—Estoy en casa. —Joy dejó sus cosas en el sofá de su apartamento.

La depresión poco a poco se apoderaba de ella, haciendo que cada vez se sintiera más incompetente y rota. Pero Taehyung no era la solución, y a Joy le costaba comprender que él le pertenecía a alguien más.

—Moonsun, mamá llegó. —La chica con pocos ánimos buscó a su gata en las habitaciones.

El teléfono suena, se dijo a ella misma al escuchar el constante sonido del teléfono. Pero no quería contestar, ya sabía que su hermana menor estaba en la línea para regañarla por estar en casa todo el día.

Realmente odio estar así, pensó Joy para sus adentros. Los pensamientos negativos estaban carcomiendo su carne lentamente. Tomó un poco de valor para afrontar lo que su hermana fuese a decir, descolgar el teléfono de su base y decirle tan siquiera una palabra su hermana era tan difícil para ella, que prefería hacer cualquier otra cosa, pero no tenía opción.

— ¿Ahora qué? —Dijo con tono que demostraba su desagrado.

—Al fin contestas, saco de huesos,
¿qué haces?, ¿vas a ver tus
series estúpidas
de Netflix o vas a cortarte
las venas para publicarlo en
Instagram junto con
un texto deprimente?

— ¿Qué es lo que quieres? —Joy se echó en el sofá— Tercera vez que te contesto y te pones así, ya veo porque no tienes muchas amiga, unnie.

—Já, já, —sarcasmo detectado— no
me hables como si
fueras mejor que yo, niña.

—Como sea. —Joy revisó su feed en Instagram sin interés.

—Escucha, te lo diré por un última vez, —suspiró— deja de vivir de amargada solo porque no obtuviste a quien deseabas. Solo deja de ser una estúpida por una maldita vez y deja de estar así, ¿crees que si Selena Gomez se hubiera deprimido por no tener lo que deseaba y se hubiera enganchado a eso estaría como está ahora? ¡No! Ella dejó atrás todo y lo enfrentó con todo su ser, ¿no crees que deberías también seguir sus pasos?

—No puedo creer que me estés comparando con ella.

— ¡Maldita sea, solo olvídate de él!

El hecho de que su hermana menor le gritara era serio. Joy relamió sus labios, sintiendo una punzada en su estómago, le dolía ver que todo lo que su hermana decía era cierto.

Pero no puedo olvidarlo, no sé como hacerlo... Joy sentía una piedra en sus hombros. Se sentía culpable de amar a quien ya estaba casado; se sentía culpable de sufrir por sus tonterías; se sentía culpable de lastimar a un chico inocente...

Pero no se sentía culpable de haber sido responsable de que casi violaran a Jung Yerin. Joy sentía su cabeza punzar de dolor, tocaba sus sienes con desesperación. Hasta que un pensamiento sobresalió entre el resto de ellos; Es su culpa, todo es culpa de esa perra, Jung Yerin.

—Sí, —Joy asintió varias veces— es su culpa, por su culpa Taehyung no está conmigo, por su culpa él me odia, por su culpa tengo este infierno en mi cabeza...