─¿De verdad intentarás decirle la verdad a Min YoonGi?

─Tengo que decirle que no fue un accidente, que fue culpa del imbécil de Abel Leopoldo quién mató a su familia y casi a él cuándo era niño. De no ser por mí él hubiera muerto en ese acantilado. -expresó recordando ese día.

Aún lo tenía muy presente.

─Recuerdo aún lo que pasó. Ese adolescente era terrorífico, peor que su hermana. Joder no entiendo como ese señor tenía esas cosas por hijos. ─Bebió café, ya que hacía un frío descomunal en Escocia.

─Por lo menos su hija fue salvada a tiempo y la mandó lejos, ahora está estable con un Alfa que la quiere, pero su hermano es otro cuento.

─¿Irás a Corea del Sur entonces? ─pregunta y el Alfa asiente. ─te estás metiendo en la boca del lobo, Norman.

─Es lo único que puedo hacer por él después de lo que su familia hizo por mí. Ese loco ahora detrás de su Omega, el maldito de Abel lo quiere, tal como lo hizo con su madre.

─¿Pero la policía está detrás de ti, tienen tu puta cara pegada en carteles y hasta en internet? Él te busca porque piensa que eres el asesino y el maldito loco que quiere tentar con su Omega.

Lo mira fijamente mientras el frío aire los abrigaba.

─Cambiaré mi vestimenta, me pondré un maldito peluquín si eso es necesario, pero viajaré a Seúl está misma noche y necesito que le digas a tu amigo que cruza, animales que me lleve consigo.

El alfa suelta un suspiro no teniendo más opción.

─De acuerdo, le dire hoy mismo que te lleve. Pero ten cuidado Norman, ese hombre es un Alfa de linaje puro, es millonario y podría hacerte cualquier cosa.

─Lo tendré. Además no soy estúpido, si él me pisa la cola yo le muerdo la pata.

Se bebió el último trago de café que tenía en el vaso, acomodó bien sus ropas para no ser identificado por nadie. Si bien su amigo tenía razón en que lo buscan por todos lados, a pesar que ya pasaron dos meses las cosas en Edimburgo para él estaban muy tensas.

Quería llegar lo más pronto posible a Corea del Sur, aunque batalló mucho teniendo en cuenta que lo buscan hasta por debajo de las piedras. Aun así nadie le impedirá que diga la verdad y que los planes de ese muchacho loco se cumplan, porque no sólo es un muchacho rico que aparenta estar bien, sino un psicópata que tiene una obsesión por los omegas de aromas dulces.

YoonGi llevaba tres horas en la sala de espera, no dejaba de mover el pie con nerviosismo además del puto debate mental que tenía con el mismo de lo que pudo haberle pasado a su Omega.

La única información que le dieron fue que un alfa lo encontró en mal estado cerca de su edificio, que tuvo un sangrado repentino y fue llevado aquí. Hasta ahora nadie le ha dado más información y eso lo tenía demasiado preocupado.

Su mejor amigo estaba aquí con su Omega que estaba igual o peor que él. Nadie se esperaba esto, sus hijos, esperaban que tuvieran bien porque si algo le pasaba a sus cachorros o a su esposo, mataría al primero que se le atravesará.

─¿El Señor, Min YoonGi? ─le llaman y rápido se puso de pie mira al médico.

─Soy yo, ¿qué le pasó a mi Omega? ¿Está bien? ¿y mis hijos?

Se apresuró a decir.

─El Omega Min está bien, no fue un sangrado peligroso. Generalmente, un sangrado ligero no es motivo de preocupación, es considerado normal. Lo que su Omega tuvo fue una fuerte impresión que tuvo y que no nos dijo la causa. Al parecer vio o sintió algo malo que hizo a su lobo doler y eso causó más dolor a su lado humano provocando él sangrando. Pero fuera de eso él está bien, necesita mucho reposo y no hacer mayor esfuerzo o noticias malas, porque causaría otro sangrado pero más peligroso. Sus cachorros están bien y su esposo igual si gusta puede pasar a verlo.

─Gracias.

─No hay de que. Sin embargo si es necesario que su Omega descanse cuando mucho dos semanas. Después de eso puede llevarlo a algún bosque a caminar e incluso fortalecer un poco más su lazo, eso ayudará mucho. Con permiso.

No evitó su sonrojo cuando dijo lo del lazo. Su amigo Taehyung le tomó del hombro para darle apoyo.

─Ve con él, no sé qué fue lo que pasó para que se pusiera así, pero sé que cuando te mire se tranquilizará.

─¿Crees que tenga que ver con ese tipo? ¿Piensas que Jimin lo miro? ─pregunta con su sangre hirviendo.

─No lo sé, pero no lo descarto. De todas maneras ve con él y dale tu protección como alfa, yo me haré cargo de saber qué fue lo que pasó.

─Bien, dejo todo en tus manos.

Se dio la vuelta y fue directo a la habitación de su omega, abrió la puerta mirando esas paredes blancas y ese olor desagradable al hospital. Su lindo esposo estaba mirando por la ventana, su lobo dolió al verlo de esa manera mas sin embargo si noto que algo más pasaba.

─¿Cariño?

Le llama, pero rápidamente Jimin se tapa con las matas para que no lo viera. El alfa frunció su ceño muy desconcertado por su actitud, se acercó a él tratando de quitarle las mantas.

─¿Qué pasa, amor? ¿Qué es lo que ocurre?

Jimin tenía ese nudo en su garganta y las imágenes de aquella pelinegra abrazando a su esposo, su lobo estaba triste y YoonGi lo pudo sentir por su lazo.

─Nene, si no me dices que pasó para que te internaras de esta forma, no podré saber qué hacer. ─lentamente, bajo las sábanas mirando el enorme puchero de su omega, le dolió tanto verlo así de triste que su olor a decepción se prolongó por todo el lugar.─ Mi amor ¿Por qué estás de esta manera?

─Tú... Tú tuviste la culpa, no te quiero ver más.

─¡¿Qué?! ¿Por qué dices esto amor? Yo no te hice nada.

─¡Mientes! ─grita con furia.

─No te estoy entendiendo nada Jimin, ¿De qué hablas?

─Hablo de que fui a tu oficina para ir al médico para saber el sexo de nuestros bebés y cuando fui te mire muy contento con una Omega pelinegra, ella te rodeo el cuello a punto de besarte, ¡Eres un mentiroso!

Se alteró mucho y su pulso se aceleró por lo que recordó, le dolía mucho y su alfa aun así tenía el descaro de decir que no ha hecho nada. Esto lo estaba colocando mal por no saber controlar sus sentimientos.

─¿Omega pelinegra? Joder Jimin cálmate por dios. Esa mujer no es mi amante ni nada por el estilo ella...

─¡Vete déjame tranquilo! ─volvió a gritar.

─Jimin escúchame...

─¡No, vete! ¡No te quiero ver!

En eso una enfermera entró junto con el médico quien miró aterrado al Omega.

─Señor Min necesitamos que se vaya de aquí, está teniendo otra crisis y se hace más grande podría ponerse peor, por favor salga.

YoonGi miró a su Omega siendo atendido por las enfermeras, estaba mal y muy alterado. Salió de ahí y miro a Jungkook y Taehyung venian a toda velocidad.

─¿Qué fue lo que pasó? ¿Por qué el médico entró otra vez? ─pregunta Jungkook preocupado.

─Jimin... Se alteró otra vez. ─logró responder, le dolía tanto sus palabras de odio por un malentendido.

─¿Por qué volvió a alterarse?

─Piensa que le fui infiel con una Omega.

─¡¿Qué?! ¿Cómo crees que lo estás engañando, YoonGi? - inquiere Jungkook

Min se pasa las manos por el rostro muy desesperado y confundido.

─Vino a mi oficina está mañana para ir al médico y saber sobre el sexo de los bebés, pero me dijo que me miro con una Omega pelinegra muy cerca de mí.

─¿Y es verdad, Min? ─prosiguió el Omega castaño.

YoonGi negó.

─Si fue un omega a mi oficina, pero no crean mal. Ella es mi tía por así decirlo.

Taehyung frunció el ceño.

─¿Hablas de Irene? ¿Ella volvió?

─Si volvió, me invitó al cumpleaños de Taeyong porque quería verme. Ella me rodeó el cuello, sin embargo no para algo malo, hablamos del tema de mi madre y ella empezó a llorar y nada más. De seguro Jimin cree que es mi amante por lo que hizo ella inconscientemente.

─Con razón Jimin se puso mal, cree que lo engañas y eso es peligroso sabiendo su estado de embarazo. ─comenta Taehyung.

─Joder lo que me faltaba. Creí que ese tipo lo había atacado, ahora resulta que no confía en mí como su Alfa. ─estaba enojado, estaba muy enojado porque su Omega no confiaba en él.

Entendía que la posición en la que se encontraba con su tía pudo haberse malentendido, sin embargo, no era para que él desconfiara de él sólo así porque sí. Él es un alfa incapaz de hacerle algo a su Omega y menos algo como el engaño.

Él sabe lo que siente y esa fue la misma razón que juro que en su vida engañaría a la persona que más amaba. Si su esposo no confiaba en él, entonces ese matrimonio se estaba hundiendo en la mierda.

El olor amargo del alfa hizo picar la nariz de la pareja, sabían que estaba molesto, y ahora esto se montó una maldita tormenta en un vaso de agua.

─Jungkook cuida de Jimin en mi ausencia, me iré un rato a solucionar algunas cosas en mi empresa, no querrá verme y no quiero alterarlo más.

─Si está bien, ¿Pero adónde vas?

YoonGi no dijo nada más y se fue de ahí a algún bar que le quitará esa estúpida molestia. Otra vez se refugiaba en el alcohol, otra vez volvía ese Alfa temeroso que alguna vez conocieron todos los que lo rodeaban.

Taehyung se dio cuenta de ello y temía que algo peor se acercara, más lo dejo solo porque ambos estaban alterados y no arreglaría nada discutiendo y menos con un omega en embarazo con peligro inminente

Cinco días habían pasado desde que la pareja discutió. Jimin volvió a su hogar y se sintió un verdadero tonto por haber desconfiado de su Alfa, prácticamente le gritó que mentía y no creyó en su palabra que era lo que más valía.

Taehyung y Jungkook le contaron lo que pasó, que fue más que un malentendido, ya que esa mujer era la tía lejana de su Alfa y únicamente fue a verlo para invitarlo al cumpleaños del hijo. Ahora su Alfa estaba quién sabe dónde porque hace cinco días exactos no sabía nada de él.

No le contestaba las llamas, no fue a trabajar, el alfa Taehyung tampoco tenía idea de dónde se encontraba. La mordída del lazo le ardía, le molestaba y su lobo se sentía solo y deprimido al no olfatear el aroma a menta fresca de su Alfa.

Jimin desde entonces no deja de llorar, tenía un nido de Omega el cual tenía muchas cosas de YoonGi, cosas que lo ayudaban a no perder la cordura pues todo olía a él.

Eran exactamente las 12 de noche cuando cayó finalmente dormido, no había comido mucho por lo mismo de su depresión. Jungkook le dijo que sus cachorros necesitan alimentarse bien y si no comía nada podría hacerles daño, fue la única solución para que su amigo comiera algo.

Mientras la hermosa noche alumbraba la habitación, un alfa había llegado en su lujoso auto. Subió las escaleras y se dirigió a su habitación donde sabía perfectamente que encontraría a su Omega.

Y justo como lo predijo, ahí estaba su esposo, con ese nido de cosas de su pertenencia. Jimin olió la menta fresca más potente, abrió sus ojos adormilados e hinchados para ver la silueta de su Alfa quitándose la camisa.

Rápido se puso de pie para abrazarlo por la espalda, el alfa cerró sus ojos ante su presencia, sus manitas tibias rodeando su cintura y ese olor a frambuesa deliciosa que tanto había extrañado. Se dio la vuelta mirando los ojitos llorosos de su esposo.

─Nene...

─Perdón, lo siento, no quise lastimarte soy un tonto que no te merece. ─empezó a llorar sin apartar su mirada.

─Amor, no eres un tonto, no digas eso.

─¡Si lo soy! Pensé mal de ti cuando jamás debí dudarlo, eres mi Alfa y me amas mucho, como siquiera pude pensar que me engañaste lo siento tanto Gigi, lo siento.

Se inclinó su alfa para levantarlo cuál princesa y acostarlo en la cama, Jimin rápido se acostó sobre su pecho no queriéndolo soltar. Lo sentía tanto, fue un tonto por desconfiar de su Alfa.

─No vuelvas a desconfiar de mí, me dolió mucho que creyeras que llegue a engañarte, jamás haría eso y sabes la razón de ello.

─Lo-lo siento. Soy un tonto que no te merece, de verdad Gigi perdóname, pero... Cuando te mire cerca me dio mucho coraje y sentí muchas cosas horribles, tal vez sea por mi embarazo y todo eso pero lo siento. ¿Me perdonas, por favor?

Pucherio y no evitó darle un besito a sus abultados labios, Jimin acarició su mejilla con cariño sintiendo el amor por su lazo y sus corazones.

─Te amo, Yoonie ─susurró el Omega sin apartar la vista de su Alfa.

─Te amo, Jimin y jamás dudes de mí porqué nunca en mi vida te engañaría, jamás cambiaría Oro por cobre, jamás.

Sonríe Jimin para así acurrucarse junto a su alfa más de lo que ya estaba.

─De verdad, lo siento.

─Deja de disculparte amor, pero promete que jamás te volverás a alterar por algo insignificante como eso, le hará daño a los cachorros y no quiero eso. ─Tomo su mentón y besos sus labios rojitos─, ustedes son los más importantes de mi vida, los amo a los cinco.

─También te amamos, Gigi.

YoonGi bajo su mano tatuada para acariciar el vientre de su esposo, sintiendo ahí su pancita abultada.

─Gigi, ¿Y dónde estuviste estos cinco días que no llegaste?

─En el Penthouse, empecé a beber como loco el día que discutimos y después ahí dormí. No le abrí a nadie y me quedé solo pensando en la forma de hablar contigo sin que te alteraste. También trabajé en los nuevos diseños de los móviles e investigando sobre aquel tipo.

─No vuelvas a tomar Yoonie, sabes que no me gusta cuando lo haces.─ le regaña.

─Vale lo prometo, no volveré a tomar de esa manera. ─besa su mejilla.

Se miraron por un largo rato, otra vez volvían a ser una pareja feliz. Jimin tenía claro que no volvería a dudar de su Alfa, lo amaba demasiado como para creer semejante cosa.

─¿Bueno, quieres cenar algo amor? traje comida tailandesa y algunos dulces para ti.

─¡Si! Me muero de hambre, estos bebés me exigen mucho.

Se levantan riendo uno con el otro.

─Todo se ve delicioso, mi pancita gruñe. ─dice Jimin sentándose en la mesa.

─La mía igual, no comí mucho estos días que no vine aquí. ─destapa una Coca-Cola y le sirve otra a su esposo.

─Yo tampoco tenía mucha hambre, pero Jungkook me obligó a comer, me dijo que era peligroso no comer nada por los bebés.

─Y así debería de ser amor ─pincho su nariz de su omega, haciéndolo reír ─Vamos a comer y mañana vamos al médico para saber el sexo de los bebés.

─Me gustaría mucho una niña mínimo, es que no sé porque siento que serán más niños que niñas.

─O a lo mejor puede ser al revés.

Jimin iba a continuar su conversión, pero el móvil de su Alfa sonó, miró como frunció el ceño y terminó contestando.

─¿Por qué me llamas? –Jimin probó un bocado de la comida tailandesa, mirando como la expresión su alfa cambiaba a una sombría ─Está muerto...

Lo dejo con intriga.