Capítulo 22

— ¡Midoriya!

El grito de Hatsune fue lo primero que escucho antes de ser atacado por ella. En la entrada de su casa, la chica de cabello rosado lo abrazo y apretó con todas sus fuerzas, casi dejándole sin respiración. Gritaba, lloraba y lo sacudía por el estrecho pasillo de su departamento. Midoriya nunca espero que tuviera tanta fuerza y, tampoco, que le tuviera tanto afecto. Se sintió conmovido y se aguanto las ganas de llorar apenas la vio bien.

Le devolvió el abrazo con la misma fuerza pero un poco más delicadamente, por supuesto. A la vez, cuando se separaron, inspeccionó los ojos de su amiga para confirmar que efectivamente no tenía ninguna herida u otra cosa. Ella le aseguro que estaba bien cuando notó su inspección, que Ereaser Head le borro el quirk de Anton con éxito y todo lo que le quedo fue una especie de migraña que sano en unas horas.

Seguían en el pasillo, con los brazos del otro sobre los hombros al momento de escuchar una voz amable y algo divertida que le llamaba la atención.

—Izuku, ¿no vas a hacer que tu amiga pase? —le pregunto Inko asomándose por el pasillo —Debe ser incómodo estar ahí. Entren de una vez.

—Oh, sí, claro mamá —asintió el de pecas —Hatsune-san, ponte las pantuflas si querés. O puedes andar descalza.

—Estare descalza —sonrió la de cabello rosado — ¡Con permiso, señora!

Inko sonrió ante el entusiasmo de la muchacha. Cuando la conoció, estaba llorando y muy nerviosa en la sala de profesores por lo que sucedió, pero ahora podía ver esa personalidad que le describió su hijo desde el inicio de sus clases en el departamento de Soporte Técnico. Tan peculiar y extrovertida.

— ¡Midoriya, te he traído a Mighty! —saco de su bolso deportivo al robot que empezó a emitir soniditos de alegría al volver a los brazos de su creador —Ha sido un gran apoyo para mí. Paso toda la noche reproduciendo música para que pudiera dormir, ¡ya no quiero cambiarle ninguna pieza!

—Estoy seguro que él lo agradece —se rió el de pecas dejando al robot sobre la mesa —Gracias por visitarme, Hatsune-san. No esperaba ninguna visita por ahora. Por lo del arresto domiciliario y que tengo un guardián.

—No me iba a relajar por completo hasta verte. Hice un escándalo con el director y termino cediendo, aparte de que tenía la excusa de tener que devolverte a Mighty —suspiro la chica, tomando lugar en la mesa y recibiendo un vaso de gaseosa por parte de la madre de su amigo —Gracias, señora.

—De nada, Hatsune-san —sonrió la de cabello verde —Estaré en mi habitación con Hisa-san si necesitan algo.

El de pecas y la de cabello rosado asintieron con la cabeza. Antes de que pudieran volver a su conversación, el sonido de la puerta corrediza moviéndose desde el balcón se hizo presente y un hombre alto de cabello blanco y ropa negra apareció en la sala de estar.

Al ver que Mei se mostró inquieta con el extraño, Izuku se apresuro a calmarla y explicarle la situación.

—Hatsune-san, él es mi guardian temporal, se llama Touya-san —explicó el de pecas —Mamá le pidió que si iba a fumar se fuera al balcón.

—Buenas tardes —saludo el mayor —Iré afuera un rato. No hace falta que te diga que no salgas, ¿cierto niño?

—No me llame niño —hizo un puchero el de pecas.

Touya mostró una ligera sonrisa burlona, era joven y tenía un aspecto muy atractivo, sus ojos eran azules y tenía pestañas largas, la gabardina negra que usaba le llegaba hasta las rodillas y traía puestas botas pesadas que no iban con su formal traje negro, aunque ese traje tampoco pegaba con la cantidad de argollas y tatuajes que tenía en su persona. Cuando se presentó esa mañana como su guardian personal, sus padres pensaron que tenía la apariencia de todo un delincuente juvenil. Sin embargo, tenía muy buenos modales y a Inko le terminó pareciendo un joven muy amable.

E Izuku reconocía que también creía que era amable, aunque parecía el tipo de persona que le gustaba burlarse de otros y reírse de sus desgracias.

—Lo pensaré —se rió el mayor —Compraré unos cuantas cosas que le harán falta a tu casa y lo mandaré a la cuenta bancaria de Yuei.

El de pecas agradeció ese nivel de consideración. Su departamento era muy pequeño y cuánto más gente había, la necesidad de espacio se volvía notable. Estaba la posibilidad de que Touya pensará salir también para dejarlo a solas con su amiga y otorgarle privacidad.

— ¿Es un héroe? —cuestiono la femenina cuando el mayor se fue —No se me hace familiar.

—En realidad es un agente de gobierno que Shimura-sensei pidió que estuviera a cargo de mí —explicó el de ojos esmeralda con algo de vergüenza —No habló mucho de sí mismo pero es agradable y aseguro que no estaría encima de mí todo el tiempo, pero que debía quedarse aquí por temas de seguridad. Papá está pensando en dejarle la sala de estar para que pueda trabajar en otros de sus casos.

—Hum, debe ser difícil Midoriya —opinó la femenina mirando hacia su amigo — ¿Te sientes agobiado? ¿Incómodo?

—Bueno...tener a alguien así en casa no es normal pero Touya-san ha intentando hacerlo parecer como que no es nada y la verdad tenerlo aquí es un poco tranquilizante —confesó el de pecas —Aunque espero no acostumbrarme mucho a él.

La femenina asintió y decidió contarle al de pecas un par de cosas divertidas para entretenerlo.

Aizawa se había imaginado que Bakugou no aceptaría tan tranquilamente que Midoriya dejara de asistir temporalmente a Yuei. Sin embargo, no se espero que convenciera a Iida de hacer algo al respecto —y ni siquiera se imaginaba que fue el más alto el que lo propuso— además de que dos superiores más —con un historial realmente bueno— se unieran a su causa.

Fue bastante impresionante. Más porque actuaron inmediatamente en conjunto y que, para variar, el de quirk explosivo se mostró bastante respetuoso e incluso uso corbata durante la reunión que tuvieron junto al director para hacer su pedido.

No obstante, igualmente Nedzu les dijo que la situación era delicada y que si bien hablarían con Shimura —que era quien tenía la última palabra en este asunto— para que dejara que el de pecas estuviera presente unas horas en el Festival Cultural, no podían asegurarles que lo conseguirían. También les dijo a los jóvenes que tuvieran cuidado de no generarle una falsa esperanza al de pecas en caso de que no pudiera asistir.

—Bakugou-kun ha cambiado en este último tiempo —hablo el director llamando la atención del azabache —Ha influenciado también positivamente en sus compañeros.

— ¿Llama a romper las reglas que le dije hace menos de dos horas una influencia positiva, director? —hizo enfasis en sus palabras, ya que lo que pedía el cenizo iba en contra del arresto domiciliario del pecoso.

—Unió a sus compañeros por una causa común. O, más bien, busco ayuda e hizo alianzas con ellos, lo cual antes de conocer a Midoriya-kun dudo que hubiera pasado —respondió el director de manera inteligente —Aunque no hay que quitarle crédito a Midoriya-kun, es un joven muy querido por Togata-kun y Amajiki-kun. Ellos dos nunca habían hecho una solicitud en los tres años que llevaba en Yuei. Y tienen derecho a hacerlo siendo que son el número uno y el número dos del ranking de héroes profesionales juveniles.

—Eso me sorprendió a mi también —reconoció el azabache —Sin embargo, al final, es Shimura quien decidirá esto.

—Hablaré con él —aseguró el mayor —Si Aizawa-kun lo hace también podría ser de ayuda. Shimura-kun te respeta bastante.

— ¿Ese mocoso me respeta a mí? —cuestiono poco convencido el azabache.

Nedzu se rió en voz baja y le aseguro al escéptico hombre que realmente Tenko le tenía admiración y respeto, aunque no lo demostrará mucho durante sus encuentros.

—Si le dices que estará todo bien, es posible que confíe en ti —afirmó el director —Además, él mismo recomendó a el guardian de Midoriya-kun. Si le pide venir, estoy seguro que se sentirá más a gusto con tenerlo de vuelta en Yuei.

Aizawa optó por creer en las palabras del director y dejo su oficina con la intención de ir a hablar con Shimura de inmediato. Cuánto antes hablarán del tema, sería mejor para todos los involucrados y haría que sus alumnos lo vieran con menor intensidad cada vez que iba a supervisar su trabajo para el Festival Cultural. Preguntando a algunas personas, supo que el excéntrico pero tranquilo profesor estaba en la azotea y cuando lo encontro allá arriba, estaba fumando un cigarrillo.

El más joven tenía los sentidos bastante alerta, así que, apenas escucho el movimiento detrás suyo se giro para verlo y le dió un asentimiento de cabeza a modo de reconocimiento, estaba con los brazos apoyados sobre la baranda y usando una bata blanca de laboratorio encima de toda su ropa negra, el cabello celeste pálido lo traía atado en una coleta pero unos cuantos mechones de cabello se le escapaban por los costados. Aparte de eso, tenía ojeras y no se veía de buen humor.

Shota supuso que él mismo tenía ese aspecto desaliñado, solo que no se veía tan joven como el contrario, tenía barba y el cabello azabache suelto.

—Si ha venido a preguntar si Midoriya puede participar en el Festival Cultural la respuesta es no, Aizawa-sensei —se adelantó el menor sin dejar que el azabache dijera ni una palabra —Su seguridad es primero.

—Te enteras rápido de las cosas —comentó acercándose hasta la baranda donde se apoyaba el más joven —Para alguien que no sale mucho del área de Soporte Técnico, sabes de un tema del cual se hablo hace apenas unas horas en la oficina del director.

—Togata tuvo la culpa. Él vino primero a hablarme —admitió el de cabello celeste —Esperaba poder convencerme sin recurrir al director.

—Que valiente de su parte —admiró el mayor —Venir a hablar contigo directamente.

—Eso no cambia mi decisión. Midoriya no va a venir y punto —sentenció el de cabello celeste —No solo porque es peligroso, ¿acaso no vieron las redes sociales o los noticieros? Básicamente es una víctima de una organización malvada. No es el tipo de fama que debe querer a su edad.

Ereaser Head reconoció que en eso el contrario tenía razón. Izuku tendría por un tiempo el estigma de una víctima, lo cual sumado al hecho de que era un sin quirk y un pródigo, debía tenerlo un poco estresado. Si no es que le afecto más hondamente a nivel psicológico.

—No quiero exponerlo tan pronto a algo así. Para cuando vuelva a la academia deseo que lo haga sin preocuparse de que le saquen fotos y lo pongan en las redes sociales —bufó el más joven —Es mi maldita responsabilidad y no pienso dejárselo a alguien más.

—Pero...¿no crees que Midoriya debe decidir que cosas puede aguantar y cuáles no? —intervino el azabache notando como el de ojos rojos, si bien le miro mal, no pareció reacio a escucharlo o a decirle que se largara —Es un chico inteligente y tiene buenos amigos, si viene a Yuei no estaría solo y habrá muchas personas que estarán de su lado, ¿no crees que el sobreprotegerlo es contraproducente, Shimura?

Tenko se quedó callado un momento, analizando las palabras del héroe veterano y dando una calada a su cigarrillo. Shota pensó que por ahora era suficiente, así que, lo dejo solo en la azotea con sus pensamientos.

En todo caso, si lo que dijo hoy no servia, podría presionar un poco más el asunto mañana.

Todavía quedaban algunos días para el festival. Si bien los jóvenes podían estar ansiosos por una respuesta, un veterano como él sabía que las cosas se obtenían con paciencia y lentitud.

Con el paso de los días, Bakugou se convirtió en una especie de recadero. En su segundo día de visita en el departamento de los Midoriya, se presentó con dos enormes bolsas llenas de libros por parte de Kaminari, el cuál explico que si el de pecas iba a estar por un largo tiempo encerrado en su triste habitación, lo mejor sería que tuviera algo para entretenerse. En el tercero, Kirishima y Sero juntaron unos cuantos videojuegos en una bolsa descartable, les pusieron pegatinas de recomendaciones y le mandaron al pecoso vía mensaje que los probará todos. Al cuarto día, Ashido, Uraraka y Asui, hicieron una serie de manualidades del festival que querían que el de pecas tuviera a modo de recuerdo, se trataban de flores de color amarillo, diamantes con polvo púrpura y corbatines rojos, que eran parte de la decoración del escenario.

El más bajo, con un nuevo celular —ya que el otro los mafiosos lo habían destrozado— mandaba continuamente mensajes de agradecimiento a sus amigos por las cosas que le llegaban y hacia vídeo llamadas cada tanto con ellos para estar en contacto.

Sin embargo, en el quinto día, Todoroki e Iida le pidieron al cenizo si podía llevarle al de ojos esmeralda un regalo que era de su parte y de Jiro. Un regalo muy especial y costoso, una preciosa guitarra.

Como se lo habían pedido, el de ojos rojos grabo la expresión de shock de Midoriya apenas la vio.

—N-No puedo aceptarla, ¡debió ser carísima Kacchan! —tartamudeo el de ojos esmeralda al ver tan bello instrumento — ¡Debes devolverla! ¡Llamaré a Todoroki-kun e Iida-kun para darles las gracias, pero no puedo tenerla!

El cenizo rodó los ojos y se quitó los zapatos en la entrada mientras el pecoso murmuraba sobre las razones por las cuales no podía aceptar una guitarra. Agarro su mochila y la guitarra para después entrar con normalidad al departamento, Inko le sonrió desde la cocina y Touya solo levanto la cabeza para verlo desde el sillón en el cuál estaba sentado.

— ¿Acaso no te cansas de venir? —le preguntó en tono bromista y recibió del menor el dedo del medio levantado —Al menos dile hola a tus mayores.

Katsuki frunció el ceño con desagrado. El guardian de Izuku no le caía bien desde que lo vio abrazado al de pecas, el segundo día que entró al departamento. Estaban en el sillón, el albino molestaba al de pecas y tiraba de sus mejillas como si fuera un niño pequeño. No sabe bien qué mierda hubo ahí que le irrito tanto, pero no le agradaba el mayor y no lo quería cerca de su amigo. Punto.

—Que encantadores modales —se burlo el albino —Midoriya-san, no deje que ese muchacho mala influencia este cerca de Izuku. Lo va a llevar por el mal camino.

— ¿Ya te llama por tu nombre? —preguntó el de quirk explosivo al de pecas, ignorando por completo al mayor y la risa de la mujer de fondo.

—Es extraño, pero llama a mamá de esa forma respetuosa y a papá y a mí por nuestros nombres —se encogió de hombros el de pecas hablando en voz baja — ¿Tiene algo de malo, Kacchan?

Sí, lo tiene.

El cenizo no respondió y se metió a la habitación del pecoso como tenía acostumbrado, dejo la guitarra con cuidado a un lado y se acostó en la cama como si fuera suya. Los ojos esmeralda del pecoso siguieron fijamente el precioso instrumento que dejó a un lado de sus piernas.

Una sonrisa se mostró en su rostro al ver que no podía ser más obvio.

—Se ve que te gusta, ¿por qué no quieres aceptarla? —cuestiono el de ojos rojos —Si te jode lo del dinero, Jiro les hizo un buen descuento a esos dos por comprarla en su tienda. Además, ¿cómo es que nunca me enteré de que te gusta tanto la música? ¿o qué querías aprender a tocar un instrumento?

Izuku se sonrojo levemente y se sentó en una silla que tenía en la habitación, desde que el cenizo lo visitaba, mantenía todo más o menos en orden para no disgustarlo. Por lo tanto, su cuarto parecía más limpio y su silla ya no tenía ropa, así que podía sentarse en ella mientras el cenizo se acostaba cómodamente en su cama.

Todavía no se explicaba porqué no se puede sentar con él en la misma cama. Extrañamente le da vergüenza. Y eso que habían dormido juntos hace menos de unos días.

Eligió retomar la conversación para no pensar en una razón.

—Es algo reciente, mamá me mostró unas fotografías suyas tocando el violín y tuve curiosidad por experimentar. Es todo —se explico el de pecas pero viendo la mirada rojiza diciendo dilo todo o muere, decidió decir unas cuantas cositas más —Tambien me influenció un poco el saber que Yaoyorazou-san, Kaminari-kun, Jiro-san, Tokoyami-kun y tú sabían tocar distintos instrumentos. Quiero aprender distintas cosas, Kacchan y supuestamente el tocar un instrumento es una buena forma de canalizar la energía y mantiene la mente ocupada y feliz. La guitarra me pareció lo más sencillo para mí y en una pequeña conversación que tuve con Jiro-san, ella me dijo que estaba de acuerdo. Que si quería empezar con algo, que la guitarra sería una buena opción para un principiante, ¿contento?

Bakugou sonrió con satisfacción cuando Midoriya termino encorvado en la silla, con una expresión avergonzada y un puchero adorando sus facciones.

—Bastante complacido con tu larga respuesta —aseguró notando como el rubor del más bajo incrementaba —Quedate con la maldita guitarra. Fue una pesadilla traerla en el metro.

—Pero...—intentó protestar, en vano, el más bajo.

—Aún no me dices porqué mierda no sabía de tus nuevos hobbys —se quejo el de quirk explosivo —La enana parecía tener muy en claro que querías empezar con una guitarra.

—No llames enana a Jiro-san —suspiró el pecoso resignando a su guitarra nueva y a su amigo malhumorado y celoso, para ponerlo de buen humor decidió contarle un secreto —Kacchan, por si no lo recuerdas, yo trato con tres personas del departamento de Heroísmo. Jiro-san es una de ellas y desde que sabe que soy su técnico, me ha hablado más. Es una persona curiosa y quería saber todo lo posible sobre sus dispositivos de sonido.

Katsuki sintió que eso daba un poco de sentido a la situación. Izuku y Kyoka podían tener casi niveles parecidos de timidez y ser introvertidos, lo que hacia que pudieran hablar cómodamente entre ellos sin generar tensiones. Las pocas veces que los vio juntos siempre tuvo curiosidad por saber de qué hablaban pero no tuvo la oportunidad de preguntarlo hasta ahora.

— ¿Y quién es la persona que queda? —al ver que el más bajo se mordía los labios, gruño y bufo —Vamos. No voy a ir a joder al bastardo. Solo quiero saber.

—Bueno...se trata de Iida-kun —confesó el de ojos esmeralda —Por favor, no se lo digas. No creo poder tolerar que venga al taller a preguntar por todo lo que hago. Me da miedo la cantidad de información que pueda soltarme.

El cenizo soltó una carcajada al ver que el de pecas tenía una verdadera expresión de pánico de solo pensar en Tenya en su taller husmeando y preguntando por todo lo que hacía. Al más bajo podrían gustarle las preguntas, pero no toleraba que se meterían en su trabajo y el más alto, por muy correcto que pudiera parecer, era de los que se metían en el trabajo de otros. Aunque no era con malas intenciones.

—No lo diré —dijo pero antes de que el más bajo pudiera sentirse aliviado, agrego —Aunque puede que cambie de opinión con el paso del tiempo. Nunca se sabe.

— ¡Kacchan!

Bakugou soltó una fuerte carcajada y se incorporó en la cama, agarro la guitarra que dejó apoyada ahí y se la paso a Midoriya que la sujeto cuidadosamente, haciendo un leve puchero. La idea de Todoroki e Iida de darle algo que pudiera distraerlo y relajarlo —el verdadero motivo para comprarle una guitarra— le demostró que el de pecas tenía amigos que en verdad se preocupaban por su bienestar. También estaba el hecho de que Uraraka y Ashido hacían videos llamadas con él durante sus ensayos para que pudiera sentirse menos solo. No llega a entender cómo eso le da cierta alegría y satisfacción a él, pero esperaba que el más bajo empezará a comprender lo querido que era solo por ser quien era.

—Intenta tocar algo —volvió a sentarse en la cama —Te corregiré.

—Bien, pero no te rías —murmuró nervioso, pasando los dedos por las cuerdas de la guitarra y sonriendo ante el sonido —Soy un novato.

—Cállate y empieza.

Con una sonrisa por parte del pecoso, la habitación se llenó de sonidos desafinados de guitarra y la voz gruñona de un adolescente dando sus correcciones.

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