Biblioteca | Rise Donnie
⭐ Donnie x Fem T/N
⭐ Donnie edad: 20 años
⭐ 🔞 NSFW | Smut
⚠️ Advertencia: sexo en lugar público, lenguaje vulgar.
—Geología, ¿en serio? —renegó tu novio.
Estabas en universidad y como proyecto debías exponer sobre un tema a tu elección. No eras muy buena hablando en público, así que decidiste elegir un tema sencillo y que no llamara mucho la atención. Pediste ayuda a Donatello, quién era un experto de las investigaciones.
—Es un tema fácil —te encogiste de hombros.
—Y bastante aburrido —añadió.
Entraron a la biblioteca y recorrieron los pasillos hasta la zona de «Piedras», no fue difícil dar con los libros sobre Geología, Donatello conocía el lugar como la palma de su mano.
Tomaste un libro bastante grueso y algo pesado llamado «Ciencias de la Tierra», se lo mostraste a tu novio, este suspiró y te ayudó a cargarlo hasta el espacio de lectura.
Habían unas cuantas mesas y sillas, todo estaba bastante silencioso y solitario, dándole la razón a Donatello, que, según sus palabras "A nadie le parece divertido leer sobre minerales y formaciones rocosas"
—Introducción a la geología —leíste en voz baja—. La geología es la ciencia de la tierra y tiene por objeto...
—Entender la evolución del planeta y sus habitantes —susurró tu novio. Te giraste y lo viste con molestia—. ¿Qué? Todo mundo sabe eso.
—La Geología física estudia...
—Los materiales que componen la
tierra —nuevamente fuiste interrumpida.
—Donnie, si vas a seguir así, me iré a leer a otra parte —amenazaste—. Déjame leer, ¿Sí?
—Me estoy aburriendo, ¿Y si mejor expones sobre enlaces químicos —guiñó y rodaste los ojos.
Continuaste tu lectura en silencio, tratando de ignorar los comentarios de Donatello acerca de lo aburrido que era el tema. Después de un rato, guardó silencio, pero seguías sin poder concentrarte.
—¿Qué haces? —preguntaste sin despegar la mirada del libro. Tu novio había encontrado la manera de entretenerse mientras recolectabas información para tu proyecto.
—Nada —respondió cínico mientras su mano se escabullía por tu vestido hacia tu muslo.
Realizabas algunas anotaciones en tu cuaderno y pasabas de página. Donatello seguía acariciando tu pierna y parecía suficiente para mantenerlo a raya.
—D-donnie —te había dado un apretón en la parte interior del muslo. Conocías el lenguaje corporal de tu novio y eso significaba que quería más de ti—. ¿Aquí?
Asintió serio dando palmaditas en su pierna, dudaste un poco por temor a que alguien pasara por ahí. Al final, obedeciste y te sentaste sobre él, dándole la espalda y apoyando tus codos sobre la mesa. Este abrazó tu cintura y continuaste con tu investigación.
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El vestido que llevabas puesto facilitó todavía más el trabajo de tu novio. Bajó su mano hasta encontrarse con tu intimidad; acarició y presionó ligeramente con sus yemas por encima de la tela, mientras que con la otra manoseaba sin pena tu muslo. Con agilidad corrió tu calzón hacia un lado e introdujo uno de sus dedos, encontrándose con un delicioso calor y humedad –provocado por sus toqueteos– que facilitaba el deslizamiento entre tus paredes. Exploró tu interior, acariciando minuciosamente hasta encontrar aquella zona que te hacía estremecer. Un gemido involuntario escapó de tus labios cuando rozó justo tu punto G, delatando la fuente de tu placer. Tus paredes se contraían en respuesta y tus piernas intentaban cerrarse, pero su mano libre te mantenía abierta para él.
—Ujum —fingiste carraspear, tratando de enmascarar los suaves gemidos que te provocaba.
Sonrió maliciosamente ante la reacción de tu cuerpo. Donatello era hábil con sus manos y conocía a la perfección cómo complacerte. Se apartó momentáneamente de tu interior para dedicar atención a tu clítoris, acariciándolo con movimientos circulares. Te retorcías sobre él cada vez que pulsaba tu hinchado botón; su dedo jugaba contigo de manera traviesa y sin rumbo fijo. Su yema se movía de forma impredecible, hacia arriba y abajo o alternaba con movimientos laterales, así como la velocidad con la que te estimulaba.
Hace un buen rato dejaste de ponerle atención al libro y te concentraste en mantener el silencio absoluto. Sentiste cómo su polla salía de su escondite y presionaba con urgencia contra tu trasero, solo separados por la fina tela de sus shorts. Impaciente, liberó su falo, ansioso por hundirse en lo más profundo de tu ser. Sin pedir permiso, comenzó a acomodarte para darle paso a lo verdaderamente divertido.
—Donnie, espera, ¿Y si alguien nos ve? —susurraste nerviosa.
—Nadie viene a esta zona —murmuró en tu oreja.
Hizo a un lado tu ropa interior y alineó su pene con tu entrada, te tomó de la cintura y te bajó lentamente hasta estar dentro por completo. Esperó un momento a que te adaptaras a su miembro y comenzó a moverte sobre él. Te apoyaste en la mesa y dejaste que marcara el ritmo, te tomó firme de las caderas y te balanceaba lentamente, presionando profundo dentro de ti.
Con unas cuantas estocadas ya había lubricado su miembro con tus fluidos.
—Mmfh —soltaste un largo suspiro, su longitud viajaba entre tus paredes hasta tu interior.
Si no lo conocieras, pensarías que no está disfrutando debido a la ausencia de gemidos, sin embargo, su entrenamiento ninja le daba la habilidad de mantenerse en silencio, incluso si se encontraba a punto de llegar al orgasmo.
Mentalmente maldecías a tu novio, a diferencia de él, eras bastante ruidosa durante el sexo. Mordías tu labio y cubrías tu boca para evitar que cualquier gemido saliera.
Donatello disfrutaba de tenerte en esa posición, tenía acceso a tus busto y tú punto sensible. Bajó tus tirantes, dejando tus senos expuestos; no dudó en sobreestimularte pellizcando tus pezones mientras bombeaba dentro de ti.
Te recargaste estremecida sobre él, echando la cabeza hacia atrás al sentir sus dedos jugueteando con tu clítoris. Aprovechó este movimiento para besar tu cuello y tu hombro. Dabas pequeños saltitos ante la presión de su dedo contra tu botón, lo movía de arriba a abajo, alternando distintas velocidades haciéndote humedecer todavía más.
—¿No querías leer? —susurró juguetón. Empujó tu cuerpo hacia adelante regresando a tu posición inicial—. Lee —ordenó.
Tardaste un poco en reaccionar, Donatello apretó tu pierna hasta que lograste enfocarte en uno de los párrafos.
—El interior de la Tierra... —continuó subiendo y bajando tus caderas—. Se caracteriza por... a-ah —gemiste y de inmediato cubriste tu boca. Te morías por jadear, gemir e insultar a Donatello, pero el miedo de ser descubiertos te invadía, aunque también te resultaba excitante.
Donatello aumentó la velocidad con la que te movía, señal que estaba a punto de correrse y tú estabas al límite. Te abrazó pegando tu cuerpo al suyo y descargó su semen dentro de ti. Se quedó unos minutos abrazándote en esa posición esperando que lograras recobrar el aliento.
Pudiste despejar tu mente y enfocarte de nuevo en tu libreta. Observaste que en todo este rato llevabas escrito menos de la mitad de la hoja.
—No vuelvo a pedir tu ayuda —murmuraste subiendo tus tirantes.
—Sí, cómo no —dijo sarcástico—. Te traeré un buen libro.
Rodaste los ojos mientras te levantaba de su regazo, acomodó sus shorts y se encaminó a buscar otro libro. Rezabas que no fuera acerca de química, pero cuando lo viste regresar con una sonrisa sabías que tus oraciones no habían servido de nada.
ʕ´•ᴥ•'ʔ Hola, soy la escritora, Mafer. Oigan, no es mamada, el libro Ciencias de la Tierra sí existe, busqué en Google y me descargué un pdf nomás para este cap JAJAJAJA
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