Mi secreto.


"A ti, hermosa villana...

Comenzaré esta carta confesandote mi mayor secreto, aquel que he guardado hace un tiempo, desde que descubrí esta extraña parte de mi.

Soy masoquista.

Según la definición que me han dado, una persona masoquista es aquella que disfruta del dolor. Disfruta que lo dañen, ya sea física o mentalmente.

Pues yo soy así... Tu me tienes así.

Porque me dañas. Ofendes a todas las personas que a veces nada te han hecho, que sólo han coincidido en tu camino.
Hieres... Hieres con tus palabras, aquellas que salen precisas y directas, hacia aquellos que no son de tu agrado.
Lastimas... Lastimas sin siquiera pensar en el resto, mientras lo que digas te de un poco de diversión, alegre tu día y te saque una sonrisa, no te queda ningún remordimiento.

Pero... Eso me encanta.

Adoro mirarte cada minuto del día, observar cada gesto y acción que realizas, analizar tu comportamiento y admirar cada parte de tu ser.

Porque villana de mi alma, tu eres arte.

El arte más hermoso creado por la mano de dios, la hija perdida de afrodita, con cabellos de oro y mirada de océano, tan profunda, llena de misterios, llena de temores ocultos, de inseguridades, pero al mismo tiempo de carácter. Tan intensa que estoy seguro que si me miras, los suspiros saldrían solos de mis labios.
Esa sonrisa, aquella que se asoma desde tus hermosos labios, esa que realza tu belleza aún más de lo que ya es, esa que suele ser de burla, pero cuando es sincera, hace que mis mejillas se tiñan de intenso carmín, sin siquiera voltear a mirarme.

Me estas volviendo loco, cada partícula de mi ser se concentra en tu persona, cada molécula de mi cuerpo reacciona al sentir tu perfume cerca mio, al notar que tu entras al salón con tu porte de diva y tu mirada altiva.

Lo reconozco, estoy enamorado de ti.

Mucho más de lo que jamás pensé, se podía amar a alguien que ni siquiera sabe de tu existencia. Disfrutó cuando te burlas de mi, porque al menos tengo tu atención dos minutos.

Arranca todos los dibujos que quieras, los tuyos están en otro cuaderno y son mi tesoro más preciado

Se despide, tu profundo admirador y enamorado.


Nathaniel Kurtzberg."

El pelirrojo término de escribir la carta con un sonrojo en su rostro, la abrazó contra su pecho y suspiró.

— Algún día escucharás mis palabras Chloé, lo prometo.

Sonrió, guardó el sobre en una pequeña caja, y lo deja guardado en su escritorio.

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