— ¡Un día más! ¡¿Porque?! —Protestó la azabache echando humos por las orejas y con un puchero.

— La abuela Martha nos invito a los fuegos artificiales esta noche en su campo de cultivos, además que Cocoa y yo compramos chispitas y mata suegras —Dijo emocionado mostrando lo dicho en una bolsa.

“¿Mata Suegras?”, Milk un tanto espantada por aquel nombre solo le quedo suspirar y mantener la compostura.

Se cumplirían cinco días en aquel lugar, su habilidad de independista de necesidad de una sirvienta era casto, en ese lapso aprendió a ordenar y no dejar caer la escoba una vez que lo agarraba, aunque aun se espantaba por las arañas, y en cocinar pues continuaba con lo mismo.

— Por cierto hijo, ¿te gusta Cocoa? —El rubio pequeño continuo con el lapicero en sus dedos analizando como resolver ese crucigrama.

— Es mi amiga desde que tengo memoria, la veo como una hermana —Respondio continuando con su ejercicio mental.

— ¿Tu padre? —Decidió preguntar, Gohan se encogió de hombros y mencionó que quizás estaba en su habitación.

Milk dejo el mandil sobre una silla y recogió su cabello en una trenza, camino con el pulso de su corazón normalmente tranquilo, aunque presentia cierto escalofrio en toda su columna vertebral, llegado a la habitación de su esposo sostuvo la manija y tocó dos veces la puerta informando que pasaria.

— Espera un momento, enseguida te...—Antes de concluir sus palabras ella ya estaba adentro cerrando la puerta a sus espaldas sin apartar la mirada fija en él.

— Goku, ¿Esos son fotos? —Apunto sobre el escritorio, las variedades de fotos exparsidos allí, sus pupilas se achicaron al ver portarretratos, de ella cargando a un bebé en brazos y Goku abrazandola por atrás, se veían jóvenes y felices.

— De cada día cuando viviamos juntos los tres, te encantaba fotografiar cada momento, relatarlo por detrás de la foto y colocarlo en tu colecciones de álbumes —Ante lo último solto una risa.

Camino hasta el escritorio y una foto captó su atención; “Nuestro primer día en nuestro hogar, es pequeño pero acogedor”. En la foto delantera mostraba a ella junto a Goku recostados sobre un futon en el suelo, sabiendo a leguas que en aquel entonces no había ningún mueble como actualmente.

— ¿Por qué no me lo mostraste antes, Goku? —El nombrado suspiro pesadamente pasando sus dedos por sus cabellos dorados.

— No estaba seguro, y en este momento tampoco lo estoy, pero ya que estas aqui puedes ver todo, no te lo impediré —Tomo asiento en el filo de la cama, sin una mirada de respuesta de su parte, quizás podria recordar algo al ver esas fotografías.

Miro la primera colección de álbum, fotos y fotos, de como salieron de la ciudad, caminando por la carretera, discutiendo, reconciliándose y agarrandose de las manos, rio ante eso, de como ganaron esa casa en una apuesta gracias a su inteligencia, sus primeros inicios, su supervivencia en ese sitio, el primer incendio en la cocina por su parte, Goku conversando con una chica y luego en otra foto ella golpeaba a esa chica.

— ¿Estaba embarazada en todo estos momentos, cierto? —Goku asintió recordando esas veces, siendo Milk muy astuta y cuidadosa en sus decisiones y la responsabilidad de su venta de sus cultivos.

Paso la otra hoja y vio una foto, oscura con rayas grises, luego en otra foto aparecia ella con un doctor y Goku ansioso viendo por aquel televisor a su retoño, o es lo que se explicaba al leer los párrafos de atrás de las fotos.

Prosiguiendo asi hasta deparar en un foto donde comenzaba a hacerse presente su hijo, aun en sus brazos, sus primeros meses, sus desveladas de ambos, las preocupaciones cuando su hijo se ponia a llorar sin parar, en otras con una señora, supuesta enfermera, analizó la foto y penso que quizas Gohan se habia enfermado.

— En esta foto lo hicimos después de tanto tiempo —Explico Goku detrás suyo, mostrándose en lo dicho a ambos con los hombros desnudos y sus labios unidos.

Milk sentia alegria, muchas emociones indescriptible, no lo recordaba pero se daba una idea de como de habrán sentido en esos momentos. Cerro el tercer álbum y abrio el cuarto, el primer cumpleaños de su hijo, rodeados de personas que de igual manera aparecian en otras fotos. Felices.

Continuó y continuó, Goku le explicaba y de vez en cuando besaba su cuello o reía cerca de su oido y aquello a Milk le fascinaba.

— Bueno continuemos con otro álbum —Rio ante un comentario anterior de Goku, tomando un álbum y abriéndolo, viendo lo primero a Goku y a Gohan solos, abrazados durmiendo, y su hijo se veia de alrededor de cinco años.

— No es necesario ver esto —Cerro el álbum Goku viendo la expresión caída de su esposa— vamos a tomar un café —Aunque esa excusa era fatal para Milk, decidió tomarle la palabra e ir con él.

Gohan una vez que los escucho acercarse a la puerta se alejo corriendo hasta su habitación, los estaba observando.

Unas horas después, llegado el momento que el sol comenzaba a esconderse, mientras Gohan y su amiga estaban jugando con otros niños en el campo y la abuela Martha acamodaba los platos de bocadillos sobre la manta expandida en el suelo, Milk detuvo a Goku desde la punta de su camisa.

— Escuchame y luego hablas cuando termine Goku —Mordió su labio inferior con la mirada hacia el suelo, mientras su cuerpo comenzaba a temblar por su nerviosismo.

— Esta bien —Contesto, girando sobre sus tobillos y darle la cara.

Milk trago saliva y reunion fuerzas para hablar— Muchas gracias por mostrarme esas fotografías esta mañana, me alegraron bastante mi día —Comenzó, Goku asintió, perdiendose el brillo del sol al ocultarse por completo—, lograste sacarme expresiones mías que desconocia, a disfrutar conmigo al hacer el amor, compartir conmigo muchos momentos y escucharme, siempre estas con esa sonrisa y eres muy amable conmigo aunque ante la ley eres mi esposo, y hoy, yo te reconozco como cual —Menciono con las mejillas colorizadas.

Goku comenzaba a ponerse nersiovo también— Hiciste mucho por mi, pero lo mejor fue nuestro hijo, tengo muchas cosas que agradecerte y que reprocharte pero ese no es el punto del que quiero hablarte, si no de lo que somos, Goku yo te amo —Solto de imprevisto, pasando tres segundo para que todo su rostro quedara como un tomate hirviente.

— Leí muchos libros de romance que describían el amor pero ninguno lo explicaba correctamente y llegue a pensar que el amor no tiene descripción, por que es un sentimiento fuerte y lo asimile, pense y dije: Estoy enamorada de ese rubio fastidioso,  no soy buena en esto pero quisiera que me des la oportunidad de estar contigo, de formalizar la familia que somos, junto a nuestro hijo se que seremos felices, mucho más que antes...

— Milk, mirame —Ella le hizo caso, temblando de pies a cabeza Goku decidió tomarla por los hombros, sonreirle y deslizar sus manos hasta los de ella— solo tenias que decir; Te amo, es un resumen muy corto ¿Verdad? —Ella se irrito dandole una bofetada, sujetando este a tiempo su muñeca y jalarla apretando su cintura y unir sus labios.

Una vez que se separaron Milk hecho humos por las orejas y golpeo variadas veces su pecho mientras se reían hasta terminar abrazandose mutuamente.

Gohan detrás de un árbol después de escucharlos coloco una mano sobre su pecho, pensando en la causante de sus pesadillas por las noches y ocupante de sus pensamientos. Quizás le respondería a esa confesión de Videl, aunque la hizo llorar y causa de eso lo encerró en el refrigerador.

Padre e hijo tenian gustos masoquistas.

.  •  ・●

En la mansión, en la que vivía Milk, una mujer apareció frente al portón de barrotes, los empleados le abrieron las puertas haciendola ingresar a aquel domicilio. Tomando asiento en un sofá y cruzando sus piernas.

— ¿Dónde esta mi Hija? —Pregunto la mujer, ojos frios color grises y cabello oscuro, de personalidad estricta.

Una de las empleados respondio que se encontraba en un viaje con su esposo e hijo y que volverían el día de mañana.

— ¿Esposo?, Su esposo Turles se acordó de ella junto a su hijo, crei que la odiaban —La joven empleada temblo sirviendole una taza de té.

— Es-esta con su Ex-esposo, Son Go-Goku y su primer hijo, el niño Son Gohan —Respondió temblorosa la joven, la mujer indignada y furiosa boto al suelo la taza de té, sacando su celular de su bolso y llamar a alguien.

— Padre, tenemos un problema.

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