☁︎XXVIII☁︎
Las semanas habían pasado, hacía ya un mes que Shoyo se encontraba con su medicina y debía admitir que había mejorado considerablemente, a diferencia de lo que pensaba, no se sentía dependiente de esta en realidad lo creía un buen apoyo. Sus amigos también habían sido de gran ayuda en ese primer mes, su compañía era algo que lo ayudaba mucho a poder superar toda su situación.
Ese día el entrenador Ukai les informaría sobre un campamento que todos los años era organizado, por fortuna de la insistencia de Takeda-sensei y su ascendiente fama por algunos partidos que habían hecho, fueron invitados por el mismísimo Nekomata-san. Tal parece que muchas escuelas de renombre asistirían por lo que todos los integrantes del Karasuno estaban emocionados.
—¡Escuchen bien!, este campamento es una oportunidad para aprender sobre nuestros rivales pero más importante es para volvernos un equipo más unido y fuerte. Cada partido perdido es una enseñanza y cada ganado es una demostración de nuestra mejora, por lo que valoren todo el tiempo que estén allí.
Todo el equipo de vóley gritó entusiasmado ante el discurso del mayor, claro que el miedo estaba presente ya que todas las escuelas que asistirían eran de gran nivel, aún así perdieran o ganaran la mayoría de partidos aprovecharían todo el conocimiento para usarlo en futuros partidos y torneos.
El entrenamiento de la mañana había acabado por lo que todos se retiraron a sus clases, Hinata estaba tan distraído pensando en el pronto campamento que no notó como un alumno iba directo hacia él, igual de distraído. Ambos chocaron, haciando volar papeles por todos lados, el pelinaranja apenado ayudó al chico a recoger todos ellos.
Shoyo se encontraba recogiendo algunos papeles hasta que en uno de ellos su mano y la del otro joven se juntaron haciendo que por fin sus ojos se cruzaran y salieran de su pequeño mundo.
—Lo-Lo siento...no vi por donde iba... —se disculpó tímidamente el extraño.
El pequeño cuervo negó con sus manos e hizo una reverencia, suponía que ese chico no lo entendería si respondía en lenguaje de señas y lamentablemente en ese momento no llevaba su libreta con él—. No te preocupes, sé quién eres, ¿Hinata Shoyo verdad? —el bloqueador central extrañado asintió lentamente con su cabeza—, entiendo solo un poco sobre lenguaje de señas.
—¡Oh!, entonces puedo disculparme apropiadamente. Lo siento por chocarte y hacer volar todos estos papeles —el chico desconocido con algo de dificultad logró entender al menor y con una sonrisa acepto sus disculpas— ¿Cómo te llamas?
Esa pregunta lo había puesto nervioso, ¿cómo le diría que era uno de esos niños en primaria que lo molestaba?, nunca lo había golpeado pero sus comentarios si que lograron herirlo y eso era un peso en su conciencia que aún no lograba sacar.
—Soy....yo soy... —dejaría de ser cobarde y huir, era hora de disculparse como era debido—. Yuki Hitoshi.
Hinata no sabía cómo reaccionar, lo recordaba, lo recordaba muy bien, para su suerte nunca había sido golpeado en la escuela desde que se mudaron de Tokyo, sin embargo los comentarios dañinos nunca faltaron y ese chico que estaba en frente suyo era uno de ellos. Sus burlas luego de ese pequeño ejercicio en la clase de educación física había sido el detonante de años de burlas e insultos, para su suerte sus amigos siempre estaban con él por lo que luego de un tiempo sus comentarios no le iban ni le venían en lo más mínimo. Era otro idiota con mente pequeña.
Ahora su dilema era ¿debía perdonarlo o solo ignorarlo? como todas las veces que él lo había ignorado cuando le suplicaba que lo dejara en paz. ¿Acaso podría ser mejor persona que su antiguo agresor?.
—Hinata yo...solo quiero pedirte disculpas por todo el daño que te he hecho, sé que lo más seguro es que no me perdones pero aún así espero me des la oportunidad de demostrarte lo mejor persona que soy ahora y podamos ser amigos. —Yuki se encontraba en el suelo haciendo una reverencia, una muy vergonzosa y que dejaba de lado su orgullo por completo.
Shoyo lo levantó de allí y lo miró a los ojos.
—No creo poder perdonarte... —la mirada del más alto bajó por la decepción—, al menos no ahora, dame un poco de tiempo para pensar las cosas. —al ver las señas se alegró, por fin podría arreglar las cosas con el pelinaranja y tal vez ser amigo y, quien sabe, más adelante algo más.
—¡Gracias Hinata! no te arrepentirás te lo aseguro. —con todo dicho Hitoshi se alejó de Shoyo en dirección a la sala de profesores.
—¡Sho-chan la clase está a punto de comenzar! —sus tres amigos venían corriendo a toda velocidad hacía él, al ver su reloj notó que en efecto la clase comenzaba en 5 minutos por lo que a toda prisa se dirigieron hacía allí.
Se encontraban en la clase de química, y para sorpresa del pelinaranja, Yuki era uno de sus compañeros de curso. Nunca lo había notado y se sentía un poco mal por ello pero aún así su debate sobre perdonarlo o no estaba muy precente en su cabeza, tanto así que no lograba concentrarse mucho en las clases.
La profesora comenzó a hablar y explicar lo que ese día harían, un proyecto en parejas que debía ser entregado a final de hora y que estaba a elección de los alumnos la formación del equipo. Rápidamente Kei, Tobio y Tadashi se acercaron al pequeño cuervo pero antes de lograr llegar con él un chico totalmente desconocido para ellos se sentó junto a Hinata, dejándolos confundidos.
—¿Te molesta si hacemos el proyecto juntos?, no tengo muchos amigos aquí y...estar solo es algo deprimente ¿no lo crees? —sonrió de lado algo apenado.
—Claro, no hay problema Hitoshi-kun. —devolvió la sonrisa en un gesto amable, le resultaba algo incómodo pero se trataba de un proyecto por lo que no podía hacer nada.
Mientras Shoyo organizaba los materiales Yuki levantó su cabeza y miró fijamente a ese grupo de tres chicos que lo miraba de forma amenazante, solo para dirigirles una sonrisa altanera y que reflejaba su posición de ganador por hacer equipo con el pelinaranja.
—Ese maldito... —murmuró enfadado Kageyama.
—¿Quién demonios es? —preguntó Tsukishima igual de irritado que sus conpañeros.
—Me importa una mierda quien sea pero me da mala espina ese tipo. —Yamaguchi no dejaría que nadie más dañara a su sol, por lo que mantendría vigilado a ese muchacho.
La clase siguió su curso sin mayor problema, de vez en cuando los tres chicos celosos dirigían su atención hacía aquel par pudiendo notar las sonrisas que el ojimarron le dirigía a Yuki y como bromeaban entre ambos. Por poco y no ocurre un accidente debido al mal humor que Kageyama cargaba, su compañera gracias al cielo había podido corregir la fórmula antes de que esta explotara, sin embargo no se había podido salvar del sermón que su profesora le dio.
La hora del almuerzo había llegado y con ello la oportunidad de aquellos tres para preguntarle a su amigo quien era ese idiota que lo acosaba por todos lados, les irritaba lo confianzudo que era con Shoyo y eso debía acabar ahora.
—¡Sho-chan vamos a almorzar! —el primero en acercarse fue Yamaguchi, con una clara aura de amenaza dirigida hacia el más alto.
—¡Claro! —Shoyo estaba a punto de irse con sus amigos pero Yuki lo tomó de su brazo deteniéndole el paso.
—Hinata ¿podría almorzar con ustedes?, quiero conocer más de ti y tal vez ser más cercanos, así podrías perdonarme mas rápido... —el pelinaranjo se lo pensó un momento, por parte tenía sentido pero por otro en realidad el chico estaba siendo un poco invasivo. Aún así aceptó su petición y ahora los cinco estaban camino al árbol donde siempre almorzaban.
Al llegar un silencio incómodo se plantó en el ambiente, nadie sabía que hacer o decir, el que definitivamente quería escapar de allí era Shoyo ya que todas las miradas estaban dirigidas a él. Esperando a que explicara la situación.
—Entonces...¿de dónde se conocen?, por lo que veo son muy cercanos. —Yamaguchi necesitaba saber su relación.
—No diría que somos tan cercanos...pero nos conocemos de primaria. —Yuki se sentía solo un poco intimidado por las miradas de aquellos tres.
—Oh ya veo...¿eran amigos? —esta vez el de la pregunta fue Kageyama.
—No, casi no hablábamos. —respondió Hinata.
—Lamento la pregunta fuera de lugar pero ¿qué cosa debe perdonarte este enano? —Tsukishima se acomodó sus lentes en espera de alguna respuesta.
—Nada importante... —Shoyo desvió la mirada haciéndose el desentendido—. Mejor comamos que la hora del almuerzo no durará para siempre. —la conversación terminó allí ya que nadie más volvió a hablar, luego le insistirian a su amigo, por lo pronto dejarían las cosas así.
—¿Hinata quién era ese tipo? —volvió a insistir el pelinegro.
—Les he dicho que no es nadie importante, ya dejen el tema por favor. —a pesar de la gran confianza que Shoyo le tenía a su grupo de amigos su pasado era algo que aún no podía contar a la ligera y el que estos insistieran en saber quien era Yuki significaba remover recuerdos dolorosos.
—Vamos si no es nadie importante entonces puedes decirnos. —los cuatro chicos se encontraban ordenando el gimnasio luego del entrenamiento de la tarde.
—Hinata no te afecta en nada decirnos. —dijo seriamente el rubio deteniendo lo que estaba haciendo para mirar al pelinaranjo.
—Sho-chan dinos.
—Vamos Hinata cuéntanos.
—¡Era uno de los chicos que me molestaba y hacía de mi vida un infierno! ¿Felices ahora? —Shoyo lanzó la escoba con la que estaba limpiando para irse de allí hacía el cuarto del club. Estaba molesto, dolido, solo quería irse a su hogar y estar en paz.
—Lo sentimos no sabíamos que...¿por qué estabas con él entonces? —preguntó Tadashi apenado y confundido.
—Me choque con él por accidente, me pidió disculpas y luego...solo se acercó a mi. No es como si estuviera feliz al respecto.
—Nunca mencionaste que eras molestado en primaria. —dijo serio y preocupado Kei.
—Hay muchas cosas que no saben de mí. —contesto serio.
—Somos tus amigos, confía en nosotros. —reprochó Tobio.
—Es mejor así...mi pasado no es algo de lo que quiera hablar, no ahora.
—Pero...
—Me voy a casa, adiós a todos. —Shoyo se fue de allí dejando con mal sabor de boca a todos los presentes, sentían que habían tocado una fibra sensible en el chico y ahora lo único que podían hacer era dejarlo solo y luego disculparse.
Shoyo enojado por la insistencia de sus amigos se fue del lugar, mandando un mensaje de texto a su padre diciéndole que ya estaba listo para que fuera a buscarlo. Necesitaba tranquilizarse y luego hablar con ellos, enojado no pensaba con claridad y no quería decir más de lo que ya había revelado. Aún no era el momento para ser totalmente sincero.
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El campamento de entrenamiento va a ser algo diferente al original, por el simple hecho de que se haría todo más largo, así que por comodidad algunos personajes van a aparecer pronto en ese campamento.
Espero hayan disfrutado el capítulo, nos leemos pronto bye bye~
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