O46 ▬ two steps from death


🧬 RIDE OR DIE !
forty—six; a dos pasos de la muerte

—¡Te ves horrenda, mujer! —fruncí mi ceño al escuchar los fuertes gritos que estaba haciendo Vik al entrar a la habitación.

—¿Qué esperabas? Una bomba cayó a lado de ella —Carl deja la taza de té en mis manos para acostarse a mi lado, rodeando mis hombros con uno de sus brazos, mientras que con el otro acariciaba mi muslo —. Me diste el susto de mi vida.

—Nos —corrigió Enid, tomando asiento en la pequeña silla que se encontraba en la recámara —. Nydia fue demasiado terca.

Solté un risa al sentir como mi chico me abrazaba con algo de más fuerza. —¿Cuántos días estuve inconsciente?

—Tres, casi cuatro días. Fue horrible. Nadie sabía que hacer, todos estábamos en pánico y ahí es donde entra Siddiq todo poderoso a salvar tu trasero.

—Siddiq, el heroé de Carl —dice Enid, haciendo que Grimes se ruborice mientras trata de ocultarlo besando mi cabello.

Me separé de mi novio para ponerme de pie, caminé hacia el tocador que se encontraba a un lado de la ventana que iluminaba toda la pieza. Ellos se quedaban atentos a cada movimiento que hacía, es entendible, después de no levantarme de la cama por casi cuatro días y una casi muerte... No era algo lindo.

El reflejo de mí apareció en el espejo. Vik no mentía, realmente estaba hecha un desastre. Moretones y raspones que se veían en mis extremidades, en mi frente había una sutura de casi cuatro centímetros. Tuve suerte de que no pasó a mayores.

Mis labios se fruncieron levemente al igual que mi entrecejo mientras hacía un pequeño trazo en la sutura con las yemas de mis dedos, suspiré, comenzando a peinar mi cabello en una coleta alta y despeinada.

—¿Adónde piensas ir? —me pregunta Carl, al ver que me ponía mis tenis.

—A salir un rato —él iba a reprochar pero lo interrumpí con un pequeño beso en sus labios —. No pienso quedarme acostada otro día.

—Pensé que habías muerto —murmura Aren, sorbiendo su nariz al separarse de mí.

—Por un momento también lo creí —susurré para mí, acomodando los mechones rebeldes del cabello de mi hermano —. Si moría, ¿quién iba a cuidar de ti, peque?

—Me asusté demasiado cuando llegaste inconsciente en los brazos de Carl, y al verlo tan desesperado me fue imposible pensar en que te perdía —sus ojitos volvieron a ponerse llorosos y lo abracé de nuevo, dejando pequeñas palmaditas en su espalda a la vez que acariciaba su cabello de manera cariñoso para consolarlo.

Apoyé mi mejilla en su cabeza, cerrando los ojos para tratar de tranquilizarlo al volver a escuchar sus sollozos en mi pecho. —Aren, lamento asustarte.

Mi pequeño hermano se aferró con más fuerza a mi camisa. —Estuviste a nada de morir... Ya no quiero perder a más gente, no quiero perderte a ti.

Mis palabras se esfumaron al escucharlo decir eso. Aren comenzaba a crecer con ese miedo de perder todo y a todos, y yo no permitiré que eso le impida vivir con "tranquilidad". No quiero que viva con eso y es realmente triste ver mis miedos reflejados en mi pequeño hermano.

Humedecí mis labios para comenzar a hablar: —Carl una vez me dijo que no debía estancarme por el miedo, fue difícil comprender eso pero él estuvo ahí. Yo estaré aquí, no prometo que no moriré, por qué sabes que eso puede ocurrir en cualquier momento y ya sucedió... Pero quiero estar aquí para seguir viéndote crecer.

—Es peligroso ir a Alexandria en estos momentos —dejé caer mi cabeza en el hombro de Enid con cansancio y fruncí los labios con molestia.

Suspiré con cansancio, provocando que todas las miradas cayeran sobre mí. La mirada ojiazul de mi chico se encontraba decaída, triste y con preocupación... Al igual que la de todos.

Alexandria era nuestro hogar, y no sabemos en cuánto tiempo podemos regresar.

Una mueca de disgusto se forma en mis labios al escuchar el nombre de Negan. Enid notó esto y entrelazó nuestras manos. Cerré los ojos disfrutando de la tranquilidad que me transmitía la ojiverde.

Realmente estaba cansada, tanto físicamente como mentalmente. Todo había cambiado pero no podemos darnos por vencidos como si nada... Glenn no haría eso, ni papá se hubiera rendido así de fácil.

Me sorprendí al sentir los brazos de Henry rodear mi torso para abrazarme a la vez que escondía su rostro en mi pecho. Correspondí su abrazo y pasando unos segundos nos separamos.

Con delicadeza tomé sus mejillas y las apreté un poco haciéndolo reír. —Deberías estar durmiendo, Henry —dije, mirando el reloj de la pared el cual marcaba 9:30 p.m.

El rubio entrecerró sus ojos con una pequeña sonrisa burlona en sus labios. —¿Acaso eres mi mamá? —preguntó con ironía, haciendo que soltara una pequeña risita.

—No lo soy, pero debes dormir. Recuerda que mañana vas a entrenar con Morgan —le recordé, tocando la punta de su nariz con mi dedo.

Él bufó resignado pero terminó aceptando. Ambos caminamos hacia la cama que se encontraba en la habitación, y con algo de negación de su parte terminó entre las cobijas. Me acerqué para arroparlo e iba a darme la vuelta para irme cuando sentí que me sujetó la mano. —¿Te irás? —el tono de su voz se suavizó a la vez que su entrecejo se contraía con preocupación.

—Tengo que ir con Maggie —murmuré, acariciando con las yemas de mis dedos la cálida piel de su pequeña mano. Henry hizo una muequita indicando que no se refería a eso. —¿Qué ocurre? —pregunté, acostándome levemente a lado de él, recargando mi codo en la cama y mi cabeza en la palma de mi mano.

—Sé que algún día tendrás que irte, pero no quiero que te vayas... No quiero quedarme solo de nuevo —su voz comenzó a ponerse temblorosa, provocando un horrible nudo en mi garganta y una punzada en el pecho.

Mis labios se fruncieron levemente mientras pensaba en qué responderle. Llevé mi mano libre a sus hebras doradas entrelazando mis dedos entre estas, comenzando a dejar cariñosos mimos en su fino cabello. Suspiré para comenzar a hablar. —No pienso abandonarlos, Henry... Lamento lo que has tenido que pasar en tan poco tiempo y sé que es difícil afrontar todo esto, pero hay personas que les importas y que te quieren.

—¿Tú me quieres?—preguntó, con algo de temor a mi respuesta.

—Claro que te quiero —le sonreí con sinceridad, dejando un casto pero cariñoso beso en su frente.

—Carl... —susurré, mientras seguía recorriendo las yemas de mis dedos por sus brazos y de vez en cuando entrelezarlos en su sedoso cabello.

—Hmm —se removió en mi pecho, buscando acomodarse mejor a la vez que me abrazaba con más fuerza a mi cintura.

Tomé una bocanada de aire para mirar el reloj que se encontraba colgado en la pared de enfrente, el cual marcaba 2:15 a.m. y yo no podía dormir. Dejé de mirar las manijas al sentir unos labios presionarse sobre los míos formando un corto beso. Sonreí al ver a mi chico aún con su ojo cerrado pero con una linda y boba sonrisita marcada en sus finos pero carnosos labios, él volvió a recostar su cabeza en mis pechos mientras que con una de sus manos acariciaba mi cintura a la vez que la otra buscaba mi mano libre para entrelazarla. —No puedes dormir, ¿cierto? —murmuró, soñoliento.

—Sí... De verdad deseo descansar pero ahora es imposible —suspiré con frustación —. Ya estoy cansada de todo, y creo que el cansancio es más mental que físico.

Carl le dió un pequeño beso al dorso de mi mano para después comenzar a acariciarla con su pulgar haciendo movimientos circulares. —Sé que esto va a terminar pronto, bonita... Sólo hay que soportar un poco más.

Mordí con algo de fuerza mi labio al imaginar este conflicto hacerse más largo y cada vez más violento y eso me aterraba. Está claro que la gente que sigue a Negan no tiene la culpa, y todos sabíamos eso... El rencor y odio es solo con Negan.

—Creo que pronto nos moriremos de un infarto con tantos sustos que nos llevamos —el ojiazul rió un poco, haciéndome soltar una risa nasal.

—¿Quieres escuchar que estaba soñando? —asentí y él se acomodó de tal forma en que pueda ver sus expresiones. Relamió sus labios para comenzar a hablar: —Ambos éramos mayores, tal vez tendríamos unos 23 años... —lo miré con intriga al verlo sonreír durante ese pequeño silencio que dejó —... Todo ya era tranquilo y las comunidades se encontraban reunidas como si fuera un festival y habían niños... Muchos niños... Y entre ellos estaban los nuestros —abrí levemente mis ojos con sorpresa pero una sonrisa se formó en mis labios al imaginarme a dos pequeños Carl corriendo por todos lados —. Fue lindo como corrían a tus brazos y te decían "mami".

—¿Acaso estás tratando de manipularme para tener mocosos? —entrecerré mis ojos, alzando una de mis cejas mientras soltaba una risa burlona al ver el sonrojo en las mejillas pecosas de mi novio —Estoy jugando —besé la punta de su nariz —. Aunque si sería algo lindo, ¿te imaginas a unos pecosos peleando por los cómics de su padre? —la sonrisa de Carl se agrandó.

Él me abrazó con fuerza por la cintura para después alzar su rostro y besarme de forma lenta hasta separarnos por falta de aire. —Me haces feliz, Carl —murmuré al juntar nuestras frentes.

—Amo hacerte feliz, bonita.

—¡Es muy linda! —exclamó Aren, al ver a la pequeña Gracie sonreír.

Gracie es una niña que Rick encontró en una de las bases de los Salvadores, la cual ahora se encuentra a cargo de Aaron, sin embargo, todo el mundo se encariñó de ella que es cuidada por todos.

En estos momentos yo estoy siendo niñera, pues los adultos están resolviendo algunos asuntos sobre que haremos con Alexandria. Sólo espero poder recuperar nuestro hogar, no quiero dejar abandonada la comunidad y dejar los recuerdos que hay en ese lugar.

Henry y Judith se encontraban dándole de comer a los pollitos, Aren había estado ayudando a cultivar tomates pero tomó un pequeño descanso para venir a beber agua y de paso pasar un rato conmigo. Y Gracie no podía hacer nada más que estar en mi brazos.

—Hace mucho calor —alcé mi vista para ver a Vikram llegar todo sudado.

—¿Qué estuvieron haciendo para qué estén así de empapados en sudor? —les pregunté al ver como Enid también llegaba de esa forma.

—Yo estuve vigilando y Vik cuidando a los Salvadores, o debería decir, cuidando a Alden —dice la ojiverde mientras mueve sus cejas con burla.

Vik rodó los ojos con cansancio, recargando su cabeza en mi hombro y secando su sudor en mi playera a lo que fruncí levemente mi ceño pero lo dejé pasar. —Ya te dije que Alden es el más amable de ellos, ya sabes como soy que no me pueden callar porqué hablo hasta por los codos y no puedo estar en silencio más de cinco minutos, así que Alden es tan amable de conversar conmigo para no aburrirme. Dejando ese tema de lado... Nydia, ¿dónde está la rata de tu novio? En la mañana se comió mi naranja y debo decirle que estoy muy indignado y ofendido.

Reí al escucharlo hablar tan rápido. —Fue con mamá y con Daryl a buscar proviciones, se fueron hace como tres horas.

—Parece que lo invocaron —murmura Enid, mirando hacia las puertas de Hilltop dónde se encontraba el auto que se habían llevado.

Mamá bajó del auto y la saludé con mi mano libre, mientras que con la otra cargaba a Gracie.

Carl también bajó y comenzó a correr hacia nosotros, una vez que llegó nos saludó y se puso de cuclillas para poder dejar un beso en mis labios y al separarse se sentó enfrente de mí, echando su cuerpo levemente hacia atrás recargándose con sus manos, pero esa posición no duró mucho pues Judith y Henry se abalanzaron hacia él haciendo que ambos niños aplastaran el cuerpo de mi novio.

—Pobre Carl... Nyd ya te quedaste viuda, lo siento —la voz exagerada de mi hermano provocó una carcajada en el ojiazul —. Bueno, se intentó. Carl, no pienses que soy celoso, bueno, sí lo soy por que estás saliendo con mi hermana pero te tengo un gran cariño.

—¿Entonces puedo casarme con tu hermana? —la pregunta de Carl hizo sonrojarme y apartar levemente la mirada de la sonrisa coqueta del ojiazul.

—Te dije que te tenía cariño, no que tienes mi aprobación, tonto.





























────── (🪐) AUTOR'S NOTE

hola gente bella, espero que hayan tenido un lindo día 💗


diivolved 

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top