Capítulo 13
— Ten, aquí tienes zumo de caqui, — dijo Namjoon colocando el vaso frente a Jungkook con una sonrisa, pues sabía que a su amigo, bueno, su jefe le gustaba.
Adoraba el jugo de caqui, no se cansaría jamás de beberlo. No tardó en estirar su brazo para tomarlo, sin embargo no apartó su vista de Namjoon. — ¿Por qué me pediste reunirnos aquí para darme la información? Pudimos encontrarnos en mi casa u otro lugar.
— Porque teniéndote en mi casa se siente menos serio, es como si estuviera hablando con un amigo y no mi jefe. — Sonrió al ver su rostro sorprendido. — Perdóname por eso.
No sabía en qué momento Nam había dejado de usar los honoríficos con él y no le molestaba, solamente Taehyung y él le hablaban de esa forma. Sonrió pensando en la explicación de Nam, amigo, esa palabra le gustaba. Solamente tuvo uno cuando era muy niño, el hijo de una de las cocineras que jugaba siempre con él en el palacio al que un día dejó de ver sin más, aún así no tenía el conocimiento de lo que era tener un amigo.
Todavía con la comisura de sus labios hacia arriba en una sonrisa que no lograba ocultar del todo observó los documentos que su amigo le entregó.
— Finalmente eres el dueño del edificio donde Kim Taehyung solía vivir, así como dos pequeñas tiendas de conveniencia que se encuentran muy cerca del lugar. Esas eran las únicas propiedades de Son Hyun Who, su arrendatario. Gracias a su adición al juego y su inmensa deuda estaba totalmente en bancarrota, cosa que aproveché para cerrar el trato con él generando ganancias para nosotros. — Se levantó de la mesa para traer otro documento.
Jungkook asentía escuchando la explicación mientras detallaba cada detalle de los papeles que tenía delante. Ya había comprado ese sitio pero no tenía ni idea de lo que iba hacer con el mismo.
Todo era para castigar a ese hombre por hacerle daño de una forma tan cobarde a Taehyung, haciéndolo pasar por tan desagradable situación. Recordó el día que lo encontró y nuevamente se llenó de rabia. Caviló durante algunos segundos y entonces la idea llegó a su cabeza. Ya sabía que iba hacer, dejó escapar una sonrisa que no pasó desapercibida por Namjoon.
— Pero por desgracia no podrá hacer uso de ese dinero ya que debía eso y más por lo que al final está en la calle o más bien en la cárcel. Alguien dio aviso a las autoridades de sus andanzas y por coincidencia lo agarraron intentando dar todo ese dinero al dueño de una pandilla muy buscado. — Se detuvo al percatarse de que estaba siendo ignorado. — ¿Me estás escuchando?
— Cada palabra. ¿Necesitas que te las repitas para confirmarlo? — Nam negó con la cabeza antes de tomar asiento. — ¿Tienes planes para hoy sábado?
— ¿Por qué me preguntas eso? Es la primera vez que lo haces. — No podía dejar de enarcar sus cejas ante aquella pregunta.
Jungkook no pudo evitar sonreír frente a la cara que le hacía Nam. — Pues quería invitar a m amigo a ir a una disco esta noche aunque primero necesitaría que me acompañes a otro lado.
Las palabras que salían de la boca de su jefe no las podía creer, no solamente lo había llamado amigo sino que por primera vez lo veía con intenciones de salir desde que lo conocía y eso le agradaba, estaba viendo una faceta de él que le agradaba.
...
Nam observaba a su alrededor sin creerse donde se encontraba. No se imaginaba que Jeon Jungkook fuera el heredero del IPIAM y que lo llevara a él hasta ahí. Tampoco que saludaría personalmente al presidente del lugar cuando él ni siquiera salía en la televisión cuando hablaban del centro.
Todo era simplemente maravilloso, el mirador donde lo habían dejado con esa amplia abertura en el centro y tan gigantesco telescopio lo tenía hipnotizado. Como un niño chiquito se perdió en el como si fuera un nuevo juguete, olvidando incluso su molestia cuando Jungkook le dijo que la conversación era privada y que no lo podía acompañar. Lo entendía pero se sintió excluido por un momento.
— ¿Qué sucede que me mandaste a llamar Esir?
— Aquí soy Yeong Choi señorito Jung y usted es como si fuera mi hijo legalmente, así que por favor, tenga cuidado, nunca se sabe quien estará cerca. — Habló caminando a través del lugar con sus manos agarradas en la espalda. — Lo llamé aquí por esto, eche un vistazo.
Jungkook caminó hacia adelante observando las fotografías que tenía delante para después observar por el telescopio. Miró a su guardián sorprendido y preocupado a la vez, algo confuso. ¿Por qué él no se había percatado de ello?
— Percibí lo de Luna Dorada pero no lo de Eris, eso no creo que se bueno. — El mayor negó con la cabeza. — Tengo que ir ahora mismo, como luniano debo estar en mi reino, mi padre me debe necesitar.
— Debe mantener la calma y comportarse como un lunasio, no un luniano cualquiera por lo que sabe que debe segur acatando las órdenes de su majestad el rey porque por alguna razón él le advirtió que debía permanecer aquí hasta que él le avise.
Jungkook suspiró como si estuviera soltando todo el aire de sus pulmones antes de volver a observar por el aparato pasando su mano por la cabeza. Esir tenía razón y no tenía sentido hacer nada en esos momento.
— ¿Cómo sigues con los síntomas que has estado teniendo?
— Los zumbidos y dolores continúan, sin embargo hay algunas cosas que han estado cambiando en mí, ya dejé de usar el compresor de la gravedad.
El caballero y guardián abrió los ojos asombrado. — Nadie puede eliminar el compresor de gravedad, nos adaptamos a todo menos a la gravedad de este planeta. ¿Cómo es eso posible?
— Si tú no lo sabes, yo menos, esto no fue algo que estudié y recién lo estoy descubriendo. ¿Crees que sea malo? — Negó Esir.
— Por el contrario, creo que es algo bueno para usted, mas profundizaré en el tema para saber si existe alguien que hay logrado lo mismo, no se preocupe. Ahora tene-
— Señor Choi... — Volvió a mirar su reloj. Ya eran las 11:15 p.m. y tenía que encontrarse con Taehyung en quince minutos.
—¿Por qué controla tanto la hora? ¿Tiene urgencia por algo? Estamos teniendo una conversación serie. — Le habló con un tono serio. No podían ignorar sus síntomas, debían darle seguimiento.
— Tengo algo que hacer, mejor dejemos esto para otra ocasión, ya estoy al tanto de los pormenores más importantes. Tendré cuidado y estaré al pendiente. — Le dirigió una mirada seria pero con la comisura de su boca algo elevada desconcertando a Esir. — SI no hay nada más con carácter urgente pasaré a retirarme en estos momentos.
Esir lo miró fijamente, estudiándolo. El príncipe solía ser alguien difícil, pero también muy fácil de conocer a la vez. Que algo le interesara tanto era definitivamente sospechoso. Lo vio alejarse con una mueca en la boca para después voltearse y sacar de su bata blanca aquella foto que escondió cuando lo sintió llegar.
Atemin, el hombre que robó su corazón y por el que envejecía a mayor velocidad al no ser correspondido. ¿Por qué tuvo que correr él con la mala suerte de enamorarse de alguien prohibido? Estar en contacto con él tampoco ayudaba pero no podía hacer otra cosa. Acarició la fotografía con una sonrisa y después suspiró volviéndola a guardar en su bolsillo.
— Nam, llévame al restaurante donde hablamos la otra vez. — Pidió una vez que se sentó en el asiento trasero de su propio auto.
— ¿Cuál de ellos?
— Kard. — Apoyó la cabeza en el cabecera del asiento y cerró los ojos tratando de alejar de él todas sus preocupaciones.
Solamente esperaba que fuera cierto que en una disco todos son felices y así olvidarse de sus problemas durante algún tiempo.
En cinco minutos ya se encontraban frente al restaurante donde trabajaba Taehyung, aún quedaban casi diez minutos para que este saliera. Iba a esperarlo sentado pero sin saber por qué salió del coche dejando dentro a Nam y se encaminó al interior de Kard.
Extrañamente no tenían tantas personas como esperaba, el tono de la luz era más tenue que la última vez que estuvo ahí pero las mismas mujeres que le estuvieron coqueteando estaban allí. Comenzaron a reír y cuchichear en cuanto sus ojos se posaron en él, el cuchicheo era tanto que hicieron a Tae mirar hacia la entrada.
Su mano que estaba limpiando la barra se quedó paralizado, justo como él. Vio como Jungkook agitó su mano con una sonrisa y sintió que no tenía control de su cuerpo por un segundo pero logró reaccionar devolviéndole el saludo.
Entró a la cocina para avisarle a su compañero que ya se iba y que estuviera al pendiente del bar para finalmente tomar sus cosas y dirigirse a la salida.
Veía como Tae se acercaba lentamente hacia él y sintió como sus órganos se mezclaban y regresaban a sus lugares en un segundo. Se sentía como la primera vez que dio un discurso para toda Luna Dorada, incluso más nervioso.
— Llegaste antes de tiempo, no tenías que entrar a buscarme.
— Era para que supieras que ya había llegado. — Tae asiente, volteándose al escuchar su nombre.
— Taehyung guapo, espera un momento. — Una de las chicas que era clienta fija del locas se había acercado a ellos sonriendo, secundada por otra amiga. — ¿Ya se van? Deberían quedarse otro rato o al menos invitarnos a donde sea que vayan. — La chica ignoró la mueca de Tae y se giró hasta quedar mirando a Jungkook. — Mucho gusto, mi nombre es Jung Somin y ella es mi amiga Lee Yori.
Ambas sonreían sin dejar de tocarse el cabello haciendo que Taehyung rodara sus ojos hasta ponerlos en blanco. No podían ser más visibles porque no podían, parecían gallinas cacareando. Pensó que Kook las iba a ignorar como siempre hacía pero cuando vio que con una sonrisa les iba a responder le dio la vuelta con sus manos para empujarlo hasta la puerta.
— Lo siento chicas, otro día será, hoy estamos muy ocupados. Pero que conste que me han traicionado, eh.
Jungkook se volvió a bajar la mano sorprendido por el tacto de Tae, mientras que las chicas hicieron una mueca de enfado y decepción. No lograron conocer la identidad de a quien ellas habían catalogado como un galán cotizado.
— Pensé que no te gustaba socializar. — Rompió el silencio mientras se dirigían hacia el coche.
— Fue por cortesía, son amigas tuyas que siempre vienen aquí y no quería ser grosero con ellas estando tú presente.
— No son nada mío, solamente un par de mujeres que no tienen nada más que hacer que venir aquí cada vez que trabajo para molestar y de paso dejarme buenas propinas. Solamente eso.
Kook asintió dejándole saber que lo había entendido e indicó donde estaba estacionado. Iban a cruzar la calle rápidamente pero este tiró de Tae con fuerza cuando vio el automóvil que se acercaba a gran velocidad.
— Otro más como ese y termino manco. — Protestó mirando la mano de Kook aún aferrada a su antebrazo.
Apenado al percatarse de que aún lo estaba agarrando lo soltó rápidamente. — Deberías tener más cuidado, tú no tienes placa, no eres un coche.
¿Que no tenía placa? — ¡Ja, muy gracioso tú! — Exclamó siguiéndolo.
...
Los tres llegaron al concurrido club Nb2, sintiendo la fuerte música penetrar en sus oídos. Solamente de ver lo abarrotado de personas que estaba el local Jungkook frenó en seco todos sus movimientos, nunca había visto nada igual.
Tener a tantas personas a su alrededor, con los fuertes olores mezclados que habían ahí impidiéndole diferenciarlos, los juegos de luces que no dejaban a su vista acostumbrarse correctamente, personas que lo rozaban sin él saber quienes eran, la bulla que hacía que sus oídos batallaran para acoplarse, sencillamente demasiado para él.
Eso era sumamente peligroso, si habían enemigos no podría diferenciarlos y eso ponía en riesgo no solamente su vida sino también de aquellos que lo acompañaban. Dio un paso atrás pero Taehyung lo tomó de la mano para terminar de entrar.
— No te preocupes, tenemos gran parte de la planta alta reservada solamente para nosotros. — Gritó Tae en su oído como si él no hubiera estado concentrado ya en su voz.
Una chica que no sabía a cal de los tres mirar lo siguió hasta donde estaban los demás a la espera. Nam le dio una mirada a la chica para que se terminara de ir, ella con una torpe inclinación se disculpó y alejó.
—¡Llegó mi más preciado amigo señores! — Gritó Seojoon cargando a Taehyung. — Has llegado justo a tiempo para cantarme felicidades. ¿Sabías que ibas a estar castigado si no llegabas a tiempo cierto?
— Eso no pasaría por nada del mundo hyung. — Tae rió feliz de verlo nuevamente, ignorando la mirada oscura de Jungkook y a Namjoon que estudiaba cada una de sus reacciones.
— ¡Rubio, mira a quien tenemos aquí! — Exclamó el festejado dándole paso a Jin para que saludara a Taehyung.
Ambos estrecharon sus manos tímidamente, Jin con un rostro estoico y Tae dolido de ver como su amigo aún estaba molesto con él. De su amigo el rubio pasó la mirada a sus acompañantes, reprendiendo con ella a Jungkook y escaneando a Namjoon. Este último no pudo evitar carcajearse frente a ese gesto, desde que llegó lo había seguido con la vista y ese pequeño acto no le pasó inadvertido.
Seojoon abrazó a sus dos amigos con fuerza, arrastrándolos hasta el sofá, corriendo a las chicas que estaban ahí para hacerles lugar y darle una copa a cada uno para brindar. A tan solo dos minutos de que llegara la medianoche todos se pusieron de pie para esperar el pastel que traerían para él, acompañado de varias botellas de champaña con bengalas que venían acercándose a ellos.
Tae le hizo una señal a Jungkook para que se acercara al ver que se encontraba abandonado mirando alrededor como si fuera un tierno gatito soltado en medio de una manada de mamíferos que deseaban devorarlo. Después de todo él lo había llevado al lugar.
Kook se paró a su lado en el momento que comenzaron a cantarle felicidades a Park Seojoon, siguiendo tímidamente las acciones de los demás pero cuando sintió la mano de Taehyung nuevamente agarrando la de él todo su cuerpo comenzó a tensarse y relajarse a la par de los latidos de sus corazón.
Estaba claro que algo estaba fallando con él, Esir tenía razón y debía hacerse un seguimiento, eso que estaba sintiendo se lo corroboraba ya que no era nada normal.
Todos se abrazaron cuando el pastel fue picado, las botellas abierto y las bengalas apagadas. Bueno, todos menos Jungkook, él solamente extendió su mano a los pocos que se le acercaron, poniendo distancia entre ellos.
— Sabes, no entiendo cómo es que terminaste viviendo junto a ese hombre del quien juraste que jamás ser amigo, sin embargo le debo agradecer que te haya ayudado mientras yo estaba lejos. Me alegra saber que estés bien. — Comentó Jin al oído de su amigo tomándolo por sorpresa.
Tae se volteó contento y lo abrazó. — No es lo que yo pensaba, es un buen amigo pero tú siempre serás mi mejor amigo, perdóname. Me alegra saber que me hayas perdonado y que ya no estés molesto conmigo.
— Te equivocas Taetae, sigo molesto contigo pero indiscutiblemente te perdono. Solamente debes prometerme que no volverás hacerme algo así, no te imaginas la angustia que sentí. — El menor asintió y lo abrazó más fuerte observando como Jungkook le regalaba una sonrisa media luna como si se estuviera alegrando por verlos reconciliados, como si hubiera escuchado su conversación.
Lo miró extrañado pero le devolvió la sonrisa, concentrándose nuevamente en su amigo, estaba feliz de que la cosa entre ellos no estuviera tan mal, no quería perder su amistad jamás.
...
Namjoon conversaba con Jungkook, si es que eso era realmente posible en un lugar así, mientras que los tres amigos estaban también conversando, tomándose fotos y haciendo bromas entre ellos hasta que "In da Club" de 50 Cent comenzó a sonar.
— Ven a bailar, es tu cumpleaños y esa canción te pega. — Le dijo al festejado.
Esa era la canción preferida de Taehyung cuando estaba en una disco, jamás se podía quedar sentado con ella. Tiró de sus amigos para bailar pero ellos se negaron entre risas, Jin era demasiado penoso como para bailar en público y Seojoon estaba mucho mejor con las dos chicas que tenía sentadas a su lado.
Chasqueó la lengua y se levantó, tomó a Jungkook y tiró de él hasta que estuvieron rodeados de más persona.
— ¡Baila conmigo! — Gritó en su oído para que lo escuchara.
— No tienes que gritarme y no sé bailar. — Contestó Kook sin saber qué hacer.
— Yo te enseño, solamente déjate llevar y haz lo mismo que yo.
El cuerpo de Taehyung comenzó a seguir la música con una amplia sonrisa en el rostro, no podía dejar de reír con los torpes movimientos de Jungkook. Tiró de su camisa logrando que se tambaleara y colocó las manos en su cadera.
— Sigue el movimiento de mis manos, ellas guiarán tus cadera. — Susurró en su oído, olvidando el nerviosismo que le causaba su cercanía.
Kook iba a protestar cuando este tiró de él, aún más como tomó sus caderas y comenzó a moverse contra él pero le gustaba esa imagen de Tae, sus movimiento y el roce de sus caderas contra las de él lo hicieron dejarse llevar.
Como si el Dj estuviera siendo cómplice del momento cambió a "fallin" de Alicia Key y a pesar de que las personas parecieron dispersarse un poco esos dos solamente eliminaron la poco distancia que quedaba entre ellos. Tae marcaba el ritmo y su compañero lo seguía a la perfección.
— ¡Lo logré! — Exclamó mirando como sus caderas se movían al unísono, con una sonrisa que Taehyung no había visto antes, una sonrisa que parecía alumbrar todo el club, una risa contagiosa que lo hizo reír también.
Sus manos escalaron de las caderas hasta su cuello para rodearlo entre ellas. Por un segundo solamente ellos se encontraban en aquel gigantesco lugar, como si fueran planetoides que habían decidido unirse y vagar solitarios por el universo.
Cuando sus miradas se encontraron había un recuerdo en común que ambos compartían, ese momento en el que sus bocas se encontraron la noche anterior. Sus movimientos continuaban pero su cerebro no estaba mandando esa señal a su cuerpo, lo hacían por inercia.
La distancia entre sus rostros fue borrándose en cámara lenta, Jungkook bajó la mirada hacia aquellos labios que pedían a grito que los besaran para nuevamente subir a los ojos de Tae, pidiendo con esto su autorización. Esa sensual mordida de labio inferior por parte del terrestre fue la señal para el príncipe de que podía avanzar sin problema.
Sus respiraciones ya acariciaban su piel y sus labios comenzaban a rozarse cuando un extraño zumbido hizo que Tae reaccionara y mirara a su alrededor. Se alejó de Jungkook con una sonrisa y tomó su mano para volver a donde estaban sus amigos.
— Necesito beber algo. — Fue la excusa que Tae inventó para poder subir nuevamente sin mirar a Jungkook, quien no dejaba de sonreír como tonto mientras lo seguía.
— Iré un momento al baño. — Se disculpó cuando llegaron a donde estaban todos.
Realmente necesitaba ir al baño, había nuevamente algo entre sus pantalones que le estaba causando un dolor insoportable y justo como la noche anterior necesitaba calmarlo.
Tae se sentó al lado de su mejor amigo para abrazarlo con fuerza. Quería hablar con él, necesitaba saber qué era lo que le había estado ocurriendo con Jungkook pero no sabía cómo hacerlo, temiendo que este pensara que era gay cuando ni él estaba seguro si realmente estaba atraído por un hombre o era algo más.
— ¿Bailarías conmigo Tae? — Preguntó una de las chicas que estaba acompañándolos, sentándose provocativamente en sus piernas.
Jin rodó los ojos esperando que su amigo alejara a esa mujer que parecía tener fuego uterino, porque había pasado en menos de una hora por todos los chicos presentes, siendo solamente ignorada por él y ese desconocido que había llegado con Jungkook.
Sin embargo Taehyung aceptó con una sonrisa su petición y se levantó a bailar con ella acariciando su espalda baja sin miramientos. Ni siquiera habían pasado dos segundos cuando la chica lo arrinconó y comenzaron a besarse frenéticamente, sin importarles los espectadores del lugar.
Jin un mohín con cierto asco y se levantó como resorte de aquel sofá, dirigiéndose a la barra. No entendía el comportamiento de Taehyung, se enredaba con cualquiera, de lance de todos, sin importarle absolutamente nada. Si bien no era nada nuevo no dejaba de incomodarle su actitud. Ya tenía 24 años, no era un maldito adolescente que piensa solamente con las hormonas. Resopló pidiendo un trago al camarero.
— ¿Problemas? — Se giró para mandar al demonio a quien fuera que le estaba hablando pero se dio cuenta que era el amigo de Jungkook. — Soy Kim Namjoon por cierto. — Estiró su mano a la espera de que Jin le correspondiera pero este no lo hizo.
— Kim Seokjin.
— Parece que algo, que estoy seguro no merece la pena, ha logrado borrar esa hermosa sonrisa de la que fui testigo hace un rato. No dejes que nada te apague tu sonrisa, te ves muy lindo cuando lo haces.
Jin soltó una carcajada mientras tomaba un sorbo de su bebida. Estaba seguro que debía decirle eso a varias personas, sin embargo se había sentido bien que un hombre de su estampa le dijera eso a él. Nunca lo notaban y pasaba desapercibido, eso sin contar que quien se acercaba él siempre lo alejaba por Taehyung, por lo que escucharlo en ese momento le habían hecho sentirse bien.
— ¿Qué te parece tan divertido? Me gustaría reírme también.
— Tienes frases demasiado viejas y comunes, deberías actualizar tu repertorio, porque al paso que vas terminarás siendo un disco de vinilo. — Tomó otro sorbo de su bebida.
— Eso quiere decir que perduraré casi toda la vida. No se rayan, rompen o echan a perder y además ahora han vuelto a ser de moda, incluso muchos valen cien veces más de lo que lo hacían en sus tiempos y coleccionistas se pelean por ellos. No sería tan malo en una época tan moderna tener un poco de vintage. — Susurró esta última oración bien cerca de su oreja, haciéndola audible aún con la música que los rodeaba.
— ¿Usualmente te funcionan esas frases? — Nam se encogió de hombros, él no era de los que iba por alguien, siempre esperaba que su presa cayera ante él, sin embargo no quería dejar ir a ese rubio. — Pues te está funcionando ahora.
Jin bebió todo lo que quedaba de su bebida de golpe y haló a Namjoon por su camisa, haciendo que lo siguiera.
Satisfecho y con una sonrisa Jungkook regresaba del baño. Era cierto eso de que las disco hacían felices a las personas, no sabía por qué pero él estaba feliz. Caminó hasta el apartado donde había dejado a Taehyung para pedirle que lo siguiera enseñando a bailar pero solamente estaba Seojoon besando a una chica que tenía sentada en su regazo, miró a su alrededor concentrándose para tratar de escuchar la voz de su compañero pero no tuvo éxito.
Se paró en la baranda para mirar hacia bajo y ver si lo divisaba pero tampoco lo vio, miró en dirección al baño y no vio a nadie por lo que se decidió a ir a buscarlo. No tuvo que dar diez pasos para encontrar a Tae, estaba en el sofá de al lado, donde no llegaban las luces, acostado besándose con una de las chicas que él había visto antes.
Su lengua recorrió su propia boca con rabia y sus manos se empuñaron con fuerza volviendo sus nudillos blancos. Ahí estaba Taehyung regalando nuevamente su boca como si no tuviera ningún valor para una extraña luego de besarlo a él. Cerró sus ojos con fuerza y dio la media vuelta, necesitaba irse de ahí para no cometer una locura.
Él no era su alma gemela ni nada por el estilo así que no tenía por qué preocuparse por él, había sido un beso como cualquier otro, o al menos eso quería pensar. Caminó hasta la puerta del club antes de recordar que la llave de su vehículo la tenía Namjoon. Maldijo en su propio idioma para él. Primero necesitaba encontrar a su amigo.
Buscó por todo el club a Namjoon hasta encontrarlo en uno de los apartados, besándose como si el universo se fuera a desintegrar para siempre en ese instante y todos fueran desaparecer. Con una pierna del amigo de Taehyung sobre él y sus grandes manos posadas en su trasero, atrayéndolo más hacia su cuerpo. Arrugó su frente y nariz al ser testigo de aquello para después acercarse a ellos.
— Perdonen. — Tosió a propósito para que lo escucharan luego de permanecer delante de ellos sin ser visto durante dos minutos. — Necesito la llave de mi coche.
— ¿Ya te vas? — Asintió, mirando a Jin como lo miraba con cara de alguien que lo odiaba sin él entender el por qué. — Si deseas te llevo...
El rubio cambió su mirada de Kook a su acompañante sin poderlo creer. Tenía que haberse imaginado que su caballerosidad terminaba luego de conquistarlo, al menos le quedaba el consuelo de que no entregó su parte trasera tan rápido.
— ¿Te molestaría si lo acompañamos y después te llevo a tu casa? — Le preguntó Nam acariciando su mano tomándolo de sorpresa, no sabía qué responder.
— No creo que sea necesario, además no valdría la pena que dieras ese viaje. — Estiró con evidente enojo la mano en espera de la llave. — Yo necesito estar solo ahora.
Su amigo lo miró extrañado pero sabía que su opinión no serviría de nada por lo que simplemente le entregó la llave y se despidió de él para después volver a besar a Jin.
— Sigue en pie lo de acompañarte a tu casa. — Susurró Nam a su oído, ese chico le gustaba y no lo iba a dejar ir tan fácilmente.
Jin sonrió abrazándolo y estirando su cuello para sentir mejor el roce de su lengua. No era el chico al que su corazón le pertenecía pero ya comenzaba a perder las esperanzas con su amigo. Además si Taehyung se divertía como le parecía por qué no hacerlo él también, lo merecía.
Namjoon era mucho más que atractivo, con un excelente porte y elegancia, una sonrisa arrolladora que acompañada de su buena labia embaucaba a cualquier persona. Si a eso le agregaba su forma de besar y sus caricias... Era como entregarse a gusto a las calientes brazas del infierno del placer, consiente de que arderá como nunca en ellas.
Jungkook caminó con paso apresurado hasta su auto, quería irse de ese lugar lo antes posible y poder llegar a su casa, poner distancia entre Taehyung y él al menos hasta que se relajara.
— ¡Ahhhh! — Un grito salió de su boca con fuerza cuando un terrible dolor, aún más fuerte que los anteriores se apoderó de su cabeza, haciéndolo caer de rodillas con ambas manos presionando sus sienes. Aquel horrendo zumbido una vez más hacía presencia para molestarlo.
Eso era lo único que le faltaba, sufrir una crisis justo en el estacionamiento de aquel club donde cualquiera podía verlo. Intentó ponerse de pie pero no podía. ¿Qué mierda le estaba pasando?
De repente todo dolor y zumbido desapareció, de golpe, sin ir disminuyendo lentamente como en otras ocasiones, acababa de extinguirse de golpe como cuando... Alzó su cabeza al divisar las piernas que se encontraban delante de él, una piernas que sabía perfectamente a quien pertenecían y justo ahí estaba el dueño de ellas. Intentando levantarlo del suelo.
Se sintió aliviado de que esas molestias desaparecieran, agradeció que ocurriera pero tras percatarse en los brazos de quién se había acomodado se separó con fuerza. Desestabilizado Taehyung cayó al suelo de espalda mirándolo sorprendido por su actitud.
— Kook... ¿Te encuentras bien?
— Perfectamente, regresa adentro. — Su tono era duro, seco, frío y un tanto atemorizante.
— Dime qué te sucede.
— Ya te dije que no me sucede absolutamente nada. No me toques. — Agitó sus brazos al sentir el toque de Tae en él.
— Me di cuenta de que te habías demorado mucho en el baño pero cuando fui por ti Seojoon me dijo que le pareció verte salir por eso vine rápido. ¿Cómo te vas a ir a casa sin mí?
Se volteó y dio un paso hasta Taehyung quien por la impresión terminó echándose hacia atrás. — Incluso me sorprende que te hayas dado cuenta de mi ausencia porque cuando fui a buscarte estabas muy a gusto a punto de copular con esa chica a la que le tenías tu lengua metida hasta el fondo.
El terrestre sintió que en ese momento entendía lo que pasaba aunque no estaba del todo seguro de ello. Había recibido incontables escenas de celos y sabía reconocer una cuando la veía, lo que no se esperó fue recibir una de Jungkook.
Sonrió y se acercó él esta vez quedándose solamente centímetros de su boca, respirando sobre ella mientras que sus ojos recorrían cada facción de su rostro. — ¿Estás celoso?
Una carcajada llenó todo el estacionamiento haciendo que algunas personas que estaban por ahí miraran en su dirección. — ¿Celoso yo? Por favor, no estaría celoso de alguien que no tiene nada conmigo y mucho menos alguien que le entrega su boca a cualquiera en cuestión de segundos. Mis estándares son más altos y a ellos tú lamentablemente no llegas. Te falta demasiado.
Se dio la vuelta para abrir de una vez la maldita puerta del coche, definitivamente debía cambiarlo por uno con mejor tecnología. Logró abrir la puerta segundos después pero fue nuevamente cerrada. Se giró para enfrentar a Taehyung pero cuando lo hizo sus labios fueron apresados por este, quien sostuvo su rostro con ambas manos y caminando sin soltarlo, terminó por capturarlo entre su cuerpo y vehículo.
Luniano: Habitante de la Luna Dorada.
Lunasio: Alguien que no solo es habitante sino parte de la realeza de Luna Dorada.
Y bueno mis lunianos hasta aquí el capítulo de hoy, creo que sin querer lo hice demasiado largo, 5000+ palabras, sin embargo no quería dividirlo en dos. Espero que haya sido de su agrado. 🥺😘
🙈 Se aproximan varias cosas en los próximos capítulos 😱 Estén atentos... 😘
Pd: Sé que se me quedan varias faltas pero espero que no sea nada grave, las corregiré todas una vez que comience a editar. Como escribo corrido y no me detengo mucho a revisar por la falta de tiempo se me van algunos errores tipográficos. 😟
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