10
Wattpad se puso tan caprichoso que en este capítulo sí me dejó poner. En fin, la hipocresía.
Subí el capítulo 9 y 10 juntos así que revisa si leíste el anterior :-D
La sala de entrenamiento era una cosa completamente distinta a la cocina. Era mucho más espaciosa, iluminada y moderna que esa última.
Y también estaba llena de Valquirias armadas hasta los dientes. Cualquier enemigo que entrara allí sería degollado por los más de cincuenta agentes que solo estaban en aquella sala.
―¿De dónde salieron tantas? ―pregunté, extrañada. Las Valquirias no sobrepasaban las veinticinco y allí había el doble.
―De mentiras ―respondió Phillip, guiándonos a donde había cientos de cuchillos de todo tipo para lanzar. Esos eran el juguete preferido de Demian y no tardó en dejarme sola, sin ningún aviso, con Phillip para ir a agarrar un par y tirarlos al blanco―. El Proyecto Valquiria no empezó con nosotros, sino mucho antes...
» Había una pareja hace algunos años. Ambos estaban dispuestos a dar la vida por el otro y querían llevar su relación a otro nivel sin pensar en las consecuencias, querían unirse de por vida. Tenían un amigo que era científico y descubrieron una manera de unirse, y lo hicieron. Pero, lo que él no sabía era que ella había sido seducida por el científico y que este le llenó la cabeza con ideas sobre hacer un ejército modificando sus cuerpos con la misma fórmula que lo hizo con ella y conquistar el mundo juntos. A escondidas de su pareja, ella secuestró personas y las modificaron, durmiéndolas por tiempo indeterminado hasta haber modificado por completo su ADN, luego las dejaban en un hospital para que pensaran que habían sufrido un accidente y las seguían de cerca para ver si el experimento funcionaba...
―¿Y qué pasó con el hombre?
Phillip me dedicó una mala mirada por haberlo interrumpido y siguió con su relato.
―El experimento funcionó y esas personas nunca se dieron cuenta de que habían sido parte de ese experimento... Hasta algunos años después, cuando tuvieron hijos y esos hijos lidiaron con las consecuencias. Ahora buscan venganza por lo que les hicieron.
―¿Pero, la pareja, cómo terminó...? ―volví a preguntar.
Y me volvió a interrumpir, dándome la espalda y llamando a un hombre de mediana edad, pero que tenía un físico mucho mejor que varios de mi edad. Se notaba que era un soldado hecho y derecho.
―Danáe, él es Josh Sanders, la primer Valquiria.
Josh me dedicó una sonrisa de esas que encandilan, muy parecida a las de Demian.
―Danáe Slide ―dijo, como si estuviera saboreando las palabras, y me tendió la mano―. Es un gusto conocer a la parte femenina de la segunda pareja de Valquirias existentes.
―El gusto es mío, Josh ―respondí, estrechándole la mano. Al verme cerca de alguien desconocido y una potencial amenaza, como si no estuviéramos rodeados de ellas, Demian se acercó a mi lado de manera inmediata―. Y mi pareja también está encantada de conocerte.
Demian asintió de manera seca como único saludo y Josh amplió su sonrisa.
―Me recuerdan mucho a Valerie y a mí cuando éramos jóvenes... Cuando ella no trataba de apuñalarme por la espalda.
―¿Qué les ocurrió? ¿Qué ocurrió con ella? –inquirí sin siquiera poner en contexto a Demian, sabía que él había escuchado toda la conversación. Aun estando concentrado en otra cosa, siempre seguía pendiente de mí.
―Nos separó. Cortó nuestra conexión y trató de matarme, sin saber que yo ya estaba enterado de todo su plan. ―Hizo una pausa para tomar aire antes de continuar―. La acuchillé en el vientre, evitando que me lo clavara a mí, y maté a la abominación que crecía en ella.
Demian se acercó más a mí y susurró de un modo que, milagrosamente, solo yo fui capaz de oírlo.
―Esto se pone cada vez más bueno.
-Lo ignoré.
―¿Abominación? ¿No era un niño normal?
Josh negó.
―El hijo de una Valquiria con un humano nunca será normal. Sus genes se modificarán reiteradas veces a lo largo de su formación y saldrá algo que este mundo no está listo para ver. Los genes normales con los modificados no podrán subsistir.
―¿Y si fuera de dos Valquirias?
Josh se encogió de hombros.
―Nunca se ha visto que dos de los nuestros tengan un hijo entre ellos así que no sabría decirte con certeza que podría salir. Pero, seguramente, el niño sería destinado a experimentos así que no le aseguraría una vida muy larga.
―Somos ratones de laboratorio ―mascullé, apartando la vista de los dos hombres enfrente de mí y enfocándola en todos esos hombres y mujeres que entrenaban, que se preparaban para vengar lo que les habían hecho y lo que les habían quitado sin su aprobación.
El movimiento de cabeza, asintiendo, de Josh, hizo que volviera mi atención a ellos.
―Y nunca dejaremos de serlo.
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