus extremidades moverse fue inútil.

—¡Liam!— hubo grito desgarrador a su lado, reconoció la voz, era su gemelo.

Quiso llamarle, pero en vez de ello tosió y un sabor metálico invadió su boca.

—¡Li, no te muevas— la desesperación en la voz de Noah era evidente.

Escupió para deshacerse de la sangre en su boca y no ahogarse con ella, así por fin pudo hablar; —no llores— fue lo primero que le dijo, porque sabía que eso estaba haciendo, no podía verle, pero le escuchaba, y definitivamente, no le gustaba que Noah llorase; una terrible furia mezclada con pena le invadió al percatarse que era el causante de la consternación y tristeza del lobo.

—Hermano, todo va a estar bien, voy a sacarte de aquí— advirtió el segundo gemelo.

Liam sabía que no lo estaba, recordaba la mirada del vampiro, el sonido del arma y el dolor de la bala alojándose en sus entrañas, también la sensación durante su caída y el golpe agudo en su espalda y cabeza; además, por la exasperación en la voz de su hermano sabía que la escena no pintaba nada bien. Se preguntó si de volver a tener la oportunidad de huir lo hubiera hecho, la respuesta fue no, ver a Kris sometido con un arma de fuego fue demasiado; lo único que le causó pesar en ese instante fue el hecho de que, si algo le pasaba, Noah estaría destrozado.

Tragó duro, saliva y sangre, cuando supo que, probablemente, esta sería la última charla con su gemelo; porque, sino moría, quedaría lisiado para siempre, o peor; porque el sentido de la vista le estaba fallando considerablemente en ese momento.

—Noah— le llamó.

—No te muevas, no hables; estarás bien.

Liam ignoró aquello y reveló: —te amo; hermano, siempre he estado orgulloso de ti— tosió y volvió a parpadear intentado infructuosamente enfocar su mirada, —nunca debí huir de casa y hacerte cargar con mis deberes y obligaciones, perdóname— se calló y aspiró con dificultad, le ardía el pecho y los pulmones.

Por su parte, Noah escuchaba y a la vez no, porque estaba más concentrado pensando cómo remover ese gran estante que aprisionaba las piernas de Liam sin hacerle daño, además de cómo quitar el trozo de varilla oxidada que se había calvado en su pecho; sumado a todo, había ocurrido otra explosión en el piso superior, el fuego estaba avanzado rápidamente.

—Cuando conocí a Lucian me porté bastante insolente a propósito, perdóname, quise hacerlo rabiar porque en el fondo yo... — volvió a jalar aire por la nariz y la boca, su respiración parecía errática.

Noah encontró una tabla bastante gruesa y poco podrida, sería una excelente palanca, rodeó el cuerpo de su hermano para buscar un espacio donde colocar la madera y un punto de apoyo. Podría él mismo, con su fuerza de cambiaforma, quitar eso que estaba aplastando a Liam, pero no quería herirlo.

Liam podía escuchar al otro moverse alrededor, aun así, se obligó a continuar con su confesión, —yo no quería compartir a mi pequeño hermano, pero lo que vi en él me agradó, es un sujeto simpático; además, sé que si tú lo quieres no puede ser malo, siempre he confiado en ti y en tu buen juicio.

Las lágrimas silenciosas de Liam brotaron al pensar que, si algo le ocurría, lo mejor era que Noah tuviese a alguien a su lado, alguien como Lucian; porque, ¿quién mejor que su compañero para cuidarlo?

En cambio, el lobo no pensaba en ello, él estaba en lo suyo, —Li, voy a empujar un poco la tabla, puede que te duela, pero será rápido, lo prometo— explicó con rapidez, las palabras salían atropelladas. Noah ejerció solo un poco de presión, pero el estante no se movió.

—Hermano, voy a intentarlo de nuevo— advirtió y esta vez ejerció más presión, con algo de lentitud el estante se deslizó un poco.

—Liam, ¿te hice daño?

No hubo respuesta.

—¿Liam?

Un instante después, dejó caer la tabla a sus pies y fue mirarle.

Gruesas lágrimas recorrieron sus mejillas cuando vio los ojos de su hermano sin brillo, sin vida, —Li— gimoteó, el pecho del mayor ya no subía y bajaba.

Esto no podía ser cierto, seguramente era una horrible pesadilla; solo le había perdido de vista un momento en el bar y, después, todo se había esfumado.

Alargó la mano y tocó su mejilla, estaba bastante oscuro, solo la luz de las llamas le ayudó a ver: Liam tenía un rastro de sangre que brotaba de su boca, por su posición y la gravedad el hilillo resbalaba por un lado hasta su oreja, también había huellas de lágrimas corriendo en la misma dirección; tenía los brazos bajo su espalda, maniatado seguramente. La escena era espantosa.

Noah siempre trató de apartar de su mente el hecho de que, por ser humano, era muy probable que Liam dejase el mundo antes que él; pero no de esta forma. Apoyó la oreja en el pecho de Liam, junto a la barra metálica que lo atravesaba y lloró cuando comprobó la inexistencia del latido.

—Li, no me dejes— musitó, —regresa a mí, hermano— pidió a la nada.

Lloró en silencio, tratando de convencerse de que se había quedado dormido en el sofá del apartamento de Liam y estaba teniendo un mal sueño.

No se inmutó cuando un gran lobo saltó desde lo alto y aterrizó frente a él, de manera que el cuerpo del humano quedó entre ambos. Los huesos del animal crujieron y su pelo se retrajo; pronto, fue Kris quien estuvo de pie allí, desnudo y lleno de sangre, olía a vampiro.

—¿Liam?— exclamó Kris dando un paso al frente, alargando su mano y tocando su cabello, acariciando su fría frente.

Solo entonces Noah reparó en su presencia, se incorporó, le miró colérico y dijo, —¡no lo toques!

Kris no apartó la mano, parecía absorto mirando el rostro inerte.

—¡Aléjate!— vociferó al beta; pero como Kris parecía ignorarle rodeó el cuerpo de su hermano, llegando hasta el otro lobo para gritarle: —¡todo esto es tu maldita culpa!— luego le empujó y finalizó, —¡tú mataste a Liam!

Fue la última acusación la que hizo que Kris le mirara, el alfa frunció el ceño y le devolvió el empujón, uno mucho más fuerte.

Noah dio dos pasos hacia atrás y gruñó cuando recordó las palabras de Liam: "No vuelvas a hacerlo, no retes a otros lobos a la ligera, ni siquiera por mí, sé prudente"

Pero no pudo cumplir, estaba fuera de control, porque dejó salir a su lobo y atacó a Kris.

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David supo que el incendio no era una coincidencia. Kris no contestaba el móvil y se preocupó, tenía que comprobar por él mismo que no estuviera aún allí. Así que se aventuró al interior seguido del vampiro Nicholas y el lobo Sirhan; ninguno objetó ni se opuso a la hazaña, aun cuando el techo y las paredes estaban próximas a derrumbarse por completo y ya se escuchaban las sirenas de los bomberos a la distancia.

Apenas pusieron un pie dentro del viejo edificio percibieron el lloriqueo de un canino y un golpe seco; David buscó con la mirada hacia abajo, de allí había venido el gimoteo, del gran hoyo en el suelo; no estaba muy alto así que bajó de un salto hasta lo que era un sótano viejo, polvoso y mohoso; allí encontró el cuerpo de un joven y dos lobos: un beta malherido e inconsciente y a Kris a punto caer; era evidente que había tenido una fuerte pelea pues había bastante sangre de cambiaforma y se notaba que el beta le había dado una dura batalla a Kris.

Sirhan se acercó al cuerpo del chico, le tocó la yugular, luego le cerró los ojos párpados con cuidado y negó con la cabeza; entonces David le reconoció, era Liam. No daba crédito a ello y no lo entendió, tampoco había tiempo para armar los hechos y la escena con detalles, solo dedujo que seguramente el beta inconsciente era el otro gemelo y que Kris estaba o pronto estaría muy mal.

Un pedazo de la estructura cayó de repente, levantando el polvo, muy cerca de ellos.

—No hay mucho tiempo, salgan de aquí y llévenselos con ustedes— ordenó Nicholas, luego gravitó y fue de regreso a la planta baja, después a la primera y por último a la segunda. Mientras tanto, David levantó al lobo de Kris, quien no le dio batalla, parecía muy agotado y apunto de desmayarse. Sirhan, en cambio, tomó en sus brazos con mucho cuidado al otro lobo inconsciente y salieron de allí.

Casi dos minutos después estaban en una camioneta cerrada, mirando a algunas calles de distancia el edificio consumirse, esperando a Nicholas; Kris por fin había sucumbido y Noah no había despertado.

—Encontré tres cadáveres de vampiros impuros en la segunda planta, están irreconocibles, un lobo los destrozó— informó Nicholas al llegar y ocupar el asiento del copiloto, —y también hallé esto— le extendió a David un conjunto de hojas chamuscadas, tenían algunas anotaciones, —ahora, ¿qué procede?— preguntó.

David exhaló tratando de acomodar sus ideas, las cosas aún parecían increíbles; miró por el espejo retrovisor a los dos enormes lobos y dijo: —comunicar las malas noticias.

Inmediatamente, y como si fuese planeado, el teléfono móvil de Nicholas sonó, el vampiro leyó el mensaje de texto, luego informó mirando a Sirhan, —es Enrique, han atacado Rilltown.

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ESPACIO PARA CHARLAR: Bueno, la salida de Liam de este libro había estado planeada desde el inicio de la creación del mismo personaje. ¿Recuerdan que una vez les dije que la historia de los gemelos iba a ser aparte (separada de todos los libros), pero que luego decidí unirlo al universo de Duncan y Jared? Pues incluso desde allí, Liam iba a "salir de escena" después de la mitad de este libro.

*[Por si no lo saben o no lo recuerdan, los libros Clear y Hidden eran solo de los gemelos, y los tres libros de Light (Moonlight, Sunlight y Starlight) eran de Julián y Duncan; pero luego mezclé todo y fue necesario hacer Creciente y Menguante para explicar los orígenes de todo, no quise que esos sucesos quedaran como relatos de recuerdos; además del nacimiento de ¡Sam, me gustas!].

**En el siguiente capítulo continuamos con lo sucedido en Rilltown, recuerden que todo esto se está dando en la misma noche, pero en diferentes lugares.

***Espero que la partida de Liam no cause su odio hacia la historia; recuerden que esta Saga ha tenido algunos momentos como este (Joshua en Creciente y Héctor en Menguante).

Nos leemos la próxima semana, o antes, en El Baúl del Tesoro. 

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