Capítulo 6. Eres tan prohibido
Capítulo 6.Eres tan prohibido
"Eres tan prohibido como un roció a media tarde, tan amargo como limón y una pizca de salmón. Eres lo oscuro de las tinieblas y lo nefasto de la humanidad, el mismo diablo te haz de llamar cuando a tus manos miles de almas yaciendo están. Ni el sauco te ayudará, mucho menos tus suplicadas llegaran, pero en mi corazón haz de posar y con fuego eterno enamorar."
Sacudió su cabeza y rasco su cuello – Estoy siendo demasiado duro con esto – menciono para sí mismo como una queja - ¿Cómo puedo decirlo? ¿Cómo puedo escribirlo?
"Mi corazón late por un alma podrida, un hombre capaz de asesinar, saquear y robar; no debería de extrañarme. Roba dinero, roba mi corazón, se mete en mi mente, saquea mis pensamientos y asesina mis latidos día tras día sin compasión alguna. Mi alma ha sido podrida desde aquel día."
― ¡ah! Pero si yo no estoy podrido. – Suspiro. - ¿o lo estoy? ¿Qué tan malo es amarlo? ¿Qué tan nefasto es querer? Todo lo que he hecho es enamorarme de otro nombre. ¿solo por eso merezco llamarlo podrido? No, eso jamás. El amor no es podrido, mi alma tampoco lo será.
"Me he convertido en una begonia. Me he convertido en una begonia por el simple hecho de amarte. Tan inocente y tímido, cordial y fiel. Sin poder evitar estos pensamientos oscuros que hay en mi cabeza, si dudar de amarte, si verte como lo más prohibido o como lo más lindo. He dudado de mí, dudado de mis capacidades, sobre todo de mi persona. Te he pensado como prohibido, te he pensado como podrido y como lo he odiado. Pensar en que esto está podrido ha sido mi pecado, he colmado mi lista en pecados enumerándolos y llamándolos por tu nombre y apodos. He dañado mi propia sensibilidad, y eso es lo que me ha llevado a este momento, a esté simple y verdadero momento, donde he comprendido: me gustas tú."
El pequeño sonrió sobre su escritorio, miro a la ventana, la noche era despejada y la luna enorme. Sonrió tiernamente y miro su escrito – te quiero mucho, mucho, mucho. – Abrió sus ojos sorprendido. Eran las tres de la madrugada. Trago saliva, fue a la impresora para sacar su nueva y última carta de amor, debía llegar a casa y dormir por lo menos una hora para después arreglar sus cosas e ir a la oficinas de correos. Tomo la carta, cerró las oficinas de la agencia y bajo las escaleras rápidamente. Apenas salía del edificio cuando fue aprisionado y todo se quedó en completa oscuridad.
Después de mucho movimiento y momentos de ansiedad, sus ojos fueron liberados y pude ver la luna, era una bodega, recordándole el día que conoció a Dazai y a Kunikida.
Miro a sus alrededores y por fin lo vio entrar, sus zapatos sonaban fijos y con pisada fuerte como el mismo día que lo conoció – Akutagawa
― Jinko, sé que esto sonará extraño. Pero tu compañero y yo te estamos protegiendo
― ¿eh?
― Atsushi
― ¡¿KUNIKIDA-KUN?!
― Escucha Atsushi, hay un criminal tras de ti
― Te tiene identificado
― Es para salvarte
― Es mi camino de mafioso
Atsushi los miro un momento, estaba realmente confundido - ¿en qué me metí o...? n-no entiendo
― Jinko, te explico. Ser un mafioso es peligroso.
― Ajam
― Y bueno, pasaron unas cosas... Ya sabes... - tosió un poco – el caso es que resulta que hay un asesino detrás de ti porque viene detrás de mí pero resulta que se enteró de ti y ahora va detrás de ti
― ¿y yo que tengo que ver?
― Atsushi, no preguntes cosas innecesarias. Por ahora se quedarán aquí – menciono Kunikida mirando su reloj – volveré por la mañana
― Gracias por su apoyo y discreción
― Lo hago por él, no por ti
Kunikida salió dejando a Atsushi aún más confundido y miro al mafioso – Akutagawa
― ¿mmm?
― ¿me puedes soltar?
― Ah, sí. – se acercó a desatar sus ataduras – no estoy acostumbrado a hacer estas cosas con amabilidad.
― Cla-claro – respondió mirándolo de cerca – sueles usar a Rashomon y no acercarte
― Bueno, hemos pasado algunas cosas ¿no?
― Supongo...
Una vez suelto se quedó quieto y miro al azabache - ¿te gusta? Kunikida dijo que esto sería bueno para ti, espacioso y eso
― Bueno, sí, creo – miro alrededor – me hace recordar cuando entre a la agencia. Bueno, cuando conocí a Dazai-san y Kunikida-san
― ¿ellos te llevaron?
― Si – le sonrió Atsushi – ese día fue divertido de cierta forma
― ¿Por qué? – pregunto sentándose a su lado
― Bueno... - sonrió tiernamente – estaba muriéndome de hambre y vi los pies de Dazai-san flotando en el rio
― Es algo normal
― La verdad... Antes de verlo pensaba en robar a quien pasará
― ¿robar?
― Tenía tanta hambre que no me importaba robarle a una persona horrada que trabajo por ese dinero... - suspiro – Ese día que salve a Dazai-san, creo que fue el quien me salvo de ese camino.
― No tienes madera de ladrón
― ¿verdad que no? Seguro hubiera dicho algo así como – puso sus manos juntas como si fuese una pistola – dame todo tu asalto, esto es dinero
Ambos estaban riendo de ello. Entonces, Akutagawa le miro fijo – entonces ¿Cómo llegaste hasta un lugar así?
― Resulta... como ya sabrás, que la agencia armada de detectives tenía un pedido sobre "capturar" al tigre que andaba en los barrios - Akutagawa volvió a comenzar a reír. Atsushi le miro – hey, no te rías así – se quejó divertido
― Continua, continua – pidió entre risas
― Bueno, entonces, no sé ni como pero creo que Dazai-san supo que era yo y me invito a capturarlo después de decirle que el tigre me perseguía. Él dijo que un lugar así podría retener al tigre
― Y aquí estas de nuevo
― Si, esa noche me transforme en tigre y Dazai-san me ayudo a comprender que yo era ese tigre, cuando desperté, tenía un techo y un acogedor lugar, y al día siguiente un trabajo honrado. – suspiro tranquilo – no me imagino robando
― Bueno. No lo hubieras logrado
― ¿eh?
― ¿no olvidaste? Estaba detrás del tigre, si Dazai-san y Kunikida no hubieran llegado esa noche por ti, por la madrugada te hubiese encontrado y estarías en América con ese ricachón
― ¿Cómo sería mi vida en América?
― El ricachón te quería para buscar algo ¿no?
― Si pero Francis tiene ese lado... bueno, quiero decir, a pesar de que los evaluaba por sus logros, John podía tener a su familia bien y Montgomery-san estaba muy alegre con sus muñecas.
― ¿mucha admiración no? ¿estuviste tanto dentro de la ballena?
― Oh, no. Es que platico con Mongomery-san, ellos... El gremio, parece que eran como una familia
― Igual se separaron
― Toda familia tiene discusiones ¿no? En los libros que leía – comenzó a sonreír más - siempre había un papa serio o gruñón y una mamá muy consentidora, o al revés, una madre estricta pero amorosa y un padre amoroso y educador
― ¿te hubiera gustado algo así?
Atsushi dudo un momento, miro y tallo sus brazos – No lo sé. El imaginarlo en libros es una cosa pero no sé cómo sería tener padres
― Ni yo, pero... Tengo un gatito
― ¿en serio?
― Si, se llama diablo
― Perfecto nombre para un gatito
― ¿verdad? Mi hermana se sigue enojando porque lo llame diablo
Atsushi sonrió - ¿es tu pequeño bebe?
― Sí, es mi bebecito
― ¿y su mamá?
― Tiene mamá, digo, nació ¿no? Pero es que su tía Gin a veces lo menciona
― Oh... oh. No sabía que salías con alguien ¿la rubia?
― ¿Qué? ¿Higuchi? No. Absolutamente no. No – lo miro fijamente – me gustan más... los de cabello blanco
Atsushi se sonrojo por un momento, no estaba seguro si hablaba de él pero aquello le hizo sonrojar. Pero claro, debía fallarle, y su estómago comenzó a hacer ruido. Akutagawa sonrió – te daré de comer
― E-estoy bien
Akutagawa igual se levantó y fue a ver las cosas que había preparado, entre ello, tenía una cena romántica para el día siguiente, estaba esperanzado de que el rubio encontrará al loco anónimo y pudiera declararse antes de soltarlo, y si no, bueno... Tenía una cuerda y para tenerlo por siempre.
Atsushi lo espero y miro a los lados, la luna era preciosa precisamente para poder confesarse, y aun así estaba por amanecer ¿Qué podía hacer? Era ahora o nunca. Su oportunidad y si era rechazado podría irse a trabajar y dejar todo de lado. – Akutagawa
― ¿si?
― ¿y las cosas que tenía cuando me secuestraste?
― Ah, - miro la bolsa del albino – está aquí
― ¿puedes pasarme algo?
― Si claro ¿Qué quieres?
― Es una nota, esta suelta y dentro de mi bolso. ¿puedes leerla?
― ¿necesitas algo de eso? Solo tienes que decirlo
― E-ese es el problema... no puedo decirlo.
― Bien
Akutagawa busco en su bolsa, encontró la nota y se sentó – "me he convertido en una begonia..." – comenzó a leer provocando al menor tapar su rostro completamente enrojecido. Akutagawa siguió leyendo podía reconocer la forma de escribir, era la del anónimo. - "y eso es lo que me ha llevado a este momento, a esté simple y verdadero momento, donde he comprendido: me gustas tú." - Akutagawa estaba más que sorprendido miro al albino quien estaba de un tono rojo que parecía explotar. - Jinko... Tú... - Atsushi asintió - ¿fuiste molestado por el anónimo?
― ¿eh?
― Sabía que debía traerte hoy, no estás seguro
― ¡A-Akutagawa!
― Voy a sacarte de aquí, - expreso tomando su muñeca- quizá el rubio ese no estaba seguro, - comenzó a jalarlo para llevárselo - lo haré por mí, te llevaré a la base de la port mafia y
― ¡AKUTAGAWA!
El mafioso se detuvo y miro al albino, estaba con la cabeza baja, avergonzado y lloroso – E-El anónimo, si-siempre... he sido yo
― ¿Qué?
― ¡ME GUSTAS! – grito completamente rojo – pensé que el trato con el señor era bueno pero enloqueciste, aun así me salió mejor porque podía meter la carta yo mismo antes de entregártela ¡YO! ¡YO SOY TU ANONIMO! – grito entre lagrimas
Akutagawa se quedó impresionado, y tapo su boca tosiendo, Atsushi le miro preocupado – oye, oye ¿Qué pasa?
― E-eres el anónimo – dijo y Atsushi asintió. - ¿el loco?
― No estoy loco pero si...
― Jinko... - Atsushi cerró los ojos esperando el golpe
Claro que recibió un golpe, fue uno ligero y tierno, algo húmedo y directo en sus labios. Abrió sus ojos sorprendido mirando al mayor tocar sus labios con los suyos, era un beso ligero y tierno. Seguía completamente sorprendido así que cuando se separaron ambos estaban más que ruborizados – Tú eres la madre de diablo – respondió.
― ¿tenemos un hijo?
― Sí, tenemos un hijo – menciono abrazándolo – somos la familia del padre gruñón y la madre consentidora.
Atsushi comenzó a reír y respondió el abrazo - ¿podemos tener más hijos?
― Todos los que quieras, los mantendré a todos
Volvió a reír, no podía creerlo, se dejó acurrucar entre el cuello y hombro del mayor. El sol apenas estaba saliendo.
Olvidando el caso del anónimo y a Kunikida. Akutagawa llevo a Atsushi a su departamento, allí, primero que nada, Akutagawa tomo a diablo y lo presentó con Atsushi esta vez no se subió a su mochila, fueron presentados oficialmente. El menor apenas y pudo respirar cuando dijo "Diablo, está es tu mami", diablo había maullado alegre.
Lo primero que hicieron fue un desayuno, diablo subía a la mesa para acompañarlos y Atsushi lo acariciaba haciéndolo ronronear. Su desayuno fue simple, un par de huevos y tostadas. Un poco de leche para el menor y té para el mafioso. Y como ninguno había dormido, Akutagawa llevo al menor a su habitación – no estoy seguro de esto, debería ir a casa
― No quiero dejarte ir Jinko.- obviamente que no quería. – tengo un cambio de ropa por aquí, date un baño
― Claro. Gracias....
Y fue como si solo hubiera tomado agua y se la echará encima, estaba completamente nervioso. Aun así se había bañado bien. La ropa estaba para él, se cambió tranquilo en el baño y tallo su rostro – Se siente raro todo esto, como un nuevo... - se dijo a sí mismo en su reflejo.
― Jinko
― Ya voy
Salió del baño con la muda y el mafioso lo esperaba en la cama, se acostó a su lado y fue rodeado por los brazos del mayor – duerme, hablemos más tarde
― De acuerdo... hablaremos.
― ¿Qué sucede?
― Siento que es como un sueño
El azabache lo beso y el albino cerro sus ojos – no, no es un sueño – le respondió el mafioso
Atsushi sonrió amplio y decidió acercarse a abrazarlo, acaricio su cabello curioso aunque temeroso – siempre... he soñado con esto
― Jinko, suenas como una película romántica
― Me siento como en una... - beso la frente del mafioso - ¿no puedo?
Akutagawa volvió a besarlo, lo cual lo llevo a ponerse encima del albino, ambos se miraron a los ojos, estaban sonrojados, volviendo a besarse conocieron más de ellos mismos.
El beso comenzaba a resonar como eco en la habitación, ambos comenzaron a sentir como el calor estaba invadiendo sus cuerpos, el sudor comenzaba a correr por ambos haciendo separarse – aaah... ja-jamás me imagine que besar te hiciera sudar...
― Si... - trago saliva y miro a otro lado – iré al baño
― ¿no quieres besarnos más?
― Eh... - lo abrazo – bueno
― Oh – Atsushi había visto el peluche de tigre - ¡oh! ¡qué bonito!
Akutagawa se sonrojo tomando al albino para besarlo de nuevo, está vez la sorpresa hizo al albino sonrojarse más y con ello, el azabache se atrevió a meter su lengua haciendo al albino abrir sus ojos - ¿Qué? – menciono con la lengua dentro suyo pero la verdad, su cuerpo se movió solo a recorrerse mientras el mayor seguía besándole.
Con la reacción del menor, dejo sus manos llegar a la piel. Seguía reaccionando con ello. Akutagawa se estaba aprovechando, la verdad que sí. Llevo sus manos a las piernas del albino para separarlo y poder quedarse entre ellas, así también Atsushi quedaba cada vez más indefenso.
Fue el menor quien se movió parando aquel apasionado beso, su respiración le hacía falta, y miro al azabache – A-Akutagawa... - se quejó llevando sus manos a ropa para taparse – e-estoy... me siento raro, paremos
― Este cuarto, esta cama, ese peluche... he hecho esto por lo menos 5 veces a la semana, pensando en ti
― ¿e-eh?
― Atsushi... - le llamo haciéndolo ponerse completamente rojo – déjame demostrarte que hago en este cuarto pensando en ti
Atsushi trago saliva, después de eso asintió. Se acercó a besarlo pero esta vez no fueron sus labios, bajo a su cuello besándolo y mordiendo ligeramente, no quería dejar marcas. Atsushi mordió sus labios comenzaba a sentir un cosquilleo intenso desde la punta de sus pies hasta sus caderas – A-Akutagawa...
― ¿te está gustando?
― S-si...
― Bien, déjame ir más allá
Levanto su playera sorprendiendo a Atsushi, metió su cabeza en ella haciéndolo reír, sentía cosquillas y una inmensa risa hasta que tomo su pezón derecho con sus labios – ahm – miro hacia el mayor - ¿qu-que haces? – pregunto, aunque no tuvo respuesta, solo un enorme estimulo donde el azabache lamia su pezón haciendo que el menor gritará por el acto. Su cuerpo entero estaba temblando - ¡aah! Akutagawa, es-es-espera, espérate, no hagas eso, no lo hagas - El menor no dudo en simplemente jalarlo del cabello haciendo al azabache mirarle serio – pe-perdón
― Esto es mejor que un peluche
― ¿e-eh?
Akutagawa tomo con fuerza al albino para besarlo con mayor pasión, pudo sentir como su cuerpo se estremecía haciéndolo sentir más pequeño e indefenso, sus ojos se humedecieron mientras el mayor se acercó a besar sus lágrimas – esto me está gustando a mi ¿te gusta?
― Si, se siente bien... es que me siento raro, e incomodo
― Podemos parar.
― No, e-es que me gusta, pero mi cuerpo está cosquilleando
― Déjame ayudarte con el cosquilleo ¿sí?
― Co-confió en ti
Akutagawa mordió sus labios y dejo su frente en el pecho del menor - ¿di-dije algo malo?
― Silencio. Si dices algo así de nuevo, seré una bestia
Atsushi solo trago saliva ante ello. – Y e-eso suena sexy...
― ¿solo sexy?
― Cre-creo que provocador también...
― ¿Qué es lo que harás ante ello?
― Dominar a la bestia~
Akutagawa volvió a besar al menor, esta vez ambos dejaron sus lenguas jugar y sus cuerpos tocar, Atsushi había entrado en el mismo estado, usaban sus manos para tallar sus hombros, brazos, sus pechos, bajando por su torso, rodeando sus cinturas y tomando su cadera, y espalda. Soltaron sus lenguas mirándose – Se si-siente bien...
― Ahora Jinko, te enseñaré lo mejor de mis fantasías
Llevo sus manos al elástico del pans que llevaba Atsushi, comenzó a bajarlo sonrojando al menor – A-Akutagawa, no llevo ropa interior
― Lo sé...
Fue la primera vez que lo vio, Atsushi se tapó su rostro con sus manos mientras Akutagawa se presentaba con su ahora mejor amigo. El miembro del albino estaba abajo, Akutagawa lo comenzó a tocar con la yema de su dedo índice, paso su dedo a lo largo haciendo a Atsushi estremecer, toco la punta dándose cuenta de cómo estaba comenzando a salir el líquido pre; Akutagawa continuo acariciándolo y viendo cómo se ponía duro, comenzaba a levantarse haciendo al mayor emocionarse – Oh Jinko, mira qué lindo se ve, tan duro y rosita
― N-no ¡calla! Es demasiado para mi
― Tan lindo...
Paso sus dedos por la cabeza del menor, Atsushi volvía a gemir al sentir el toque, su espalda comenzaba a arquearse mientras Akutagawa lo veía, se entretenía completamente en ello. Cuando el menor dejo la mano del mayor bastante húmeda, bajo lentamente acariciándolo ligeramente al bajar – es-espera, e-eso no se toca
― Tranquilo, tocaré más
Comenzó a acariciar su alrededor, y fue cuando Atsushi alzo su cadera - ¡aah! Espera ¡no! – grito avergonzado. El azabache le miro, sus ojos estaban llenos de lágrimas, brillaban y entonces le sonrió - ¿po-por qué te detienes?
― Oye, tu dijiste
― Si-sigue. – pidió ahora haciendo un pechero. – dijiste que serías una bestia
No había vuelta atrás, fue brusco. Tomo su entrada con su dedo dejándola entrar y haciéndolo gritar. Akutagawa simplemente lo movió, entraba y salía con su dedo, hasta que dejo entrar otro. Atsushi comenzó a seguirle el ritmo, había tomado sus brazos con desesperación pero el mayor simplemente le ignoro. Claro que fue por poco tiempo, rápidamente dejo sus dedos dentro mientras los abría, Atsushi intenta detenerlo pero el mayor solamente se extendió en el cuerpo del menor para besarlo con pasión. No podía respirar, mucho menos moverse, sus piernas estaban en sus hombros y su cuerpo temblando. Se separó mordiendo su labio inferior y ante ello saco sus dedos - ¡aah! ¡Akutagawa! – se quejó. Tomo su cabello con su mano llena. Le miro como lo que era, un mafioso
― ¿te gusta esto Jinko?
― U-uhum – contesto apenado – Akutagawa, es una bestia, un perro rabioso.
El azabache sonrió. Jamás imagino poder llegar tan lejos con Atsushi y menos poder expresar como se sentía en la intimidad. Tomo las piernas del menor y las separo bien abiertas, se había vuelto a sonrojar con el acto, se sentía expuesto pero la fuerza del mayor le atraía a más.
Akutagawa dejo sus pantorrillas sobre sus hombros y le sonrió – debería hacerme huecos en las orejas, y usar esto de aretes
― A-Akutagawa, y-ya no sigas, s-se ve todo...
― ¿y? solo puedo verte yo
Bajo su pans, tampoco llenaba ropa interior, froto su punto con la entrada del menor y le sonrió – Jinko, conocerás al pequeño Ryu
― A-Akutagawa
― ¿si?
― ¿Ha-haremos más gatitos?
El azabache se desconectó con ello, Atsushi podía ser completamente adorable pero eso no era bueno para el momento. Sacudió sus pensamientos y volvió a dejar su punta en la entrada, esta vez no dijo nada, solo entro, lento escuchando los gemidos agonizantes del menor en cada segundo.
Su respiración aumento, sus latidos eran veloces, su cuerpo tenía constantes espasmos e incluso y quizá un calambre.
Podía ver el gran trabajo del albino al soportarlo, pero decidió ignorarlo y entrando más profundo Atsushi soltó un tremendo grito haciendo al azabache dudar si lo hacía bien o no, le miro preocupado, incluso había cerrado los ojos. En ese mismo instante el menor abrió sus ojos completamente amarillos y mirándole fijo – n-no pares, sigue, sigue aaah ¡sigue!
― Si, eres un tigre. – recordó.
Tomo la cadera del menor para moverse con mayor velocidad – Jinko
― Aaah Akutagawa
Sus nombres resonaban en la habitación, sus sudados cuerpos se tallaban entre ellos y su situación estaba volviéndose más sensible. Atsushi tenía constantes espasmos dejándolo sin moverse mucho mientras Akutagawa estaba sintiendo el cansancio en su espalda.
Poco a poco, estaban llegando, pero el menor no estaba seguro, sentía una abstracción en su estómago y un enorme vacío, miro al mayor quien estaba concentrado en sus movimientos – A-Akutagawa
― ¿Qué?
― Du-duele, me si-siento raro
― ¿raro?
― S-si, ra-ra-raro, n-no toques tanto de ese lado
Akutagawa sonrió, entendía - ¿Dónde? ¿Aquí? – pregunto justo como si hubiese usado su dedo para indicarlo y de hecho tocarlo. Atsushi grito con más fuerza y no, no solo se sostuvo del mayor, le aruño en el acto. Akutagawa lo había encontrado, faltaba expulsarlo. Siguió golpeando aquel punto haciendo a Atsushi moverse y contonearse, su cuerpo parecía más un pez fuera del agua. Mal momento para un chiste.
Continuo golpeándolo constantemente, Atsushi no pudo aguatarlo más y con ello lo dejo salir, había sido su primera vez, en todo incluido el hecho de eyacular, se sentía avergonzado y algo distraído por el acto.
Akutagawa había terminado, y más allá que otra cosa, le abrazo y beso – Jinko ¿te duele?
― E-estoy bien, solo... avergonzado
― Tranquilo, iré por algo para limpiarte
― De-déjamelo a mí, yo ensucie
― No, quieto pequeño gatito.
El mafioso salió de la cama y fue al baño, regreso con una toalla húmeda la cual uso para limpiar al menor, lo dejo sin el pans claro, la camisa era suficientemente grande para taparlo.
Lo acostó y beso su frente.
Atsushi espero al mayor un rato hasta que volvió, llevaba un vaso con leche y galletas – Akutagawa, eso se ve rico – dijo emocionado mientras el mayor le daba de comer
― Solo quiero cuidar de ti, Jinko, no quiero que lo olvides, todo esto, tu y yo, es real, completamente real y si me dejas, será eterno
Se sonrojo mirándolo, tomo una galleta y leche, después lo miro – puede ser eterno, si prometer que siempre habrá galleta y leche
Akutagawa sonrió – sí, siempre habrá galletas y leche
― De chocolate
― De todo lo que mi pequeño tigre quiera.
Sin pensarlo dos veces el agente abrazo al mafioso, aunque Akutagawa de primera se quedó paralizado, sonrió y lo abrazo de vuelta. – me alegra que seas el anónimo
― Y a mí me alegra que buscarás al anónimo
― ¿quieres escuchar algo tierno?
― Dime...
― Tu nombre es tierno, así como lo anónimo que fuiste, llegaste a mi vida y ahora en mi cama dormiste. ¿galletas y leche? ¿Qué más puedo desear? Quizá siempre tenerte, es algo que debo atesorar.
Atsushi se sonrojo, hubo un gran silencio pero tomo sus mejillas y lo beso – quiero otra ronda
― Pero Jinko es tu primera – Atsushi había saltado sobre el mafioso
Quizá la bestia era alguien más...
...
Les aviso, les anuncio... Que hemos llegado al final de esta historia...
¡pero tranquilos! hay extras
Estoy feliz como siempre de terminar algo con ustedes, es genial tenerlos siempre a mi lado
¡Gracias por leer!
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