장27

El día que Jungkook regreso fue una total sorpresa para Jimin. Había hablado con su novio luego del último concierto y este le había dicho que volaría hasta la tarde del día siguiente. Sin embargo, grande fue su sorpresa cuando a la tarde siguiente su novio tocó el timbre de la reja y entró con flores en las manos. 

Jimin había estado tan emocionado que después de abrir la reja había salido de la casa en su pijama de conejitos y totalmente descalzo para abrazar a su novio. Lo había extrañado demasiado. Los días sin él habían sido absolutamente difíciles.

—Te extrañé, mi hermoso bebé —dijo Jungkook mientras avanzaba hasta la puerta de la casa del rubio, con este todavía enredado entre sus brazos.

—Yo más, mi Kookie lindo —dijo Jimin dando besos por toda la piel que alcanzaba estando oculto entre el cuello de su novio.

—¿Entramos? —ambos se separaron, pero siguieron tomados de las manos.

Al entrar se encontró con Taehyung y el que parecía ser el primo de Jimin, Yoongi. Este lo miró con seriedad antes de seguir hablando con el más alto.

—¿Quieres algo? ¿Estás cansado? ¡Por qué no me dijiste que vendrías! Mira, estoy todavía en pijama.

—Te ves lindo en pijama —Jungkook hablaba coqueto a su novio— Y más sin ella. —De inmediato, Jimin le tapó la boca a Jungkook.

—Te voy a presentar a mi primo Yoongi —lo jaló acercándose más al lugar donde se encontraba su primo y su mejor amigo aún con las mejillas sonrosadas y calientes.

Después de un saludo, Yoongi no dijo nada en toda la conversación, Taehyung y Jimin lo veía normal, pero a Jungkook le extrañaba ver a alguien tan serio y silencioso. Sin embargo, podía notar la facilidad con la que ocasionalmente hablaba con Taehyung o se inclinaba hacia él. Incluso dejaba que lo abrazara.

Jungkook compartió miradas cómplices con Jimin cuando Taehyung y Yoongi se sonreían mientras bromeaban respecto a si era saludable dormir más de 12 horas al día.

La conversación entre ellos empezaba a ser más suelta, pero Jungkook no evitaba notar que Jimin estaba tocándose la cabeza constantemente, también lo notaba un poco pálido. Todo pasó a Jimin parándose de ahí.

—Voy al baño —dijo con su cara tornándose muy pálida.

Intentó pararse, pero un mareo no lo dejo, seguido de unas intensas ganas de regurgitar, no lo pudo retener y vómito en un cesto que estaba cerca espantando a todos los que estaban ahí.

Jungkook se paró a intentar ayudarlo, pero Jimin lo alejó sin dejar de vomitar.

—Deberíamos llamar a Nana —dijo Yoongi al ver lo pálido que se puso Jimin de tanto vomitar.— Te ves mal.

—No, ya estoy bien, creo que… — no terminó la oración y continúo con el vómito hasta más no poder.

—Yoongi tiene razón, voy por Nana —Taehyung salió a buscarla afuera.

Jungkook no sabía qué hacer, de la nada Jimin cayó desmayado reaccionando Jungkook antes de que esta callera al suelo.

—Jimin cariño.

Nana llegó con Taehyung y al verlo así salieron directo a la camioneta para llevarlo al hospital. Jungkook encendió el auto mientras Yoongi y Taehyung se acomodan en la parte trasera de la camioneta aun sosteniendo a Jimin. Subieron todos los vidrios y prendieron el aire acondicionado. Jungkook miró por el espejo retrovisor a Jimin, mientras avanzaba por entre las calles.

—Vista al frente, Jeon. No queremos ser cuatro en el hospital —reprendió Yoongi cuando vio al chico tratar de ver a su primo.

—Jiminnie, despierta —susurró Taehyung moviendo suavemente la mejilla de su amigo.

—No sé cómo no nos dimos cuenta de lo enfermo que se veía Jimin. Desde que te fuiste a Nueva York, Jimin ha estado comportándose de manera extraña —observó Yoongi, mientras contemplaba el semblante pálido y ojeroso de su primo.

—¿Por qué no me dijeron nada? —reprochó Jungkook desde el asiento delantero.

—Pensamos que era debido a que te habías ido y sabemos que los dos han pasado por mucho en las últimas semanas. No pensamos que fue tan grave.

—De cualquier manera, Taehyung. Debieron llevarlo al médico o algo.

—Lo sabemos, pero no lo hicimos y aunque estuvo mal no podemos retroceder el tiempo —habló tajante Yoongi.

—Bien, ya casi estamos ahí.

El resto del camino fue silencioso y un poco tenso. Jungkook miraba ocasionalmente por el espejo, tratando de darle una buena vista su novio que no despertaba. Una vez en el hospital, Jungkook sacó en brazos a Jimin sin esperar a los otros dos.  Solo cuando estuvo dentro de uno de los consultorios con el médico revisando a su novio fue que pudo estar un poco tranquilo.

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