#100

1-Junio-2024.

-¿Necesitas ayuda con eso?

Harley dejó de luchar con el nudo de la corbata y volteó hacia la puerta de su habitación. Pepper se encontraba recargada sobre el marco de la misma, con los brazos cruzados sobre su pecho y aguantando las ganas de reír. Él asintió, completamente resignado a que no podría hacerlo solo.

-Eres igual a tu padre-. Bromeó la mujer, mientras terminaba de acomodar la prenda del chico-. Listo, ya quedó.

-Gracias mamá.

Virginia dio un paso hacia atrás, observando al rubio con lágrimas en los ojos.

-Oye, no...- Él se acercó a ella nuevamente y la envolvió en un abrazo-. Ya estuviste llorando durante todo el día, vas a deshidratarte si no paras-. Comentó, haciendo referencia a la ceremonia de graduación que había tenido lugar durante aquella mañana.

-Es que... no puedo creer que el niño de diez años que ayudó a Tony en uno de los peores momentos de su vida, sea mi hijo y ya esté graduado-. Dijo mientras se limpiaba las mejillas.

-¡Hey! ¡Tenía once!- Protestó, haciéndola reír. Luego le tomó ambas manos y las acercó a su pecho-. Sabes no soy bueno para expresarme pero... realmente quiero agradecerte por todo lo que siempre haz hecho por mi. Desde continuar en contacto conmigo después de lo de Tony, hasta brindarme un hogar cuando mi madre biológica murió. Eres lo máximo, y soy consciente de que muchas veces te he hecho sentir mal, en especial cuando apenas estuve viviendo con ustedes. Perdón por eso, de verdad. Siempre estaré agradecido de que seas mi mamá. Y prometo que haré hasta lo imposible por devolverte todo ese amor que me das.

-¿Así esperas que no siga llorando?-Preguntó Pepper con un hilo de voz. Luego, volvió a abrazar al muchacho, quien apoyó el mentón sobre su cabeza, ya que era bastante más alto que ella.

En la cama aún estaban la toga y el birrete que había usado esa mañana, junto al diploma y su medalla por tener las mejores calificaciones de su generación. Los miró con satisfacción y sonrió. Definitivamente estaba orgulloso de sí mismo y de sus logros.

-Debo ir a ver que tu hermana y Cassie no estén en una crisis existencial pre baile-. Comentó la ojiceleste, separándose de su hijo-. Termina de arreglarte y ve abajo, tu padre tiene un obsequio para ti.

Asintió e hizo lo que le dijeron. Después de perfumarse y asegurarse de que el último de sus rizos dorados estaba perfectamente peinado, salió de su habitación. Golpeó la puerta de April, con la esperanza de que lo dejaran pasar para verla a ella y su amiga. Sin embargo, lo único que logró fue que Hope lo echara casi a patadas del lugar, pues debía ser una sorpresa.

-¡Pero ya sé qué van a usar! ¡Las vi probarse cinco tiendas enteras!- Reclamó.

-Te aseguro, niño, que eso no es nada en comparación con lo que vas a ver ahora-. Sin decir otra palabra, la Avispa le cerró la puerta en la cara.

Rendido, bajó las escaleras y se dirigió hasta los sillones de la sala, donde su padre, Morgan y Scott miraban caricaturas.

-¡Pero miren quién llegó!- Tony se levantó y tomó al joven por los hombros, luego lo abrazó y le sonrió-. Luces grandioso, niño patata.

-Gracias pa-, respondió mientras se sentaba y su hermanita se acercaba un poco a él- ¿Qué dices Morgs? ¿O no que tienes al hermano más guapo del mundo?

-Mmm... sí, tal vez-. Dijo con duda.

-¿Disculpa?- Harley jamás se había sentido tan indignado en su vida.

-¡Es broma!- Rió la pequeña- obvio que eres el hermano mayor más guapo.

-Mentiria si dijera que no estoy aliviado-. Ella rió y continuó viendo Bob Esponja-. Mamá dijo que tenías algo para mi-. Mencionó al recordar lo que Virginia le había dicho minutos antes.

-Es cierto, lo dejé en el taller.

-¡Te acompaño!- Exclamó Morgan.

IronMan la tomó de la mano y ambos salieron del lugar, a lo que el ojiceleste se volteó un poco para conversar con Scott, como solía hacerlo normalmente. Sin embargo, al mirar al hombre, este estaba completamente serio y lo observaba fijamente.

-¿Qué intensiones tienes con mi hija?- Demandó.

-¿Eh?

-¿Qué intensiones tienes con mi hija?- Repitió- ¿Por qué la invistaste al baile, le compraste un hermoso vestido nuevo y ese tipo de cosas?

Harley tragó saliva. Sintió que empezaban a sudarle las palmas de las manos e, inconscientemente, comenzó a mover la pierna izquierda.

-Yo, eh... no, no tengo ninguna señor-. Su voz sonó mucho más aguda y trémula de lo que hubiese querido.

Scott continuó con la vista fija en él, sin expresar ningún tipo de sentimiento, causándole incomodidad y, hasta cierto punto, temor.

-Si me permite ser sincero, creo que Cassie es una chica magnífica. Es inteligente, divertida, agradable, bonita y bondadosa. Me encanta su personalidad, de verdad-. Al notar que no lo interrumpían, continuó hablando-. Le juro que solo tengo buenas intenciones para con ella, jamás intentaría hacerle algo malo y, si supiera de alguien que trata de dañarla, le aseguro que me encargaría de que esa persona no le tocara ni un solo cabello.

Levantó la vista y la dirigió al hombre que tenía frente a él, esperando encontrarse nuevamente con aquel rostro gélido de hacía unos momentos. Sin embargo, su boca se había curvado en aquella sonrisa amable que le identificaba. El rubio suspiró con alivio cuando notó que Lang ya no estaba asesinándolo con la mirada.

-Eso se escucha bien-. Comentó AntMan.

Justo en ese momento, Tony regresó del garage junto a Morgan, aliviando aún más a su hijo. El castaño lanzó una pequeña cajita al aire, la cual atrapó sin problemas y abrió.

-Puliste mi reloj... que lindo detalle-. Comentó el muchacho, evidentemente confuso-. Em... ¿gracias?

-¿De verdad te graduaste con honores siendo tan idiota?- Preguntó su padre, mientras rodaba los ojos-. Está configurado para conectarse a la armadura que me robaste para pelear contra Thanos.

-¡Hey! La estábamos diseñando para que fuese mía.

-Sí, sí, lo sé. Pero supuse que, ahora que tomarás el manto como Iron Man, debería ser oficialmente tuya.

-¿Estás diciendo lo que creo que estás diciendo?

-Afirmativo. Ya no más armaduras a la mitad, o tomadas sin permiso. Cuando la necesites, solo debes presionar el botón de la derecha. Además, el reloj puede transformarse en un guante con un propulsor. No es mucho, pero puede sacarte de un apuro.

-Gracias, esto es... es magnífico-. Dijo y se lanzó en un abrazo hacia su padre.

-Lo sé, soy genial. Pero no le digas nada a tu hermana, aún no pienso darle la suya.

-Mis labios están sellados-. Aseguró.

-¡Señores!- La voz emocionada de Hope llegó a sus oídos- ¡Prepárense para ver a las dos chicas más hermosas del mundo!

Vieron a la morena llegar del segundo piso casi corriendo, mientras era seguida por Pepper. Harley llevó la vista hacia la parte superior de su casa e, inconscientemente, soltó una maldición en voz baja.

Su hermana venía bajando las escaleras con un precioso vestido de varias capas de gasa de seda, que creaban una hermosa combinación entre los colores rosado y celeste, siendo fiel a su estilo de princesa. Sin embargo, el rubio no pudo prestarle atención debido a que esta fue robada por Cassie, quien traía puesto aquel vestido verde menta que él le había comprado apenas unos días atrás. Siendo sincero, no tenía ni idea del nombre de la tela, ni el corte del mismo, solo sabía que le quedaba perfecto. Además, Pepper la había maquillado de una manera sutil pero que resaltaba los rasgos más bonitos de su rostro, en especial aquellos ojos que, en ese momento, lo estaban hipnotizando por completo.

Y, en ese preciso instante, fue cuando Harley tuvo que aceptar aquella realidad que lo había estado persiguiendo desde que el chasquido de Tony lo trajo de vuelta a la vida: Cassie Lang ya no era una niña y eso le gustaba demasiado.

***

La música retumbaba, las luces de colores viajaban por todo el gimnasio, los jóvenes adolescentes bailaban en la pista y se divertían, creando una atmósfera festiva que todos estaban disfrutando al máximo.
April se acercó a su hermano quien, a pesar de tener en su cabeza la corona que dejaba claro que era el "rey del baile", estaba sentado, tomando un vaso de ponche de dudosa procedencia.

-¡Hey! ¿Por qué no estás siendo el Harley que todos conocemos? ¿Dónde está Sandy?

-Con su novio-. Respondió, mientras señalaba a la pareja con la mirada-. Realmente no me molesta que no bailara conmigo nada más que el vals del Rey y la Reina, su voz es demasiado chillona para mí gusto.

La menor rodó los ojos con diversión, mientras le quitaba el vaso y bebía lo que quedaba dentro del mismo.

-Mamá va a matarnos si llega a enterarse que estamos bebiendo-. Mencionó, a lo que su hermano simplemente le dio la razón.

Justo en ese momento Cassie, quien se había quedado conversando con unas conocidas, llegó junto a ellos.

-Creo que ya dije esto unas cuatrocientas veces desde que llegamos pero ¡Santo Cielo! ¡La estoy pasando de maravillas!

-¿Nunca habias ido a algún baile escolar antes?- Inquirió el rubio.

-Sí, lo hice. Pero, después del chasquido las cosas habían cambiado mucho y no recuerdo que nadie estuviese tan feliz.

-Pues, entonces no debemos perder el tiempo, hay que disfrutar ¿por qué no bailan?- Cassie miró nerviosamente a Harley, quien parecía sorprendido ante la propuesta de su hermana.

-Claro... solo déjame tomar algo de ponche antes.

-Yo puedo ir a buscarte-. Se ofreció el chico-. Te traeré algo que no tenga alcohol-. Acto seguido, se alejó en busca de un vaso.

-¡Auch!- Se quejó April después de recibir un golpe en el brazo por parte de su amiga.

-¿Por qué hiciste eso?- Chilló.

-¿Qué cosa?

-¡No te hagas!- Protestó- ¿Qué tal si él no quería bailar conmigo?

-Cassandra, eso es ridículo.

-Sé que es tu hermano y son como mejores amigos pero, siendo sincera, ha estado actuando raro últimamente. En un principio, cuando ambos regresaron, era sencillo hablar con él, pues solo tenía que empezar a contarle sobre las cosas que pasaron en los últimos cuatro años. Pero ahora se ha vuelto más difícil...- soltó un suspiro, triste- ¿y si ya no le caigo bien como cuando tenía doce?

-Me corrijo, la ridícula eres tú ¿Acaso no viste que cuando estabas bailando conmigo no te quitaba los ojos de encima? De verdad quiere pasar más tiempo contigo, pero le da miedo porque ya no eres una niña y no sabe que tanto haz cambiado en estos años.

-¿De verdad?- La castaña asintió.

-Solo relájese y hablen como lo hicieron en un principio, cuando volvimos.

-De acuerdo...

-Oye Cass, ten-. Dijo Harley, quien había regresado con un vaso.

-Gracias-. La ojiceleste lo aceptó con gusto y bebió el contenido.

-¿Bailamos?

-Claro.

-¿Estarás bien aquí, sola?- Preguntó el rubio, al notar que April se quedaría sin compañía.

-Oh, por supuesto que sí. No se preocupen, solo diviértanse-. Comentó guiñándoles y haciendo señas para que se alejaran.

Durante varios minutos estuvo atenta a lo que hacía la pareja. Prestó atención a su lenguaje corporal, a sus miradas, las sonrisas que compartían, todo. En un principio parecía que ambos estaban incómodos pero, con el correr del reloj, se fueron soltando cada vez más, hasta crear una burbuja que solo parecía envolverlos a ellos; por lo que ignoraban completamente al resto de los presentes en el lugar.

-Creo que este par de bobos puede quedarse sin mí un rato-. Murmuró para sí misma, mientras chequeaba la hora en su celular y sonreía.

Envió un mensaje al número de Harley, explicándole que no regresaría a la base con ellos, para no preocuparle. Luego comenzó a caminar por el lugar, asegurándose de que nadie la siguiera, hasta que llegó a la puerta trasera del gimnasio de la escuela y salió por ella. Observó a su alrededor, tratando de encontrar a su novio, pero no logró verlo por ninguna parte.

-¿Me buscabas, niña?- Una voz a sus espaldas la sobresaltó, pero no hizo más que dar un pequeño salto en su lugar, pues supo distinguir enseguida al chico que le hablaba.

-Y siempre termino encontrándote-. Respondió con una sonrisa, al mismo tiempo que volteaba, encontrándose a Spiderman colgando de cabeza, sosteniéndose por una telaraña.

-Tal vez solo dejo que me encuentres-. Bromeó. Luego se soltó de la tela y, junto a una pequeña pirueta, quedó parado frente a la castaña- ¿Necesitas que te lleve?

Ella asintió, se abrazó al cuerpo del mayor y él subió al techo del establecimiento, para empezar a columpiarse por los edificios de la ciudad.
Durante el trayecto, Peter bajó la mirada por un segundo para observar a su novia, quien tenía los ojos entrecerrados a causa del viento pero, aún así, cargaba una enorme sonrisa.

-¡Eres hermosa!- Le dijo en voz alta, haciendo que soltara una risa corta.

-¡Te amo!- Gritó de vuelta.

El corazón del joven saltó en su pecho al escuchar esa frase. De pronto, notó que la adrenalina que generalmente le producía balancearse por Nueva York era mínima en comparación con la que estaba sintiendo en ese momento, la cual fue producida por tan simples palabras. Como pudo, debido a la sorpresa y la alegría, logró llegar hasta la cima de uno de los edificios más altos: La Torre Oscorp, conocida anteriormente, como la Torre de los Vengadores.

-Eso fue genial-. Comentó la chica, mientras alisaba nerviosamente su vestido-. Había olvidado lo divertido que es que me lleves de paseo por el aire.

-Siempre es un gusto-, respondió-. Aunque creo que arruiné tu peinado-. Mencionó al notar que su cabello estaba alborotado.

-Oh, bueno, eso. Realmente no importa demasiado-. Hizo un gesto para restarle importancia.

Mientas ella trataba de acomodar sus hebras castañas con sus manos, Peter se quitó la máscara de su traje e ingresó a lo que parecia ser una bodega pequeña, donde había dejado su mochila y otra muda de ropa. Una vez que terminó de cambiarse tomó aire. A pesar de haber hablado prácticamente con todos los Vengadores sobre lo que planeaba hacer y de pedirles miles de consejos para lograr estar tranquilo, se sentía demasiado nervioso e inquieto.

-Wow- exclamó April al verlo salir con un traje de gala.

-¿Qué?

-Creí que te quedarías como Spiderman-. Sonrió, satisfecho de haberla impresionado.

-Es la graduación de mi novia, debo estar vestido para la ocasión-, bromeó.

-Me gusta.

-Sobre eso... ¿qué tal iba el baile? No arruiné tu noche especial al sacarte de allí ¿cierto?- Dudó.

-Pues, si soy sincera, sí estuvo divertido. Pero es incómodo cuando bailas con tu amiga, pero tu hermano la está viendo como un idiota-. Se burló.

-Entonces ¿tus sospechas eran ciertas? ¿A Harley le gusta Cassie?

-No me lo dijo de forma directa, aún está confundido. No se siente seguro de cómo tratarla porque ya no es una niña y tiene sentimientos encontrados respecto a eso; pero estoy segura de que solo necesita un empujoncito para intentarlo.

-En tu otra vida estoy seguro de que fuiste Cupido-. Bromeó mientras ambos se acercaban al mirador de la azotea.

-Tal vez-, comentó riendo-. ¿Ya planeaste qué haremos durante el verano? Aún no te haz ido a Massachusetts y ya te extraño-. Habló e hizo un puchero con sus labios.

-Este será un año difícil-. Murmuró mientras que la abrazaba por los hombros y le daba un beso en la coronilla-. Jamás estuve tan lejos de Tía May durante tanto tiempo y soy un desastre para manejar mis crisis existenciales solo.

-Trataría de consolarte diciéndote que estarás con Harley, pero él corre a jugar con Morgan cuando está demasiado estresado y no sabe qué hacer para calmarse, así que... cuando ambos entren en crisis, solo llámenme y entremos en crisis los tres.

-No sé qué tan buena puede ser esa idea, pero la acepto. Después de todo, creo que vamos a tener varias de esas.

-No lo dudo-, concordó- ¿Crees que estamos un poco locos? Digo, tú vas a estudiar tres carreras juntas y yo dos. Además de que ambos estamos entrenando con Shield y eso...

-April, nena ¿alguna vez creíste que podíamos llegar a estar mínimamente cuerdos?

-Touché.

-Disculpen, jovencitos...

Ambos voltearon al escuchar una voz a sus espaldas. Un hombre mayor, de cabellos y bigote blancos como la nieve, se acercó a ellos con dos copas en sus manos y una especie de carrito de metal pequeño.

-¿Si, señor? ¿Necesita ayuda?

-No querida, el joven Osborn me dijo que estarían aquí esta noche y me pidió que les trajera esto-, levantó las copas-, y esto-. Señaló el carrito y lo abrió, dejando ver varias bebidas en hielo-. Tengo entendido que ninguno tiene edad para consumir alcohol, asi que me aseguré de traerles algo que sí pudiesen beber. Aunque, tal vez se me haya pasado alguna cosa, ya estoy un poco viejo. Pero estoy seguro de que serán cuidadosos-. Comentó con una sonrisa pícara y les guiñó.

-Harry, desgraciado, te amo demasiado-. Murmuró Peter, más para sí mismo que para los otros dos presentes.

-También me dio este control, dice que les servirá "para ambientar", pero no entendí a lo que se refería-. Dicho eso, arrojó el control a las manos del castaño-. Eso es todo, ya me voy.

-Muchas gracias...- La chica leyó el nombre del adulto en su gafete- Señor Lee.

-Dime Stan, querida.

-Gracias Stan, por todo.

Él les sonrió a ambos y se dirigió nuevamente al ascensor en el que había llegado. Enseguida, los dos jóvenes sacaron una de las bebidas, la cual reconocieron como el típico "ponche" que servían en lugares como el baile escolar.

-Que suerte soy el mejor amigo del dueño de este lugar-. Se jactó en broma el chico-. Primero, nos presta su "humilde" azotea por esta noche y, después, nos trae esto.

-Jamás voy a dudar de tus contactos, Parker-, aseguró ella.

-¿Qué crees que querrá haber dicho Harry con "ambientar"?- Preguntó el muchacho, después de un minuto.

-Ni idea, creí que era un chiste interno entre ustedes-. Respondió April, levantando los hombros.

El castaño tomó nuevamente el control y presionó el botón de encendido. Automáticamente se prendió una larga fila de luces en tonalidades cálidas, iluminando el lugar y se empezó a escuchar una melodía suave.

-Asi que a esto se refería. Definitivamente le debo una-. Murmuró.

Durante la siguiente hora y media continuaron hablando sobre cosas cotidianas, algunas muy lejanas a su relación en sí, otras más profundas, pero siempre con ese tono alegre y cariñoso que habían tenido desde que se conocieron. Al mismo tiempo, se iban turnando para elegir las canciones que sonaban de fondo.

-¿Bailamos?- Propuso el joven, extendiendo su mano, la cual fue aceptada con algo de vergüenza por su novia.

-Peter, sabes que no soy buena.

-Yo tampoco, pero también se que amas hacerlo. Ven acá-. La atrajo a su cuerpo, pasando su mano izquierda por la espalda de la chica y entrelazando los dedos de la derecha con los de ella.

Comenzaron a bailar al ritmo de "Wallows", intentando recordar algunos pasos que sus amigos y familiares habían intentado enseñarles a lo largo de sus vidas, e inventando otros que no eran para nada convencionales. Si debían ser sinceros, se sentían un poco ridículos por ser los únicos en el lugar; si tan solo tuviesen algo de compañía, sus malos movimientos serían menos notorios. Aún así, disfrutaban de divertirse a solas, siendo ellos dos en su propio mundo, olvidando sus responsabilidades durante unos preciosos instantes y siendo libres de conversar o reír de lo que se les ocurriese.

Las canciones continuaron avanzando en el reproductor, cambiando de cantantes, bandas, ritmos y estilos. Pasaron, por ejemplo, desde "We are never ever getting back together" de Taylor Swift, hasta llegar a "The Middle" de Zedd, la cual cantaron a todo pulmón. Para las cuatro y treinta y ocho de la mañana las melodías habían vuelto a ser lentas, de esas que suelen bailarse estando apenas separados uno del otro.

-¿Puedo preguntarte algo... personal? Más bien, es una duda, solo quiero saber si escuché bien.

-Solo dime.

-Pues, cuando veníamos hacia aquí tú dijiste algo... Algo sobre lo que sentías por mí.

La joven Stark lo observó extrañada durante algunos segundos. Spiderman estaba a punto de retractarse, pues ya se imaginaba que había sido un producto de su imaginación, pero ella abrió sus enormes ojos verdes de par en par, se sonrojó fuertemente y bajó la mirada. Había recordado.

-¿Era cierto? ¿En verdad sientes eso?

Ella asintió despacio, casi podría decirse que con miedo.

-Lo lamento, no quería presionarte a que tú dijeras nada que no sientes. Es que simplemente lo sentí y salió de mi boca.

-¿Lamentarlo? ¿Presionarme?- Tomó suavemente el mentón de la menor e hizo que volviese a mirarlo-. Dijiste que me amabas, April.

Hizo el intento de ocultar la enorme sonrisa que se formó en su rostro, pero fue inevitable, y le dio un pequeño beso en los labios.

-Lo único que acabas de hacer es darme el valor suficiente como para atreverme a darte algo que tengo desde hace un tiempo.

La soltó por un instante, quedando solo con sus manos entrelazadas y se arrodilló frente a ella.

-Sé que puede parecer repentino, incluso apresurado pero hemos vivido demasiadas cosas locas en un lapso muy corto de tiempo. Eso me hizo pensar que todo puede cambiar en cualquier momento; un día podemos estar bailando en una azotea y al siguiente morir desintegrados por un alienígena.

》Y ¿sabes? Esto te lo he dicho varias veces, pero no me canso de repetirlo. Cuando peleamos con el Duende Verde, cuando me subí con tu padre a aquella nave, cuando estuve en otro planeta, incluso cuando estaba desapareciendo... en cada uno de esos momentos yo solo podía pensar en ti. Inevitablemente, siempre fuiste lo único que pasaba por mi mente. Y, hasta cierto punto, eso es lindo, porque me di cuenta de lo importante que te haz vuelto en mi vida.

》Gracias a eso entendí que no quiero estar con otra persona, entendí que mi mayor logro en la vida sería poder compartirla contigo. Porque, a pesar de que me de miedo decirlo, te amo, te amo demasiado.

La castaña ahogó un grito al ver que, de su bolsillo derecho, Peter sacaba un anillo.

-Somos jóvenes, aún nos falta recorrer un camino demasiado largo, pero estoy completamente seguro de que quiero hacerlo de tu mano. Por eso, con este anillo, yo, Peter Benjamin Parker; te prometo, April Stark, que haré hasta lo imposible por hacerte feliz toda la vida, te protegeré de cualquier peligro, te daré siempre lo mejor de mi y te amaré. Te amaré en tus mejores y peores días, sin importar lo que suceda. Y juro que, cuando ambos estemos listos, me convertiré en tu esposo... ¿Aceptas?

April apretó los labios, intentando no echarse a llorar, pero le fue imposible contener las lágrimas de alegría que brotaron de sus ojos.

-Sí, hoy y siempre, sí.

Respondió con un hilo de voz y se lanzó a los brazos del chico, besándole el rostro repetidas veces. Peter rió ante aquel acto y la tomó de las mejillas, para plantarle un casto beso en los labios, perdiéndose en aquel delicioso sabor que lo volvía completamente loco.

-Espera, mira esto.

Le mostró los dos anillos, uno un poco más grande que el otro, ambos sumamente sencillos, sin pedrería o algo por el estilo. Eran de plata, brillantes como un par de estrellas. En medio de cada uno había un corazón tallado y, en la parte interna, se podían distinguir una P y una A entrelazadas.

-Dame tu mano-. Pidió el chico. Ella le extendió la mano derecha y él colocó el anillo en su dedo anular, luego se puso el suyo-. No tienes idea del alivio que me da saber que te queda-. Suspiró.

April estiró el brazo, admirando aquella sortija. Sentía el corazón latir tan rápido en su pecho que, por un momento, creyó que se le escaparía y saldría volando. Levantó la vista hacia Peter, encontrándose con que sus hermosos ojos caramelo estaban clavados en ella, observándola como si fuese la cosa más linda del mundo.

-¿Qué pasa?- Preguntó, al notar que no le decía nada.

-Nada, solo que me encantas, princesa.

-No tanto como tú a mi, ángel.

Él negó levemente con la cabeza y la abrazó con cariño, besándole la frente. La castaña devolvió el gesto y pegó su rostro al pecho contrario, escuchando cómo el corazón le tamborileaba con la misma intensidad que lo hacía suyo. Pasaron algunos minutos así, simplemente entregados a la paz producida por ellos mismos, bailando suavemente al ritmo de la música.
En algún momento de la noche, la voz de Elvis comenzó a sonar por los parlantes del lugar y, aunque rara vez solía hacerlo, Peter comenzó a cantar en voz baja.

-Wise men say "Only fools rush in"... But I can't help falling in love with you.

April sonrió al sentir cómo, al cantar, el pecho de su novio vibraba al compás de la música. Amaba esa sensación y estaba segura de que podría pasarse la vida completa de esa manera.

-Shall I stay? Would it be a sin, If I can't help falling in love with you?- Continuó ella.

-Like a river flows surely to the sea. Darling, so it goes, some things are meant to be...

-Take my hand... Take my whole life too.

-For I can't help falling in love with you...- Entonaron juntos.

-Like a river flows surely to the sea. Darling, so it goes, some things are meant to be...

-Take my hand... Take my whole life too-. Siguieron-. For I can't help falling in love with you... For I can't help falling in love with you...

La melodía continuó, pero ellos ya no cantaban, sino que se dedicaban a decirse todo con la mirada, demostrándose lo profundamente enamorados que estaban uno del otro. En el horizonte comenzaron a asomarse los primeros rayos solares, delatando que se habían pasado casi toda la madrugada en aquel lugar.

-¿Qué tal si vamos a dormir?- Propuso Peter.

-Sí, creo que es una buena idea-. Respondió la menor, soltando un largo bostezo.

Sin el mínimo esfuerzo, cargó a la chica como a una princesa y se encaminó hacia el ascensor, mientras que ella pasaba sus brazos alrededor de su cuello, acariciándole algunos rizos castaños.

-Peter, todo está bien ¿verdad?- Preguntó ella, de pronto. El joven no entendió del todo el por qué de aquello, pero no importó.

-Sí, princesa. Todo está absolutamente perfecto-. Aseguró, al mismo tiempo que las puertas del ascensor se cerraban.

FIN.

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