Prólogo

Las balas iban de un lado para otro, hiriendo a quien se cruzara por su camino.

La "guerra" había comenzado ya hace unas horas y aún no terminaba. Nadie se rendía, nadie a muerto aún... Aún.

Una bala.

La primera muerte.

Una navaja.

Segunda muerte.

Una bomba.

Tercera y cuarta muerte.

Otra navaja.

Quinta muerte.

Retirada! -Exclamo un agente del equipo que hasta ahora iba perdiendo.

Los agentes que estaban sanos tiraron cerca del bando contrario bombas de humo para así poder escabullirse y huir con los heridos.

Tenían que correr a la agencia e informar lo sucedido.

Al jefe no le gustará para nada lo que tienen que informarle, pero tampoco pueden ocultarle que una de las mejores agentes había muerto.

Una ves en la agencia, los heridos se dirigieron en camillas a las salas en donde serían rápidamente atendidos. En cambio, los que estaban perfectamente, se dirigieron a paso rápido a la oficina del jefe para informarle lo sucedido.

(...)

-¿¡Cómo que perdieron a 5 agentes!? -Exclamó furioso-. ¡Y peor es que perdimos a la mejor agente que teníamos!

-Lo sentimos señor. Eran muchos. Caímos en su trampa y no hubo forma de evitarla.

Él mayor tomó asiento en su silla con un gesto de frustración.

-Señor...

-Llama al Agente Clayton, tengo que informarle cuanto antes.

-..., señor. -Asintió. Salió de aquella oficina.

Él jefe estaba frustrado, en sus gestos lo demostraba pero también estaba preocupado. No era para más. ¿Como le dices a alguien que su esposa falleció? Y lo peor... Por culpa de un traidor.

Todo había comenzado por ese traidor. Un agente.

Robó información confidencial del país. Trabajaba para él enemigo, y nunca nadie se dio cuenta de eso.

Mandaron a la mejor agente de la agencia en una misión de extremo peligro a recuperar esa información y poner a ese traidor tras las rejas, estaban confiados de que lo lograrían. "Todo estaba perfectamente calculado."

Perdieron 5 agentes. Uno de esos agentes era la mejor. Fallaron en la misión. Cayeron en la trampa. ¿¡Cómo diablos pasó!?

La puerta de la oficina se abrió dejando a la vista a un hombre de 29 años, Alexander Clayton. Él mejor agente.

-¿Me llamaba, señor? -Preguntó con curiosidad. Se adentró a la oficina con un gesto de confusión al ver los rostros de tristeza de algunos agentes que aún seguían allí.

-Seré directo en esto, Clayton. Se que sera difícil de aceptarlo.

-No entiendo, señor, ¿De qué está hablando?

Suspiró.

-5 agentes fallecieron en la misión. Uno de esos agentes es la agente G, Mary Gillibrand.

Mary Gillibrand, agente G. La tercera mejor agente. Esposa del segundo mejor agente, Alexander Clayton, agente C.

Madre de Zoe Clayton Gillibrand, próxima agente.

Agente Z.

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