O69 ▬ fire in Hilltop
🧬 RIDE OR DIE !
sixty—nine; fuego en Hilltop
—¿Estás bien? —miré a mi hermano que me miraba con preocupación. Asentí varias veces, poniendo una de mis manos en mi boca para luego negar dejando salir algunos sollozos. Él me abrazó con fuerza mientras me aferraba a su camisa. —Lo que sea puedes decírmelo, lo sabes ¿no? Eres mi hermana, quiero que estes bien.
Sorbí mi nariz, separándome de su abrazo. Sus ojos azules reflejaban una preocupación enorme y realmente quería decirle lo que pasaba, el por qué estoy tan abrumada, el por qué Carl ha estado tan estresado. Quería soltarle todo pero sabía que sería una mala idea después de lo que él pasó con ellos, no quería a Aren enojado ni decepcionado conmigo.
—Estoy bien. Sólo es todo lo que ha pasado últimamente, estoy cansada —dije, recargando mi cabeza en su pecho —¿Tú estás bien?
Él se encogió de hombros, agachando su cabeza para que evitara ver las lágrimas que comenzaban a acumularse. —En algún punto tengo que estarlo. Por ella... Enid quisiera que estuviera bien, trato de seguir pero en todos lados, en todo lo que hago ella está ahí.
—Aren...
—No, no. Estaré bien, Nyd, sé que no estoy solo. Te tengo a ti y a mis pequeños niños que amo más que a mi propia vida —solté una sonrisita de ternura al ver como se expresaba de sus sobrinos —. Tengo que estar bien por ti.
—Aun si eliminaran media horda en esa cueva, ella aún tiene miles. No pueden quedarse aquí —dijo Lydia preocupada, caminando de un lado a otro con los brazos cruzados.
—Por mí, los susurradores pueden venir directo a Alexandria —mencionó Earl, ganándose malas miradas por parte de todos.
—Sí, estamos justo en su camino.
—Tal vez nos rodee.
Negué de inmediato. —No necesita rodearnos. Nos pasará por encima.
—No volveré a irme. Ni loco —habló Jerry, mirándome con seriedad.
—Tienen razón. Podemos recuperarnos en otro lado.
Earl miró con molestia a Diana. —No podemos. ¿En cuántas misiones de exploración estuviste? ¿Cientos? —le preguntó a Aaron formando un silencio incómodo en la oficina —¿Alguna vez viste un sitio como Hilltop?
Yumiko y Aaron comenzaron a hablar pero yo ya no podía escucharlos, solo me aferraba al brazo de mi esposo sabiendo que si algo sale mal a los primeros que Alpha buscará serán a nuestros hijos. Carl tomó mi mano, dándole un leve apretón para tratar de tranquilizarme aunque sabía que él estaba igual de preocupado que yo. Si Alpha asesina a alguien de nosotros el trato con ella se acabó y no dudaré en ir y cortarle la cabeza, ganas no me faltan.
Dejé de divagar cuando escuché nuevamente la voz de Earl. —Debemos luchar, y si morimos, morimos luchando por un lugar que significa algo. ¿Hay mejor forma de morir?
Aaron asintió. —Con la vida de mi hija intacta. Y la de Judith, Ezra, Max, Glenn y Adam. ¿Quieres que siga?
Él ya no respondió.
Mi esposo dio un paso hacia el frente. —De acuerdo, saquemos a los niños primeros. Empaquen sus cosas. Nos vamos a Oceanside. Tomen armas, comida, lo que puedan. Nos reagruparemos allí.
—¡Mamá! ¡Papá! —Carl y yo nos alteramos al escuchar los gritos de Max debido a que hace un par de horas se habían marchado de Hilltop para dirigirse hacia Oceanside.
Max fue directo hacia los brazos de su padre en lo que yo me acercaba a Daryl quién traía en brazos a mi pequeño. —¿Qué pasó? —pregunté con preocupación, tomando a Glenn para cargarlo.
—Bloqueó todos los caminos. Nos están acorralando. Si podíamos salir, perdimos la oportunidad.
Mi vista chocó con la de mi ojiazul, ambos nos mirábamos sabiendo que quién había hecho todo eso era Negan. Él sería el único que obstruye los caminos para acorralarnos, lo hizo una vez, está más que claro que también nos quiere muertos.
—Pero no podemos quedarnos aquí. Tú dijiste... Todos ustedes dijeron que no podíamos quedarnos aquí.
—Podemos llamar a Alexandria. Llamamos a Alexandria, y nos enviarán luchadores, ¿no? —Luke dirigió su mirada hacia Carl y hacia mí con la esperanza de que dijeramos que sí —Así no seremos solo nosotros. No seremos solo nosotros, ¿no?
—Alexandria no llegaría a tiempo. Oceanside tampoco —mencioné, abrazando a mi hijo con fuerza —. Lamento decírlo, pero estamos solos.
Dicho eso me di la vuelta alejándome de allí junto a Carl y nuestros hijos con el alboroto de pánico que comenzaba a surgir detrás de nosotros. Una vez entrando a la casa Barrington, Max se separó de nosotros para ir corriendo hacia sus amigos, Glenny se movía como loco en mis brazos estirando sus manitas cuando vio a Vik acercarse hacia nosotros.
Nuestro amigo ojiverde cogió al pequeño entre sus brazos. —Vayan por sus cosas, yo los cuido.
—Gracias, hermano —le agradeció mi esposo por ambos y comenzamos a subir las escaleras dirigiéndonos a la habitación donde nos estábamos hospedando.
Una vez que entramos a la recámara me desplomé en el piso llorando, Carl se agachó a mi altura rodeándome entre sus brazos. Me abrazó con fuerza a la vez que siseaba para calmarme pero el miedo comenzaba a dominar a ambos. Los dos teníamos todo que perder esta noche.
Los jadeos de los caminantes hacían que se me erizara la piel, a pesar de que esto inició hace ya bastantes años nunca podré acostumbrarme a los jadeos cuando es una horda tan grande como la que comienza a aparecer desde el bosque.
Apreté mi agarre a los cuchillos que tenía en ambas manos. Los primeros caminantes llegaron a la reja electrificada que mamá y Eugene habían puesto, eso nos daría más ventaja al reducir el mayor número de caminantes posibles antes de que la derriben.
Carl me miró con un páncio bastante obvio reflejado en su ojo pero la expresión de su rostro indicaba que estaba enfurecido. Él se acercó para dejar un suave beso sobre mis labios, juntando nuestras frentes una vez que nos separamos, estuvimos así unos segundos hasta que se escuchó una exploción. Mi cuerpo se tensó cuando los caminantes comenzaron a abrirse paso ante la valla derribada.
Aaron comenzó a dar indicaciones, nos separamos en dos grupos dejando a los arqueros atrás formados en una fila. Los muertos llegaron hacia la segunda cerca de troncos de árboles y ramas amontonadas haciendo que los caminantes se quedaran atascados. Re-mataba de a dos al mismo tiempo al tener ambos cuchillos en mis manos. La sangre me salpicaba manchando mi ropa y parte de mi cuello, siempre odié tener su sangre sobre mí.
De la nada comenzaron a caer unos ¿globos? rellenos de algún líquido que apestaba ridículamente a pino de navidad. Todos ya nos encontrábamos empapados de aquel líquido y el fuego no tardó en aparecer, esto era plan de Alpha.
Dejé de re-matar a los caminantes cuando escuché los gritos de uno de los nuestros, sentí un nudo en el estómago al verlo totalmente en llamas y ahí fue cuando me di cuenta que aquel líquido que teníamos encima era flamable... Todos se dieron cuenta de eso y Daryl dio la orden de retirada.
Cuando íbamos a adentrarnos a los muros nos detuvimos cuando estos comenzaron a incendiarse. Estábamos perdiendo Hilltop por el fuego y no podíamos hacer nada al respecto por la horda detrás de nosotros. Como pudimos logramos entrar para tratar de reducir el tamaño de entrada para los caminantes y los susurradores que se infiltraban entre ellos para matarnos.
Di unos pasos hacia atrás para tomar un poco de aire y miré por unos segundos todo lo que pasaba a mi alrededor. Hilltop estaba en llamas, se estaba desvaneciendo. Los caminantes entrando, los susurradores entre ellos. No tenía idea de dónde se encontraba Carl y los nervios comenzaron a aparecer. Sabía que mis hijos y todos los niños se encontraban en buenas manos al tener a su lado a Ezekiel.
Jadeé cuando ya me encontraba en el piso con un susurrador encima mío cubriendo mi boca con su mano. Sentí su respiración en mi cuello y un escalofrío me recorrió cuando comenzó a susurrar en mi oído: —Ella quiere verlos.
—¿Dónde está ella? —preguntó Alpha nuevamente, ahora con la diferencia de que su puño impactó mi mandíbula.
El sabor metálico inundó mi boca. Reí con amargura, escupiendo la sangre que su golpe me había sacado. —Ya te dije que no sé a dónde fue.
Ella rió, para tomarme del cabello y colocar un cuchillo sobre mi cuello. Carl se sobresaltó ante esto e iba correr hacia mí para impedirlo pero fue sujetado por Beta. Mi esposo solo se removía tratando de zafarse del gigantón mientras suplicaba que no me hicieran nada. El frío tacto del cuchillo con mi piel quemaba, no podía moverme pues si lo hacía cortaría toda mi garganta.
—Vuelvo a preguntar, ¿dónde está ella?
Tragué en seco, cerrando mis ojos. —No lo sé.
Gemí del dolor cuando sentí mi piel abriéndose en una fina línea sobre mi cuello, no lo profunda para desangrarme pero si lo suficiente para que me dejara una cicatriz. Ella me soltó con brusquedad y caí con rudeza al suelo al mismo tiempo Beta soltó a mi esposo, Carl gateó hasta mí para tomar mis mejillas entre sus manos y alzar con delicadeza mi rostro para limpiar con la manga de su camisa la sangre que salió de mi cuello.
Mi vista se enfocó en Negan que solo observaba todo sin decir nada.
—No sé en realidad en donde este Lydia —mi esposo comenzó a hablar, dirgiéndose hacia Alpha —, pero podría estar junto a los demás niños... Escucha, íremos por nuestros hijos y si Lydia está allí te lo haremos saber. Te la daremos con vida.
Ella asintió y sin decir nada más se fue de allí junto a Beta.
Negan se puso de cuclillas quedando enfrente de nosotros. —Yo tengo a Lydia —susurró, con una sonrisa cínica en sus labios.
—¿Qué? —preguntó Carl atónito, en el mismo tono que él —¿Por qué no dijiste nada? ¡Casi mata a Nydia!
—Alpha no los matara, le conviene que ustedes esten vivos... Sé que quieren matarla... Busquen a los niños y cuando ellos esten a salvo me buscan.
────── (🪐) AUTOR'S NOTE
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diivolved ♡
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