Perfección
Ana respira hondo, toma aire
y comienza el baile.
Primera posición,
piernas juntas,
pies en dehors.
«Eres una puta»
Se alzan sus brazos,
se pone de puntillas
y comienza a girar;
su mirada permanece fija
en el espejo, en esos ojos que, tiempo atrás,
lucieron tristes, culpables, teñidos de morado.
«Perdóname. No volverá a pasar»
Gira y gira, tomando impulso
para un sempiterno fouetté.
Ana no teme marearse y caer;
ya muchas veces cayó,
muchas veces deseó
desaparecer del mundo,
mas eso nunca ocurrió.
«No puedo vivir sin ti;
si me dejas, moriré»
Ana a su eterna pirouette pone fin,
respiración entrecortada;
se agarra a la barra,
demi plié, plié.
Sus muslos separados
por las invisibles manos del pasado,
esas que a base de falaces caricias
la doblegaron,
sometida
a ese burdo disfraz de amor;
a la desdicha la condujeron
cuando en sus verdugos se convirtieron,
génesis de lágrimas y dolor.
Un tsunami que amenazaba
con aplastarla,
acabar con ella, arrastrarla
a las oscuras profundidades,
ahogarla en una amalgama
de reproches, complejos, tormentos y pesares.
Tentáculos acuosos que querían atraparla,
a ella, mariposa de indómito fuego,
apagarla.
Casi lo consiguieron:
sus vivaces llamaradas
prácticamente se extinguieron...
pero, de los rescoldos y cenizas,
sus ígneas alas resurgieron.
Ya no más gritos en silencio
varados en su cuello,
no más desconsuelo,
no más odio a su imperfecto cuerpo.
Todo eso comenzó a esfumarse
con el primer aleteo
con el que Ana alzó el vuelo;
sí, Ana voló, voló lejos.
Ahora también vuela:
etéreas caricias de sus piernas
en el aire;
jeté, grand jeté
y, con un suspiro, expira el baile.
Inundada por recuerdos añejos,
un sudor gélido perlando su cuerpo
y una decidida hoguera calentándola por dentro,
Ana pone fin a su ensayo
y va a tomar un baño
que borre de su piel
las caricias y golpes del pasado.
~ ~ ~
Está frente al espejo,
pretérito enemigo,
antediluviano indicador de defectos:
en su rostro,
en su cuello,
—libera su melena del constreñido encierro—,
en las cicatrices de su pecho,
—su piel se despide
de la sedosa crisálida que la reprime—,
en las estrías que surcan su cuerpo
y la llenaban de complejos...
Pero eso era antes,
antes de aceptarse,
antes de quererse;
ahora, y por siempre,
Ana se quiere.
Entra a la ducha sin dejar de observar su reflejo,
el agua comienza a caer, mojando su pelo.
Está fría, muy fría;
su respiración se agita,
su piel se eriza,
su espalda se arquea,
la espuma en sus dedos, en sus yemas,
la incita, la excita.
Sus jadeos rompen el silencio acuoso,
sus manos emprenden
un recorrido tortuoso
por sus pechos y su vientre
hasta que sus dedos se pierden
en las profundidades de lo indecente.
Reposa su espalda en la fría pared
que arde al contacto con su ardiente piel
cuando en su interior se desencadena
un tórrido verano
y su subsiguiente primavera,
una que quema
cualquier resquicio de conciencia;
solo son su reflejo y ella
y el vapor del agua en ebullición
por su placer,
por su descontrol,
por ese instante infinito
de húmedo solipsismo
y ardiente perfección.
Ana, mujer imperfecta y bella,
cuerpo caldeado por lujuria sin control,
fémina saciada.
Ana, perfecta para ser amada;
pero ella sabe que es mejor estar sola a mal acompañada.
No volverá a cometer el mismo error:
sus zapatillas, mientras baile,
serán las únicas que dolor le causen,
pues para ser feliz,
no necesita más que su propio amor
y de sus caricias no debe ser dueño nadie
si lo que pretende con ellas
es causarle dolor.
• • •
Primero: me encanta como me ha quedado esta última parte, con tantas metáforas (el poema en sí es casi una alegoría); me gusta sobre todo la de las cicatrices en el pecho, tanto en sentido figurado como literal... Nada, cosas mías XD
Segundo: Por si no había quedado claro, este es un poemario reivindicativo del Amor, sí, con mayúscula, por qué no. Ya en el anterior poema puede verse que este sentimiento se da, lógicamente, en cualquier edad, no solo cuando se es joven. Antes también tenemos el surgimiento del amor tras una pasión desbocada o el deseo puro, atracción primaria, entre dos desconocidos, un encuentro en el que la figura femenina se muestra activa, no solo recibiendo placer, sino prodigándolo, tomando la iniciativa en el acto sexual, dando y recibiendo. Y todo eso está de puta madre.
Y con este poema voy mucho más allá. Si el amor te provoca dolor, aléjate porque no es amor (no estoy hablando de rollos sadomasoquistas, ya me entendéis XD).
Ni caso a los emoticonos, que esto es más que serio.
Una relación de maltrato tanto físico como psicológico (efectivamente, cosas tan 'bonitas' como "no puedo vivir sin ti" no son más que una especie de chantaje emocional: en primer lugar, la felicidad no debe depender exclusivamente de la presencia de otra persona en nuestra vida y tampoco debe utilizarse una frase así para que alguien permanezca al lado de otra persona -tal vez me estoy pasando un pelín de extremista, pero me da igual-; sin olvidar los insultos, los reiterados arrepentimientos vacíos, el maltrato físico); odiarse y volver a quererse a un@ mism@, aceptando y amando nuestros 'defectos'; todo eso he tratado de plasmar en este poema, mezclándolo con el nombre de cuatro cosas de ballet que me ha enseñado mi querido San Google.
En fin... El mensaje de este poema sería NO a las relaciones tóxicas, al "amor" que no es amor, y SÍ a amarnos como somos: perfectamente imperfectos e imperfectamente perfectos (medio trabalenguas que me acaba de salir XD).
A continuación, unas imágenes en relación a este poema (ya recorté todo lo que había que recortar para que no pueda ser considerado "contenido prohibido" por mi querido Wattpad):
Y, para que nadie se me queje, esta sería la versión masculina ;P 👇
De hecho, este poema sería igualmente reivindicativo (o incluso más, quién sabe) con un hombre que bailara ballet como protagonista. Pero, la historia de Ana es la que he escrito, y así se queda.
Por cierto, igual os parece un poco rebuscado (y, de hecho, no iríais muy desencaminados), pero tal vez, y solo tal vez, quien maltrataba a Ana no era sino una "enfermedad personificada": la anorexia, conocida como 'Ana' ('Mia' es la bulimia). ¿Muy rebuscado? Pues igual sí, pero si consigo que os rayéis un rato, me doy por satisfecha XD
A otra cosa, mariposa.
Este poemario trata de arte, así que aquí va una muestra de fusionar dos artes: pintura y danza.
👆 Pinturas de Leonid Afremov; esas pinceladas superpuestas (no me hagáis caso, que no entiendo ni papa) me parecen sencillamente geniales. Os animo a cotillear un poquito su obra, tiene cosas preciosas ♡
Y, por último, las fotos que me sirvieron como "disparador creativo" para este poema (sobre todo la primera):
Fin de esta infinita nota de autora XD Cambio y corto.
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