Cuando Lara recuperó la conciencia lo primero que registró fue que sus pies apenas tocaban el suelo. Estaba atada por las muñecas, colgada de un tubo por encima de su cabeza, y junto a ella estaban Michonne y Daryl.

Michonne se movió a su lado, recuperando la conciencia cuando sus ojos se abrieron. Uno de los niños miró a Lara y Michonne antes de volverse hacia los demás—. Están despiertos.

Lara observó cómo el niño tomaba un atizador caliente, en cuyo extremo había una cruz de color naranja brillante, y pasaba junto a ella y Michonne hacia Daryl. Lara gritó contra la mordaza en su boca cuando vio a Joss sentada en la esquina, observando lo que estaba pasando.

—Adelante, Linus —dijo Jocelyn, animando al niño.

Lara observó cómo levantaban la camiseta de Daryl y presionaban el atizador contra su piel. El grito que emitió Daryl trajo lágrimas a los ojos de Lara y ella gritó contra la mordaza, intentando patear a los niños que estaban más cerca de ella.

Cuando el niño retiró el atizador, Lara observó cómo Jocelyn se ponía de pie—. Bien hecho, Linus.

—Los fuertes sobreviven —respondió Linus.

—Y prosperan —agregó Jocelyn. Luego se movió hacia Michonne—. Te lo dije, los niños son capaces de todo. Yo les enseñé, los ayudé a ser lo que son porque no pueden ser débiles. No ahora, no como lo fui yo.

—¿Dónde está? —gritó Michonne a través de su mordaza.

Lara vio que el niño volvía a levantar el atizador, esta vez acercándose a ella. Intentó alejarse, pero con las manos atadas por encima de la cabeza no podía ir muy lejos. Podía sentir el calor del atizador incluso antes de que tocara su piel, y cuando lo hizo, experimentó un dolor como nunca antes.

Pensó que recibir un disparo era malo, pero este era un dolor de otro nivel. Hubo un leve sonido de piel chisporroteante, seguido de un destello de dolor que envió ondas de choque a través del cuerpo de Lara y provocó un grito de sus labios. Por un segundo toda su conciencia se concentró en el dolor, nada más a su alrededor importaba aparte del insoportable fuego que sentía recorrer por su espalda.

Vio a Daryl estremecerse mientras gritaba, y cuando la marca estuvo colocada y el atizador se retiró, ella cayó inerte contra las ataduras, sus pies apenas sostenían su cuerpo mientras el dolor se nivelaba y se convertía en un latido ardiente que se abría paso a través de todo su cuerpo.

—¡LARA! —gritó Daryl a través de su mordaza, mientras ella lo miraba con los ojos entrecerrados.

El atizador se recalentó antes de que el niño se volviera hacia Michonne. Jocelyn lo miró—. Contrólalo, Winnie. No dejes que te controle a ti.

El niño asintió mientras presionaba el atizador contra la espalda de Michonne, provocando un grito que hizo que la sangre de Lara se helara. Cuando terminó, se quedaron solos con un solo niño, y fue entonces cuando Daryl planeó su escape. Después de haber estado trabajando en las cuerdas durante un tiempo, Daryl logró liberarse y noqueó al niño con facilidad antes de liberar a Michonne y luego a Lara.

Después de desatar las cuerdas, Lara se desplomó hacia adelante en los brazos de Daryl, abrazándolo con fuerza mientras enterraba la cara en su camiseta—. ¿Dónde está Ro?

—La encontraremos —susurró Daryl—. ¿Estás bien?

—Me duele la espalda y estoy preocupada por nuestra hija —dijo Lara.

—Oye, deberíamos separarnos —dijo Michonne.

—Bien, voy a atarlo —dijo Daryl.

—De ninguna manera irás sola —le dijo Lara a Michonne—. Y no tenemos tiempo para discutir, así que vamos.

Recogiendo un palo del suelo, Lara subió las escaleras con Michonne y escuchó la voz de Jocelyn antes de que la vieran.

—Envía otra patrulla —estaba diciendo Jocelyn—. Podría haber más —luego vio a Lara y Michonne—. ¡Escaparon! Alerta a los demás. Carga al resto. Tenemos que irnos.

Un niño hizo sonar un silbato y salió corriendo por el pasillo mientras Lara se acercaba a Jocelyn con el palo en alto—. ¿Dónde estan los niños? ¿Dónde está Rosie? ¿Dónde está Judith? ¡DIME!

—¿Por qué? —preguntó Jocelyn—. Están mejor. Tú vives en el pasado, persiguiendo un fantasma, mientras que Judith y Rosie han estado conmigo.

Un grupo de niños salió corriendo por la puerta y Lara vio una cabeza familiar de pelo rubio y el pelo oscuro de su hija. Escuchó a Michonne gritar, llamándolos a ambas, pero se fueron antes de que pudieran alcanzarlas.

—Ya sabes lo que sigue, Linus —dijo Jocelyn.

—Marcamos a nuestra presa, y la matamos —respondió Linus.

—Ayúdalo —le dijo Jocelyn a la chica que sostenía la katana de Michonne—. Vamos.

La chica con la espada gritó y trató de lanzarse hacia Michonne, quien la empujó contra la pared—. ¡No quiero lastimarlos!

La chica se balanceó de nuevo pero fue derribada hacia atrás. La espada salió repiqueteando de sus manos y se detuvo en el suelo. Michonne se agachó para recuperarla, pero el niño logró cortarla con su cuchillo.

Cuando Michonne soltó un grito de dolor, Lara pateó al niño en el pecho y lo derribó. No quería lastimarlos, pero si eran ellos o su hija y Judith, sabía a quién elegiría.

Agarrando la espada de Michonne, Lara la balanceó y casi corta al niño. De pie frente a Michonne, sostuvo la espada y se acercó a los dos niños amenazadoramente.

—Tienen dos segundos para decirme dónde está mi hija o van a morir —dijo Lara.

Los niños salieron corriendo por el pasillo y Lara los persiguió. Michonne iba detrás de ella, y cuando Lara irrumpió por una puerta, logró esquivar la tabla que se balanceaba en su dirección y rodó por el césped. Volviendo a levantarse, vio a Jocelyn sosteniendo la tabla.

—¿Dónde están los niños? —preguntó Lara—. No volveré a preguntar, perra.

Cuando Jocelyn levantó la tabla para golpear a Lara, ella esquivó el golpe y clavó la espada en el pecho de Jocelyn, sosteniéndola por un segundo antes de sacarla y verla caer al suelo.

Se giró para ver a los niños que Jocelyn había acogido mirándola, y Michonne cruzó la puerta corriendo y vio el cuerpo de Jocelyn en el suelo, vio la sangre en la katana de Lara y se congeló.

—Lara...

—Cállate —espetó Lara, antes de dirigirse a los niños—. Pueden regresar todos a Alexandria. Nos haremos cargo de ustedes.

—Mata a todos sus niños —ordenó el chico mayor—. El resto viene conmigo.

—Tu decisión —dijo Lara mientras el chico se abalanzaba sobre ella.

Vio al niño de pelo rubio sacar un cuchillo, el cuchillo de Lara, y escuchó a Michonne gritar—: ¡Winnie! ¡No! —mientras bajaba la espada y cortaba al chico desde el hombro hasta la cadera.

Luego el resto de los niños cargó contra ella, y el instinto se hizo cargo. Lara luchó contra los niños, cortando y golpeando sin piedad. No podía detenerse a pensar en lo que estaba haciendo porque un momento de vacilación significaría su muerte. Mientras Lara se encargaba de los animales rabiosos que alguna vez fueron niños, Michonne trató de disuadir a Winnie para que no mate al resto de los niños.

Cuando cayó el último niño, Lara caminó hacia Winnie con la espada colgando de su costado—. Dame el cuchillo, bastardo.

El niño arrojó el cuchillo a un lado y salió corriendo. Lara no miró hacia los cuerpos que quedaban en el suelo porque su hija estaba en esa caravana en alguna parte, y mientras se arrodillaba con la culpa amontonándose sobre sus hombros, no pudo evitar sollozar.

—¿Rosie? —dijo Lara con la voz entrecortada—. Judith...

Judith salió primero, corriendo hacia Michonne con un grito de—: ¡Mami!

Entonces Rosie salió y Lara dejó escapar otro sollozo. Rosie sonrió cuando vio a su madre y corrió hacia sus brazos—. ¡Mami!

—Hola, cariño —susurró Lara—. ¿Estás bien?

—Sí, mami —dijo Rosie, y miró por encima del hombro de Lara para ver a su padre—. ¡Papi!

Los ojos de Daryl se abrieron con sorpresa mientras corría hacia Lara y Rosie, la última de las cuales se soltó del abrazo de su madre y corrió a los brazos de su padre. Levantándola en sus brazos, Daryl la sostuvo cerca de su pecho mientras Lara se ponía de pie y se unía a ellos.

Cuando Daryl la rodeó con un brazo, Lara suspiró—. Las encontramos.

—Te dije que lo haríamos —respondió Daryl.

Lara pasó una mano por el pelo de Rosie—. Dios, te amo tanto.

—Yo también te amo, mami.