03. ¿Borracho?
Lucas
—¿Estás sordo? Te dije que corrieras, este tipo se levantará pronto.
Yo salí de mi pequeño trance para mirarla a los ojos.
Wen lucia enojada y entonces dije—: No te dejaré aquí, este tipo puede hacerte algo
Ella soltó una amarga risa que me erizó la piel.
—Como yo lo veo, la que puede matarlo soy yo, así que desaparece de una vez que no voy a salvarte el trasero si algo vuelve a pasar.
El tipo comenzó a recuperar el aliento e intentó ponerse de pie, Wen volvió a decir otras palabras en esa extraña lengua y este empezó a desplomarse en el piso de nuevo.
—No me iré —respondí con una postura desafiante y todo el valor que pude mantener. Ella soltó una palabrota al aire al caminar lejos de la parada en dirección a una calle poco iluminada.
El tipo había dejado de luchar y se quedó en el piso de la parada sin moverse.
Mierda...
Corrí detrás de Wen hasta alcanzarla y ella me miró de reojo sin decir nada.
—¿Qué acaba de pasar allá atrás? ¡¿Viste sus colmillos?! —pregunté.
Silencio.
—¡Wen! ¿Quién era ese tipo?
Silencio.
—¿Qué le hiciste? ¿Qué idioma era ese que usaste?
Ella suspiró sonoramente y detuvo el paso.
—Lucas Zhing, eres más irritante de lo que pensé. Vete a tu casa y no me hables.
—Eso no va a pasar hasta que me digas que pasó.
—¿Qué pasó? Según recuerdo estás borracho y vienes persiguiéndome desde que salí de la fiesta —respondió tranquilamente retomando el camino y yo fruncí el ceño confundido.
¿Ah?
Comencé a correr otra vez para alcanzarla.
—No, yo no estoy borracho, no te seguí cuando salí de la fiesta —toque mi pecho—. Estaba con Becky y luego me aburrí y me fui de la fiesta para tomar un bus a casa, un tipo extraño quiso matarme y luego llegaste tú diciendo cosas en un idioma random y aquí estamos —extendí mis brazos—. En un extraño callejón tenebroso con poca iluminación.
—¿Estás siguiéndome? —respondió cínicamente.
—¿Qué?
—Déjame en paz y vete a tu casa, estás borracho —apresuró el paso, yo la tomé de un brazo haciendo que quedase frente a mí.
—Deja de decir eso. No estoy borracho, no me hagas creer que lo estoy porque no es verdad. ¿Quién eres?
—Soy Wen y si no me sueltas en este instante te vas a arrepentir —susurró cerca de mi rostro y mi cuerpo entero se estremeció al oír su amenaza.
—Quiero ver eso... —dije sarcásticamente, aunque por dentro estaba algo asustado de esta chica.
La tenue luz de un poste eléctrico que estaba parpadeando en señal de dejar de funcionar me dejó ver la media sonrisa que Wen tenía en el rostro y el cómo su mirada se volvió más escalofriante de lo normal, la mano me empezó a picar y enseguida sentí como si en lugar de su delgado brazo estuviera agarrando un matorral de espinas. Quité la mano rápidamente y vi cómo muchos puntos rojos aparecieron en mi palma y de ellos salían pequeñas gotas de sangre.
Me ardía muchísimo.
La luz del poste eléctrico dejó de luchar y se apagó totalmente.
Wen ya no estaba más frente a mí.
Giré sobre mi eje, pero no había señales de ella, todo el callejón estaba oscuro alumbrado solo por la luz de la luna.
Comencé a caminar en dirección contraria para salir de aquí y me limpié la mano con la camiseta llenándola de sangre, no es mucha, pero sí lo suficiente como para que me asuste. Retomé la carretera principal que estaba más alumbrada y un auto empezó a tocar la bocina repetidas veces hasta quedar junto a mí, Chris se orilló más adelante y yo troté hasta el auto para abrir la puerta del copiloto y entrar.
—¿Qué rayos haces caminando a esta hora solo? Casi me matas de un infarto cuando no te encontraba.
Con la mano izquierda, que es la que tengo sana, lo golpeé repetidamente en el hombro hasta que sentí que fue suficiente y me puse el cinturón de seguridad.
—Lo merezco —susurró—. ¿Becky estuvo muy insoportable?
—¿Acaso es en serio tu pregunta? ¡Claro que estuvo insoportable! —subí las manos al aire—. Es Becky de quien estamos hablando, te odio, Chris.
—Oye, oye... —dijo tomando mi mano derecha—. ¿Qué te pasó? Estás sangrando mucho.
—Eso no es importante, me lastimé. Es todo —miento y él frunció el ceño—. Llévame a casa.
—No se diga más —respondió y empezó a conducir.
Tomé unos klinets que Chris tiene en el auto y comencé a limpiar un poco la sangre para no ensuciarme más de lo que estoy con ella. El camino a casa es corto mientras me puse a ver por la ventana y escuché a Chris contarme sobre la chica con la que ligó en la fiesta y de lo fabulosa que era.
Al menos uno de los dos tuvo una buena y normal noche.
Finjo ponerle atención hasta que giramos para tomar la ruta de mi casa y veo como una chica ya conocida se encuentra sentada en la parada de bus que está al inicio de mi vecindario.
Wen me sonrió de lado y yo saqué mi cabeza por la ventana para ver si de verdad no me estoy volviendo loco y no lo estoy, ya que alzó una mano en el aire como si estuviera saludándome.
—¿Qué carajos? —susurré de forma inaudible mientras el auto seguía avanzando.
¿Estoy borracho?
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