Algo rápido (Zemo - Universidad AU)*

Prólogo: Desde que llegaste a estudiar a la misma Universidad que Zemo, él no puede evitar fijarse en ti. Un día cuando sales de clase para ir al baño, se le ocurre seguirte y probar suerte viendo si quizás tu quieres lo mismo que él.

LaPololaDeZemo
Advertencia: Aquí la rayis y Zemo son más jóvenes y van a la Universidad. Contenido sexual explícito, riesgo de ser descubiertos (no pasa), sexo en un espacio público (?).
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Desde el primer momento en que habías llegado a la misma Universidad donde estudiaba Zemo, que por cierto era una de las más prestigiosas y a la cual asistían mayoritariamente personas de mucho dinero, captaste su atención.

Al principio no le agradabas, había hablado un par de veces contigo al tener conocidos en común, además de que creía que eras muy "corriente", sin embargo con el paso del tiempo y mientras más te veía, le habías comenzado a gustar más y más.

Usualmente buscaba excusas para hablar contigo, estar cerca tuyo y en general cualquier cosa con tal de pasar más tiempo contigo. Él también había notado que quizás podía haber cierta atracción de tu parte, pero no estaba del todo seguro.

Ambos compartían una misma clase y ese día se encontraban en ella.

En un momento te pusiste de pie y saliste de la sala para ir al baño, mientras que a él se le ocurrió la genial idea de seguirte.

Esperó unos cuantos minutos para salir detrás tuyo sin parecer sospechoso, y fue hacia el baño donde una vez dentro, vio que ya te estabas lavando las manos.

Al notarlo ahí, una pequeña sonrisita se dibujó en tu rostro y seguiste enjuagando tus manos bajo el agua.

–Estás en el baño de mujeres por si no lo notaste. ¿O acaso se te perdió algo?–Le preguntaste mientras cerrabas el grifo y sacabas un poco de papel para secarte las manos.

–Puede ser... pero ya encontré justamente lo que buscaba.–Respondió poniendo el seguro de la puerta captando tu atención, a la vez que se acercaba hacia ti.–Quería encontrarte a solas.

–¿Y para qué sería?–Le preguntaste con una pequeña sonrisita tirando el papel a la basura, y Zemo atrapó tu cuerpo contra la encimera de los lavamanos, levantando tu rostro por tu barbilla.

–Yo creo que te puedes hacer una idea...–Respondió con sus labios muy cerca de los tuyos haciendo que rozaran al hablar.–¿Quieres que pare?

–¿Tengo cara de querer detenerte?–Le preguntaste de vuelta viendo hacia sus labios, y luego volviendo a verlo a los ojos.

–Así me gusta.–Respondió con una sonrisita antes de besarte con fuerza.

Tus manos inmediatamente fueron hacia su cabello donde las enredaste y jalaste de él haciéndole gemir en tu boca, y envolviste una de tus piernas alrededor de su cintura sintiendo su erección contra tu parte baja cubierta solo por tu ropa interior, a la vez que tu falda se subía un poco.

Zemo llevó una de sus manos entre sus cuerpos y la pasó entre tu ropa interior acariciando con sus dedos tus pliegues recolectando la humedad en ellos, y luego tu clítoris haciéndote morder su labio con fuerza.

–¿Todo esto es por mi?–Te preguntó en voz baja con un tono de voz juguetón comenzando a mover sus dedos en tu clítoris.

–Si vamos a hacer esto tiene que ser rápido antes de que alguien se dé cuenta.–Le dijiste llevando tus manos para desabrochar sus pantalones.

–Tan impaciente... eso me gusta.–Dijo con una risita sacando un condón de su bolsillo trasero, y luego bajó sus pantalones con su ropa interior deslizando la protección en su miembro.–Prometo que la próxima vez será menos apresurado.

–Aún no ha pasado nada, ¿y ya estás planeando que lo hagamos una segunda vez?–Le preguntaste con una pequeña risita mientras él te tomaba en sus brazos con tus piernas alrededor de su cintura, y pegándote contra la pared.

–Créeme preciosa, lo vas a querer tanto como yo.–Respondió a la vez que hacías tu ropa interior hacia un lado y él alineaba su punta con tu entrada.

De una sola vez entró en ti haciéndote gemir, pero fue más rápido y te besó con fuerza para que no hicieras ruido.

Zemo comenzó a moverse con fuerza y rapidez tocando tu punto más sensible dentro de ti, a la vez que tus manos las enredaste en su cabello sintiendo sus dedos hundirse en tus piernas.

La idea de que quizás en cualquier momento alguien podría comenzar a golpear la puerta los exitaba aún más, sin embargo los dos eran conscientes de que debían hacer esto rápido antes de levantar cualquier sospecha y que los pudieran expulsar por su conducta.

Deslizaste tu mano entre sus cuerpos y comenzaste a masajear tu clítoris con fuerza y rapidez dejando caer la cabeza hacia atrás, mientras Zemo comenzó a besar tu cuello sin dejar de moverse.

–Eso... lo estás haciendo muy bien.–Te susurró al oído antes de soltar un pequeño gemido sintiendo tus paredes contraerse a su alrededor.–¿Ya estás cerca preciosa? ¿Ya vas a terminar?

–Ya cállate.–Le dijiste jalando de su cabello para besarlo haciéndole gemir en tu boca.

Finalmente tu orgasmo arrasó contigo mientras llevabas ambas de tus manos para apretar sus brazos enterrando tus uñas en ellos, y Zemo se abrazó a ti escondiendo tu rostro en tu cuello y tratando de pegarse imposiblemente más a ti.

Después de seguirse moviendo por unos cuantos momentos más, salió de dentro tuyo con cuidado y te dejó de pie en el suelo apoyada atrás en la pared, levantando la vista hacia ti.

Se acercó y te besó de una forma más lenta y tierna haciéndote soltar un suspiro contra sus labios, y luego se alejó ofreciéndote una sonrisa y tomando un poco de papel para entregártelo, y luego sacó un poco más para él.

–¿Crees que alguien se haya dado cuenta?–Te preguntó limpiándose a sí mismo y subiendo sus pantalones para acomodarse.

–¿Ahora te preocupas por eso?–Le preguntaste con una pequeña risita limpiando el papel con el que limpiaste tus piernas, y luego ambos se acercaron al espejo para ver el desastre que eran.

Trataste de arreglar tu cabello lo mejor posible al igual que tu ropa, mientras Zemo hacía lo mismo dirigiendo la vista de vez en cuando hacia ti y tratandonde contener la sonrisa que se le quería escapar.

–¿Nos vemos después de clase?–Te preguntó una vez estuvo listo, volteándose hacia ti, y sonrió al verte alzar una ceja.–¿Qué? Podemos comer algo y solo pasar el rato... o ir por esa segunda ronda.

–Vayamos a comer algo y después vemos qué tal.–Le dijiste con una pequeña sonrisita antes de dirigirte a la puerta.–Y ten cuidado que no te vayan a ver cuando salgas, estás en el baño de mujeres después de todo.

–No te preocupes por eso preciosa, lo tengo bajo control.–Te dijo guiñándote un ojo, y tu solo rodaste los tuyos antes de salir dejándolo atrás con una sonrisa.

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