Capítulo presentación.

—Es demasiada responsabilidad, no creo que podamos hacerlo, además ya casi cumple los 18 años.  ¿Que se supone debemos hacer con un adolescente?

—Pero es el hijo de mi hermana, no tiene más familia que nosotros, no puedo simplemente ignorar su existencia, olvidar que acaba de quedar huérfano, no puedo abandonarlo a su suerte.

—Tampoco podemos hacernos cargo de él y lo sabes.

—Si nos organizamos... Lo llevamos a Australia con nosotros y...

—¡Olvídalo! Soy demasiado joven para hacerme cargo de un chico que es casi un adulto, ¿No puedes solo dejarlo y enviarle dinero por mes y que se maneje solo? Los adolescentes de hoy en día prefieren eso... ¡Quiero otras cosas para mi vida! ¡Las quiero contigo pero sin cargas! 

—¿Que estás queriendo decir con eso? 

—Es bastante obvio creo yo, debes escoger si deseas continuar con nuestros planes como hasta ahora, es decir, viajar, trabajar en lo que nos gusta, seguir nuestros proyectos... O... Quedarte aquí en el mismo empleo mediocre, para ser padre joven de un muchacho que al fin y al cabo en poco tiempo seguro se irá o algo peor.

Teddy miro a su prometida como si fuera una desconocida.

Apenas podía creer que a dos días de enterrar no solo a su hermana, sino también a su cuñado, estuviera diciendo todo eso. 

Sabía que era joven aún, después de todo le llevaba a su sobrino apenas unos diez años de diferencia, y aunque había estado algo apartado de la familia por cuestiones de la universidad y la pasantía que quería, amaba a su familia y era por eso que jamás podría ignorar su existencia así como asi. 

Sean era su familia, la única que le quedaba actualmente.

El muchacho de cabello oscuro, y mirada ahora llena de decepción, se quedo en silencio ante su pareja, mientras otro muchacho, oculto tras las sombras, escuchaba la conversación de los "adultos" apretando los labios con tanta fuerza que estos formaron una fina línea casi blanca. 

Apretando el cuerpo contra la pared, Sean cerró los ojos intentando mantener la calma, pensando que de cierto modo ella tenía razón, se había convertido en una carga para su rió Tedd, y estaba a seis meses se cumplir los 18 años, no había necesidad de hacerse cargo de él...

Se pasó una mano por el rostro, abrió los ojos y pensó, que Teddy no tenía porque perder todo lo que había proyectado solo por su culpa. 

Theo era el hermano menor de su difunta madre, con quien se llevaba apenas unos diez años y a quien consideraba más como un amigo que como su tío.  Era además su confidente, por esto sabía lo importante que era Australia para su futuro, que proyectos tenía y lo que deseaba lograr. 

No podía simplemente permitir que estos proyectos se esfumaran en la nada.

Aún así... ¿En serio su prometida lo consideraba una carga? 

Siempre le pareció una chica tan agradable, amable y hasta dulce, pero ahora, escuchando sus palabras tan duras y el tono que uso, e incluso la mirada firme que utilizó, comprendía el significado de que no todo lo que brilla es oro.

Se apartó con sigilo de su escondite, regreso a la habitación que usaba desde hacía ya unos días y se sentó en el borde de la cama, mirando el vacío ante él.

Si Teddy tenía planes de viajar para trabajar en Australia, él no podía ni quería interferir, o causar un cambio radical. Sin embargo era verdad que no tenía a nadie más en el mundo; sus padres acababan de morir en un accidente automovilístico, no tenía hermanos, ni otros tíos o abuelos a quien acudir, no había nadie que pudiera extenderle una mano, nadie más que su tío Teddy.

Sabía que su madre tenía familia en Tailandia pero su padre a nadie.

De hecho no sabía mucho se la vida de su madre en ese país, solo que sus padres no estuvieron se acuerdo con su matrimonio con un inglés. La verdad era que por primera vez, se daba cuenta de lo poco que sabía sobre sí mismo fuera de su núcleo familiar.

El joven de 17 años, se levantó después se un momento y recogió la mochila que había llevado allí, metió lo poco que poseía en esa casa, las llaves de la que fue su hogar, su cargador y teléfono celular, escribió una pequeña misiva para su tío y con mucho cuidado de no hacer ningún ruido salió por la ventana, agradeciendo mentalmente que la habitación estuviera en la planta baja. 

Se apresuró corriendo y ocultándose entre los arbustos, hasta lograr alcanzar la avenida principal, donde detuvo un taxi y se marchó sin mirar atrás. 

No pensó mucho las cosas o que haría en lo sucesivo, solo sabía que se ahora en más debía valerse por sí mismo sin ser una carga para nadie.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top