Saludamos a HeplocastoGarrabras, autor destacado de febrero.

Háblanos brevemente de ti.

Tengo más de 20 años y menos de 30. Soy periodista, y actualmente trabajo en el departamento de comunicación de una fundación, a la vez que estudio desarrollo web. Cuando me aburro vectorizo logotipos. Sigo a Shädman en Twitter y considero fuertemente que deberíamos empezar a normalizar el guro. Mi hentai favorito es el de tentáculos.

¿Cómo fueron tus comienzos en la escritura?

Empecé a los 15. Siempre fui un chaval de esos que inventaba historias en su cabeza, pero siempre se quedaron en mi imaginación. Hasta que un día vino mi profesora de lengua y me dijo "Hey, redactas muy bien". Y por probar me presenté al concurso literario del instituto. Y gané. Descubrí, lamentablemente para mi cartera y para mi futura jubilación, que me gustaba escribir. Razón por la que más tarde estudié periodismo en la universidad.

¿Cómo aplicas la comedia en tus escritos, tienes preferencia por algún tipo de humor?

Mi humor favorito es el humor negro. Cuanto más oscuro y terrible, mejor. Porque considero que una mente sana, capaz de distinguir el bien del mal, puede y debe ser capaz de reírse de absolutamente todo. La vida ya es lo suficientemente triste como para amargarla más. El humor negro, además, que tiene un componente muy valioso: carga contra mis principios y me asegura no caer en dogmas. Ataca mis valores y, a la vez, los refuerza. El día que algo no me resulte gracioso, significará que mi mente se ha cerrado un poco.

A la hora de aplicar esto a la hora de escribir, en realidad la fórmula se hace sencilla y compleja al mismo tiempo. Basta, considero, con un detalle fácil de decir y difícil de realizar: unos buenos personajes, con una vis cómica particularmente pronunciada. En mi caso, la consigo a través de manías extrañas que todos tenemos, algunas bastante exageradas. Un protagonista que colecciona tampones, u otro que es comunista, por ejemplo. La cosa no acaba ahí, pues el personaje debe de ser lo suficientemente completo y carismático como para permitir la comedia fuera del contexto de la manía. Y a su vez, hay que construir dinámicas y relaciones con los que sea fácil explotar su vis cómica.

Si se juntan esos factores, todo lo demás sale solo. Basta el más nimio diálogo para que enseguida salte la comedia entre los personajes. En mi caso, estos últimos surgen sin siquiera preverlo. Es, en cierto modo, como decía Émile Zola: si has conseguido crear unos personajes carismáticos y con su punto de comedia, basta con soltarlos en una situación y observar lo que hacen. Y si los exageras un poco, la escena más cándida se convierte en el mayor caos.

Otro factor que uso mucho, y que también es uno de los tipos de humor de los que yo más disfruto, es el de romper la cuarta pared. En EstilografiCross y los destrozos dialogados la cuarta pared no existe. En realidad, va más allá que un simple recurso cómico, pero como tal funciona muy bien y permite jugar maravillosamente con la forma. Un personaje que interrumpe al narrador porque se está alargando. Una confusión porque uno de los personajes ha decidido no usar su acotación y ha convertido el diálogo en un caos. Que el narrador se haga un lío describiendo un objeto y lo despache directamente con un símbolo. Son algunos detalles que, a mí, particularmente, me sacan una sonrisa, así que los añado a mis historias.

¿Qué piensas es lo mejor y lo peor de ser escritor?

En realidad, sólo le veo cosas malas. Me apasiona escribir, me encanta la literatura. Disfruto como un enano leyendo. Y, sin embargo, considero que lo peor de ser escritor es, de hecho, ser escritor.

En mi caso, soy escritor aficionado porque no se me da bien nada más. Pero si pudiera, convertiría mis obras en un cómic. Porque cualquier imagen vale más que mil palabras. Y pagaría lo que fuera necesario para convertirlas en un videojuego. La escritura es un medio maravilloso, pero narrativamente es el más básico que existe. Consiste en contar una historia que el lector consume. Narrativamente, considero que hay lenguajes artísticos con muchas más posibilidades para transmitir e involucrar a la persona que está al otro lado.

Y bueno, seamos francos, en realidad lo peor de ser escritor es que no se gana un céntimo. A menos que seas Brandon Sanderson o Stephen King. Spoiler: no lo eres ni lo serás.

¿Un consejo que desees dar a los nuevos escritores?

Saca tus escritos al público el día en el que estés seguro o segura de que tu obra tiene un mínimo de calidad. Porque si lo publicas demasiado pronto y muestras un estilo poco trabajado, te lloverán los haters. Y eso puede acabar con tu autoestima. Asegúrate de que cuando publiques tu obra tiene un mínimo de trabajo detrás y un humilde sello de calidad. Así podrás recibir mejor los golpes y habrás ganado seguridad.

Muchas gracias por tu tiempo. Te deseamos lo mejor en  todos tus proyecto.   :)

Agradecemos la intervención de HeplocastoGarrabras, autor destacado del mes. Los invitamos a que visiten su perfil, dispone de variadas historias que les gustará.