Los Sueños, Sueños son [Parte 3]
"¡Freddy, Freddy!"
"Vamos pequeñín, despierta"
"¡Por favor despierta, cariño!"
El joven Alium escuchaba a lo lejos voces que lo llamaban. Sentía un fuerte dolor de cabeza, y su garganta le ardía un montón.
Trató de abrir sus ojos, con cuidado para no cegarse con la luz, y aclarar su vista. Lo primero que vio fue el techo de la oficina donde recordaba que se había desmayado, acto seguido de ver a su madre mirándolo afligida y a la enfermera junto a ella.
"¿Mamá...?"
"¡Freddy, gracias al cielo que estás bien!", exclamó la mujer aliviada, abrazando con todas sus fuerzas a su pequeño, derramando varias lágrimas en el proceso.
Freddy seguía sin poder moverse, pues aún estaba un poco mareado y confundido.
La ojiambar sollozaba mientras acariciaba las mejillas de su bebé, feliz de que no haya salido herido.
"Señora, Fazbear", llamó un hombre alto y esbelto, que Freddy podía distinguir como un guardia del internado, por el uniforme que llevaba, "¿Se encuentra bien el joven?"
"Por suerte, él está bien", sonrió la castaña, logrando ver como su hijo trataba de sentarse con ayuda de la enfermera, pues seguía tumbado en el suelo, "¿Pudieron atraparlo?"
El hombre bajó la mirada, "Lamentablemente, huyó antes de que pudiésemos alcanzarlo", la mujer se estremeció, "Ya llamamos a la policía para que ellos se hagan cargo, ya que fuera del internado, va más allá de nuestros límites"
La ojiamarilla asintió comprensiva, "Entiendo, muchas gracias por sus esfuerzos"
El castaño lentamente se incorporó, tratando de hacer memoria de los acontecimientos anteriores a su desmayo. Un escalofrío recorrió su cuerpo, algo raro para él pues, él nunca sentía frío. Sin embargo, no era el frío el que causaba esos espasmos musculares.
Sintió un miedo enorme, un miedo que jamás había sentido en su vida cuando esas horribles imágenes volvieron a su mente.
Estuvo al borde de la muerte, gracias a su propio padre que recién había conocido hace unas horas.
Lágrimas amenazaban por salir otra vez, después de que sus mejillas se habían secado. Elisa pudo percatarse de eso, y enseguida abrazó nuevamente a su osito bebé, acariciando sus cabellos suavemente, como ella sabía hacerlo. Casi inaudiblemente, la castaña le comenzó a cantar cierta canción que cuando era más niño siempre le cantaba cuando algo malo le pasaba en la escuela, u otros niños lo molestaban por ser diferente.
Las lágrimas seguían deslizándote por el rostro del más joven, quien lloraba en silencio. Seguía repitiendo aquellas escenas en su memoria, una y otra vez, y por más que intentara olvidarlas no podía.
Fred, igualmente estaba shockeado. Intentaba siquiera procesar lo que había pasado pero volvía a caer en la inestabilidad. No entendía como pudo haber pasado esto, y como es que no atinó a ayudar a Freddy en su debido momento. Se había paralizado del miedo.
Se sentía un idiota en grande.
Varios minutos pasaron, y madre e hijo seguían en la misma posición. El director se había enterado de la situación y pidió hablar con los Fazbear, mas la enfermera le pidió que los dejara solos unos momentos. Freddy estaba muy vulnerable en ese momento.
"¿Estás mejor, cariño?", le susurró la castaño a su hijo suavemente para no alterar la paz del muchacho.
Freddy no hizo más que asentir en silencio, mientras secaba sus lágrimas.
"Muy bien", dijo ella acariciando las mejillas del más joven. Freddy seguía sin levantar la cabeza, y su mirada inexpresiva estaba preocupando a su madre. Bueno, no es como si después de los acontecimientos uno pueda estar contento de nuevo, como si nada.
"¿Cariño...?"
"Mamá...", habló por fin el chico de ojos azules, "...Quiero respuestas"
Elisa solo suspiró. Esperaba que este día nunca llegaría, y creyó ilusamente que jamás tendría que afrontarlo, "¿Qué quieres saber?"
"¡Todo!", exclamó Freddy indignado, "¿¡Qué acaba de pasar!?"
"Es que... ¿Por dónde empezar?"
"Desde el comienzo..."
La castaña sintió un escalofrío cuando escuchó esa voz. Miró los ojos de su hijo para encontrar sus típicos ojos azulados. La mujer se frotó los brazos en un intento de generar calor a su cuerpo, y evitar el nerviosismo. Tanto Freddy como Fred observaban atentos todos sus movimientos, ansiosos por respuestas.
"Freddy...", comenzó ella con un largo suspiro rendido, "...Cuando yo conocí a tu padre, ambos nos enamoramos perdidamente uno del otro. Bueno, ya sabes esa historia. Nos casamos y quisimos tener un hijo.
Verás, yo estaba tan enamorada que nunca pensé en los defectos de tu padre, que tal vez era demasiado agresivo, clasista, racista, entre muchas otras cosas.
Pero hasta que nos casamos que no había querido hacer caso.
Todo bien, de cierta forma aprendí a tolerar esos defectos. Así fue hasta que te tuvimos a ti.
Verás, tu padre tenía un amigo, Henry. Era su mejor amigo, y por mucho tiempo se mantuvieron unidos. Hasta que tu padre descubrió que Henry era un Alium. Él mismo se había decidido a contárselo, porque por fin sentía la confianza suficiente en tu padre como para contarle su más profundo secreto...
Pero... Tu padre es un Aliufóbico de primera...
No solo les tiene miedo y desprecio, les tiene una ira enorme. Quien sabe porqué. Para él, los Aliums son monstruos que deben ser exterminados, todos y cada uno de ellos..."
Freddy se quedó paralizado, "¿Y-Y qué pasó con Henry?"
La voz de Elisa comenzó a tiritar, "Tu padre lo asesinó"
Ambas personalidades quedaron atónitas ante las palabras de su madre. Freddy no podía creer lo que oía. Fred quedó nuevamente sin palabras, con dificultad para procesar.
"Cuando tu tenías 7 meses, la policía llegó a la casa a buscar a tu padre", la ojiambar continuó con su historia, "Él fue preso por homicidio en segundo grado, y fue sentenciado a 20 años de prisión.
Yo estaba más que shockeada cuando eso pasó, y definitivamente iba a ser para ti difícil comenzar a reconocer a tu padre cuando él estaba preso. De todas formas, no estaba en mis planes alejarte de él, ya que era importante para mi que tuvieses un padre presente en tu vida, y si era necesario, te llevaría a la cárcel para que pudieras verlo.
Hasta que noté que tu piel era muy helada para ser un bebé, y te llevé al médico angustiada. Fue cuando descubrieron que eras un Alium.
¿Crees qué dejaría que ese loco supiese que su hijo es un Alium?
Fue cuando decidí sacar a ese hombre de nuestras vidas para siempre, para protegerte"
"Y por eso me dijiste que él había muerto...", entendió el castaño, completamente atónito.
"No podía permitir que ese loco te lastimase", la ojiamarilla insistió, "Nos cambiamos de casa, boté todas sus pertenecías y fotos que tenía de él. Lamentablemente, también corté relaciones con la familia de Henry, pues quizás cuando fueses un poco más mayor te enteraras de lo sucedido.
Yo sabía que ese hombre algún día saldría de la cárcel, pero no pensé que sería tan pronto.
Cuando supe que había salido 4 años antes por buena conducta, supe de inmediato que vendría a buscarte, porque a pesar de todo, el siempre te amó y fue un buen padre contigo... Los 7 meses que te cuidó, claro"
Freddy seguía paralizado, su cuerpo no quería reaccionar. Habían tantas cosas que daban vueltas en su mente que ya no sabía como reaccionar.
"Habían dos opciones...
Que al enterarse de que eres un Alium, sintiera compasión porque eres su hijo y te amaría de todas formar.
O que te terminase odiando, y al ser hijo, pensaría que eres una deshonra y bueno... pasara lo que acaba de pasar...
Obviamente la segunda opción era la más lógica, porque conozco a William, y yo sé hasta donde está dispuesto a llegar por librarse de los Aliums"
Freddy dejó escapar un largo y tedioso suspiro, llenó de tristeza y decepción.
El padre que siempre soñó, terminó siendo un Aliufóbico homicida que intentó asesinarlo.
Nada más podía empeorar su vida. Hubiese preferido quedarse con el padre muerto.
Esto es increíble...
No puedo creer que esto esté pasando... ¿¡Por qué a mí!?
Y-Yo no lo sé... Es lo que nos tocó vivir...
Las lágrimas de antes volvieron a aparecer, y cayeron una y otra vez más. No podía dejar de pensar en William. Por lo que describía su madre, y con lo poco que pudo conocer de él, como padre era tal como él lo imaginaba en sus sueños.
Desearía que todo hubiese sido un sueño, realmente en ese momento peñiscaba sus brazos para ver si por el dolor despertaba.
Él despertará, sí, despertará en su cama, con todo su cabello revuelto y despeinado, su boca seca y su almohada babeada. Él despertará y Golden le dirá algún comentario despectivo que le molestará y entonces empezarán a pelear de nuevo. Él despertará y se sentirá aliviado de que solo fue un sueño, una pesadilla.
Pero no era así...
Genial, ahora su sueño imposible de ser un chico normal con una familia perfecta parecía aún más imposible. Todas sus pequeños momentos de felicidad que recordaba sentir en sus sueños, se fueron a la mierda en ese momento.
Él amaba esos sueños, pero no quería tenerlo nunca más.
Quería olvidar, olvidar toda la mierda que ha vivido. Quería olvidar todo lo malo que ha pasado. Todo lo odioso que ha soportado.
Su espíritu se iba a dar por vencido, pues jamás pensó que alguna gota rebalsaría el vaso. Pero lo que le pasó fue demasiado fuerte como para dejarlo en vano. Ya estaba cansado de fingir tener una vida feliz cuando no era así.
Fred, que podía escuchar todos sus tristes pensamientos, le insistía en que no se rindiera, que él era un chico fuerte que había sabido sobrellevar todo lo malo que le acontecía.
Pero Freddy simplemente, estaba cansado de ser fuerte.
"Ejem...", la voz de quien claramente reconocía como el director, interrumpió sus pensamiento, a igual que a los de su madre, "Señora Fazbear, necesito que firme algunos papeles, por si esta situación llega a temas judiciales"
"Sí, claro", habló calmada la mujer, sin dejar de mirar a su pequeño retoño. El pobre seguía con la mirada perdida, botando las últimas lágrimas que le quedaban. Si no murió a manos de su padre, tal vez muera ahora por deshidratación.
"Aun no puedo creer que hubo en esta oficina un intento de homicidio", comentó en voz baja el director, para que la mujer fuese la única en escuchar.
"Yo tampoco puedo creerlo", contestó la mujer, "Estoy muy preocupada por la seguridad de mi hijo"
"No se preocupe, señora Fazbear, su hijo está seguro aquí adentro", habló el hombre mayor, "Tomamos la seguridad de los alumnos muy enserio, y resguardamos las entradas para que nadie pueda entrar ni salir sin identificarse. Mientras él esté aquí adentro, nada malo le va a pasar"
"Bien, porque ese loco está suelto en las calles, y yo no me quedaré tranquila hasta que esté preso nuevamente y se pudra en la cárcel", habló Elisa con veneno en la voz.
Siempre se le advierte a la gente, que no toquen a la crías de una mamá osa.
"¡Mamá espera!", exclamó el joven Alium, por fin siquiera hablando, levantándose del suelo para quedar a la altura de su madre, "Ese hombre está libre allá afuera, yo-"
"No te preocupes, cariño", calmó la castaña con una suave caricia en la mejilla de su bebé, "Estarás a salvo en el internado"
"¿Pero que hay de ti?", preguntó angustiado el ojiazul, ya que tenía mucho miedo por lo que ese hombre era capaz, "No quiero que ese enfermo te lastime"
La mujer sonrió tiernamente, depositando un dulce beso en la frente de su hijo, "Yo estaré bien, cariño"
"Eso no lo sabes", dijo el muchacho, muy nervioso, "¿Qué pasará si viene por ti después?"
"Freddy, no te preocupes por mi", dijo suavemente la ojiamarilla, "Yo ahora iré a poner una denuncia a la policía para constatar lesiones y poner una orden de alejamiento si es posible"
El castaño seguía igual de angustiado. Nervioso comenzó a jugar con sus pulgares, sintiendo como todos los adultos presentes le observaban preocupados.
El azabache en la mente del ojiazul guardaba silencio absoluto. No tenía ganas de hablar, ni tampoco si quiera de pensar. Todo lo que vivieron, más los terribles pensamientos de su otra personalidad, lo hacían sentirse tan abatido al punto de ni siquiera saber del mundo.
Sabía que Freddy lo necesitaba en ese momento, pero ¿cómo podría ayudarlo si ni siquiera él estaba bien?
Prefería calmar su mente un poco antes de pensar o decir cualquier cosa, ya que no era el momento más adecuado para meter la pata.
"Eh... Joven Fazbear...", llamó el director al muchacho sumado en la angustia, "¿Qué tal si le muestras a tu madre el internado? Estoy seguro de que le encantaría conocerlo"
"¡Oh, sí! Es una maravillosa idea", exclamó contenta la mujer, porque así Freddy distraería su mente de todo lo ocurrido esa tarde, "¿Qué dices, cariño?"
El joven Alium levantó la mirada lentamente hacía su madre, con una expresión depresiva. Dio un largo suspiro, tratando de botar su pena y angustia, "De acuerdo, vamos"
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ESPECIAL, PARTE 3
FIN DEL ESPECIAL
-Natta
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