Capítulo 24: Traiciones

Gray Fullbuster

Llegamos al gremio y fue Rogue quien contó lo que estaba ocurriendo, aunque claro, fue Natsu quien acabó convenciendo a los demás de actuar, por lo menos a los de nuestro gremio. Decidieron separarse, no podíamos permitirnos dejar el gremio desprotegido y a mí no me apetecía nada tener que separarme de Natsu, pero tenía razón en algo, aunque era bueno en ataque, era aún mejor creando defensas, así que al final, me tocó quedarme.

A mi Rufus no me terminaba de dar buena espina, pero tampoco podía lanzar especulaciones sin tener pruebas de lo que decía, pero me resultaba extraño que Sting siendo más fuerte, estuviera allí capturado mientras fuera Rufus precisamente quien había conseguido escapar. ¡Si hubiera sido al contrario, me sería más fácil creérmelo! De todas formas, tampoco iba a poder vigilarlo, porque él se iba al grupo de ataque, así que no se quedaba en el gremio con nosotros.

Levy y Freed empezaron a trabajar al momento en las runas para proteger al gremio de los enemigos y Natsu partió junto al grupo de ataque guiados por Rufus hacia la zona de donde "se había escapado", si dijera que no estaba preocupado ahora mismo por Natsu, mentiría ¡Me preocupaba porque estaba con Rufus! Y no me fiaba de él.

Me senté en una de las mesas viendo como Levy y Freed creaban las runas ¡Parecía complejo! Yo no sería capaz de hacer una magia así. Lucy también se había quedado con nosotros y miraba a Levy trabajar mientras hablaban sobre algo ¡Cosas de mujeres! Fue lo que pensé. Yo no podía dejar de mirar por la ventana y preocuparme por Natsu, porque no me gustaba que estuviera solo ¡bueno no estaba solo, pero estaba sin mí! Y eso me ponía más nervioso porque no podía ayudarle si me necesitaba ¡aunque era Natsu, era fuerte, era realmente fuerte!

Miré el cielo cubriéndose de nubes ¿Estarían bien? Bueno iba Laxus con ellos, deberían estar bien, pero era Raven Tail, no me fiaba de sus sucios trucos. El cielo se oscureció de golpe y yo había tenido esta sensación antes ¡En los juegos mágicos! Me moví de la mesa hacia un lado avisando a los demás de que se movieran, pero el rayo cayó antes sobre ellos tirándolos al suelo. El rayo que iba hacia mí chocó contra la mesa rompiéndola, pero no me dio.

Miré el cielo de nuevo, había vuelto a su color y por la puerta entraba Rufus. Las runas no le bloquearían, no porque era contra enemigos y Rufus había sido considerado un aliado. Lo que más me extrañaba era... ¿si él estaba aquí, que había pasado con Natsu y los demás? ¡Desde luego no me fiaba de él!

~ ¿Dónde está Natsu? – le pregunté cabreado.

~ Supongo que con Sting – me dijo sonriendo – les indiqué el camino y me vine, tenía cosas que hacer aquí.

Junté las manos preparando mi magia, aunque no ataqué, permanecí inmóvil esperando su movimiento ¡Ya lo pasé fatal contra él en los juegos mágicos! Podía recordar mis ataques, podía eliminarlos, podía crearlos en mi contra.

~ Vamos Gray – sonrió – no intentes combatir contra mí, la última vez tuviste suerte, pero no puedes tentar a la suerte tantas veces. Ven conmigo y nadie sufrirá daños.

~ No voy contigo a ningún lado. ¿Qué le has hecho a Sting?

~ ¿Por qué crees que yo le haría algo a ese dragoncillo? – me preguntó con una sonrisa que no me gustó.

~ Fuiste tú quien le atacaste – le dije muy serio – Rogue y Natsu identificaron tu olor en su casa. Además, irías a por Sting porque estás celoso, pero si realmente crees que quitándome a mí de en medio Sting va a irse contigo, estás muy equivocado, primero porque ya ha visto la clase de persona que eres y en segundo, te confundes de persona, no soy yo de quien está enamorado Sting – le dije sonriendo.

~ Eras tú – me dijo – le vi besarte.

~ Sí, porque estaba provocándole – le dije – le provoqué para demostrarle a Natsu que no tenía miedo, para demostrarle a Sting que no tenía que estar cuidándome constantemente pero no está enamorado de mí, el beso solo fue un impulso suyo.

~ ¿Si no eres tú, entonces...? – creo que ya sabía quién era, pero yo sonreí igualmente.

~ ¿Sabías que Sting habla en sueños? – le pregunté y él se sorprendió – estuve una semana en su casa, llama a Rogue por las noches y no se da ni cuenta. El día que dormí con él en el sofá, no me soltó en toda la noche pero no pronunció mi nombre ni una vez, sólo llamaba a Rogue, así que te estás confundiendo de persona, ya te dije, que yo estaba con Natsu – le sonreí.

Me atacó como si estuviera loco, ni siquiera estaba pensando que hacer, intentaba darme y yo sólo podía esquivar una y otra vez, pero era complicado, ya en los juegos lo fue y ahora me resultaba igual de frustrante que aquella vez. ¡Era imposible atacarle con algo sin que él desvaneciera mi técnica! Ataqué varias veces y me defendí otras tantas de sus golpes con mi hielo, pero aún así, conseguía darme con sus habilidades ¡Odiaba ese memory Maker! Intenté recordar cómo le vencí la última vez, creando muchas cosas al mismo tiempo, colapsando su memoria para recordar.

Menos mal que este tiempo sin misiones, había hecho que mi recuperación fuera completa, tenía todo mi poder y podía atacar, podía defenderme, podía sacar a ese tipo de nuestro gremio. Junté las manos y empecé a imaginar ¡Como me gustaba mi magia, crear cualquier cosa que me viniera a la mente! Creé todo lo que se me ocurrió, todo al mismo tiempo, todo lanzado en su contra, intentando que no pudiera memorizar y lo conseguí, no lo memorizó, no lo pudo deshacer, no lo pudo esquivar y sin embargo, era yo el que estaba cayendo al suelo con un dolor en el cuello ¿por qué?

Escuchaba a Rufus gritar de dolor frente a mí, sin moverse del suelo, rodeado de un charco de agua por el hielo que estaba deshaciéndose de mi técnica. Le vi ahí y no entendía porque era yo el que caía, él estaba frente a mí, le había dado, mi habilidad llegó hasta él y sin embargo, estaba intentando levantarse aunque sus piernas temblaban ante el peso ¿Por qué caía yo cuando Rufus estaba en tan mal estado?

Me toqué el cuello en mi caída notando algo clavado en él ¿Me habían inyectado algo desde atrás? ¿No estaba sólo Rufus? Me pesaban los ojos, me pesaba el cuerpo, caí contra el suelo sin poder evitarlo y no podía moverme aunque intenté con todas mis fuerzas levantarme.

Veía en el suelo junto a mí a los demás, Levy con el bolígrafo de runas inconsciente, Lucy frente a ella con las llaves aún en su cinturón, Freed tirado un poco más cerca a la puerta principal, bickslow con los muñecos hechos añicos, Evergreen al fondo, incluso podía ver a Wendy allí tirada ¿La cogerían a ella? Era lo que pensaba ahora, porque en este momento en el gremio, ella era el único dragón que quedaba.

No podía evitarlo, pero me tensé ¡no podía caer aquí! No podía dejar que me cogiesen después de haber derrotado a Rufus, pero él se estaba poniendo de pie con más pena que gloria y yo no podía hacerlo. Se agarraba a las paredes para mantenerse y no podía creerlo. Ante mí apareció la figura de aquel rubio que tanto detestaba pero no me paralicé ¡Creí que me paralizaría! Pero ahora sólo me venía a la mente Natsu gritando que me levantase, sólo me venía Sting sonriendo con prepotencia para que atacase, veía a mi gremio, a mis amigos sonriendo tras él apoyándome ¡No, no podía caer aquí!

Me mordí el labio intentando mantenerme consciente por lo que me habían inyectado y moví un dedo, detrás de ese dedo empecé a mover la mano, movía el brazo ¡Tenía que levantarme, tenía que ponerme de pie! Puede que mis brazos estuvieran reaccionando, pero no notaba fuerza en las piernas, ni siquiera para arrodillarme. Ellos hablaban, se reían e insultaban pero no les estaba escuchando, sólo me centraba en las voces de mi cabeza, en mi gremio, en mis amigos.

Cuando levanté la vista para mirarles, no les miré con miedo, les miré con odio, tenía claro lo que iba a hacer y no era quedarme aquí paralizado escuchándoles, no iba a quedarme aquí inmóvil, iba a pelear, iba a destrozarles y si yo fallaba, mi gremio lo haría por mí, porque así era Fairy Tail.

~ ¿Nos has echado de menos pequeño mocoso? – me dijo riéndose acercando su mano hacia mí.

Quería apartarme, pero no lo hice, no iba a permitirme tener miedo. Podía tocar a la gente, podían tocarme y no significaba que pudieran hacerme daño, eso me lo enseñó Natsu, eso me lo enseñó Sting y aprendí la lección. Su mano ya estaba cerca de mi rostro pero no me aparté.

Levanté el rostro para ver la cara de aquel rubio cerca de mí, no cerré los ojos, no lloré. Con un rápido movimiento, moví mi mano hasta su cara haciendo caso omiso de su brazo acercarse a mí y presioné con tanta fuerza como pude empezando a sacar hielo ¡Quería congelarle! ¡Quería destrozarle! Escuchaba el hielo creándose bajo mi mano, oía como se fracturaba en miles de trozos cubriendo su rostro mientras él gritaba. Sus compañeros me cogieron por detrás intentando soltar ahora mi mano ¡Pero no iba a soltarle, iba a congelarle entero! ¡Quería destruir mi propio hielo haciendo añicos su cuerpo! Pero no podía, no podía con lo que me habían inyectado fluyendo por mi cuerpo, no tenía fuerza, mi brazo empezaba a soltar el agarre y cuando aquel rubio vino hacia mí enfadado, noté un peso sobre mi cabeza ¡Alguien estaba agachando mi cabeza presionando su mano sobre ella!

No veía quien era pero el rubio se sorprendió ¡no debía ser alguien de los suyos! Y no lo era, lo supe cuando se convirtió en piedra frente a mí.

~ Ever – llamé a Evergreen por su diminutivo intentando que su voz me confirmase que era ella, escuché una sonrisa y me tranquilicé.

~ Somos una familia Gray – me dijo Evergreen – reímos juntos, lloramos juntos, luchamos juntos.

Le sonreí, porque desde que aparecieron en mi vida de nuevo los del gremio, no había podido ver a Fairy Tail como mi familia, no había contado con ellos, no les había pedido ayuda pero estaban ahí, se levantaron como pudieron para ayudarme, estaban destrozados y se levantaron por mí.

Evergreen me agachó la cabeza para que no mirase sus ojos y cerré mis ojos, confié en ella ¡Algo que no habría podido hacer antes! Noté como soltaba mi cabeza a los pocos segundos y abrí los ojos encontrándome a virgo frente a mí enterrando a los que me habían cogido por detrás para que soltase al líder del gremio. Lucy aún estaba en el suelo sin poder moverse, pero me sonreía desde la distancia con la llave en la mano ¡Era Fairy Tail!, NO, ¡Éramos Fairy Tail! Porque eran mi familia.

El resto de los del gremio al ver como todos empezaban a levantarse lentamente, decidieron escapar, chocando de frente contra el muro de runas de Freed. No podrían salir hasta que el consejo mágico apareciese.

Wendy se acercó a mí para quitarme lo que sea que tenía en el cuello y dolió cuando tiró del objeto arrancándolo de mi piel. No pude evitar gritar, pero sus manos enseguida empezaron a calmar mi dolor curándome la herida, curándome lo que sea que me habían inyectado. Aún podía escuchar batalla en el salón del gremio pero sólo noté la mano de Lisanna sobre mi hombro diciéndome que me marchase, que avisase a Natsu de lo que estaba pasando, que le encontrase mientras ellos defendían el gremio.

Me levanté como pude y aunque Wendy me confirmó que no había quitado todo el veneno de mi cuerpo, salí corriendo del gremio hacia la ciudad, hacia el sur, justo donde Rufus había dicho que tenían a Sting y tenía que encontrarles, tenía que avisarles que iban directos a una trampa.


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