Chapter; .IV.
Hija del Rey.-
Kakarotto
—Buenos días —Saluda suavemente aun con el tono somnoliento por su recién despertar. ¿Cómo subió hasta aquí?—tú en realidad no eres un humano, ¿cierto?—gatea con velocidad hacia mi dirección si responderle la pregunta— oh, dije la verdad—sus labios forman un lineado y su mirada aumenta su brillo, que humana tan rara, ¿debería deshacerme de ella?.
—Silencio—dicho eso me dirijo a mi nave, revisando sus daños—demonios—el combustible estaba agotado por llegar a toda potencia hasta este planeta.
—Oye, ¿tienes hambre?—su voz en estos momentos no era lo adecuado al enterarme que estoy varado en este lugar. No digo nada, me digo a mi mismo que no debo prestarle atención ni dejar que incremente mi temperamento, inhalo y exhalo—¿Me escuchas?—alza la voz caminando en la orilla mirándome.
—Cállate —como siempre, como tiene oidos sordos no me escucha y habla de nuevo pero comentando algo que poco me interesa.
—Señor Goku, ¿de casualidad no quieres venir a mi castillo?—Bufé, mi sangre hirviendo por la poca paciencia que tengo la cual se va desvaneciendo.
—Vete.
—¿Quieres darte un baño?, puedo dar permiso a mi padre para que te hospedes en el castillo, claro que como mi invitado—Suena nerviosa, por alguna razón pronunciar a su progenitor le causó escalofríos. Lo atribuí a que ella se había escapado de su hogar.
—Que molesta eres—dije con sinceridad, debería comunicarme con Vegeta para saber la situación en la que estan por esos lugares.
—Goku, ¿nos podemos ir?, aquí hace mucho frío —soba sus antebrazos temblando, gruño dejando de lado mi nave, dirijo la mirada hacia ella.
—¿Dónde se encuentra tu castillo?—hablo cruzándome de brazos, no me queda de otra que aceptar su invitación.
[~]
— ¡Cruzaste el muro! ¿es que acaso eres una delincuente?, jamás tenias que cruzarlo, jamás—El "rey", padre de la chiquilla la regaña como si hubiese cometido una antrosidad o algo terrible, apreto mi mandíbula y mis nudillos chasqueando mis labios. No podía quedarme de brazos cruzados ante tan vil acto.
—Es demasiado tarde—interrumpo— lo hecho—cierro mis ojos—hecho está—los abro—¿verdad?—miro al "rey" y este mismo esta viéndome fijamente, sin exagerar, me veo a mi mismo en sus ojos, viendo mi frialdad expresiva en los suyos.
Un sudor resbala de su frente, noto que se tensa, mi cola deja de moverse al instante cuando pasa una corriente eléctrica muy veloz por todo mi cuerpo, caigo de rodillas ante la debilidad, frunzo mi entrecejo cuando dejan libre mi cola, dirijo la mirada al culpable.
—Estúpido humano—espeté de mala gana, al chiquillo que huye tras verme.
—Una cola...—escucho claramente el murmullo del rey, sea lo que esté pensando no creo que sea agradable ni bueno.
La pequeña humana se coloca delante de mí, su pequeña espalda ante mi vista, conversa esta vez de una forma más bajo del tono agresivo de parte de él, me siento exhausto y lo único que ahora pienso es en lo agotado que me siento.
El rey accede resignado a que me quede en su castillo, noto su enojo ante su semilla, su hija, pero al contrario de la humana parece estar satisfecha por su decisión, de pronto ella gira, mirándonos mutuamente, extiende su mano y se que lo hace para levantarme pero no pienso aceptarla así que rechazo su modo de ayuda y me dispongo de pie por mi cuenta.
Una humana se acerca hablándome, no logro entenderla, todo familiar que este relacionado con ella son los únicos a los que puedo entender en este planeta, en eso trata la mordedura en su dedo.
—Ve con ella, te guiará hacia tu habitación, Señor Goku—Dice ella, termino por hacerle caso.
La chiquilla se queda continuando su conversación con el rey, su "padre", para mi suerte no soy la semilla de nadie, sigo paso a paso a la humana de servicio, el castillo es "pequeño" pero para ellos supongo que es grande, aunque no me importa.
Chichi
—Serás la única responsable si hay problemas en nuestro reino, ¿entendido?—asentí ante su ordenamiento—vete a tu alcoba de una vez—con eso se que hemos concluido nuestra conversación.
—Con permiso—dije en una reverencia para después retirarme del gran salón, mi madre cruza por mi costado, sus ojos demostrándome decepción y molestia, mi corazón se siente herido por su minima acción.
No debí cruzar el muro.
Desobedecí a mis padres, y ver la decepción en sus rostros duele. Duele mucho.
Camino hasta mi habitación, cerrando la puerta a mi espalda voy hacia mi cama buscando debajo de mi almohada mi libro universal, lo encuentro y lo vuelvo a ver como las miles de veces que lo he hecho.
Página tras página mostrando diferentes lugares, paisajes, personas, animales y todo lo hermoso en el planeta, cuanto quisiera conocer cada rincón de este mundo.
Cierro mi libro, Goku debe estar en su habitación, quiero verlo y preguntarle muchas cosas, escondo mi libro debajo de mi almohada y salgo de mi habitación.
Lo busco en todas las habitaciones del primer pasillo y no lo encuentro, me dirijo hacia el segundo pasillo buscó de igual manera, no me dijeron donde estaba así que me sera un poco difícil de encontrarlo.
Veo a la empleada salir de uno de los cuarto, es la misma que lo llevó a su habitación, me acerco a la puerta de donde ella salió y entro cerrando la puerta por detrás.
—Goku...—lo llamo, no responde, veo la ropa, que tenia puesta encima de la cama, escucho la ducha encenderse, mis mejillas arden un poco y desconozco la razón, me siento al borde de la cama, se esta bañando, era de esperarse, se veia muy agotado, mejor lo esperaré.
Un objeto extraño suena entre su ropa, veo su muñequera vibrando, juego con mis dedos dudando en agarrar aquel objeto, me alejo de sus cosas, pero la curiosidad es grande, no Chichi tienes que controlarte, es inevitable, no voy a ver que es esa cosa, aunque no estaría mal si lo veo un poco ¿no?.
—¿Que haces aquí?—su voz se escucha a unos metros, parece molesto, en realidad es la misma cuando le hablé por primera vez, aquella muñequera vuelve a sonar, él lo agarra y hace alguna cosa para después dejar la muñequera en la cama dirigiendo su mirada hacía mi.
—¿Qué buscas?—la pregunta es directa, me sobresalto ante su frialdad, rasco mi nuca con nerviosismo y mis mejillas vuelven a en calentarse pera esta vez más que la anterior. Ya que esta vez lo veo con el torso desnudo y solo utilizando unos bóxer que se apegan de manera ajustada a su entrepierna.
—Y-Yo...—titubee, esto era vergonzoso pero antes de decir algo más, me interrumpe un sonido, mi mirada viaja a su estomago—¿quieres venir a comer?—ofrezco disimulando una sonrisa ante lo incómodo que esto me parecía, de alguna manera se sentía muy extraño, en especial en partes que me dan pena mencionar.
—Esta bien—responde.
. . . C H A N G E . . .
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top