CAPITULO 21
CHERRY
Indecisa si ya meterme en la cama o no, permanezco sentada mirando la puerta cerrada como toda la habitación como una mesita con un libro y un frasco pequeño encima, para luego hacia afuera, preguntándome se debería o no cerrar la ventana.
Pero me decido en solo deslizar el vidrio por el fresco ya de la madrugada y tener como toda luz apagando la del cuarto, que me iluminen solo las farolas que cuelgan de esa artesanal madera que rodea la azotea tan linda.
Deshaciéndome de mi uniforme que doblo con prolijidad y dejo sobre la silla, busco la camiseta de mi bolso como pantalón deportivo para dormir.
La comodidad de su colchón agradece mi espalda al igual que el reconfortante acolchado con sus sábanas y almohada, que tras acomodarme y arroparme, mi nariz percibe un dejo de aroma del perfume que usa César.
Es lindo, suave y agradable mientras más me arrullo y sumerjo en él, provocando que sonría plácida.
Pero eso a su vez me hace abrir los ojos y detenerme.
- ¿Qué diablos? - Me susurro por esa acción.
CESAR
Me reprocho por no haber ofrecido a Cherry algún tipo de ropa para que duerma, pero supongo que en ese bolso enorme que siempre lleva debe tener, ya que a veces he visto que tras cerrar la cafetería se muda la ropa del uniforme por algo de ella.
Aburrido y sin sueño busco mi celular para navegar un poco, pero en la oscuridad, mis ojos prestando poca atención al móvil, recorren la habitación de mi hermano en cambio, descubriendo que y siendo su lugar, no me siento nervioso en dormir en él por sus recuerdos.
Sin embargo y dándome vuelta hacia un lado, mi vista se clava en su armario.
Para ser preciso, donde cuelga ese abrigo que descubrí en su interior la fotografía, causando que en mi mente navegue las docenas de secuencias que hoy pasaron.
Pero, quedándome pensando en dos.
Cruzo ambos brazos detrás de mi cabeza, ahora mirando el techo.
Pastor diciéndome la posibilidad que Cherry sea la niña en la cafetería calles más abajo, seguido luego a ella descubriendo las flores en la fotografía.
Y resoplo pensativo, bajo ese latido persistente y un poco más acelerado que siento pensando en ello y sí, en Cherry Love.
- Realmente, le va muy bien su apellido... - Murmuro con un bostezo, sonriente.
CHERRY
Pesado.
Intento moverme, pero me cuesta.
Calor.
Entredormida, destapo parte de una de mis piernas por eso, porque así regularizo la temperatura.
Mucho sueño, aún.
Mi cabeza se acomoda en algo blandito y hasta busco la forma de abrazarlo para seguir durmiendo, pero eso hace que en simultáneo algo lo haga también de atrás.
Y sonrío entredormida, porque se siente lindo.
Pero al momento abro mis ojos y dejo de sonreír, ya que no tengo una tercer extensión y con dos preguntas.
¿Si me acosté a dormir sola?
¿Quién o que cosa tengo abrazando por delante?
Y lo más espeluznante...
¿Qué otra cosa me está agarrando de atrás?
Y no, solo me despierto de golpe abriendo mis ojos.
También, me incorporo con un grito ahogado de miedo al notar que me encuentro rodeada bultos tapados como yo y hasta uno...
Fijo la vista lo mejor que puedo, agudizando mis sentidos.
Roncando suavemente y con mucho placer.
Tal, que al escucharme hace su acto de presencia, apareciendo su rostro tan dormido como yo entre las frazadas, bostezando con ganas, pelos revueltos y refregándose un ojo.
Es Pastor, el mejor amigo de César.
¿Pero qué, diablos?
- ¿Qué haces acá? - Lo único que me sale sin poder creer todo esto.
- Mi resaca... - Apenas puede decir, por luchar contra la revolución de su cabeza por haber bebido. - ... festejé con compañeros que ganó Chile y César me presta su cama que es menos distancia que llegar a la mía...
Lo miro raro, porque no entiendo y me limito a señalarme con un dedo.
- ¿Y no me viste que la estoy usando? ¿Qué estaba en ella?
Acomoda su pelo para ver mejor y como si nada, se encoje de hombros.
- Vine tan borracho que pensé que eras César y que... - Analiza levantando algo la frazada procurando mirar el interior, cual de un manotazo se lo niego. - ... se había decidido por la depilación definitiva de las piernas...
Su respuesta me descoloca.
- ¿César se quería depilar? - Pregunto, olvidando por un momento todo esto.
Pastor se tapa un poco más.
- Una vez lo comentó mirando un folleto en la cafetería que dejaron unas chicas. - Natural.
Y me asombro ocultando una risita, pero sobre este caos, otra duda me surge.
¿Quién diablos si Pastor está detrás y sobre mis pies, está entonces... delante mío?
Me pregunto mentalmente y girando lentamente a eso y en especial, ¿Qué es lo que mis manos tocaron cálidamente y abracé?
Tengo miedo de levantar la frazada y tengo miedo también de sacar mi mano en lo que toca bajo las mismas.
Pero, valientemente a la otra le ordeno que lo haga y así, lentamente mis dedos van descubriendo lo que ese lado la cobija oculta.
CESAR
Tipo y como si fuera que la frazada me protegiera de cualquier monstruo cuando era niño, eso hago.
No tengo la más mínima idea como llegué a mi habitación y a mi cama, maldita sea.
Pero, me oculto completamente mientras escucho la conversación de ambos y cierro más mis ojos con fuerza, como si eso haría que me trague la tierra y me escupa en la mismísima Alaska.
O mejor en la Antártida, bien lejos.
Pero los vuelvo abrir ante la pendejada de Pastor con eso de la depilación definitiva y lo maldigo por dentro, jurando que más tarde me la cobraré.
Sin embargo, así como afloraron las maldiciones dedicadas a mi amigo, me las trago una por una, cuando percibo a Cherry que cambia drásticamente la conversación y como si la viera por más tapado, siento su mirada taladrante apuñalando mi nuca por ser mi turno de ser descubierto y más...
Epa, no me había dado cuenta.
Creo.
Por su mano libre tomando con cierto sigilo la frazada para abrirla y ver que está tomando la otra...
Trago saliva dándome cuenta.
Carajo.
Que retiene una parte de mi cuerpo.
Respiro.
Íntima.
Y reacciono de la única forma que se me ocurre.
Grito.
Infantil y poco creíble.
Pero, lo único que se me ocurre.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top