✧༺Sexto capítulo༻✧

Jungkook detallaba cada uno de los movimientos del humano con el que compartiría techo. Sus orbes rojizos se perdían en la imagen de un Taehyung muy dedicado en preparar la comida que lo ayudaría a comenzar su día de la mejor manera.

En ese preciso instante lo único que ambos escuchaban era la música que salía de la radio antigua del escritor. El inmortal hubiera preferido conversar con el chico, pero este le había pedido de favor que se mantuviera en silencio porque era muy despistado y no quería que su desayuno terminara quemado.

Lord Jeon aceptó el pedido del joven de piel canela sin rechistar. No quería poner las cosas complicadas para su mate que urgentemente debía recargar energías y nutrientes que solo los alimentos humanos podían brindarle.

Veinte minutos se marcaron en el reloj de la cocina cuando el castaño finalmente soltó un suspiro de alivio, orgulloso por el resultado que tenía frente a sus ojos.

—¿Ya terminaste?

—Sí, y no es por presumir, pero me quedó de maravilla.

—Me alegro por ti, lirio—respondió con una sonrisa de labios, levantándose de la silla en la que había estado sentado hasta que el contrario terminara—. Los panqueques con miel y el batido de fresas se ven muy apetitosos.

—¿No quieres comer un poco?

—Para los vampiros con la sangre es suficiente, pero gracias por el ofrecimiento.

—No hay de qué, era lo menos que podía hacer después de que te quedaras observándome fijamente por tanto tiempo.

La sonrisa confiada que Jungkook poseía en sus labios desapareció a la par que el escritor se retiraba con dirección al comedor, llevando su comida en una bandeja de madera.

"Por un demonio, ¿tan obvio había sido?".

El vampiro internamente se hizo esa pregunta, creyendo que el humano estaba tan concentrado en lo que preparaba como para notarlo. Y de paso, sintiéndose tontamente apenado al ser expuesto de esa manera. Sin embargo, en su defensa no existía otra cosa que pudiera hacer luego de obedecer a la orden de quedarse callado.

Pero antes de que el inmortal pudiera soltar algún argumento para justificarse cuando se ubicó a un costado del humano, Taehyung se le adelantó.

—Seguramente fue muy aburrido, ¿no? Tal vez debiste dedicarte a seguir descubriendo las funciones de tu teléfono inteligente.

Esperen un minuto, ¿acaso el castaño estaba buscando la manera de avergonzarlo?

¿Le estaba molestando? Todo indicaba que la respuesta era positiva al ver la expresión divertida que su bonito rostro portaba.

—Sí, quizá debí hacer eso—mintió, porque en definitiva el contrario le parecía mucho más interesante que el dispositivo móvil—La ventaja es que con el pasar del tiempo he aprendido a superar de manera exitosa cualquier tipo de aburrimiento.

—Pues que bien por ti, lord.

Taehyung fingió desinterés al decir aquello, conteniendo la jocosa risa que quería escapar de sus labios, mientras agarraba el tenedor para tomar un pedazo de la suave masa del panqueque y llevarlo hacia su boca. Un sonido de satisfacción escapando desde lo más profundo de su garganta gracias al sabor que entró en contacto con sus papilas gustativas.

—Sí, y eso es lo que haré justo ahora.

El azabache iba a meter la mano en su bolsillo para sacar su nuevo móvil, pero la fuerte exclamación por parte del contrario lo hizo detener sus movimientos.

—¡Deja eso ahí!

—¿Por qué lo haría? —el inmortal alzó una ceja al cuestionarle sus razones— ¿Sí tú mismo me lo aconsejaste?

—Porque en este preciso instante quiero que me hables sobre ti.

—Pensé que lo haríamos después de que te alimentarás.

—Esa era la idea, pero acabo de decidir que deberíamos aprovechar el tiempo. Claro, si es que estás de acuerdo con eso.

—Por mí no hay problema. Sin embargo, supuse que lo más adecuado sería contártelo cuando estuvieras en un estado de completa relajación.

—¿Hay posibilidad de que me atragante con mi desayuno por la impresión?

—Muy seguramente.

—Entonces cuento contigo para que me hagas respiración boca a boca.

"Que humano más travieso".

—Luego no quiero arrepentimientos.

Jungkook advirtió a Taehyung ante su descarado comentario que sabía de sobra lo decía de juego solo para alivianar el ambiente.

¿O no?

—Bien, entonces escucha con cuidado lo que te voy a contar.

El castaño asintió lentamente, esperando por ese relato que prometía ser la salvación para su bloqueo del escritor. El vampiro se aclaró la voz y sin querer hacerse del rogar, comenzó a narrar la historia de la que era protagonista.

La que marcó el inicio del fin de su gente.

El más poderoso y longevo, el clan Jeon.

🍷

Los vampiros son exageradamente antiguos, han existido desde tiempos inimaginables que se sentirían tan distantes para cualquier ser humana que pudiera experimentar la mínima curiosidad hacia ellos.

Dichos inmortales están asentados en todos los lugares del mundo como cualquier otra comunidad. Sin embargo, para que estos seres sobrenaturales puedan convivir en armonía se necesita de un líder en el que puedan confiar.

De la misma forma en la que el susodicho debe entregarse a ellos para ser respaldado cuando más lo necesite. Muchos podrían decir que, gracias a la ficción los vampiros han sido retratados como egocéntricos, egoístas y sin sentimientos hacia sus más allegados.

No obstante, la realidad era completamente distinta.

Son muy protectores entre su propia gente, está en su ADN cuidarse las espaldas mutuamente. Por lo que rara vez alguno decidió optar por la tonta idea de apuñalar por la espalda a uno de los suyos.

Y quienes lo han hecho obtuvieron su merecido castigo, pero esa es una historia aparte que nada tiene que ver con esta historia.

Los conocidos por los mortales como "chupasangres" tienen como otra característica única el ser cuidadosos con cada paso que dan. Sigilosos, cero problemáticos, que prefieren evitar a toda costa involucrase en líos.

Sí, esa es su ley de vida.

Lástima que para el clan del que Lord Jeon era líder la paz se vería interrumpida abruptamente hace aproximadamente un siglo y medio atrás.

El terror se vivió de la peor manera entre su gente al descubrir los cuerpos sin vida de otros miembros de su familia a lo largo del territorio en el que vivían. Cada uno poseía dagas de plata enterradas en su carne, como la mayor prueba de haber sido atacados brutalmente por alguien tan desalmado como para dañar a inocentes.

Ellos no se metían con nadie, y Jungkook podría meter las manos al fuego por cualquier integrante de su clan. No veía a ninguno siendo capaz de hacer semejante atrocidad sin reparo alguno.

Pero lo que se lo confirmó fueron las notas que empezaron a llegar cuando más de diez crímenes lograron ser ejecutados con éxito.

El azabache jamás podría olvidar la rabia que inundó cada milímetro de su ser al leer las palabras descaradas cargadas de orgullo y satisfacción del ser que se hacía llamar "el perseguidor", el cual se sentía realizado al realizar tan viles actos contra su gente.

Y lo más impactante era que se trataba de un humano, pero no uno cualquiera.

Aquel hombre parece que se volvió un experto en brujería, lo que le permitió ser tan fuerte como cualquier otro sobrenatural que existiera.

No envejecía, y tampoco moriría con tanta facilidad de no ser porque su vida fuera arrebatada de la misma manera en la que él hacía.

Ninguno de los vampiros que formaba parte del consejo del clan Jeon comprendía la razón del odio del anteriormente mencionado, pero esta cuestión no tardaría en ser aclarada semanas después al recibir la que sería la última carta que Lord Jeon leería antes de pensar en un plan.

Solo que esta no sería la razón por la cual su vida sería marcada de una forma en la que nunca imaginó.

¿El motivo del perseguidor? Una dulce y anhelada venganza.

Pues tal parecía que tiempo atrás, los padres del joven de piel nívea se habían visto involucrados en un conflicto en el que algunos humanos murieron. Y entre ellos se encontraba la familia del perseguidor, quien quedó solo y desamparado.

O eso creyó hasta ser criado por una bruja que lo dotó de los mejores conocimientos que cualquier aprendiz pudiera desear lograr dominar.

Jeon se había quedado boquiabierto ya que sus progenitores nunca mencionaron aquel altercado, y tampoco podría preguntárselos directamente por el simple hecho de que ellos fallecieron hace unas cuantas décadas atrás al trasladarse a otra zona que era terreno de hombres lobos.

Por lo que a un desolado Jungkook no le quedó de otra más que asumir el puesto para el que fue preparado por varios siglos. El azabache se había sentido tan perdido, pero gracias a sus atesorados amigos pudo salir adelante.

Convirtiéndose en uno de los líderes más prestigiosos del único clan de vampiros que existía en Corea del Sur.

Y si bien era cierto que cada uno de ellos tenía su propio apellido, cuando se trataba de hacerle frente a algún peligro que atormentara su paz, todos se volvían un Jeon.

Tan fuertes, elegantes, y muy poderosos.

Especialmente únicos y reconocidos por otros vampiros de diversas nacionalidades.

Motivo por el cual, Jungkook no se lo pensó dos veces antes de querer hacerle frente a ese hombre que cargaba con tanto odio en su interior. Aunque un factor muy importante como inesperado fue lo que le hizo retroceder, sintiéndose jodidamente vulnerable ante el desconocido que afirmaba detenerse si se entregaba en bandeja de oro para aceptar su castigo destinado.

Fuera por benevolencia o porque el perseguidor le subestimaba, en ese escrito le comentó de manera explícita a qué se debía su increíble habilidad para asesinar vampiros. Ya que en sus manos había caído una reliquia muy poderosa conocida como la piedra krystallos, la cual aumentaba considerable la magia de su portador al ser un objeto tan antiguo que se creía era un regalo de la mismísima naturaleza.

Era transparente y lo suficiente pequeña como para poseer una cadena de oro que la atravesaba con la única función de volverla un collar. Garantizando el transportarla con facilidad a cualquier lado.

El brujo no entró en detalles de cómo era su modus operandi criminal, pero con la información que le brindó al azabache, bastó para alarmar al consejo y al líder que honestamente no sabía ni cómo proceder.

"¿Y ahora qué haremos? ¿Lo enfrentamos? ¿Podremos ganarle?".

Eran preguntas que se repetían como un bucle eterno, esperando una pronta respuesta y solución.

No lo sabía, Jungkook no podía asegurar algo así con tanta confianza.

Nunca se vieron involucrados en una situación en la que parecía que no tenían ni la más mínima oportunidad. Pero si algo le habían enseñado sus padres al azabache era a nunca huir como un cobarde.

"¡Lo enfrentaremos! ¡El clan Jeon no se dejará vencer por algo así!"

Y con esa determinación, la gente de Jungkook comenzó a tomar medidas en el asunto. Nadie podría alejarse del terreno que les pertenecía, ni tampoco interactuar con desconocidos.

Pues la desventaja más notable entre ambos bandos era que los vampiros no conocían el rostro del perseguidor. Ni cómo lucia, ni vestía, ni si ocupaba alguna máscara que protegiera al doble su identidad, ya que ningún vampiro sobrevivió como para contarlo.

Los días pasaron y por más que el temor estaba latente, ingenuamente Jungkook creyó que estaba preparado para lo que venía.

Pero en esa noche de verano, el mundo que conocía se desvaneció al ser cubierto por la sangre derramada y las vidas arrancadas de la mitad de su gente.

Ellos eran numerosos, pero ni siquiera pudieron hacerle frente.

¿Cómo conseguirlo si el tipo podía camuflarse tomando la apariencia de cualquier persona?

Imposible.

Y por esa razón, entre gritos despavoridos Lord Jeon tuvo que actuar y enfrentarse al hombre que tomó la apariencia de uno de los vampiros a los que más estimó y que fue su amigo por tantos siglos, el carismático Eunwoo.

Una de las tantas víctimas en los ataques del cruel brujo sin rostro.

Sí, el perseguidor fue tan desalmado como para hacerlo creer que estaba siendo víctima de un mal sueño en el que una vez más podría interactuar con aquel inmortal.

Pero Jungkook era jodidamente astuto, por eso el mérito de ser considerado como el digno heredero de los Jeon no era específicamente por su apariencia.

El azabache consiguió esquivar la daga de plata que impactaría en su pecho, justo en el lugar donde su corazón muerto descansaba. El material de dicha arma era altamente mortífero para la mayoría de seres sobrenaturales, por lo que tenía muy presente que podría usarla a su favor.

Y así lo hizo. Hiriendo de gravedad al hombre que tomó la apariencia de Eunwoo.

Sin embargo, la situación no terminó ahí. Porque antes de que Jungkook consiguiera ir en búsqueda de ayuda al haber sido atacado en su habitación, el perseguidor le apuñaló logrando escapar. Desapareciendo en la oscuridad de una densa niebla.

A los minutos varios vampiros fueron en búsqueda de su líder al notar los crímenes efectuados en sus propias narices, encontrándose con el mismo en muy mal estado. Por lo que Yongsun, la inmortal que era una auténtica genio cuando de pócimas se trataba, sugirió poner a dormir a Jungkook para que se recuperara de sus heridas, mientras todavía tenían algo de tiempo.

El azabache dio su consentimiento, y ordenó al resto de vampiros de su clan se escondieran hasta que llegara el día en que volviera recuperado para tomar venganza contra el brujo.

Y lo bueno de esa idea era que al tener la pócima que reemplazaba la sangre, no tendrían que salir al exterior a buscar un poco de ese líquido rojizo que les servía de alimento.

Por lo que no había excusas para no apegarse al plan.

El perseguidor lo quería a él, y cuando lo tuviera, iría por el resto de su gente.

Solo que mientras Jungkook tuviera opciones, no le daría el gusto.

Así que el cometido no tardó en dar inicio.

El consejo escondió a su líder en lo más profundo de una cueva, esperando por el día en que el enfrentamiento se llevara a cabo a la par que se aseguraban de conseguir algún método con el que contrarrestar los poderes de aquel hombre.

Porque por más que Jungkook lo hubiera herido de muerte, era obvio que el susodicho continuaría volviendo a perturbar sus vidas hasta que alguno de ellos consiguiera hacerlo desaparecer de la faz de la tierra, o viceversa.

El tan ansiado día llegó cuando los astros en el perfecto cielo nocturno se alinearon, a la par que cierto escritor despreocupado se emborrachaba a más no poder, atrayendo al lord cediendo de sangre.

El destino de ambos estaba escrito desde ese momento.

Pero nadie sabía cómo continuaría la particular historia, ni qué final tendría ya que los capítulos serían escritos día con día.

Por eso tanto el vampiro como el humano en silencio anhelaron que su encuentro fuera una decisión acertada por parte del universo.

Continuará...

Ya se desveló el secreto de lord Jeon, ojalá sea motivo suficiente para que me sigan acompañando esta historia. Muchas gracias por leer.

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