O2O ▬ stupid Carl


🧬 RIDE OR DIE !
twenty; estúpido Carl

Salir de los muros se había vuelto necesario para mí. Ahora más que nunca necesitaba estar afuera de Alexandria, afuera de mi casa. No podía volver a mi hogar y ver las cosas de Noah como él las había dejado.

Tara seguía inconsciente y no sabe lo que pasó.

Recordar la escena era desgarrador y recordar que se resbaló de mis brazos, me rompía. Y el coraje de saber que Nicholas seguía vivo era insoportable... Él muy idiota nos echó la culpa de dejar a Aiden y a Noah cuando todo fue al revés, él se hizo el héroe y nosotros los cobardes. Claramente todo fue al revés.

Suspiré, agarrando los tirantes de la mochila que colgaba en mis hombros. Era frustrante que cuando ya estaba yendo todo bien, perdamos a uno. Pierda a alguien importante.

Quería salir de Alexandria, irme, pero no podía dejar todo lo que tenía, porque si, adentro hay personas que me importan. Además, Noah creía en la comunidad, Noah quisiera que afrentara las cosas.

Miré al cielo, evitando que mis lágrimas cayeran. El cielo estaba hermoso con su clásico color azulado y las nubes blancas que parecían algodones. Tal vez... Noah ya este con mi familia... Nunca fui una persona tan religiosa pero si creyente en ciertas cosas.

Me alarmé cuando escuché las hojas crujir. Era una persona, ¿cómo lo sé? Fácil, los caminantes arrastran sus pies. Me escondí detrás de un árbol y fruncí el ceño al ver que era Grimes.

—Carl —lo llamé y él comenzó a buscarme con la mirada —. Sé que me estás siguiendo. Otra vez. Y vas en dirección equivocada.

—¿Lo sabías?

Rodé los ojos con burla. —Haces mucho ruido, Woody barato —el ojiazul dio un paso y ladeó la cabeza al ver que decía la verdad —¿Puedes regresar? Para ser sincera, me asustas.

—No deberías escabullirte sola. Acaban de morir dos personas.

—Lo sé. Por si no lo recuerdas yo estuve ahí —suspiré y vi como cerraba sus ojos por el comentario que había dicho.

—Lo siento. Fue estúpido decir eso —se disculpó.

Salí de mi escondite y quedé enfrente de él. —¿Qué haces aquí, Grimes?

—Rosita me pidió que viniera por ti —dice con simpleza.

¿De verdad cree que le voy a creer eso?

—Mientes.

Él negó.

Puse mis manos en mi cintura. —Carl... Mi mamá no sabe que vengo acá.

Maldijo en susurros. —Deberíamos volver.

—¿Por qué?

Él no respondió, sólo cambió de pregunta. —¿Qué vienes a hacer aquí afuera?

Me encogí de hombros. —Lo mismo que tú.

Salí corriendo y vi de reojo como él sonreía para después correr detrás de mí.

Carl corrió más rápido hasta quedar a un lado de mí.

El viento chocaba en nuestros rostros, mi cabello se meneaba de un lado a otro. Ambos nos detuvimos cuando vimos a un caminante, saqué un reloj de cocina de mi mochila, le di vuelta y lo lancé hacia el muerto.

Carl me veía con el ceño fruncido y yo me encogí de hombros. La alarma del reloj sonó y el caminante fue directo hacia el reloj. —Vamos —jalé levemente la chaqueta del ojiazul para que empezara a correr por el lado en el que vinimos.

Corrimos unos cuántos metros hasta que llegamos al lugar donde Enid y yo vamos. Me quité la mochila de los hombros y me senté en el suelo, apoyando mi espalda en el tronco, Carl imitó mi acción. —¿Por qué me sigues? —lo miré con curiosidad.

Relamió sus labios. —Eres del grupo. Me importa tu bienestar.

—¿Te importa cómo me siento? —pregunté con incredulidad.

—Sí... Aunque no lo creas.

Lo miré. Mis ojos comenzaron a picar indicando que en cualquier momento lloraría enfrente de él. Carajo, no quería llorar, no enfrente de él. El bosque era mi lugar para llorar en paz... Para soltar todo lo que he guardado por años. —Correr me hace sentir mejor y me hace... me hace no olvidar lo que en realidad es —cambié de tema y miré el cielo, o bueno, traté porque las grandes ramas de los árboles cubrían gran parte del cielo.

—Yo no puedo olvidarlo. No dejo de soñar. Que estoy en el bosque con ellos.

Me sorprendió que tuviéramos eso en común. —Yo también —confesé, con mi mirada en el árbol.

La imponente mirada azul del niño me daba escalofríos. —Ron es muy bueno.

Fruncí la nariz. —No somos pareja... Pero sí, Ron es bueno.

Ladeó su cabeza. —¿Él sabe que vienes aquí afuera?

Negué. —Yo... Él no lo entendería.

Tomé la mochila para sacar mi cuchillo.

—¿Por qué te asusto? —preguntó con burla.

Saqué el cuchillo. —No sé. Es así.

Comencé a tallar el tronco con el filo del arma. —Es un cuchillo estupendo —halagó.

Miré el cuchillo con nostalgia. —Era de mi mamá —murmuré entre dientes.

—¿Qué te pasó antes de llegar con nosotros? —hizo la misma pregunta que me había hecho meses atrás.

Suspiré con pesadez. —A nadie le ha importado lo que me pasó.

—A Rosita sí, a Abraham sí, a Glenn, a Maggie, a mi papá, a todos... a mí sí.

Por alguna extraña razón me conmovía que él se preocupara tanto por mí. Nadie lo había hecho, incluso yo llegué a despreocuparme de mí misma, y dolía... claro que dolía.

Tragué en seco y estaba dispuesta a contarle lo que me había pasado, estaba tan desesperada de sacarlo que estaba a punto de decírselo a Carl Grimes. Pero los gruñidos de los caminantes me interrumpieron.

—Debemos irnos. Parecen muchos —dijo con preocupación.

Rápidamente tomé mi mochila con mi mano libre y fui directo al árbol hueco. Metí la mochila para después meterme. Carl retiró su sombrero y entró al árbol conmigo.

La distancia entre nosotros era casi nula. Nuestros pechos se tocaban y juraba que podía sentir sus latidos y él podía sentir los míos, nuestros rostros estaban a centímetros de tocarse y mis piernas comenzaron a flaquear de los nervios al tener así de cerca a Carl. Nuestro aliento se mezclaba y el calor no tardó en subir a mis mejillas.

Grimes fue el primero en voltear su rostro al escuchar que los caminantes se acercaban. Aproveché esto para acercarme a su oído. —Este mundo les pertenece. Nosotros solo lo habitamos —susurré y giré mi rostro para ver la pequeña horda que estaba pasando justo frente a nosotros.

Volvimos a mirarnos y una oleada de emociones recorrió todo mi cuerpo al ver los potentes, electrificantes y lindos ojos azules de Carl, podía apreciar sus pupilas dilatas y un brillo que él siempre tenía cuando yo lo miraba. Podía perderme contando sus pocas y pequeñas pecas que adornaban sus mejillas y parte de su nariz y eso lo hacían ver adorable, su nariz fina y respingada que tanto amaba y sus labios resecos pero que aún conservaban el lindo color carmesí en ellos. Además de su cabello castaño, largo y sedoso.

 Y por esos pocos segundos me olvidé de lo que había pasado hace dos días, había olvidado el dolor en el pecho que tanto me atormentaba y me sentía tranquila.

Carl Grimes me transmitía tanta confianza y tranquilidad. Y eso me aterraba.

Sentí un escalofrío cuando el ojiazul rozó su mano con la mía con la intención de tomarla pero al ver que tenía el cuchillo en esta mano, la alejó. Maldecí internamente. El contacto con su piel cálida me hizo sentir bien y eso que solo me tocó por unos milisegundos. De verdad quería que tomara mi mano.

El ojiazul acercó más su rostro y yo estaba muriéndome de nervios. Él suspiró y volvió a alejarse. Sonreí. —Cool —me acerqué más a su oído, prácticamente mis labios rozaban su cabello y parte de su oreja —. Yo también te asusto.

Él formó una linda sonrisita en sus labios.

Suplicaba para que me mirara de nuevo y poder perderme en sus embriagantes ojos azules. Mis suplicas fueron escuchadas y por... no sé cuántas veces he visto sus ojos el día de hoy pero nunca me cansaré de verlos.

—Me gustan tus ojos —dije sin pensarlo y con una estúpida sonrisa en mis labios.

Sus mejillas se tornaron de un color rojo intenso. —A mí también me gustan tus ojos —susurró en mis labios con una sonrisa burlona.

Estúpido Carl.

Mis latidos se aceleraron y estoy cien por ciento segura que la razón no fueron los caminantes, sino, Carl "ojos bonitos" Grimes. Y mi estómago se comenzó a revolver... no debí comer cuatro waffles en el desayuno.

La pequeña horda se fue y el primero en salir fue Carl. Él se colocó su sombrero y me ayudó a cargar mi mochila.

El regreso a Alexandria fue algo incomodo. Más que nada por el momento de tensión que acabamos de pasar en aquel espacio tan pequeño.

Para nuestra suerte, la reja de la comunidad estaba abierta y entramos tranquilos, si, eso no duró mucho cuando todas las personas comenzaron a correr hacia una sola dirección. Carl de inmediato tomó mi mano y corrimos al lugar donde se dirigían.

Nos quedamos sorprendidos cuando vimos a Rick y a Pete tratando de matarse en medio de la calle.

Sammy corrió hacia mí cuando me vio y se aferró a mi cintura. Yo lo abracé para que no viera la escena. Aunque Pete merecía ser golpeado por Rick.

Jessie trató de separar a Pete cuando este ya estaba ahorcando a Rick pero lo único que consiguió fue que ella fuera golpeada. Ron corrió a auxiliarla al igual que Vikram. De un momento a otro, Rick estaba encima de Pete ahorcando su cuello.

—Papá, ¡déjalo! —Carl trató de separar a Rick pero él lo empujó y el ojiazul terminó en el piso.

Tomé a Sam de la mano mientras me ponía de cuclillas para revisar a Carl. —¿Estás bien?

Asintió desorientado mientras se ponía de pie y se posicionaba enfrente de mí como símbolo de ¿protección?

—¡Maldita sea, Rick! Dije "basta" —gritó Deanna.

Tobin, Nicholas y Glenn se acercaron a Rick pero Grimes sacó su arma y les apuntó. Tomé la muñeca de Carl al ver que le apuntaba a Glenn. —¿O qué? ¿Vas a echarme?

—Rick, por favor, baja el arma —supliqué al ver como Sammy temblaba y Ron me miraba con suplica.

Rick Grimes en ese momento parecía loco, con su cabello pegado en su frente debido al sudor y su rostro cubierto de sangre. —Todavía no lo entiendes. ¡Ninguno de ustedes lo entiende! Nosotros sabemos lo que hay que hacer y lo hacemos. Nosotros somos los que sobrevivimos. ¡Tú! —señaló a Deanna con la pistola —Tú sólo haces planes y dudas desde una silla. Finges que sabes lo que haces, pero no lo sabes... Desearía que las cosas no fueran como lo son. ¿Quieres sobrevivir? ¿Quieres que este sitio resista? Tu modo de hacer las cosas no sirve. Las cosas no van a mejorar porque lo desees. Desde ahora, tenemos que vivir en el mundo real —Rick estaba siendo cruel... pero la verdad duele —. Tenemos que controlar quién vive aquí.

—Eso nunca estuvo más claro que en este momento —Deanna escupió las palabras con crueldad.

—¿Yo? ¿Te... ? —rió con burla —¿Te refieres a mí? Tu sistema va a destruir este sitio. Va a cobrarse vidas. Ya se cobró vidas —abracé con más fuerza al pequeño Sam y apreté el agarre de la muñeca de Carl —. Y no voy a quedarme de brazos cruzados mientras eso ocurre. Si no luchas, te mueres. ¡No voy a quedarme... ! —Rick quedó inconsciente cuando Michonne llegó y golpeó su cabeza con la culata del arma.

Lo que dijo Rick, era la verdad. —Somos los muertos vivientes... —susurré aquella frase que Rick había dicho semanas atrás en el granero.










































────── (🪐) AUTOR'S NOTE

Nydia ya se está enamorando de Carl, ayuda, ellos dos me dan algo😭💕

PREGUNTA: ¿Qué opinan de Nydia?

diivolved

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