Sola.
   Triste.
   Abandonada.
   De esa forma me sentía.
   Sin ánimos de nada.
   Sin ánimos de salir.
   Cada vez empeoraba más.
   Solo me la pasaba encerrada en mi habitación.
   Mi papá decía que siempre estoy cansada.
   En parte es cierto.
   Pero, no es solo por eso.
   Sentía que estaba vacía interiormente.
   Estaba perdida en mis pensamientos.
   De pronto, alguien tocó la puerta...

    Me levanté de mi cama para abrir.
    Desearía no haberlo hecho.
    Detrás de ella, estaba Mei Ling, o como le digo yo, mi prima la castrosa.
    Nunca me ha querido.
    Nunca la he querido.
    Nos sacamos fotos solo porque nos obligan.
    Se burlaba de mi estilo y de mí.
    No la soporto.

— Hola, prima — Me saludó Mei Ling con una sonrisa de oreja a oreja.

— Hola — Le dije fríamente.

— Seguramente recordarás que mi cumpleaños fue hace una semana — Me dijo.

— Sí... — Le dije yo.

— Bueno... Hoy lo celebraré junto a unos amigos y vine a preguntarte si querías asistir — Me dijo con una felicidad completamente falsa — No habrá ancianos, seremos gente joven, habrá comida, música, baile y muchas cosas más —.

   ¿Qué?
   ¿Ir al cumpleaños de mi prima la castrosa?
    ¡Que siga soñando!
    Estaba a punto de rechazarla con estilo, cuando se me vino a la mente la frase que me dijo mi mamá:
    "Hoy es el festejo del cumpleaños de Mei Ling, deberían ir".
    Agh, básicamente estaba obligada a decir que sí.

— Claro ¿Por qué no? — Dije con una sonrisa falsa, la que me obligan a hacer mis padres.

— Ten la invitación — Dijo dándome la invitación — Quise darle la invitación a Kyon pero no está... Vístete lo mejor posible porque uno de mis compañeros está interesado en ti —

   "¿Quién será el asqueroso?", pensé.

— En fin ¡Nos vemos en la fiesta! — Dijo feliz.

— Adiós — La saludé con frialdad.

   Luego de que mi prima la castrosa se fuera, miré la invitación, la cual decía:

____________________________________

❀ Mei Ling ❀
❀ Mis 17 años ❀
❀ Sábado 07/03/22 // 20 hs. ❀
❀ Mesa N°5 ❀
____________________________________

   Cliché y pasada de moda.
   Así es Mei Ling.
   Ni que fuera una quinceañera.
   Dejé la invitación sobre mi mesita de noche.
   De pronto, mi madre me llamó.

— ¡Hija, ven! — Me llamó mi madre.

— ¡Ya voy! — Contesté.

   Bajé hacia la sala de estar, donde se encontraban mis padres.
   Mi papá estaba molesto, como de costumbre.
   Mi mamá sonreía pacíficamente.

— ¿Qué pasó, mamá? —Pregunté curiosa.

— Mira, alguien te ha enviado esto — Dijo mi mamá mostrándome una gran caja blanca que llevaba en sus manos.

   Leí lo que decía la carta que se hallaba pegada en la tapa:

____________________________________

Se verá hermoso en ti.

Atte, P.
____________________________________

   "¿"P"?
  ¿Quién se supone que es "P"?", pensé en aquel momento.

— Y dime ¿Quién es "P"? — Preguntó mi padre molesto.

— No recuerdo a nadie que empiece con "P", papá — Confesé.

   ¿Será el amigo de la castrosa de Mei Ling?
   Posiblemente...

— Ábrelo, hija — Me animó mi madre.

— Está bien — Dije con algo de curiosidad.

   Abrí la caja.
   En ella había un vestido negro de tirantes, el cual traía un tajo en la pierna y se veía muy ajustado a simple vista.

— Es muy bonito — Dijo mi madre con una sonrisa.

— Sí — Dije insegura.

— Elodie ¿Piensas que dejaré que Ayelén se ponga esa cosa? — Dijo mi padre molesto.

— Ay cielo, pero nuestra hija es joven, déjala vestirse como quiera, solo por esta noche — Rogó mi madre.

Mi padre suspiró pesadamente.

— De acuerdo — Dijo mi padre insatisfecho, cruzado de brazos, mientras que mi madre abrazaba su hombro.

— Está bien — Dije sonriendo falsamente.

   Agarré la caja y la llevé a mi cuarto.
   Estaba algo molesta.
   No me gustaban este tipo de detalles.
   Y menos de un extraño.
   Tampoco me gustaba usar esa ropa tan... Provocativa.
   Suspiré para así dejar de pensar un poco.
   Decidí leer mi libro, ya que hace mucho no lo leía.
   No tardé mucho en perderme en el aroma de las páginas y la historia atrapante que contenían.

   Así transcurrió mi tarde.
   Sin nada nuevo ni interesante.
   Solo éramos los libros, la soledad y yo.
   Solo nosotros, y nadie más.

(...)

    Eran las siete y media.
    Me sentía acorralada en ese vestido negro.
    Casi me caigo como cinco veces con esos tacones oscuros.
    Mi hermana me maquilló de manera natural, mientras que ella se puso bastante maquillaje, haciendo resaltar sus ojos cafés.
    Su vestido era color uva sin mangas, bastante ajustado al igual que mío.

— Ese vestido te queda increíble — Me confesó Kyon.

— Muy increíble pero me siento atrapada — Dije con incomodidad.

— Luego te acostumbrarás —Dijo Kyon mientras se delineaba los ojos.

   Luego de que Kyon se terminara de arreglar, nos fuimos en un taxi hacia el lugar de la fiesta.
   Cuando llegamos, nos sorprendimos por el tamaño de la finca donde se organizaría el cumpleaños de Mei Ling.
   Era muy lujoso y todo estaba muy bien decorado.
   Estando adentro, observamos las decoraciones brillantes, las mesas cubiertas de manteles blancos finísimos y la luz color fucsia que se encontraba presente en todo el lugar.
   De pronto, apareció la castrosa de Mei Ling, utilizando un vestido plateado y unos tacones extravagantes.

— ¡Chicas! — Dijo abrazándonos a ambas —¡Estoy tan feliz de que hayan venido! —

— Por supuesto niña, donde hay una fiesta, estoy yo — Dijo Kyon divertida, Mei Ling solo rió y yo la miré raro.

— Por allá están los baños y la barra de tragos — Dijo apuntando ambos sectores — ¡Disfruten de la fiesta! —

   Mei Ling se alejó de nosotras.
   Por mientras, acompañé a Kyon a la barra de tragos.
   Ella pidió un trago fuerte, de las tan llamadas "bebidas blancas".
   Yo pedí un vaso de agua.
   Sí, agua.
   Y bien helada.
   El barman estaba a punto de reírse en mi cara.
   Pero no me importaba.
   Las dos nos fuimos a sentar a nuestra mesa.
   Allí estaban unos amigos de Mei Ling que también se llevaban bien con Kyon.
   Entre ellos un tipo intenso que no dejaba de mirarme.

   La fiesta transcurrió con normalidad.
   La castrosa de Mei Ling, Kyon y los demás salían a bailar a la pista de baile.
   Las luces multicolores brillaban sobre ellos.
   Se los veía risueños.
   Yo no estaba de humor para bailar.
   De la nada, el tipo raro de antes se me acercó con una sonrisa.

— Hola, hermosa — Me saludó el tipo raro.

— ¿Hola? ¿Quién eres? — Pregunté algo curiosa.

— Soy Pierre, el amigo de Mei Ling ¿No me recuerdas? — Me preguntó.

   ¿Pierre?
   Apenas recuerdo lo que me puse ayer y este tal Pierre quería que lo recuerde.

— Disculpa, pero no puedo recordarte — Le dije con frialdad y confusión.

— No importa — Dijo algo desilusionado.

   Luego de una breve pausa, Pierre volvió a sonreír y a mirarme de arriba a abajo.

— El vestido te quedó a la perfección — Me dijo mirándome seductoramente.

— Acaso... ¿Tú lo mandaste? — Pregunté arqueando una ceja.

— Si no soy yo... ¿Quién más? — Dijo.

— Pero... ¿Por qué? — Le pregunté nuevamente.

— Es que tú ... Tú me gustas, me gustas desde la primera vez que te vi — Dijo Pierre mirándome y mordiéndose el labio.

— ¿Qué? ¿Pero por qué? Solo nos habremos visto dos veces, como mucho tres ... — Dije confundida.

   ¿Cómo era posible que yo le guste?
   ¿Estaba loco acaso?

— Solo tres veces fueron suficientes para que pueda enamorarme de ti ... Eres hermosa, tienes caracter, eres fría, no sé qué tienes pero me encantas — Me confesó.

— Lo siento pero no te conozco, ni siquiera te recuerdo, ni siquiera puedo dar una respuesta concreta, tú no me gustas y no tengo interés en tener novio — Le dije comenzando a molestarme.

— Hermosa ¿quién habló de noviazgo? Podemos ser amigos... amigos con derechos — Dijo seductoramente — Solo déjate llevar... —

   Mi piel se me erizó cuando sentí la mano de Pierre acariciando mi pierna.
   Inmediatamente, me levanté de la silla y le pegué un puñetazo en su cara plástica.

— Escúchame bien, ¡Que nunca más se te ocurra volver a tocarme! — Le dije en voz baja muy molesta — Yo no soy como esas chicas fáciles con las que tú sales —

   Él solo se quedó en silencio.
   Me fui a buscar a Kyon, pero ella estaba a los besos con un chico, el cual estuvo enamorado de ella toda la vida.
   Como lo conocía desde hace mucho y era de confianza, decidí no molestar.
   Enfurecida por lo ocurrido con Pierre, agarré mi chal negro, me lo puse y salí de la finca.
   Me fui caminando mientras lloraba de furia.
   Me saqué los tacones y me sentí aliviada con el roce de mis pies descalzos con el suelo frío.
   No sabía si volver a casa.
Aún no era hora de que la fiesta llegara a su fin.

   Cambié de opinión y preferí ir hacia mi lugar favorito: un terreno baldío, donde las margaritas abundaban.
   Me senté en el césped mientras seguía llorando.
   Oculté mi cara en mis antebrazos, los cuales estaban sobre mis rodillas.
  "¿Jamás podré vivir felizmente?", Me pregunté.
De la nada, escuché unas pisadas cerca de mí.

— Oye ¿Estás bien? ¿Por qué lloras? — Me preguntó una voz masculina algo preocupada.

   Levanté mi cabeza.
   Mis ojos llorosos se encontraron con la presencia de un chico alto.
   Su cabello era azul marino, casi azabache, como el mío.
   Sus ojos eran celestes, de ese celeste que te provoca migrañas.
   Su piel era blanca, levemente tostada, podría decir que media.
   Vestía un suéter blanco al igual que sus zapatillas y pantalones negros.

— S-sí, estoy bien — Dije fingiendo una sonrisa, poco convincente debido a mis mejillas empapadas.

  Me asusté un poco al ver que se acercó más a mí.

— No te ves para nada bien — Se sinceró el chico — ¿Te puedo ayudar en algo? —

— No es necesario, estoy bien — Contesté asustada y de mala manera mientras cruzaba los brazos.

— Oye tranquila, solo quería saber si podía ser de ayuda — Dijo el chico.

  Ambos cruzamos miradas.

— No necesito ayuda — Dije un poco molesta — Déjame sola —

   Luego de eso, me levanté del césped y salí corriendo de allí.
   No volteé atrás.
   Llegué a casa y no tuve otra alternativa que decir que Kyon se fue con unas amigas debido a que la fiesta terminó antes de lo pensado.
   Por lo menos me creyeron.
   Agotada, me lancé sobre mi cama.
   Pensé en todo lo que había pasado ese día.
   Me sentí pésimo recordando la manera en la que traté a ese chico.
   Ayelén, ¿Cuándo harás algo bien?
   ¿Cuándo tomarás buenas decisiones?

¿Cuándo?

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Fecha de estreno: 11/09/22.

Fecha de edición: 17/10/22.

Fecha de edición (2): 23/11/22.

Bueno Valentasticos, hasta acá el capítulo de hoy.

(Canción de Evanescence en la descripción porque no se me ocurrió otra).

Espero que les haya gustado leerlo como a mí escribirlo.

Si el capítulo fue de su agrado, háganmelo saber votando y comentando, esas dos cosas siempre me hacen bien de su parte. ♡

También aprovecho para decir que la violencia de género, sexual e infantil es muy común actualmente.
Si son víctimas de algún tipo de violencia o conocen a alguien que sí lo sea, no se queden callados.
Sé que si nos aliamos, finalmente podremos caminar libremente por las calles.

En fin, eso sería todo por hoy.

Próximamente vendrán más actualizaciones de esta y de las demás novelas, solo les pido paciencia.

Dios los bendiga. 🙏🏻❤️

Los amo infinitamente. ❤️

¡Saludos y abrazos virtuales!
(｡･ω･｡)ﾉ♡

- Atentamente, con amor, Valen. ☆ﾟ.*･｡ﾟ

💗💗💗