9.Dos pasados tristes
Un escalofrío recorrió la espalda de un pequeño chico llamado SeungYoun, haciéndolo despertarse de pronto. Su habitación estaba casi a oscuras, siendo iluminada únicamente por una lámpara en forma de cuadrado verde —que su hermana odiaba—, colocada en buró. En el pasillo se oyeron pasos apresurados hacia las escaleras en medio del silencio, causando que el menor se asustara un poco.
Bajó de su cama un poco dudoso y procedió a caminar hacia la puerta.
Recorrió el pasillo silenciosamente y, justo cuando iba a poner un pie en la escalera, un teléfono sonó en la sala de estar, retumbando en casi toda la casa.
Alguien contestó y se oyó una voz en la sala, después un abrumador silencio.
El chico, que en ese momento tenía once años, bajo las escaleras de dos en dos y cruzó el comedor, para encontrarse a su hermana mayor sentada en el sillón, llorando desconsoladamente.
—¿Noona? —preguntó. La chica, de veinte años, lo miró sorprendida. Su pecho sufría de espasmos y su cara estaba sudada—. ¿Pasa algo?
—S-SeungYoun...
En ese momento se oyó el momento de un auto estacionarse fuera de la casa, y unos segundos después, el timbre y las pisadas de un SeongWoo de trece años, que corrió hacia su hermana.
El menor cruzó la casa y miró por el hoyo de la puerta, visualizando a sus dos abuelos, sus tios y su unica hija, HyunJin, que parecían profundamente tristes.
—SeungYoun, ¿que haces despierto? —lo regañó su abuelo una vez que abrió la puerta, tomándolo del brazo y llevándolo hacia arriba, mientras su abuela iba hacia su hermana.
—Abuelo, ¿que está pasando? ¿por qué noona llora?
—Ahora mismo no puedo explicartelo correctamente. Lo mejor es que vayas a dormir.
—¡Abuelo, ya no soy un niño!
—Lo sé, lo sé. Pero ahora mismo hay cosas que ni siquiera nosotros podemos procesar.
—Pero... —Su abuelo le echó una mirada—. Está bien.
Se acomodó en su cama y su abuelo lo arropó.
—Buenas noches, Youn.
—Buenas noches, abuelo. Te quiero.
—También yo, y tus padres también.
Después de eso, SeungYoun logró tranquilamente conciliar el sueño.
Al día siguiente, su abuelo charló con él, ya que su hermana no estaba en la casa ni su abuela. Se lo contó todo de una forma tranquila y sincera, sin dar detalles de más.
Al principio, Cho no entendió del todo lo que su abuelo le había dicho, porque él aún tenía las esperanzas de ver a sus dos queridos padres llegar por la puerta después de su viaje a Daegu, para abrazarlos y decirle lo mucho que lo habían extrañado.
Con el tiempo, se dió cuenta que eso ya no volvería a pasar, y que todos aquellos momentos permanecerían marcados en su memoria como buenos tiempos.
Después de ese terrible y doloroso acontecimiento, SeungYoun, una vez que terminó de entenderlo, empezó a sentir esa horrible presión en su pecho cuando hacía mínimas acciones como entrar a la habitación de sus padres, ver los cuadros que había en la sala u observar la luna por más de un minutos, provocando que su respiración fallara por unos momentos. También, había veces que no tenía apetito y su hermana lo obligaba a comer —a pesar de que ella no tuviera hambre tampoco— y veces en las que se imaginaba a sus padres como grandes y resplandecientes estrellas que lo miraban desde arriba. Entonces se sentía cálido.
Entre más comenzó a crecer, el dolor fue incrementando, puesto que lo entendía todo de una forma mucho más clara con el paso del tiempo, tanto que terminó yendo a un psicologo a sus dieciséis años, por consecuencia de ataques de pánico muy seguidos durante lapsos de meses, algo que pudo controlar (más no eliminar, puesto que a sus dieciocho aun le pasaba al menos una vez al año) después de algún tiempo de terapia.
HyoYeon se graduó, para tomar las riendas de la cadena de empresas. A pesar de creer que nunca podría llegar a serlo y sentirse poco suficiente, pudo manejar correctamente todo lo que conllevaba manejar más de cinco sucursales de empresas, y esperaba que SeongWoon pudiera tomar el mando una vez que realizara su licenciatura en algunos años. También, esperaba que SeungYoun y JungEun pudieran también estar en el negocio, salvo que el primero simplemente no se veía tentado a ello, y prefería estudiar psicología o algo menos matemático.
...
Lee Hangyul nació en el año de 1999, producto del matrimonio y amor de sus padres, Weixi y Yi Han. Para él, fueron unos grandes y excelentes catorce años de vida; su padre y su madre se amaban a sus ojos y su economía no estaba mal en lo absoluto, puesto que su madre tenía un buen puesto en una empresa y su padre era dueño de una cadena de restaurantes de Jeju
Era totalmente feliz.
Hasta que sus padres decidieron separarse, algo que le afectó mucho y que significó una gran tristeza para el.
Sin embargo, le consolaba saber que al menos no se habian separado de una forma demasiado dolorosa, con peleas o algo por el estilo. Mas bien, solamente habian tenido una charla y habian decidido que lo mejor era darle fin a ese matrimonio, en vez de seguir con ese ya-no-existente amor.
Aún se comunicaban por el bien de sus dos hijos y casi siempre pasaban tiempo con él para que ellos no sintieran como si él ya no estuviera con ellos o algo por el estilo. Puesto que habia diferencia entre ser un padre y ser un esposo.
Una mañana de sábado, un Hangyul de dieciséis se levantó de mañana, encontrándose con su madre sentada en la barra, con la mirada perdida.
—¿Ma? —le habló. Wei alzó la vista—. ¿Pasa algo?
Esta se quedó en silencio por unos segundos
—Te lo negaría, pero creo que ya estas grande y debo decirtelo.
Hangyul se sentó junto a ella.
—¿Que pasa?
Seul.
—¡Wow, felicidades mamá! —la abrazó, pero esta seguía con el mismo semblante—. ¿Hay algo mas?
—Si, nos iremos en dos semanas. Justo antes del inicio de clases.
—No veo mucho problema en ello, ma. ¡Me guuusta el cambio!
—También... acabo de descubrir que tu padre tiene otra familia.
Se quedó boquiabierto por unos segundos... intentando procesar.
—¿Tengo una hermanita o hermanito bebé...? ¿O como?
—No,Gyul. Tienes una hermana y un hermano, una de ellas es mayor que KaHei.
Se quedó unos segundos paralizado.
—¿Eso quiere decir que mi padre...?
—Si.
—No sé si lo notarás en mi cara, pero estoy en estado de shock —dijo—. Tengo más hermanos... Wow.
—Tu padre tenía otra mujer mientras estaba conmigo...
—No puede ser... —se acercó a ella y la abrazó—. Ma, no pienses más en ello, por favor, solo te hace daño.
—Es que... yo ya no amo a tu padre... pero... aún así me duele. Mucho.
En ese momento, la visión casi perfecta que tenía de su padre se desvaneció en cuestión de simples segundos. Jamás se imaginó que algo así le podría pasar.
Aunque quisiera llorar, no se lo podía permitir. Debía ser fuerte por ellas.
...
—SeungYoun —habló Jisung—, te presento a Hangyul
—Un gusto, soy SeungYoun —tendió su mano, siendo recibida por el mas alto al instante.
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Se me olvido actualizar ayer,pErdon
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