CAP. 7: La cabaña de los Aoki
El chico era un joven peliverde con unos ojos morado claro, sus pupilas eran un tanto extrañas, como las de un gato. Vestía un traje limpio y planchado y su cabello estaba bien peinado. Los chicos se miraron y se sintieron extraños de ver a alguien tan limpio y ordenado luego de estar una semana varados en el bosque.
-Hola ¿qué se les ofrece?- dijo el chico mirando a todos los chicos que estaban sucios y tenían un poco de sangre
-Hola- dijo Muzan- tuvimos un accidente hace una semana y no hemos podido salir del bosque, estamos perdidos y necesitamos de su ayuda, algunos de nosotros están heridos.
-Claro, para eso estamos. Mi nombre es Yushiro, los llevare con la Sra. Tamayo.
Todos entraron y empezaron a seguir a Yushiro, afuera la lluvia empezó a caer con fuerza; pero la cabaña resistía. Caminaban por un pasillo donde habían múltiples puertas que decían, por ejemplo, "Habitación A1". Al final del pasillo había una puerta que decía "ENTRADA AL CENTRO MEDICO/COMEDOR", al abrirla habían un montón de mesas y sillas, ese era el comedor y detrás de donde se ponía el buffet había una puerta que era la entrada al Centro Medico.
Al abrirla encontraron sentada a una mujer pelinegra de baja estatura con un delantal limpio puesto y un moño tomaba su largo cabello. La mujer acariciaba un gatito y con sus ojos purpuras miraba al animal con ternura.
-Tamayo-sama- dijo Yushiro
-Hola, Yushiro- dijo ella volteando a ver al chico con una dulce sonrisa, soltó al gato y se levanto de su asiento, ahí vió a los chicos que acompañaban al peliverde.
-Estos chicos necesitan ayuda- dijo el chico y salió del lugar
Kagaya dió un paso adelante, saludó a Tamayo y luego empezó a contar el accidente del bus, las misteriosas muertes de la dulce de Kanae y el extravagante de Uzui. La mujer atenta escuchaba las tragedias que ellos pasaron y les dijo que se quedaran en la cabaña un tiempo hasta poder llevarlos a la ciudad donde vivían o hasta poder conseguir más unidades de ayuda. Indicó las habitaciones que iban a usar y los chicos se organizaron para ver como dormían, utilizaron los mismos compañeros de los sacos. Tamayo llevó a los más heridos para atenderlos de la mejor manera y evitar problemas.
Luego de una fabulosa cena (y una ducha caliente) decidieron dormir en cómodas camas, con tranquilidad, porque sabían que nadie iba a morir en ese lugar y porque pronto podrían irse de vuelta a la universidad y volver a ser felices como eran antes, todo volvería a ser como antes, podrían llamar a sus familias y decirles: estamos vivos ama.
A la mañana siguiente desayunaron tostadas con mermelada y un café, los chicos se veían mejor de como llegaron, tenían ropa limpia a la medida y a su estilo. Los rostros de todos ya no reflejaban terror, si no que eran de paz y tranquilidad y una gran felicidad. Tamayo siguió revisando a los que tenían las heridas más graves para que no tuvieran problemas de alta gravedad, todo iba bien. Hasta esa noche...
Tamayo se quedó hasta tarde lavando y arreglando los trajes de los chicos, cuando vió 2 siluetas pasar por ahí, ella extrañada se levanto y les pregunto:
-Necesitan algo chicos?- pobre, nunca debió hablarles
Se voltearon y la silueta más grande se acercó a la mujer, lo único que podía verse de él eran sus ojos, rojos como el infierno y escalofriantes como los de una bestia, daban un miedo como si te vieras con el mismísimo Satanás. Tamayo, sentada de rodillas, miraba los ojos con terror profundo. El hombre de los ojos infernales se acercó más a la chica y empezó a hablarle con una escalofriante voz:
-Me recuerdas?
-N-no...
-Tu y yo estábamos comprometidos, tu padre nos comprometió ¿recuerdas?
La chica se quedó callada, sabía quién era el hombre ¿cómo no lo había reconocido?
-No te había reconocido- admitió la mujer- tus ojos no eran así, pero eran igual de malévolos
-Ah... por eso escapaste de casa para huir con otro ¿no?
-En parte es porque era un matrimonio arreglado, en la otra parte es porque eras un psicópata y un narcisista y porque mi corazón le pertenece a una persona que me ayudó a pasar por esto...
-Ah... ese Yushiro- dijo con un poco de asco- yo de verdad te amaba Tamayo
-No parabas de acosarme, por eso me casé con Yushiro...
-Y no me invitaron
-Nunca lo haría, ojalá ardas en el infierno- sacó una pistola de su manga- yo te llevaré al infierno para que mueras ahí maldito
Ambos hombres se acercaron a ella y la empujaron, haciendo que se golpeara la cabeza con el lavamanos, despeinando y haciendo que su cabeza le sangrara. Yushiro se despertó por el sonido y fue hacia donde se encontraban los hombres rodeando a Tamayo, quien en el suelo sacó otra pistola y apuntó a los hombres
-Se que tu eres el asesino- dijo la mujer con una voz de odio y desprecio- no me sorprendería que fueras tu. Les diré a todos que eres tú y acabaré con esta pesadilla matándolos a ambos, malditos monstruos.
-Te mataremos primero, Tamayo
Yushiro se interpuso y logro empujar a uno de los hombres, pero otro le cortó el brazo, sacándoselo . Tamayo urgida agarró a su esposo que sangraba y agonizaba y con una pistola disparo en el brazo de su ex-prometido, sacándole un montón de sangre.
-Te las verás conmigo maldito asesino- dijo Tamayo para salir corriendo del lugar
Todos despertaron urgidos por el balazo. Tamayo con horror e impotencia en su voz mientras agarraba a Yushiro dijo:
-Ellos están aquí, hay que salir
Los chicos tenian las cosas empacadas, habían planeado marcharse en la mañana, pero sus planes cambiaron. Sacaron comida y cosas de primeros auxilios. Corrieron de la cabaña, dejándola abandonada.
Tamayo curó sus heridas y trató de parar el sangrado de Yushiro, quien perdió su brazo.
-Tamayo, usted es una mujer de gran coraje para enfrentar a 2 hombres sola. Es muy increíble
-Gracias Yushiro, no te muevas, tengo que limpiar tu sangre
Luego de eso caminaron en la fría y tenebrosa oscuridad de la noche en el bosque hasta llegar a una parte donde hicieron una fogata para no morir de frío y durmieron ahi todos juntos para no morir. Pero alguien se rebeló y decidió salir a pasear a la luz de la luna ¿quién era esa rebelde? Era nada más ni nada menos que Mitsuri Kanroji, mientras todos dormían fue a la parte menos tenebrosa del bosque y contemplo la belleza de la luna...
¿Acaso creía que no le ocurría nada? Estaba muy equivocada... mientras miraba la luna escuchó el crujir de las hojas y se volteó a ver de quien se trataba, la mujer quedó muy horrorizada al ver esas 2 siluetas que la miraban. La más alta, la que tenia los mismos ojos infernales que Tamayo había visto. Los 2 hombres se acercaron a ella, quien tenia miedo, pero se levanto con confianza del suelo.
-Si callas podrás seguir con vida- dijo el hombre de ojos rojos
-Ustedes... son ustedes los asesinos- dijo cambiando su expresión a furia
-Que chica tan inteligente... y tan linda- el hombre de ojos rojos agarro la cintura de Mitsuri con fuerza- seguirías viva si te conviertes en mi mujer
-Eso nunca- soltó las manos del hombre- ya tengo pareja
-Ah... ese Obanai
Los ojos verdes de la mujer se abrieron con terror... no sabia como el hombre sabia el nombre de su novio
-¿Cómo lo sabes?- dijo con temblor en su voz
-Tal vez nos conozcamos Mitsuri ¿No reconoces mi voz?
La chica supo de quienes se trataba con perfección, los reconoció, esas formas solo pertenecían a unas personas...
Con miedo corrió con toda la velocidad que el momento le daba; pero las 2 intimidantes siluetas la esperaban parados. Le hicieron un corte en su estomago y se fueron, ella cayó al suelo y sus manos tenían manchas de sangre, se mareaba... solo fue un corte en el estomago. Miro el corte pero solo vio un agujero ahí que se agrandaba poco a poco, luego se detuvo y empezó a achicarse y puntos empezaron a crecer en su cabeza. La muerte le esperaba...
Mareada corrió como ebria hasta caer del dolor, porque su cabeza ardía como si del infierno se tratase. El dolor hizo que gritara con horror, todos fueron a buscar de donde provenían los gritos y vieron a la pobre Mitsuri ser la víctima de este caso... sus puntos en la cabeza se hinchaban y sus ojos lloriqueaban, así como Iguro, quien le dijo:
-Que ocurrió?
-Ellos vinieron y me atacaron... nunca vayan solos... no cometan ese error- decía casi gritando
Quedó paralizada y su cabeza exploto, manchando alrededor con sangre y sesos. Iguro se quedo con los hermosos ojos que eran de su amada, lloraba con dolor mientras su amigo Sanemi trataba de consolarlo, pero esto fue en vano...
A la mañana siguiente vieron el cuerpo de Obanai, pidió a los asesinos que le quitaran la vida, no soportaba estar solo. Ellos aceptaron, siempre y cuando no hiciera ruido para que los otros no vinieran, el ojibicolor estuvo de acuerdo. Le abrieron el estomago, estando vivo y despierto, le sacaron los intestinos y le pusieron acido en su interior, para que luego el hombre muriera solo, pero feliz de ver a su amada...
Sanemi estaba muy dolido, se había quedado sin su mejor amigo y sin su novia, estaba completamente solo. Tomioka se acerco a el y se sentó a su lado:
-Lo siento mucho
-No te vengas a reir...
-No iba a hacerlo, solo trataba de consolarte. Entiendo que se siente perder a alguien.
-Que vas a saber tu mocoso?
-Mis padres murieron en un accidente espacial cuando tenia 12 años
-Oh, lamento oír eso...
-Solo he estado con mi hermana y mi amigo Sabito...
-Oye... ¿no crees que Sabito es muy sobreprotector?
-Si, eso es irritante, me hace ver como un completo debilucho
Ambos chicos rieron; pero no se dieron cuenta que Sabito estaba escuchando todo con tristeza en su corazón... su mejor amigo había hablado a sus espaldas a pesar de haberle salvado de tantas cosas.
Se fue caminando del lugar dejando a su amigo hablar con el peliblanco mientras lagrimas de dolor caían por sus hermosos ojos lavandas...
Joder
Les dije que haria un capitulo largo y así es... es este
El apellido que le puse a Tamayo y Yushiro no es de ellos realmente...
Y nos vemos en otra actualizacion... chau
PALABRAS: 1711
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top