Capítulo 27
Zoe
Cuatro años después…
—Es que somos el puto desastre más grande en la historia de la humanidad.
Me carcajeo al escuchar a mi tía Waiola caminando de un lugar a otro por toda la casa de la Abu. ¿La razón? Se ha perdido un zapato. Estamos empacando desde ayer en la tarde y hoy en la mañana fue que nos dimos cuenta.
Llego hacia mi cuarto y sonrío al ver que ya ninguna de mis cosas está en su sitio. Voy directa hacia el tocador y me coloco en el cuello la cadena que me he comprado hace unos meses porque me recuerda mucho a Hawái, y sobre todo a la casa de la Abu.
No puedo creer que ya hayan pasado cuatro años desde la última vez que estuve en España. Cuatro años que estuve estudiando hasta morir, cuatro años haciendo amigos, cuatro años en Hawái con mi familia y cuatro años sin ver a mi hermano. Cuatro años sin saber de Daniel…
—¡Mele! ¿Dónde coño estás? ¡Recoge a tus críos por el amor de Dios!
Los pasitos de mis primos de cuatro años se escuchan en la cocina. George y René, los mellizos de mi tía Claudia, corren de un extremo a otro con… ¿Ese es el zapato que están buscando?
—Sigo pensando que todos hacen lo posible porque muera.
Mi abuela se acerca hacia la puerta y me echa una mirada rápida antes de resoplar e ir hacia sus nuevos nietos. Me fijo en su figura, un poco encorvada y con las canas tan blancas que me hacen reír de ternura. Eso sí, tiene un carácter de los mil demonios la señora.
—¡Ya está bien! Ustedes dos, ¿qué creen que hacen? Llévenle ese zapato a su tía y corran a donde su madre. —Los mellizos asienten y entre risas corren hacia Waiola que vocifera alguna incoherencia haciendo que las carcajadas de los hermanos aumenten y se vayan rápido de la casa—. ¿Ya tienes todo empacado?
—Eso creo, de todas formas no tenía muchas cosas.
Caminamos en silencio hacia la cocina y me siento por, seguramente, última vez en mucho tiempo sobre las sillas de la encimera.
—¿Estás ansiosa?
—Solamente quiero regresar. Me encanta Hawái pero ya sabes.
—Uno siempre regresa a lo que necesita. —Sonríe y posa su mano sobre la mía antes de que yo haga igual con ella—. Sabes que esta es tu casa, por si deseas volver.
—Lo sé, abuela. —palmea mi mano con ternura antes de enmarcar las cejas al oír abrirse la puerta.
—Les voy diciendo que vamos a llegar tarde si no se apuran. —la voz grabe de Kai llega desde la sala y nos levantamos de inmediato para encontrarnos con su cabello revuelto mientras se apoya en la puerta.
—¿Dónde está tu hermana?
—Montada en el auto. Solo faltas tú, prima.
—Dame dos segundos para buscar mi maleta.
Me retiro nuevamente al cuarto y vuelvo a regresar a la sala con algunas lágrimas en mi rostro. Le doy un abrazo enorme a la Abu Gloria que, joder, ahora caigo en cuenta lo muchísimo que la voy a extrañar. Esta señora ha sido el apoyo más grande que he tenido en esta casa. Sus consejos y los tantos cuentos que tiene sobre el abuelo hacen que estar aquí aún tenga sentido. Al salir, uno por uno, les doy un beso a mis tíos antes de montar en el auto. Todos prefirieron no ir al aeropuerto a despedirnos, eso es lo que pasa con mi familia; no nos gustan las despedidas.
Cierro la puerta a mi lado antes de fijarme en Nohi. Tiene la cara seria y la mirada perdida hacia quién sabe dónde.
—¿Qué tal estás?
Esboza una sonrisa al escucharme y posa sus ojos en mí antes de comenzar a toquetearse las manos sin parar. Nohi se va conmigo para España a pasar un año sabático junto a nosotros ya que tenemos una habitación libre debido a que Dylan se casa para el próximo mes.
Después de hablarlo mucho con sus padres quizás esta sea la mejor opción que pueda tomar y, hay que aclarar, lleva muchos años queriendo ir a España.
—Creo que comienzo a sentir lo mismo que tú cuando decidiste quedarte a estudiar. —esboza una sonrisa de medio lado y continúa—. Aunque no estaré tanto tiempo como tú pero igual me siento algo mal.
—Es normal. —le tomo de la mano mientras muestro una sonrisa intentando tranquilizarla—. No te preocupes que todo saldrá bien, ¿sí? ¿Lograste hablar con él?
—No quiere atender al móvil así que ya dejé de intentarlo.
La puerta delantera se abre mientras Kai se adentra al auto y en un pestañeo estamos llegando al aeropuerto.
La sensación de partida regresa igual de fuerte que aquella vez hace cuatro años, lo que pasa es que es diferente a la última vez. Ahora tengo mucho más de lo que alguna vez tuve, a parte de mi carrera y mi trabajo; pero extraño muchísimo a mis padres y sobre todo a España.
Llegamos al aeropuerto y luego de pasar todo el traspaso de la Aduana logramos llegar a nuestros asientos rumbo a los Estados Unidos.
~~°~~
La noche nos acogió en el momento que el taxi se detuvo frente a uno de los parques centrales de la ciudad a solamente unos pocos kilómetros del aeropuerto. Caminamos unas cuantas calles con nuestro equipaje hasta llegar donde nos hospedaríamos hasta mañana.
—¿A qué hora sale el vuelo de mañana?
—A eso de las siete de la mañana. —Respondo a Nohi mientras vierto la salsa sobre los espaguetis—. Revisa todo lo que traes, no vayas a dejar nada.
—Está bien.
Una notificación entra a su móvil y ríe mientras me muestra la foto que le ha enviado Dylan, de él y su prometida, por correo con un pequeño texto debajo: “Las estamos esperando. Recuerden avisarnos a la hora en que llegan para irlas a recoger.”
Reímos ambas a la vez mientras organizamos la mesa listas para comer y prepararnos para descansar antes de mañana.
(···)
Nohi
—Sí, mamá, todo está perfecto.
Vuelvo a bajarle el brazo a mi maleta antes de subir el último escalón y de pasar por las puertas mecánicas del aeropuerto. Estoy detrás de mi prima Zoe que habla desenfadada con unos de los chicos “ayuda” que están esparcidos por todo el lugar para solucionar problemas como este: no encontramos nuestra puerta de embarque.
—¿Segura que no te has dejado algo? Mira que eres muy desordenada. —la escucho hablar por el auricular de mi móvil otra vez y pongo los ojos en blanco.
—Mamá por favor. Mi prima me ha ayudado, todo está perfectamente.
Zoe se gira hacia mí con el ceño fruncido y yo me alzo de hombros antes de colocarme bien el móvil en la oreja. Con este jaleo aquí dentro no se escucha nada.
—Ponme con tu prima.
—¿Mamá, es en serio?
—¡Que me pongas con tu prima, Nohi!
Me acerco hasta Zoe, le coloco el teléfono justo en frente de la cara y regreso hacia atrás para fijarme un poco mejor en todo este caos.
Cientos de personas caminan de un lado a otro a su destino, con una meta o quizás un sueño que quieran realizar. Es increíble como las personas toman tantas decisiones en su vida sin pararse a pensar qué pasaría si tomaran otra opción, como yo misma ahora, por ejemplo. Me estoy yendo a un viaje a España donde no tengo ni puta idea como se dice “Tengo hambre” en español, pero aun así soy capaz de aventurarme. ¿Valentía? No lo creo. ¿Desesperación por vivir? Eso, puede ser.
—Sí, tía. Lo entiendo perfectamente pero ya tenemos que montarnos. Diles a todos que estamos bien. Muchos besos.
Mi prima resopla y me entrega el móvil desesperada mientras carcajeo antes de llegar al escáner. Caminamos por el largo pasillo antes de sentarnos en el avión y la ansiedad regresa a mí antes de lo que pensé.
Esta vez he cogido lugar junto a la ventanilla.
~~°~~
Los ojos se me abren despacio mientras siento a Zoe revolviendo de un lado a otro tomando todo el equipaje de mano. Me siento mejor sobre mi asiento y la observo con los ojos aún entrecerrados.
—¿Qué haces?
—Mierda, te he despertado. —Suelto una risita antes de negar despacio con la cabeza y fruncir el ceño—. Mi móvil lleva como media hora sonando y no tengo la más mínima idea de dónde lo puse.
—¿En tu bolsillo?
Zoe se da con la palma de la mano en la frente haciendo que muchos de los demás pasajeros (incluido el señor que tenemos junto a nosotras), se giren para vernos.
—Este viaje me trae mal.
Se sienta cómoda en su lugar y mira la pantalla con detenimiento. En estos cuatro años he conocido más a mi prima de lo que imaginé. La forma en que sus labios se tuercen o que enfurruña la nariz —como lo está haciendo ahora— son señales claras de que algo la tiene preocupada.
—¿Tienes ganas de verlo?
Sus ojos se abren sorprendidos al escucharme y gira suavemente su mirada hacia mí. Asiente con la cabeza antes de colocarse los audífonos y girarse para dormir un poco mientras seguramente escucha ese audiolibro de todas las noches.
~~°~~
Si antes pensaba que el caos era cuando ingresabas al aeropuerto pues no me imaginaba el caos al llegar a España, incluso el aire comparado con el de Hawái es tan diferente que me acojona.
Salimos de nuevamente toda la revisión hacia el lugar de recoger el equipaje y caminar hacia la salida. El primer rostro en encontrarnos fue el de Dylan. Joder, su mirada la reconocería desde la luna. Lera, su prometida, bate la mano de un lado a otro emocionada hasta que mis ojos reparan en un chico de gran tamaño y espalda ancha. ¿Quién es ese?
—¡Chiquilla! —El grito de la chica de cabello rizado y piel oscura me sobresalta, creo que es Adriana. Por lo que me ha dicho Zoe. Luego de decir ese "chiquilla" tan característico de ella y que Zoe me ayuda a entender en sus correos, corre hacia mi prima con los brazos tan abiertos como si la fuera a retener para siempre—. ¡Estás aquí! Al fin, estás aquí.
Mi prima la abraza con locura mientras Dylan y Lera se acercan a mí entre risas para darme la bienvenida.
—Y bien, ¿nos vamos? —pregunta el desconocido en un perfecto inglés llamando la atención de Zoe que corre hacia él a abrazarlo y depositarle un beso en el rostro.
—¡Vamos! Ven te presento a mi prima. —Lo agarra de la mano arrastrándolo hasta llegar a mí y me veo obligada a subir la mirada—. Nohi, este es Mattew; amigo de siempre y el padrino de la boda de aquellos dos. Mattew, ella es Nohi; nuestra prima que viene de Hawai a pasarse una temporada.
—Es un gusto. —su acento me hace temblar por lo raro que de escucha. Es como esos lugares donde sientes que ya has estado antes pero aún así se siente diferente. Así es su acento con el inglés.
Alarga su mano hacia mí y asiento antes de mostrarle igualmente la mía.
—El gusto es todo mío.
Me hace un guiño que me pone los pelos de punta y camina hacia la salida del aeropuerto seguido por todos.
Perdón, ¿quién es ese?
♡♡♡♡♡
¡Hola! Después de tanto tiempo al fin he traído el nuevo capítulo de "Zoe" y que no sé a ustedes pero a mí me está poniendo ansiosa la llegada de nuestra chica favorita a España.
¿Creen que él todavía esté viviendo en el mismo vecindario? Recuerden que han pasado cuatro años... Aunque pensando en las cosas de la vida quizás si se hubiese mudado se lo hubiesen dicho a la pobre Zoe. O no. :)
En fin que ya se está acercando al final.
P.D: ¿Cómo les fue Halloween? ¿De qué se disfrazaron?
Besitos sabor a fresa ❤
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