10. EL ENGAÑO


ANDREW POV'S

— ¿Porqué de repente decidiste usar el uniforme de la escuela? —indagó David mientras comenzaba a ver el uniforme que también tenía puesto con cierto desagrado.

—Usar la ropa de la escuela de vez en cuando es bueno —respondí pasivamente mientras el estilista Galliano arreglaba mi cabello.

—Tu cabello... ¿En verdad lo vas a alisar? —preguntó esta vez Nathan mientras tocaba la corbata del uniforme que también portaba. Nathan se veía jodidamente gracioso con el uniforme de la institución.

—Sí.

—Han pasado ya una hora ¿No me digas que vas a hacer esto cada mañana? —continuó David apoyándose en el escritorio central.

—Voy a pensar en algo para no perder tanto tiempo —respondí nuevamente.

"Tu ser y personalidad es inatractivo, esa boca, tu forma arrogante de caminar, y tu cabello rizado, Es todo una molestia"

"Me molesta que ustedes sean los únicos que no usan los uniformes, la estupidez de la Tarjeta Roja, para molestar a los demás y reírse de ellos ¡Eso es lo peor!"

No entendía el por qué esa chica dijo  tantas cosas que supuestamente iban mal conmigo, nadie me lo había dicho antes. Siendo sinceros, fue la primera vez que alguien además de mi familia levantaba su voz hacia mí, y más siendo alguien tan pobre e insignificante... ¿Que le sucedía a esa chica? No solo tenía el descaro de rechazar mi genial oferta de permitirle ser mi novia mientras nadie nos vea, sino que también vomitó en mis zapatos.



ALICE POV'S

El lunes por la mañana debatí sobre ir al colegio, pero mi madre me obligó... El día anterior tuve que inventar que dormí en la casa de una amiga para no alertar a mi madre ni a mi padre.

Pero pensar sobre "eso" es imposible. ¿Cómo es posible que yo no recuerde nada? Además la nota en el espejo dejó mis pelos de punta...

Vamos Alice, cálmate... Eso me repetía mentalmente para creer que nada andaba mal, pudo ser solo un mal juego de mi imaginación... Deseaba que solo fuera eso.

Mientras me debatía mentalmente si realmente pude haber olvidado todo, Ginger y sus secuaces me agarraron del cabello y comenzaron a jalarme de él.

— ¿Quién creen que son? ¡Déjenme! —me encontraba mal emocionalmente para que ellas terminaran de arruinar mi día.

— ¿Por qué? ¿Cuándo te volviste tan descarada? —gruñó Miranda mientras apretaba mi corbata y yo intentaba soltarme de ella. ¿Descarada? ¿Yo? ¿Por qué?

—Por Dios, que grosería de tu parte —continuó Ginger jalando con más presión mi cabello. Era tanta la fuerza que mi cuero cabelludo comenzó a arder. —Es por eso que dicen que la gente pobre es espantosa.

—Sabía que pretendías hacerte la inocente, pero tú realmente has ido muy lejos —dijo Sunny muy indignada. ¿De qué están hablando este trío de locas?

— ¡No entiendo lo que dicen! —grité intentando soltarme de ellas, pero fue una misión imposible. Al contrario, lo que hicieron fue arrastrarme hasta el piso de la gran cafetería en donde me tiraron al lado de un televisor.

—Eres una sucia —comentó enfurecida Miranda mientras me observaba con desprecio.

—Insultar a los F4 es lo mismo que insultarnos a nosotras. —dijo esta vez Ginger mientras me observaba en el suelo... —Engañar a Andrew Rickford es lo mismo que engañarnos a nosotras.

WOW

¿Engañar a Andrew? ¿Qué?

—Un trapo sucio como tú, ¿Pensabas avergonzar el nombre de la escuela Rickford de esa forma? —observé que a nuestro alrededor la gente empezó a reunirse y murmurar cosas.

—Tu zorra —observé a Ginger que con su dedo señaló el televisor. Él televisor de la escuela mostró la página Web de los chismes y en el inicio le dieron Zoom a una imagen mía...

Una foto que nunca creí ver... ¿E-esa soy yo? Eso es imposible.

En la foto estaba en una cama dormida en el brazo de un hombre sin camisa. Mi rostro se veía perfectamente, pero la del sujeto estaba pixeleada...

Esto era una pesadilla. Ginger, Miranda y Sunny comenzaron a reír al igual que toda la escuela. Quería desaparecer, no por las burlas de ellos, sino por lo que hice, y lo peor de todo, no me acordaba de absolutamente nada...

— ¿Qué están mirando? —una voz llamó la atención de todo los estudiantes, incluso la mía, así que volteamos y vimos al dueño de aquella voz; Andrew Rickford.

Él estaba bajando las escaleras, atrás estaban David y Nathan y ninguno de ellos podían ver en ese ángulo el televisor... Pero pronto lo harían.

Mediante se acercaban me percaté que Andrew estaba utilizando el uniforme de la escuela y además su cabello había perdido su naturaleza rizada.

—Andrew, no te dejes engañar por esa mujer —Sunny me señaló con desagrado. —Mira esto y despierta —por inercia antes de que Andrew viera la noticia tapé el televisor con mi cuerpo.

—No, no, no. Andrew esto no es cierto —dije un poco avergonzada con temor de que él viera aquella espantosa foto. Sin embargo él me empujó haciendo que yo cayera nuevamente al suelo.

De nuevo me levanté y tapé el televisor pero para cuando lo hice, Andrew ya había visto la noticia. Duraron unos eternos segundos antes de que dijera algo

— ¿Cómo puede ser eso no cierto? —preguntó Andrew con un tono demasiado frío y seco. Esto estaba mal, todo andaba mal. —Incluso hay fotos para comprobarlo.

—No lo sé, pienso que tal vez alguien me drogó —respondí bajando mi mirada. Después de divagar tanto en mi cabeza era lo único lógico que podía formular.

Aquel tipo de la guitarra tuvo que haberme drogado.

— ¿Así que esa sí eres tú? —preguntó retóricamente. Aunque me era imposible levantar mi rostro, podía asegurar que me estaba viendo... Solo no sé si me veía con odio o con desprecio. Porque incluso yo misma me despreciaba en esos momentos. —Así que ese es el tipo de chica que eres. ¿Eres el tipo de mujeres que cae con cualquier cosa?

—Andrew, no me importa si me crees o no —mi voz comenzaba a confundirse con sollozos, pero debía ser fuerte. —Ni siquiera sé por qué me estoy defendiendo de algo tan absurdo —con cada palabra que decía sentía que rompería en llanto. —De todas maneras, esto no es lo que parece. Y-yo... ¡Yo no tengo ni idea de lo que está pasando! —debía de haber un error en eso, estoy segura... Yo no podría haber hecho eso.

Sentí como Andrew me alzaba del cuello de la camisa del uniforme. Mis pies difícilmente rozaban el suelo y el miedo comenzó a invadirme.

—Solo te haré una pregunta. La mujer de la foto ¿No eres tú, Alice? —preguntó en un tono suave pero incluso yo podía sentir que dentro de ese tono, la rabia y el enojo guardaban por salir. Por mi parte eso me destrozó y no pude contener una lágrima que recorrió por mi mejilla y se deshizo en mi mentón... Andrew me soltó y me observó con sumo desprecio, no solo eso, también con decepción. —Dijiste que no te importaba si te creo o no —otra lágrima salió de mis ojos, después de otra y otra más. Quería devolver el tiempo y corregir mis errores. Esto no tenía que estar pasando. —Bien, pues no te creo... Alice, de ahora en adelante no te conozco.

Eso fue lo último que dijo antes de salir por donde entró seguido por David y Nathan que solo me observaron y dieron media vuelta. Al instante de haberse marchado, los estudiantes comenzaron a tirarme al suelo y decirme "Sucia" "Zorra" "Transferida" "No tienes derecho de usar ese uniforme"

Intentaba ignorar el ataque de los estudiantes porque mi mirada se concentró en Andrew que no dudó en salir por la puerta sin ni siquiera voltear... Solo siguió con las manos en sus bolsillos.

Tomé la libre decisión de faltar a la clases, me sería imposible estudiar de ese modo, y aproveché ese tiempo para ir al hotel en donde desperté para pedir que me mostraran las cámaras, pero sin un permiso legal eso era algo prohibido.


(...)

Estaba en el restaurante de avenas y aproveché que no había ningún cliente para contarle a Abby todo este desastre. Mientras le contaba con todo detalle de lo que yo conocía, la campana de la entrada sonó, así que junto a  Abby levantamos la vista y nos encontramos a ¿David y a Nathan?

¿Por qué los amigos de Andrew vinieron hasta el restaurante de avena? ¿Habrán venido para hacerme algo malo en orden de Andrew? Instantáneamente agarré el brazo de Abby y ella me observó.

—Hola —susurré.

—Alice no te asustes, vinimos a ayudar —dijo David mientras se acercaba. —Hola señorita Abigail —saludó a Abby, pero ella solo lo ignoró. No sé si se enojó porque le dijo por su nombre completo o por el incidente de la anterior vez.

Abby me contó que hace unos días David se la llevó a su casa para decirle que me diera consejos de amigas... Eso es bastante ridículo. Además ella escuchó como se burló del "Tipo de chica que ella es"

— ¿Ayudar? —pregunté para disminuir la tensión del ambiente.

—Confiamos en ti —respondió David depositando su mano en mi hombro.

—Además no podemos permitir que Andrew siga así. De solo recordar en la forma que hoy manejó el auto... Me asusta que pueda matar a alguien. Si la gente no se tiraba hacia el andén, él los podría haber atropellado.

—Esa es la primera vez que lo veo así desde que Isabelle se casó —le dijo David a Nathan ignorando nuestra presencia.

¿Isabelle? ¿Quién es ella? Quería preguntar, pero en este momento había cosas más importantes que una chica que se había casado.

—Traje mi computador —dijo Abby mientras sacó su computador de la mochila e ingresaba a la página en donde provenía el chisme y le dio zoom a aquella foto.

—Primero, debemos encontrar a ese idiota —mencionó Nathan señalando al sujeto... Ese tipo fue muy inteligente al haber pixeleado su rostro de la imagen. — ¿En dónde lo conociste o tampoco recuerdas eso?

—Fue en un bar. Él estaba tocando algo con su guitarra y tal vez la bebida que me dio tenía algo. —confesé un poco apenada.

—No estoy para sermonearte pero una señorita no debería estar aceptando tragos de un extraño —dijo David observando más de cerca la foto.

—No fue un trago... Fue una soda —murmuré porque aquel detalle era irrelevante. —Fui a preguntar al antro y al hotel pero me dijeron que no lo conocían.

—Cuando despertaste en la mañana ¿Encontraste algo extraño en la habitación? —preguntó esta vez Nathan. — ¿Cómo una tarjeta de negocios o pertenencias personales? —traté de recordar pero en mis recuerdos no había nada parecido... bueno, solo había algo extraño...

—Había un mensaje escrito en el espejo. Decía algo así como "Gracias por lo de anoche" en lápiz labial rojo.

—Espera, ¿Lápiz labial? —inquirió David algo pensativo así que asiento. — ¿Tu usas lápiz labial?

—Creo que el que Alice use lápiz labial o no, no influye en esto ¿O sí? —Intervino Abby.

—Sí lo hace. Alice, ¿Era tuyo? —negué inmediatamente ante la pregunta de David. Yo no uso lápiz labial rojo, de hecho yo no uso maquillaje.

—Entonces ¡Le pertenece a ese tipo! —mencionó Abby a lo que David asintió.

—Entonces, había tres personas en la habitación —dijo el Sr. Pierre haciéndonos sobresaltar a todos. Nadie sabía que estaba allí.

—Sr. Pierre mejor vaya a la cocina —dije debido a que el jefe era un poco extraño.

—No, la idea no es tan descabellada —Dijo Nathan a lo que le muestra el portátil al Sr. Pierre. —La foto no es una Selfie, tampoco está tomándola con sus manos ni por un Selfie Stick porque se habría visto señal de su brazo cerca de la cámara.

—Debió haber alguien más en el cuarto. Alguien que tomara las fotos —continúa David observando la foto detalladamente.

— ¿El dueño del lápiz labial? —pregunta Abby, así que Nathan le dice "Probablemente"... Es decir que la otra persona tal vez era una mujer.

— ¡Mira! —dijo Nathan acercando más la foto en el brazo del hombre, el cual tenía un tatuaje de un escorpión. Nathan y David se miran y este último asiente.

—Vámonos. —mencionó David cerrando la computadora de Abby.

—Espera, espera —intenté detenerlos. ¿Qué importancia tenía un tatuaje? Cardiff es muy grande y solo teníamos una pequeña pista.

—Nosotros nos encargaremos. Gracias —sonrió David reconfortándome un poco mientras sale del local de avenas.



DAVID POV'S

Nathan y yo tuvimos que tomar cartas en el asunto. Andrew se encontraba en un proceso de negación, así que no movería un músculo para saber la verdad y solo aceptaría lo que vio a simple vista, además nos  preocupaba que con una rabieta lastimara a alguien o a él mismo. No es que me emocionara la idea de pasar el día como un detective para encontrar a un sujeto con un tatuaje, pero si eso significaba que Andrew estaría más tranquilo y menos insoportable era un precio por el cual podría negociar.

Tuve mis contactos para hallar el local en donde aquel sujeto se tatuó el brazo derecho. Aquel símbolo de escorpión es algo conocido en los barrios bajos, así que hay cientos de personas que lo tienen en Cardiff. Eso complicaba el asunto y tocar puerta en puerta preguntando por el tipo no es mi estilo.

El tatuador (Después de recibir un cheque con una suma de dinero bastante interesante para él) nos entregó el contacto de alguien que nos podría pasar una lista de nombres muy reducida con las características del hombre que drogó a Alice, o incluso podría darnos un nombre y apellido.

—Es un poco complicado hacer eso —se excusó el sujeto como si pensara que Nathan y yo nos iríamos de su bar por una simple excusa.

— ¿Complicado? Escuché que eres el mejor de por aquí —insistí de manera natural. La mafia de los del logo escorpión es algo difícil de tratar, pero solo quería saber sobre un chico que recién hizo parte de esta camorra. De todos modos, si las cosas se ponen feas tengo de mi lado al Rey Coleman.

—Supongo que si quitamos el apodo de "El mejor" será un gran problema para ti —y aquí a hablado "El Rey Coleman" o como siempre le digo, Nathan. —Pero, si no entregas a ese chico, podríamos cerrar este lugar. —Amenazó e hizo tronar sus dedos. Los negocios de esta forma; los ilegales, siempre se lo dejamos a Nathan, pues solo basta que reconozcan su apellido para conseguir lo que quiere. Para los asuntos más decentes mencionamos al Rickford. —Nosotros los F4 tenemos una reputación.

— ¿Un mes? —mencioné. La última vez acabamos con una compañía en solo un mes por un capricho de Andrew.

—Podríamos terminarlo en una semana. Es solo una cadena de bar y dinero por debajo de la mesa —comentó Nathan. Si lo hacemos de la forma de un Coleman, podríamos acabarlo en un cuarto de tiempo de lo que acabamos a aquella compañía. —De hecho, David ¿Te parece si comenzamos mañana? —asentí y observé al sujeto que comenzó a sudar.

—Esperen, esperen. He escuchado de ustedes, David Cooper y Nathan Coleman. Yo hablaré. —Y así es como finalmente cedió a darnos un nombre y apellido; Kevin Moor. Un chico que vive con sus padres en el centro de la ciudad, fácil de ubicar. Él nos brindaría la información que necesitamos sobre la tercera persona.



ALICE POV'S

Intenté quedarme despierta en clases de matemáticas pero escuchar sobre f(x) es mayor o igual que 0... Aburre. Además no pude dormir en toda la noche pensando en lo que harían Nathan y David.

Alcancé a observar que durante la clase, estudiante tras estudiantes se pasaban un papelito... después de reírse lo pasaban a la persona de su lado. Antes de volver a dormir vi como el papel llegaba a Anne Marie quien palideció al verlo y arrugó el papel. Después le preguntaría que decía pero por el momento quiero recuperar las fuerzas que perdí ayer por no dormir.

.

.

.

—Alice, Alice —sentí que alguien me zarandeó levemente despertándome de mi agradable sueño. Era Anne Marie la que me había despertado. —Tengo algo importante que hacer, así que me iré primero. ¿Ok? —yo solo asentí y con mi mano me despedí brindándole una sonrisa, gesto que ella respondió de igual manera.

Después de alistar mi mochila y montarme en mi bicicleta era momento de irme de este horrible colegio, mientras pedaleaba unos chicos levantaron una cadena que obstaculizó mi paso y me fue imposible frenar así que la bicicleta volcó junto conmigo.

Rodé unas tres veces en el suelo hasta que pude detenerme y sentir que mis rodillas ardían. Vi que las medias negras del colegio se habían roto y mis rodillas sangraban. Escuché la risa y burla de muchas personas mientras con esfuerzo trataba de levantarme.

También vi como mi bicicleta comenzó a arder en llamas. Le echaron gasolina y por consiguiente le arrojaron un fósforo encendido. Veía que esta ardía y no podía hacer nada para evitarlo.

Mis ojos se cristalizaron pero aun así seguía de pie, sentí como arrojaban globos con jugo de tomate y harina hacía mí.

—Deberíamos apagarle el fuego a esa zorra — dijo un estudiante mientras abrió la válvula de un extintor y me bañó en esa espuma.

Estaba completamente sola.

Indefensa. Sin nadie.



ANDREW POV'S

Hoy dejaron después de mis clases de kobudo una tarjeta de un hotel al lado de la Katana que usé durante la práctica. Detrás de la tarjeta tenía pegado con letras de revista

"Para descubrir la verdad"

Decidí hacer caso omiso de aquella terrible tarjeta, pero el hotel quedaba relativamente cerca y no me desviaba tanto de mi camino. Por otra parte no tenía nada mejor que hacer.

Ir donde Nathan y David comenzó a ser molesto cuando ellos decidieron apoyar a la tonta de la lavandera... Recordar esa foto hacía que me dieran nauseas.

Al montarme al auto cambié el GPS para llevarme al hotel y en un lapso de 10 minutos ya me encontraba en el pasillo de este, observando fijamente la puerta que indicaba la tarjeta. ¿Para descubrir la verdad? ¿Qué verdad necesitaba saber? Me fui alejando pero al dar cinco pasos en dirección contraria decidí devolverme analizando que no tenía nada que perder.

Abrí la habitación y se reflejó un cuarto pequeño para mi gusto con una cama matrimonial y una espantosa decoración. Refunfuñé porque perdí mi tiempo, pero antes de irme observé que en la cama había una serie de fotos, así que decidí acercarme más.

¡No jodan!

Las fotos eran de Alice con ese hombre, acostados en la cama. No había solo una sino que había más de 20 fotos.

Tomé una fotografía entre mis dedos, comprobando que esa chica sí era Alice y el cuarto en donde ella estuvo es igual a esta habitación. ¿Por qué me citaron en el mismo lugar...? ¡Maldición! Arrugué la imagen y comencé a patear y golpear todo el lugar. ¡Maldita sea! ¿Por qué?

Todas las mujeres son sencillamente iguales, no importa cuánto se esfuercen por aparentar ser diferentes.

—No te pongas tan triste —escuché decir a una voz femenina. ¿Qué demonios? ¿Ella me habría citado hasta aquí? Ella tendría respuestas pero me desagradaba continuar en aquel sitio, así que ni siquiera me inmuté a verla.

Por mí que se mueran todo.

— ¿Por qué actúas así por una zorra plebeya como ella? —decidí ignorarla y seguir viendo por la ventana. No quería ver más esas fotos y aquella chica me importaba absolutamente nada. —Por favor despierta. Esto no está bien —la mujer comenzó a sollozar. —Perfecto, lo que faltaba. Una loca llorando en el cuarto en donde Alice hizo... eso.

Me daba asco con solo pensarlo.

—Andrew ¿Por qué actúas así? No hay razón para eso —tomé la decisión de dar media vuelta para verla; Un chica de estatura promedio, piel blanca, cabello corto y rizado decorado con un espantoso moño rojo...

Esa chica la había visto antes. Estoy seguro.

"Pero fue un accidente. Compraré el mismo par de zapatos de inmediato"

Todos mis recuerdos se resumieron al día en que mis zapatos de Italia fueron ensuciados por un helado. Me acuerdo que aquella chica se disculpó, pero no soy sujeto de aceptar meras disculpas, así que cuando la obligué a lamer mis zapatos, Alice salió a su defensa. Recuerdo perfectamente ese día porque además de Isabelle nadie más se ha osado a tirarme comida en la cara... Mucho menos a golpearme... Y en mi rostro.

— ¿Tú no eres la amiga de Alice? —la chica solo sonrió amargamente dándome cuenta que la verdadera zorra no era Alice sino su supuesta amiga. —Si eres su amiga ¿Por qué dijiste esas cosas? —agarré el cuello de su camisa y ejercí mucha presión. Incluso una plebeya tiene problemas para conseguir amigos. No es solo algo del primer mundo, también eso afecta al tercer mundo.

—Es porque ella me robó de ti —susurró aquella maldita chica. Ni siquiera debí estar ensuciando mis manos tocando ese intento de mujer. Así que la empujé viendo como ella caía al suelo. No debería ni siquiera desperdiciar mi tiempo. Mientras me marchaba sentí que alguien me detuvo sosteniéndose de mi pierna para luego subir y abrazarme por la espalda.

Esto es tan repugnante.

—No te vayas, por favor —suplicaba la mujer con desesperación mientras manchaba mi camisa de sus patéticas lágrimas.

—Quita tus manos de encima —exigí mientras me soltaba del agarre de aquella mujer que no conocía su nombre y tampoco me interesaba en lo más mínimo. El solo estar en el mismo cuarto con ella me daba nauseas.

— ¿Por qué te puede gustar una plebeya como Alice? ¿Por qué te gusta ella y yo no? ¡¿Qué es lo que ves en ella? —me tomé la libertad de ignorarla y seguir mi camino hacia la salida. Responder eso era bastante estúpido.


"No, no es cierto Andrew. Algo anda mal"

"¿Cómo eso puede estar mal? Incluso hay fotos para comprobarlo"

"No lo sé, pienso que alguien me drogó"

Fui obstinado y me dejé llevar por la primera impresión que vi. Esa mujer había armado toda una artimaña para deshonrar a Alice. Toda la escuela la juzgó, incluso yo.

Y me arrepiento de eso. 


NATHAN COLEMAN EN MULTIMEDIA

KATHERINE PIERCE

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