O43 ▬ oh, my little love


🧬 RIDE OR DIE !
forty—three; oh, mi pequeño amor

—Les juro que casi veía la luz —dice Vik mientras hace un ademán de manera exagerada con sus manos —. Casi me muero, pero soy como una cucaracha, no me muero, me multiplico.

Carl golpeó con fuerza su cabeza. —Idiota, lloré por ti.

—Qué lindo. Se ve que si me quieren —apretó con fuerza la mejilla del ojiazul.

—Si morías, te revivía y te volvía a matar. Regrésame las lágrimas que derramé por ti.

Reí, apoyando mi cabeza en el regazo de mi novio. Enid se dejó caer en el sillón y Vikram suspiró mientras se acostaba en su cama.  —Sin mí, ustedes serían un caos. ¡Mentira! Si ustedes mueren yo sería el caos, apenas si puedo disparar, ¿saben qué fue lo peor? No recuerdo si yo me disparé o me dispararon. Estuvo demasiado loco, aunque... estuvo genial cuando Shiva salió, esa tigresa y yo tenemos algo especial, olvídenlo, eso sonó raro.

El ojiverde frunció su entrecejo pero drásticamente cambió su expresión a una sonrisa —. Nyd, esposa mía —solté una risita cuando Carl le aventó unos calcetines en su cara —. Qué celoso eres, pero bueno, ¿qué vamos a hacer para tu cumpleaños?

Me encogí levemente de hombros. —No pienso hacer nada, para ser sincera.

—Sólo cumples quince años una vez en tu vida. Debemos hacer algo.

—Todos los años mi edad aumenta y solo una vez tendré esa edad, no veo porque celebrarlo ahora —Enid asintió, dándome la razón— . Además, hay asuntos más grandes que resolver que eso y no tengo ánimos para festejarlo.

—Tu cumpleaños es en dos semanas. Déjate consentirnos —dijo Dixon, haciendo ojitos de cachorrito.

Rodé los ojos con diversión a la vez que resoplaba con rendición. —Algo pequeño y solo entre nosotros, ¿de acuerdo?

Él asintió entusiasmado comenzando a anotar cosas en su agenda llena de stickers de Harry Potter y Tortugas Ninja.

Las dos semanas pasaron rápido y cuando menos me lo esperé ya me encontraba en el comedor con un pastel enfrente de mí y todos cantando feliz cumpleaños mientras que yo mantenía una sonrisa incómoda.

Vikram no entendió lo de "solo entre nosotros", incluso Shiva se encontraba ahí, lo cual lo hacía más extraño.

Soplé las velas sin pedir ningun deseo y no pasó ni un minuto cuando Aren y Vik comenzaron a comer el pastel con desesperación. Incluso Henry estaba allí, lo cual me daba algo de tranquilidad después de que él haya perdido a su hermano.

Decidí tratar de disfrutar la pequeña reunión que habían hecho por mi cumpleaños. Sonreí al ver a todos reunidos ahí, sin embargo, no me sentí del todo bien como para celebrar. Ron, Sam, Noah, Glenn y papá no estaban aquí, además de la reciente pérdida de Sasha. Lo que menos importaba era celebrar esto, cuando una guerra está a unos cuántos días de iniciar.

—Nydia, cariño —salí de mis pensamientos al escuchar la voz de mamá —¿Estás bien? ¿Te sientes mal o te duele algo? —preguntó con preocupación mientras tocaba mi frente en busca de fiebre.

—No... Es solo que los extraño. A todos —ella me miró con tristeza, sosteniendo mi mentón con sus dedos de una forma delicada —. Últimamente he pensado mucho en ellos, más de lo normal. Me da miedo olvidarlos como lo estoy haciendo con mis padres... Aren ya no recuerda nada antes de que iniciara todo esto y no quiero mentir en decir que recuerdo todo a la perfección, solo son pequeños momentos que logro recordar con exactitud.

—Es difícil recordar todo, pero lo poco que recuerdes es lo más valioso que tienes. Sé que es doloroso para ti y para Aren, pero yo estoy aquí para ambos, ¿de acuerdo? No los dejaré, ni me iré a ningún lado —una pequeña sonrisa se marcó en mis labios cuando comenzó a acariciar mi mejilla con dulzura —. Sabes que ellos quisieran verte sonreír aunque sea un ratito. A Abraham le hubiera dado algo al saber que tú y Carl se la pasan pegados como chicle.

Solté una risita.

—Vamos, ve con ellos —mamá y yo dirigimos nuestras miradas al grupo de chicos que se encontraban sentados al rededor de la mesa de centro de la sala.

Le di un rápido abrazo a mi mamá para después integrarme con mis amigos.

 —Carl, ¿me vas a matar? —me aferré a su brazo, pues él me había sacado de la pequeña "fiesta" no sin antes cubrirme los ojos con una pañoleta.

Su risa burlona hizo que mis mejillas enrojecieran. —Ya casi —susurró en mi oído —. Escalón —avisó para no caerme.

—¿A dónde vamos, Woody?

Él no respondió, solo quitó la pañoleta de mis ojos. Parpadeé un par de veces para acostumbrarme a la luz que molestaba un poco.

Mi boca se abrió con sorpresa al ver toda su habitación decorada con pequeñas plantitas que adornaban su escritorio y los pequeños muebles de a lado de su "cama".

Giré sobre mis talones para verlo, él mantenía una sonrisa en sus labios con sus brazos cruzados y recargado sobre el marco de la puerta. —¿Te gusta? —me pregunta mientras se acerca a mí y me rodea entre sus brazos.

—Es hermoso. Gracias —sonreí en su pecho.

Nos separamos del lindo abrazo pues Carl se agachó para conectar algo. —¿Lista?

—¿Para qué?

No dijo nada, sólo conectó el cable y de repente la habitación se iluminó con pequeñas estrellas que resaltaban por todo el techo. —¿Es un proyector? —pregunté con incredulidad mientras miraba hacia arriba con emoción.

—Sí. Lo encontré hace un par de días cuando salí con papá, pensé en ti cuando lo vi y lo traje para dártelo en tu cumpleaños, aunque pensé que sería más lindo si estamos los dos juntos —sonreí con ternura al ver su sonrojo en sus mejillas y como acariciaba su brazo con nerviosismo.

Di unos cuantos pasos hasta que quedé enfrente de él. —Me encanta. Muchas gracias—me coloqué de puntitas para besar sus labios.

—Felices quince, linda —se separa levemente de mí para decir eso pero de inmediato vuelve a juntar nuestros labios en un beso tierno.

Ambos sonreímos en medio del beso.

El ojiazul se sentó en las colchas que improvisaban su cama, jaló mi mano haciendo que cayera sobre él, me acosté a su lado, acurrucándome en su pecho, Carl pasó una de sus manos por mi cintura para abrazarla mientras que con la otra comenzaba a acariciar mi cabello. —Bonita, sobre lo que dije el otro día... Mira, no quiero que te sientas obligada para decirlo de vuelta, tú dímelo cuando te sientas lista y no por qué te sientas presionada. Lo que menos quiero es que te obligues a hacer o decir cosas que no quieras. Lamento si te presioné, pero realmente lo hago. Nydia, realmente te amo y sé que este sentimiento es verdadero.

Mi sonrisa se agrandó, realmente estar con Carl me hace sentir tranquila, protegida, feliz y amada. —Hey, yo también lo hago.

—¿Lo haces? —me pregunto con sorpresa.

Asentí, acariciando su mejilla. —Lo hago... pero no quiero decirlo hasta que termine la guerra. Así sabré que ambos saldremos de esto.

—Nydia...

—Sé que tal vez sea difícil de cumplir y que probablemente me este haciendo cuentos falsos, pero quiero que ambos salgamos con vida de esto, Carl, no quiero enterrar tu cuerpo.

Limpió las rebeldes lágrimas que salieron de mis orbes. —No llores, es tu cumpleaños.

Sorbí mi nariz, escondiendo mi rostro en su pecho. —Lo siento, estos días no he parado de pensar en eso.

—Está bien, yo no quería hacer esto pero me obligas —fruncí el ceño con confusión y mis ojos se abrieron al tope cuando Carl se colocó con rapidez encima de mí. Mis mejillas enrojecieron más de lo que ya estaban y mis carcajadas aparecieron cuando el ojiazul comenzó a hacer cosquillas en mi estómago.

—Idiota, me... voy a... hacer pipí —-dije como pude pues la falta de aire por la risa comenzó a hacerse presente. Suspiré con alivio cuando se acostó a mi lado mientras reía —. Me duelen las costillas.

—Me obligaste hacerlo —se excusó.

Golpeé con suavidad su abdomen y él rió. —Tengo un último regalo para ti —habló mientras se ponía de pie y caminaba hacia su escritorio, comenzando a esculcar sus cajones.

—Sabes que no son necesarios los regalos, con tenerte aquí ya es suficiente —digo, apoyando mi espalda sobre la fría pared.

Cuando encuentra lo que estaba buscando me mira con una gran sonrisa, escondió el regalo detrás de su espalda. —Cierra los ojos —ordena y con rendición obedezco —. Ahora, extiende tus manos —hice lo que me pidió y mi entrecejo se frunció levemente con curiosidad al sentir un cuaderno sobre mis manos —. Ya puedes abrirlos.

Al abrir los ojos me llevé con la sorpresa de ver aquella libreta decorada. —¿Cómo sabías que Up es mi película favorita?

Mi novio se sentó a mi lado y una vez sentado apoyó su cabeza sobre mi hombro. —Enid y Vik me dijeron.

—Debí suponerlo.

Él sonrió. —¿Qué esperas para abrirlo?

Lo admiré por unos segundos más, sintiendo la emoción al leer una y otra vez el título. Nuestro libro de aventuras, abrí el libro, sonriendo al ver los primeros textos, los cuales son cartas que Ron y yo solíamos darnos en las clases, pues Ronny solía guardarlas todas. Con cada página que veía mi sonrisa se hacía más grande y las lágrimas no tardaron en aparecer cuando algunas fotos se encontraban pegadas sobre el papel. Fotos con los hermanos Anderson, con Tara y Noah, con papá y Glenn, con los Dixon, con Carl y Judith, una de Vik con la cara pintada de amarillo. Todas las fotos habían plasmado lindos recuerdos que siempre iban a quedar marcados en aquellas fotografías.

—¿Qué te pareció? —pregunta Carl en mi oído pues él me había abrazado por detrás.

—No tengo palabras para decir cuanto me encanta ni tengo forma de cómo agradecerte.

—Verte sonreír es tu forma de pagarme.

Reí con ternura, llevando una de mis manos a su cabello comenzando a enredarlo entre mis dedos con delicadeza. —Qué romántico eres —giré levemente mi rostro quedando a unos cuantos centímetros del rostro del ojiazul.

Una pequeña sonrisa se posó en sus labios carmesí. —Tal vez.

Junté nuestros labios en un cálido beso, nuestros labios se movían con sincronía en un vaivén ni lento ni apresurado, simplemente lindo. Su frente se apoyó sobre la mía, y aún con nuestros ojos cerrados podía sentir su sonrisa.

Sí, definitivamente amo a Carl Grimes.

—¿Por qué me acompañaste? —pregunté con curiosidad mientras dejaba algunas flores sobre las tumbas de los Anderson y me sentaba a un lado de la de Ron.

Carl imitó mi acción, dejando su sombrero sobre la tierra. Suspiró, entrelazando nuestras manos. —Sé que Ron fue, es y será alguien importante para ti y yo no puedo hacer nada para impedirlo.

—Pensé que le tenías rencor, ya sabes...

—El primer mes si que lo tenía, pero después entendí que no fue su culpa. Ron perdió a su familia en cuestión de segundos, todo fue tan rápido y confuso. No podría imaginarme el dolor que debió sentir al ver a Sam y Jessie siendo devorados —una mueca de tristeza se formó en mis labios —. Además, debo admitir que si estaba celoso de él. Era demasiado cercano a ti, pero poco a poco fui entendiendo su relación. Ustedes tenían una relación como la que tenemos Vikram y yo, incluso Enid es como una hermana para mí. Bonita, no vuelvas a pensar que odio a Ron porque no es así —con delicadeza alzó mi mentón para obligarme a mirarlo.

—Esa noche creí que te perdía y me enojé demasiado conmigo misma por haberte tratado así —una sonrisita ladina se posó en los labios de Carl —. A este paso creo que debo cobrarte por todos los sustos que me sacas.

—¿Cómo me vas a cobrar? ¿Con besos? Así cualquiera te asustaría.

Golpeé su brazo con algo de fuerza. —Idiota, pero no, con tus cómics.

Abrió levemente la boca ofendido e iba a reprochar pero no lo dejé pues lo callé con mis labios sobre los suyos. —Está bien.

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