🧬 RIDE OR DIE !
five; iglesia

—¿Por qué Harry Potter no existe? Él sería mi ser amado —chillé al leer la parte del beso de Harry y Ginny —. La vida es injusta... Es por eso que el amor de mi vida es un personaje literario.

Abraham me miró con el ceño fruncido. —Tú no tendrás novio hasta que seas mayor de edad, mejor dicho, hasta que tengas cincuenta años.

Tara y yo nos miramos y ambas nos reímos. —Sabes que es inevitable, Abe —enarqué una ceja y lo señalé con mi dedo.

Él bufó molesto y se cruzó de brazos. —Harry Potter es basura.

—¡Retráctate! —gritamos al unísono Tara y yo.

El pelirrojo rió.

—Regresando al tema de Harry —habló Tara —. Si existe.

—¿Qué?

Ella asintió. —Daniel Radcliffe.

—Solamente es el actor, aunque bueno, prácticamente es Harry Potter aunque no se parezca en nada al Harry de los libros pero como él es Harry técnicamente si existe y es Daniel, y... ¿qué acabo de decir? —reí al confundirme —. En conclusión: Daniel vive en Londres y nosotros estamos en Estados Unidos lo cual lo hace muy poco probable que sea mi novio. Quizásya ni este vivo.

—Dios, te escuchaste como Eugene —Tara hizo una mueca.

—Ay no, que feo caso —fruncí el ceño.

—Veo, veo... Algo anaranjado —Bob rascó su barbilla mientras pensaba.

—¿Cómo va a ver algo anaranjado si estamos en media primavera? —resopló Sasha.

Los miré con burla.

—Sí tonta. No hay nada anaranjado —reclamó molesto el niño Grimes.

Fruncí el ceño. —Ni siquiera estoy jugando contigo —rodé los ojos molesta.

Pensé que Carl sería amigable y lo era, hasta que ocurrió el incidente del arma. Yo soy bastante orgullosa para disculparme, de hecho ni tengo que hacerlo y él al parecer es igual o más orgulloso que yo. Sí, las cosas no están funcionando nada bien, o bueno, no como me esperaba llevarme con Grimes.

—Y para tu información si hay algo anaranjado —frunció el ceño confudido —. En tu camisa está el vómito de Judith. Suerte con limpiar la zanahoria —él hizo una mueca de asco al ver su hombro llenó de zanahoria vomitada, reí con burla y me despedí con la mano mientras caminaba hacia Glenn.

El coreano me saludó. —No te llevas bien con Carl, ¿eh?

Ladeé la cabeza. —Es molesto.

—Yo creo que te gusta —dijo Maggie de manera burlona provocando que ella y su esposo rieran.

—¿Él gustarme a mí? —hice una mueca de asco —Paso.

Carl es lindo, debo admitir, pero es un orgulloso idiota.

—¡Auxilio! ¡Que alguien me ayude! ¡Auxilio! —los gritos provenían del bosque.

Sin pensarlo dos veces corrí hacia los gritos evitando los llamados de Abe y Rosita.

Al adentrarme más al bosque pude visualizar a un hombro arriba de una gigantesca roca y cuatro caminantes tratando de llegar a él. Clavé el cuchillo improvisado en el cráneo de uno y los otros tres fueron re-matados por los demás.

El hombre bajó temeroso de la roca y nos miró como si tuviéramos alguna enfermedad contagiosa. Todavía que le salvamos la vida se atreve a mirarnos así, por Salazar Slytherin.

—¿Estás bien? —preguntó Rick al verlo tan demacrado.

El pobre hombre vomitó.

Creo que yo también lo haré. Que asco, no necesitaba ver eso.

—¿Escupió un pulmón o algo por el estilo? —Glenn soltó una risita traviesa y me dio un leve empujón, el cual yo se lo regresé.

—Perdonen —nos mirado apenado —. Gracias, Me llamo Gabriel.

—¿Estás armado?

Gabriel rió. —¿A ustedes qué les parece?

—No nos importa un comino lo que parece —refunfuñó el pelirrojo que tenía a mi lado.

Él apartó la vista de Abe con temor. —No tengo ninguna arma. Me protege la palabra de Dios.

—No es lo que parecía —ladeé una sonrisa.

—Pedí auxilio. Y me auxiliaron —todos nos quedamos en un silencio incómodo —¿Por casualidad... no tendrán comida? Lo que sea... que me quedaba se cayó.

—Y también lo vomitó —recordé, ganándome una mala mirada de Rosita.

Al contrario de Abraham, el cual sólo se rió y chocamos los cinco.

Mi atención se la llevó Carl ya que le estaba extendiendo unas nueces.

La pequeña Judith empezó a balbucear mientras extendía sus pequeños bracitos hacia mí. —Al parecer quiere que la cargues —mencionó el hermano de Sasha, Tyreese.

Me señalé abriendo los ojos sorprendida.

—Sí. Tú —afirmó con una sonrisa y se acercó a mí con la intención de que cargara a la bebé.

Con cuidado la tomé en mis brazos y enseguida comenzó a estrujar mis mejillas. —Auch, Judith —me quejé cuando sentí que me había pellizcado —. Mejor juega con mi cabello —la pequeña pareció entenderme y al instante despeinó mi trenza.

Judith balbuceaba como si tratara de hablar. Carl no me quitaba la mirada encima, no porque él me desagrade significa que su pequeña y tierna hermana también, de hecho, adoro a la bebé y le he cogido cariño durante los pocos días que he convivido con ella.

—Atrás hay un autobús pequeño. No arranca pero podemos arreglarlo en uno o dos días si el padre dice que no lo quiere. Al parecer ya tenemos transporte —suspiré al escuchar a Abraham hablar.

Al estar con el grupo me hacía feliz y ya no me aburría tanto como solía hacerlo y por un momento me había olvidado de la misión... No debí encariñarme con nadie.

Mecí a Judith cuando ella comenzó a patalear en mis brazos. —I can't see me lovin' nobody but you, for all my life. When you're with me, baby the skies'll be blue. For all my life —tarareé y la bebé no tardó en caer nuevamente dormida en mis brazos.

—¿Happy Together? —preguntó Tara con burla.

Yo asentí encogiéndome de hombros. —Mi mamá me cantaba esa canción y me hacía sentir bien —sonreí con nostalgia.

La chica al notar el cambio en mis emociones decidió dejar el tema, en cambio, colocó una de sus manos en mi espalda y dio una palmadita para que entrara a la iglesia. Una vez estando adentro lo primero que llamó mi atención fueron demasiadas latas vacías ordenadas en el piso de la iglesia. Algo raro.

Tomé asiento en una de las bancas para que Judith y yo estemos más cómodas. Aún no me era creíble que una bebé este en medio de esta mierda, y se me hace menos creíble que ella fuera hermana de Carl, idiota, Grimes.

Hablando del rey de Roma, el ojiazul se sentó a mi lado y me tendió sus brazos indicándome que quería cargarla. —Está dormida, ¿no ves?

Rodó los ojos. —Sólo dame a mi hermanita. No confío en tí.

Lamí mis labios y sin reprochar nada dejé a Judith con sumo cuidado en los brazos de Grimes.

Godric Gryffindor, ¿es mal momento para que aparezcas tu espada mágica?

Di una última calada a mi cigarrillo y lo apagué en la pared. Desenvolví el chicle y lo introduje a mi boca saboreando el sabor a fresa.

—¿Qué mierda es esto? —pregunté alterada al ver una marca de sangre en la pared en forma de mano.

La voz de Rick inundó mis oídos y corrí hacia él. —¡Rick! ¡Rick! —él me miró preocupado.

—¿Pasó algo? —frunció el ceño.

Asentí y le indiqué que me siguiera. —Mira —señalé la mano ensangrentada al llegar a la parte trasera de la edificación.

—¡Papá! —Carl corrió hacia nosotros y se detuvo al ver la mano en la pared —. Hay algo más que tienes que ver —titubeó.

Él nos llevó hasta una de las paredes laterales y señaló unos arañazos.

—Son profundos. Como si los hubieran hecho con cuchillos —digo mientras tocó la superficie de los cortes con las yemas de mis dedos.

Carl asintió. —Alguien intentaba entrar —Rick y yo nos miramos con preocupación  —. Descubrí otra cosa. No sé qué haya pasado, pero, sea lo que sea podemos manejarlo —finalizó y con su dedo nos indicó la pared —. No significa que Gabriel sea malo, pero... significa algo.

ARDERÁS POR ESTO. Eso estaba tallado con algo filoso, probablemente con un cuchillo.

—El padrecito no es tan bueno como pensábamos —Carl Grimes me miró mal pero le resté importancia.

Él no está preparado para mis comentarios geniales.

—Quiero proponer un brindis —el lugar se quedó en silencio al escuchar la voz de Abe —. Miro a todos en esta sala y veo sobrevivientes. Todos y cada uno de ustedes se ganó ese título. Por los sobrevivientes —alzó su copa de vino.

—¡Por los sobrevivientes! —dijimos todos al unísono con las copas de vino en alto. Bueno, yo tenía una caja de jugo de manzana y Grimes niño tenía una de naranja, así que eran las copas de vino con dos cajas de jugo.

—¿Es todo lo que desean ser? ¿Despertar en la mañana, matar a los imbéciles no muertos, buscar comida, dormir por la noche con los ojos abiertos, enjuagar y repetir? Porque pueden hacer eso. Tienen la fortaleza, tienen la habilidad. La cuestión es que, para ustedes, con su capacidad, eso es rendirse. Si Eugene llega a Washington, hará que los muertos mueran, y los vivos reconquistarán el mundo. Y eso no es poco premio por un pequeño viaje en auto.

—Eugene —llamé al hombre provocando que todos me miraran —¿qué hay en Washington D.C.?

—Una infraestructura pensada para soportar pandemias aun de esta jodida magnitud. O sea, alimentos, combustible, refugio. Un nuevo comienzo.

Abraham sonrió. —Más allá de cómo resulte esto, más allá de cuánto tarde en arrancar ese nuevo comienzo, allí estarán a salvo. Más de lo que estuvieron desde que empezó todo esto. Vengan con nosotros —sonreí esperanzada a que alguien se pusiera de pie y dijera que nos acompañaba.

—Salven el mundo para esa pequeña —Judith balbuceó y volvió a extender sus bracitos hacia mí, Rick me entregó a la bebé y la senté en mis piernas —. Sálvenlo para ustedes mismos. Sálvenlo para las personas que deben resignarse a sobrevivir —la bebé balbuceó de nuevo.

—¿Cómo? —el señor Grimes le preguntó a su pequeña hija —. Creo que sabe lo que voy a decir. Quiere ir. Si ella quiere, yo también. Vamos —afirmó haciéndome sonreír.

Judith rió. —¿Viste Judy? Así es como debes negociar con alguien —di un toquecito en su nariz y con su manita agarró mi dedo.

Reí al escuchar las carcajadas de la bebé provocadas por las cosquillas que le proporcionaba en su barriguita.

Si las miradas mataran yo ya estaría tres metros bajo tierra por culpa de Carl Grimes el cual me veía con odio al estar con su pequeña hermana.

—Tu hermano es un idiota —susurré en el oído de la bebé y ella pareció entenderme ya que jaló mi cabello con fuerza —. Pero es un buen hermano, pequeña —no fue excusa porque era verdad, Carl era un grandioso hermano al cuidar, proteger y amar a su hermanita.

Cómo te extraño Aren...