O56 ▬ being parents
🧬 RIDE OR DIE !
fifty—six; siendo padres
—¡Mamá! —dejé de cortar la verdura al escuchar el grito de Henry y de inmediato corrí hacia la sala donde provenían los gritos.
El susto al escucharlo gritar pasó cuando ví a Max jalar el cabello de Henry y Carl tratando de que lo suelte pero era en vano pues cada forcejeo hacía que la bebé tironeára con más fuerza.
—Mamá, Max no quiere soltar mi cabello. ¡Voy a quedar calvo! —exageró acompañado de un chillido.
—Amor, no puedo separarla de Henry. Ayúdame.
Reí con burla, acercándome a ellos para tomar el cuerpo de mi hija y comenzar a hacerle cosquillas, ella de inmediato comenzó a reírse, así soltando el cabello.
—Por los clavos de Cristo, esa niña sabe aferrarse —dijo Henry con alivio, sobando su cabeza.
Maxi se acurrucó en mis brazos, buscando mi pecho para poder comer. —Okay, ahora ustedes dos van a terminar de hacer la cena mientras yo le doy de comer a Max.
Sin reprochar nada ambos se dirigieron a la cocina.
Me senté en el sofá y en cuestión de segundos desabroché mi sostén para poder amamantar a Max. Ella comenzó a comer tranquila mientras cerraba sus ojos tratando de dormir.
Realmente el tiempo ha pasado demasiado rápido. Max ahora tiene 4 meses desde que nació, meses donde ni Carl ni yo hemos dormido, pero realmente no nos podemos quejar demasiado, amamos a nuestra hija y desde un principio sabíamos que esto iba a suceder. Esto me recuerda a cuando conocí a Judy, ella era demasiado pequiñita.
Debo admitir que a Carl y a mí nos costó un par de semanas escoger su nombre, pero al final lo encontramos.
Maxine Dione Ford Grimes.
La primera idea era ponerle un solo nombre pero ambos no podíamos escoger entre Maxine y Dione así que se le quedó ambos nombres. Problema resuelto. Además, Carl insistió que el apellido Ford se quedara primero pues ya hay muchos Grimes, según él, y la verdad es un gesto muy lindo de su parte.
El primer mes de Maxi ninguno de los dos durmió más de siete horas en una noche debido a que ambos estábamos demasiado paranoicos con la muerte de cuna.
—Maxi, di "Papá" —Carl cargaba a nuestra hija de ahora 8 meses, a la vez que le repetía eso por más de veinte minutos tratando que Max hablara, la respuesta de mi niña fue una cachetada a su padre. —¡Auch!
Reí un poco cuando Max comenzó a reírse por haber golpeado a su papá.
—Se ve que es tu hija, ¿recuerdas cuando me golpeaste con un balón en la cabeza?
Asentí riendo. —Teníamos quince , no sabía lo que hacía, solo disfrutaba estar con mis amigos. Ha pasado un tiempo de eso... Ya no somos niños, Carl.
Él recostó su cabeza en mi regazo con nuestra hija encima de su abdomen. Desde el nacimiento de Max, Carl ha pasado más tiempo en casa con nosotros, pues antes llegaba algo tarde por estar vigilando toda la comunidad o no llegaba en días cuando salían por suministros.
Los balbuceos de la pequeña habían interrumpido el silencio que se había formado. Maxine ha crecido demasiado rápido, más de lo que me gustaría y para ser sincera eso me asusta.
—Ma-má —miré atónita a mi hija ante su balbuceo.
Solté un chillido por la emoción y me levanté rápidamente provocando que Carl cayera de golpe en el sofá. Cargué a mi niña, abrazándola con fuerza a la vez que repartía besitos por toda su carita.
—¡Dijo su primera palabra! ¡¿Carl, la escuchaste?! ¡Su primera palabra es mamá! —digo con rapidez, pues la emoción era más grande.
El ojiazul sonrió, sentándose de manera correcta en el sillón. —Lo tomaré, pero me ofende muchísimo.
Lo miré con burla cuando Max me abrazó por el cuello. —Amor, no te quejes. Ella es idéntica a ti.
No miento, desde que Maxi nació tenía un parecido increíble con Carl, es su padre, es normal, pero mientras más crece se parece más. El mismo color azulado en sus ojos, la nariz fina y respingada, las pecas que adornan sus mejillas y si nariz, el mismo tono pálido de su tez. La única diferencia que tienen son los labios, que según Carl, son parecidos a los míos, y el tono de su cabello que se volvió más rojizo que castaño.
Es Carl 2.0.
Cuando su cabello comenzó a cambiar de tono nos confundió a ambos, pues ninguno de los dos es pelirrojo, papá lo era pero no es mi padre biológico así que se tornó todo muy confuso. Hasta que hice memoria y recordé que mi madre, Eva, era pelirroja de nacimiento, pero siempre se pintaba el cabello, ella decía que no le gustaba el rojo en ella. Ha pasado muchísimo tiempo que comienzo a olvidar como eran mis padres biológicos.
—El tío favorito llegó —la puerta se azotó, dejando ver a Vik en el marco de esta con una pila de juguetes que apenas podía sostener en sus brazos.
Mi hija que estaba sentada en el sofá junto a mi mamá, comenzó a aplaudir emocionada al ver a Vik.
No es sorpresa para nadie que Max es la adoración para nuestra familia y para la comunidad, al ser hija del líder, y como R.J, es la consentida por todos. Ambos pequeños son los más mimados.
—¡Hola! —saludó mi mamá a Vik y a Alden que se encontraba con algunas prendas pequeñas en sus brazos, y también a Enid y Aren que venían detrás de ellos.
—Hola, mamá —mi hermano se abrió paso entre todos para saludarla con un abrazo, para después acercarse a mí y abrazarme con fuerza. —Está enorme —murmuró, cargando a mi pequeña pelirroja.
Mi esposo e hijo bajaron entre risas y al ver a todos reunidos sus risas cesaron.
—Vik, hermano, te he dicho que no es necesario que traigas más juguetes. Ya no tenemos dónde ponerlos —Carl hizo una mueca y señaló toda la casa dónde yacían juguetes tirados por todos lados, y ni para guardarlos con Hershel, Judy, R.J o Gracie, pues en sus hogares también estaban inundadas de juguetes, cortesía de Vik.
Desde que el ojiverde comenzó a salir más en las exploraciones, traía muchísimas cosas para todos los niños.
—Ay, por favor, mi ahijada puede tener todos los juguetes que quiera. No por nada soy el tío favorito —dijo con narcisismo, acercándose a mi hermano para tomar a Max entre sus brazos.
—Alucinas, yo soy el favorito —Aren se puso a la defensiva para arrebatarle a mi hija de sus brazos.
Enid se interpuso en medio de ambos para quitarles a Max. Le sonreí agradecida. —Par de zopencos, la nena no es una muñeca para que se esten peleando por ella —su regaño hizo que los dos se miraran entre si —. Se callan porque se sabe que yo soy la tía favorita.
No por nada Enid es la madrina de Maxi.
Carl y yo gritamos emocionados cuando Max se levantó y comenzó a dar pequeños pasitos por si sola. —Estoy llorando, primer aviso —exageró el ojiazul, sorbiendo su nariz extramadamente de manera exagerada. —¡Mira que bonita se ve! —sacudió mi brazo cuando Maxi aplaudió una vez que llegó de un sofá a otro.
—¡Ahora camina! ¿Qué sigue? ¡Que corra! —exclamó mi esposo, alzando sus brazos al techo con paranoia.
Como lo dije antes, Max está creciendo más rápido de lo que nos gustaría...
Max y Henry jugaban en la sala junto a Carl, yo solo los miraba con una sonrisa desde el comedor, pues me encuentro llenando algunos documentos que necesita el consejo para empezar a construir nuevas edificaciones. Al parecer mi firma es más importante de lo que creía.
Antes de que se hicieran las votaciones para escoger a un nuevo líder, mi esposo y yo creímos que Michonne se postularía, pero nos sorprendió cuando dijo que no iba a tomar el cargo de líder. Carl y ella hablaron, Michonne le dijo que era tiempo de que el ojiazul comenzara a seguir los pasos de Rick, y desde ese entonces ha sido así.
—Amor, necesito que firmes aquí —fui hacia él, sentándome en sus piernas, él me abrazó por la cintura para tomar el bolígrafo y firmar el documento.
—Listo —murmuró, poniendo su frente sobre mi hombro, suspirando con cansancio. —Esto es agotador. Solo quiero dormir bien y pasar más tiempo a solas con mi esposa.
Una mueca se formó en mis labios. Sé lo que Carl siente, y no, claramente no está arrepentido de adoptar a Henry y tener a Max, al contrario, ama a sus hijos como nada en este mundo. Pero entiendo su necesidad de dormir una noche en tranquilidad, y pasar más tiempo juntos, a solas.
—Tal vez, podríamos decirle a mi mamá o a Enid que cuiden a los niños por un día —susurré, acariciando su cabello.
—Por favor —besó mi hombro descubierto, abrazando con más fuerza mi cintura.
Carl se dejó caer a mi lado con su respiración aún agitada, cubriendo nuestros cuerpos con la manta, abrazándome por la cintura para acurrucarse en mi pecho. Llevé mi mano a su espalda desnuda para comenzar a acariciarla, subiendo mis caricias a su cabello, repitiendo eso constantemente.
—Realmente necesitábamos esto —dijo mi esposo, dejando un besito en mi cuello.
Asentí, tomando una bocanada de aire, tratando de regular mi respiración. —¿Crees que estén bien los niños? —pregunté en un susurro, con mi vista ida en el techo blanquecino de nuestra habitación.
—Nena, no te preocupes por ellos, estarán bien con Enid —murmuró en voz baja, trazando pequeñas líneas por mi cintura.
—Lo siento —susurré, algo apenada.
Él chasqueó la lengua como respuesta, alzando su cabeza para mirarme a los ojos. —Es entendible que te sientas así, creéme, yo también lo entiendo. Ahora somos padres, lo cual a mi yo de doce años le hubiera costado trabajo asimilar la situación —reí por lo bajo ante su extraña confesión —. En conclusión, yo voto por dejar a los niños más a menudo con Enid.
—Eres un idiota —golpeé su espalda con algo de fuerza.
—Estás casada con este idiota, para tu buena suerte —sonrió con arrogancia para dejar un casto beso sobre mis labios.
El tiempo ha pasado demasiado rápido.
────── (🪐) AUTOR'S NOTE
datazo: Max nació el 20 junio.
datazo parte 2: el nombre de Dione fue propuesta de Eugene al ver que ninguno de los dos podía decidir.
DIONE: es un satélite natural de Saturno cuyo nombre proviene de la mitología griega, donde Dione era una diosa de la primera generación divina. Se pronuncia Daioni.
diivolved ♡
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