Valiente

"¡...y ese fue el mejor día de mi vida, cuando cantaste en ese evento de caridad!"

Entonces, un sonido estridente hizo eco en el hospital.

"¡¿Qué fue eso?!", exclamó el rubio asustado, causando revuelo en toda la sala de espera del hospital.

"¡No lo sé, vamos!", dijo la enfermera, corriendo por los pasillos, seguida por el cantante rubio, el asistente del mismo y los dos grandes guardaespaldas.

El ojigris aceleró el paso, adelantando a la enfermera, y a los demás. Tenía un muy mal presentimiento, sabía que su chico estaba en problemas.
Corrió tan rápido como sus piernas daban, hasta llegar a la habitacion de la madre de Freddy.
No perdió el tiempo y abrió rápidamente la puerta. Lo que sus ojos vieron lo dejaron impactado.

La habitación completa estaba cubierta de hielo grueso. Hacía un frío infernal allí, con montones de nieve por donde observaras.
La figura de un hombre alto, con una cuchilla en la mano, en una posición de ataque, completamente congelado, quieto como estatua, atrapado por el hielo.

En un rincón, donde la hoja afilada del hombre apuntaba, había un joven castaño de ojos azules cubierto en sangre, aparentemente en estado de shock. Su mirada estaba fija en el suelo, con la respiración agitada. Uno de sus brazos apretaba su hombro desangrado con la poca fuerza que le quedaba, mientras que el otro brazo, lo mantenía extendido en dirección al hombre cubierto de hielo.
Como si estuviese congelado igualmente, estático se mantenía, con la mirada perdida, sin importarle la cantidad de sangre que estaba perdiendo.

"¡Oh por Dios, FREDDY!", gritó a todo pulmón el rubio desesperado, corriendo a toda velocidad a socorrer al castaño. En seguida, como pudo al estar cerca del ojiazul, examinó la herida. Se veía bastante grave, pues era profunda, y para que decir que se estaba desangrando muy rápido.

"¡AYUDA!", gritaba angustiado el ojigris, a la vez que intentaba hacer reaccionar al castaño, quien seguía con su mirada fija al suelo. Por un momento lo creyó muerto por su falta de movimiento, pero el brazo extendido hacia el hombre congelado le decía que no.

Entonces, llegó la enfermera seguida de los dos guardaespaldas y el asistente del rubio.
Inmediatamente, la mujer entró en pánico.

"¡Ay por Dios! ¡Llamen a la policía!", gritaba desesperada la enfermera hacia los tres adultos detrás de ella, a la vez que corría hacia el joven herido, "¡Necesitamos un paramédico ahora!"

"Resiste, Freddy...", lloraba el rubio, sin obtener reacción alguna del contrario.
Instintivamente, lo abrazó con todas sus fuerzas, manchándose de sangre.

"¡Ayuda a detener la hemorragia mientras llamo a los cirujanos de emergencias!", le decía la enfermera, a lo que el ojigris obedeció y con todas sus fuerzas apretó la herida de su enamorado.

El brazo extendido del ojiazul cayó al suelo sin fuerzas, mientras que la mirada del mismo seguía fija en en suelo, "Por favor, resiste Freddy...", le insistía el cantante, "...Resiste solo un poco más..."

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Las sirenas de las patrullas de la policía era lo más fuerte que se escuchaba en el barrio del hospital. Varios vecinos salieron de sus casas para averiguar que era lo estruendoso que no dejaba dormir a nadie.
Tanto policías, detectives y médicos rodeaban el edificio.

Con varios asistentes, pudieron sacar al hombre pelinegro hecho hielo, metiéndolo en las patrullas, llevándoselo detenido.

Habían varios detectives tomando declaraciones a todos los testigos del asalto. A las enfermeras de turno, a los médicos de emergencias, a los dos guardaespaldas, al asistente del famoso The Golden Boy, al mismo cantante, y en especial, a la víctima del ataque.

Freddy yacía sentado en la parte posterior de una ambulancia que estaba de turno, sus pies colgando de ella. Una manta cubría su cuerpo, y una gran venda cubría su recién intervenida herida, que para tranquilidad de todo el mundo, no fue nada grave.

Bebía una taza de café que las enfermeras le habían servido después de su rápida intervención quirúrgica, a la vez que los detectives tomaban nota de su relato.

La mirada del chico Alium seguía perdida, fija en su taza de café, sin siquiera mirar a los detectives que lo interrogaban.
Seguía en shock, y bueno, ¿lo culpan?

Una vez más burló a la muerte, gracias a sus atinados impulsos. Su propio padre nuevamente intentó asesinarlo.
Los doctores que operaron la herida del joven Alium explicaron que él no murió desangrado debido a que el mismo hielo del chico ayudó a la coagulación de la herida. El mismo poder que lo llevó casi a la muerte, lo salvó.

No sabía si quiera como reaccionar a ello.

Él tan solo deseaba volver al internado, y olvidar todo lo que había ocurrido. Quería estar en su habitacion, acostarse en su cama, que su cuerpo se fundiera en aquellas sábanas blancas que lo abrazaban cada noche y simplemente dejarse vencer por los poderes del dios Morfeo.
Nada más que un sueño, algo que le ayudase a huir de su cruda realidad.

Sin embargo, después de todo lo que enfrentó, ¿realmente quería seguir huyendo?

¿Seguir huyendo siempre de sus problemas como un cobarde?

"...Muchas gracias, joven Fazbear", comentó uno de los detectives, cerrando su libreta de notas, "No más preguntas"

"Gracias, oficiales", respondió el castaño con un tono neutral, aun siquiera levantar la mirada.

Los detectives se retiraron, dejando nuevamente solo al ojiazul. Nada más que él y sus pensamientos. Hasta que en algún momento...

"¿Freddy...?"

El castaño levantó la mirada por primera vez esa noche, cuando reconoció la voz de su compañero llamándolo.

"Hola, Golden...", la misma voz sin vida habló nuevamente.

"¿Cómo estás?", le preguntó el rubio, dando un pequeño saltito para poder tomar asiento junto a su compañero en la ambulancia. El castaño bajó la mirada nuevamente, suspirando. Dejó la taza de café de lado, pues ya no quería seguir bebiendo de ésta.

"Mi propio padre estuvo a punto de matarme... Por segunda vez", susurró el ojiazul, jugando con sus manos, "¿Cómo crees que estoy?"

El ojigris suspiró un tanto avergonzado, "Supongo que no muy bien..."

Freddy no contestó, se limitó simplemente a seguir jugando con sus dedos con la mirada baja, creando una atmósfera un tanto incómoda para los dos Aliums.
Su cabello castaño largo caía sobre su rostro, encubriendo su pesar reflejado en sus ojos.

"¿Cómo está tu hombro?", preguntó nuevamente el rubio, rompiendo el silencio que había entre los dos.

"Duele... Duele mucho", contestó el ojiazul, masajeando su hombro herido a través del vendaje, "Los doctores dijeron que tardará meses en sanar completamente... Pero al menos estoy vivo"

Golden fijó su mirada en el chico junto a él. Examinó con mucho detalle su cuerpo, evitando sonrojarse.
Le parecía admirable que ese muchacho haya vívido todo un infierno, y él siguiera viéndole el lado positivo a las cosas. Cualquier persona se dejaría vencer por aquello que vivió, pero él no. Él se mantenía de pie, aunque sus piernas temblasen por falta de fuerza, aunque su espíritu lo hundiera aún más. Él seguía con la cabeza en alto, y a pesar de todo lo que a él le había ocurrido, no se dio por vencido.

No cualquier persona sería capaz de eso, y el rubio no iba a dudar dos veces y hacerle ver a su amigo lo mismo que él en él.

"Eres increíble...", suspiró sonriente el ojigris, un tanto sonrojado.

"¿Qué?"

"Me refiero que a pesar de todo lo que has vivido, no te dejas derrumbar", siguió sonriendo el menor de los dos, "Eres un chico realmente valiente"

El castaño, en cambio, solo bufó, "¡Claro que no! Yo soy todo menos valiente"

"¿De qué hablas?", le respondió Golden, cambiando su expresión a una afligida.

Freddy solo suspiró, y levantó su mirada nuevamente para conectarla con la del rubio.

"Yo no soy un chico valiente, como crees, quien enfrentó a ese hombre ni siquiera fui yo", hablaba con voz quebradiza el ojiazul, "Si no fuese por Fred, yo estaría muerto, ¿qué no lo ves?"

El ojigris estaba a punto de argumentar eso, cuando el castaño lo interrumpió.

"Y no me vengas con que Fred y yo somos la misma persona y eso, porque no es lo mismo", decía el ojiazul, "Fred siempre ha sido el coraje que nunca tuve, si no fuera por él, te juro que yo no estaría aquí"

"Freddy...", habló con serenidad en cantante, "Tú sabes que eso no es cierto... Fred podía haber ayudado, pero al fin y al cabo tú fuiste quien te salvó"

Silencio.

"Supongo que tienes razón... En cierta parte...", suspiró el ojiazul, aún cabizbajo, "...eso me hace sentir peor"

"P-Pero, ¿de qué-"

"Ni siquiera sé porqué aún estoy vivo", frunció el ceño el mayor, "Soy tan cobarde que ni sé como es que hice lo que hice"

"¡Freddy!"

"¡No, basta, ¿sabes?!", exclamó molesto el castaño. Pero no molesto con Golden, sino molesto con si mismo, "¡Estoy cansado de vivir con miedo!"

El rubio se quedó atónito. Quería contradecir lo que su compañero decía, pero tenía miedo de decir algo equívoco que provocaría más la rabia interna que el mayor contenía.

"Estoy harto de siempre estar sucumbido en mis propias pesadillas todo el tiempo y huir siempre de ello, evadirlo... ¡Como un cobarde!", el ojiazul exclamaba frustrado, "¡Como el cobarde que soy! Fred tiene razón, no soy capaz de sobrellevar esto"

"Freddy, no hables así de ti", el rubio se quejaba.

"Golden... ¿Es qué no lo entiendes?", suspiraba el castaño, con muchas ganas de llorar, pero sin embargo, ni una sola lágrima saliendo de sus ojos, "¡Estoy cansado de mi cobardía! ¡Quisiera ser capaz de subirme a un escenario, solo, y hacer lo que más amo frente a todo un público! ¡Quisiera poder entablar una plática decente con gente nueva que nunca antes le haya hablando sin tener que tartamudear como imbécil! ¡Quisiera ser capaz de mirarte a los ojos, tomar aire, sonreírte y decirte lo mucho que me gustas a la cara!"

El ojigris se sonrojó por completo ante las palabras del mayor, y su corazón comenzó a latir extremadamente rápido. No sabía si lo que había escuchado era real, o si tan solo fue su deseo de escucharlo, pero realmente estaba emocionado de haberlo oído.

A pesar de todas las sensaciones que recorrían su cuerpo por las palabras del castaño, decidió ignorar aquello unos momentos y atender la crisis que expresaba su compañero.

"P-Pero no...", continuó el ojiazul, completamente sonrojado de igual forma, "...en realidad no soy capaz de hacer esas cosas, solo de soñarlas... No soy el héroe que dicen que soy por atrapar a ese desquiciado, no soy el chico fuerte que creen que soy... Y-Yo... Soy solo un cobarde..."

El rubio observó detenidamente a su enamorado, antes de suspirar frustrado. Freddy no veía en si mismo el chico que Golden veía en él.

"Freddy...", comenzó el cantante, "...sé que sonará muy cliché, pero es la verdad... Los héroes no son aquellos que no tienen temores y que se lanzan a la vida por salvar a otras personas, esos son solamente los superhéroes de los comics. Los verdaderos héroes son las personas que tienen mucho miedo, pero que son capaces de afrontarlo por ayudar a un ser querido, o por ayudarse a si mismo... Eso es verdadero héroe"

El castaño bajó la mirada, bastante sonrojado.

"Es normal tener miedos, todos los tenemos, pero no todos somos como tú", continuó el rubio, "No todos somos capaces de enfrentar esos miedos que nos acomplejan tanto. Haz logrado cosas que no cualquier persona lograría, y eso es digno de admirar. Da igual si lo hiciste solo o con ayuda de otra personalidad o de tus amigos, lo importante es que lo hiciste... Como un verdadero héroe"

Freddy levantó la mirada para poder al chico que lo hacía sonrojar a los ojos. Sus palabras hacían que su corazón se llenara de orgullo.

"No eres un cobarde, Freddy", siguió hablando el rubio, acercando su rostro al del más bajo, aprovechando sus miradas conectadas, "Eres muy valiente, no por no tener miedo, sino por tenerlo y aun así aventurarte"

Por fin, después de una noche llena de horrores y tragedias, una lágrima se deslizó por la mejilla del castaño. No era una lágrima de tristeza o pesar sin embargo, era una lágrima de felicidad. Se sentía realmente bien después de todo lo que le había dicho su compañero.

"G-Golden", rió a través de las pocas lágrimas que caían de sus ojos, "N-No soy como tú dices"

"¿Qué no? Dime, ¿quién fue el chico que subió al escenario el día del evento nocturno y en el festival de primavera a cantar? ¿quién fue el chico que hizo las paces con Mangle, con Oxy y Onnie, después de que lo odiaban a muerte? ¿quién fue el chico que dos veces no se dejó vencer y evitó que su padre lo asesinara? ¿quién es el chico que a pesar de todo lo que ha vivido sigue aquí, deslumbrando con su sonrisa? Dime quién es ese chico, ¿eh?"

El ojiazul sonrió sonrojado, limpiando las lágrimas de sus mejillas. Sintió por primera vez en su vida, su pecho tibio. Su corazón de hielo se derretía lentamente.

"G-Gracias, Golden..."

Ambos Aliums iban a cerrar la distancia en un tierno abrazo, cuando la voz de una mujer recién conocida los interrumpió.

"Joven Fazbear", llamó la enfermera de turno de hace un rato, acercándose al par sentado en la ambulancia, "Estuve con el doctor Mike Schmidt hace poco, el doctor a cargo del caso de su madre, y me dijo que ella está haciendo gran progreso con el tratamiento"

"¿Entonces...?"

"Despertó del coma, su madre se recuperará", sonrió la enfermera, siendo respondida por un fuerte abrazo del joven castaño.

"G-Gracias", sollozaba el ojiazul en el pecho de la mujer, "D-Digale muchas gracias al doctor Schmidt de mi parte"

La enfermera sonrió, le aseguró que cumpliría con su petición y luego se retiró, dejando nuevamente al par de Aliums solos.

El ojiazul sonrió ligeramente, tomando asiento otra vez en la ambulancia, limpiando las lágrimas recién derramadas. Miró a su amigo, quien estaba absolutamente sonrojado, y suspiró.

"Tal vez... La vida empieza a sonreirme...", comentó el castaño al ojigris junto a él. El cantante le sonrió de vuelta, tratando de evitar su sonrojo, "...Tienes razón, supongo. Pero hablo en serio cuando te digo, que ya no dejaré que mis miedos me controlen... Estoy cansado de huir siempre, creo que es hora de afrontar las cosas con valentía, ¿no? Supongo que si pude lidiar con ese hombre desquiciado, podré con cualquier cosa"

"¡Así se habla!", animó el rubio, abrazando fuertemente al castaño, "¡Eres muy valiente!"

"¡Ah, ah! ¡Golden, mi hombro!"

"¡Lo siento, lo siento!", se disculpó el menor, rápidamente separándose del abrazo. Eso solo causó cierta risa de parte del ojiazul.
Fue cuando el cantante vio el momento perfecto.

"Hey... E-Eh... Bueno, sabes que debemos volver al internado y cuando lo hagamos estaremos en problemas...", comenzó el rubio, nervioso rascándose la nuca, "...y bueno, supongo que no importará la hora que volvamos allá, así que... E-Eh... ¿P-Por qué no vamos a comer algo? ¿Qué tal pizza? ¡O Spaguetti! ¡O ambas! Ya sabes, para relajarnos un poco después de todo esto, y-yo invito..."

El ojiazul sonrió de oreja a oreja, con un notable sonrojo en sus mejillas.
¿Estaba invitándolo a salir?

"¿Sabes qué?", decía él, a la vez que bajaba de la ambulancia de un saltito, con una sonrisa radiante, "Sí quiero"

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¡Solo queda un capítulo y terminamos!

Y luego el epílogo.

Hasta ahora, no hay planes de una segunda temporada.

En estos momentos tomo la postura de quien yo misma critiqué por su decisión, pero que ahora comprendo claramente.
Alex Hirsh; quien dice que toda historia tiene un final y no puedes forzar a que haya más que contar cuando la aventura ya terminó.

Bueno, pero no hay nada confirmado aún.
(Crucen los dedos)

Por fin brilla el sol para nuestro pequeño protagonista.
Ya era hora, ¿no?

Bueno, espero actualizar pronto.

Nos leemos, chicos.

-Natta

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