077 ▬ Maxine's day


🧬 RIDE OR DIE !
seventy—seven; el día de Max

Hoy es el cumpleaños de Max, Carl y Vik salieron hace unos días a buscar su regalo y llegaron justo hoy en la madrugada, ambos se encontraban emocionados por el cumpleaños de mi hija, podría decir que más emocionados que Max. 

Mi esposo y yo tratamos de decorar la sala de nuestra casa con algunos listones que teníamos por la comunidad, además que Vik consiguió globos en una de sus expediciones y mi amigo ojiverde adoraba la idea de ver a Max emocionada por los globos pues es su primer cumpleaños donde los encontramos. Hoy en día conseguir ese tipo de cosas es un privilegio.

Sonreí al sentir los brazos de mi esposo abrazarme por la espalda, Carl apoyó su mentón sobre mi hombro a la vez que dejaba pequeños besitos en mi mejilla y sus manos se colocaban en mi cintura. Giré sobre mis talones para quedar frente a él y besar sus labios con delicadeza. La sonrisa del ojiazul se agrandó y me atrajó más hacia él, inclinando su cabeza para besarme.

—Max aún está con Gracie. Le dije a Aaron que trajera a todos hasta las seis —ambos mirámos el reloj en la pared que marcaba las cinco en punto.

Lo primero que hizo Max al despertar, además de agradecernos por desearle feliz cumpleaños fue salir corriendo hacia la casa de Gracie y quedarse allí todo el día, esa es su rutina de todos los días. Gracie, Judith y Max han sido mejores amigas desde siempre.

Sabía que Hershel y R.J teambién se encontraban con ellas así que no me preocupaba por ellos pues estaban con alguien de confianza y Aaron ama pasar tiempo con los niños.

Carl volvió a abrazarme con fuerza, recargando su mentón en mi cabeza mientras acariciaba levemente mi espalda. —Max ha crecido muy rápido —el tono de su voz mostraba nostalgia — . Hoy cumple seis años, ¿en qué momento creció tanto? —me separé un poco para poder verlo y mi corazón latió con fuerza al ver lágrimas en su mejilla, de inmediato las limpié con mi pulgar y me puse de puntitas para besar su frente.

Le sonreí con ternura al ver que disfrutaba de mis caricias sobre su cabello y nuca. —Creéme que tampoco sé en qué momento crecieron nuestros hijos.

—Henry... Él...

Ya no pudo completar la frase cuando un sollozo salió de sus labios, me abrazó con fuerza recargando su cabeza sobre mi hombro. Las lágrimas no tardaron en aparecer.

Dolía no tener a Henry.

—Él quisiera que no lloremos en el cumpleaños de Max.

Los niños entraron corriendo a nuestra casa para tumbarse a los sofás y reírse como locos. Era lindo ver como todos se divertían. Carl estaba en el piso de arriba cambiando a Glenn y a Maddie mientras Lydia me ayudaba a poner la pequeña bandeja de comida que había preparado, era puré de papa y pedazos de carne de ciervo que Vik había cazado a unos kilómetros de aquí. Encontrar animales por la zona es un milagro. Mamá estaba sentada en uno de los sofás cargando a mi hermana en brazos, sonreí al verlas. Coco ha crecido mucho.

Reí un poco cuando los niños se aventaron sobre Vik, haciendo que el ojiverde cayera de trasero al suelo con todos los pequeños encima de él. Vik fingía que había sido derrotado provocando que los peques festejaran.

La voz de Lydia me obligó a dejar de mirarlos. —¿Necesitas ayuda con algo más? —preguntó con timidez, sonriendo ladinamente.

Asentí levemente. —¿Puedes traer esa charola? —señalé la bandeja que se encontraba en la isla de la cocina, ella asintió —Gracias —le agradecí con una sonrisa, tratando de acomodar los vasos sobre la mesa.

Ella dejó la bandeja de galletas sobre la mesa. Eran las galletas que venían dentro de los paquetes de comida militar, no podíamos hacer un pastel por la falta de recursos pero todos estuvieron de acuerdo de que las galletas se las diéramos a los más pequeños. Lydia miró a los niños con una sonrisa haciendo que la mirase con ternura.

—No recuerdo el último cumpleaños que tuve —murmuró Lydia con nostálgia.

—¿Recuerdas cuando es tu cumpleaños? —pregunté, colocando mi mano en su hombro.

Ella lo pensó por unos segundos. —En septiembre, creo...

Faltaban tres meses para su cumpleaños. —Lo festejaremos —le prometí con una pequeña sonrisa en mis labios, ella sonrió bajando la mirada algo apenada.

Los balbuceos de Glenny hicieron que dirigiera mi mirada hacia las escaleras donde mi pequeño bajaba con dificultad agarrando la mano de su padre intentando no caerse mientras Carl con su brazo libre cargaba a Maddie. Me acerqué a ellos, tomando a mi hijo entre mis brazos, dejando un beso sobre su frente.

Mi esposo me sonrió para acercarse a besar mis labios en un corto beso. Nos separamos al escuchar "qué asco" por parte de todos los niños, Carl y yo reímos por sus comentarios y nos acercamos hacia ellos para estar todos juntos, o bueno, la mayoría pues Daryl no estaba, Max ama a su tío Daryl. Eugene y Alden tampoco están, ni Michonne.

—¿Te la pasaste bien? —le pregunté, sentándome a un lado de Max.

Ella asintió levemente, con los labios fruncidos y la mirada pérdida en el suelo. Sabía que algo atormentaba su mente y creo saber qué es. No la presioné para que me dijera qué le pasaba, si ella lo quiere decir, lo dirá cuando se sienta lista.

—Sí, gracias por todo —respondió en voz bajita, cabizbaja.

Fruncí mi ceño al escuchar desanimada. —¿Qué ocurre, Maxi? —la abracé por los hombros, atrayéndola hacia mí.

Max suspiró con pesadez, apoyando su cabeza en mi pecho. —Hoy estuvo genial, me la pasé increíble con todos. Pero extraño al tío Daryl y al tío Alden... Extraño a la tía Enid... Extraño a mi hermanito —susurró, cerrando sus ojitos y sollozando con fuerza.

Mi vista se tornó vidriosa debido a las lágrimas que comenzaban a acumularse. El nudo en mi garganta me impedía hablar y solamente podía balbucear, buscando qué decirle a mi hija para reconfortarla, pero la verdad es que no sabía, no lograba articular nada.

—Él te amaba... Te amaba muchísimo, adoraba pasar tiempo contigo, lo sabes, nunca se despegaban —ella soltó una pequeña sonrisita, sorbiendo su nariz.

—Henry siempre me regañaba cuando me separaba de él... y él se fue primero —terminó de decir con un sollozo que en pocos segundos se convirtió en un llanto imparable. Max me abrazó con fuerza, lloriqueando en mi pecho.

Las lágrimas mojaron mis mejillas y las limpié rápidamente con mi mano, tratando de que mi hija no las viera cuando nos separamos levemente. —El día que naciste, Henry estaba muy emocionado porque se había convertido en hermano mayor. Recuerdo cuando entró a la habitación, tú eras muy pequeñita y estabas dormida en mis brazos. Tu papá y Henry se acercaron a ti, lo primero que él hizo fue sonreírte al verte, acarició tus mejillas y besó tu frente con cariño. Henry me suplicaba para que te cargara, todo el tiempo quería tenerte en sus brazos... Max, eres lo que Henry más amó. Te amaba muchísimo, y tú a él... Eso ni la muerte lo puede cambiar, Henry aún está aquí —toqué el pecho de mi hija donde se encuentra el corazón con mi dedo índice —y aquí —señalé su cabecita.

—Pero no está aquí, donde pueda abrazarlo... Lo extraño demasiado, mamá.

Mordí el interior de mi mejilla con fuerza, evitando soltar un sollozo. Hablar de esto es difícil, y más con ella al no haber hablado antes de este tema. Error mío y de Carl, pues tratamos de evitarlo a toda costa al ser algo doloroso, y pensamos que al no hablar con Max la ayudaría a superarlo más rápido. Tratamos de encerrarnos en nuestra burbuja de que todo ya estaba bien sin ver el daño que le causamos a nuestra hija.

El dolor no se supera, se aprende a vivir con el.

Vik dejó la botella de tequila sobre la mesa, después de servirnos otro vaso a cada uno. El primero en tomar del líquido fue Carl, quién se empinó el vaso y bebió todo de un trago, haciendo una mueca. El ojiverde y yo reíamos ante su expresión para después nosotros beber el alcohol de un solo trago, Vik exageró su mueca provocando que mi esposo y yo rieramos a carcajadas.

—Debo decir que... —Vik se quedó en silencio por unos segundos, mirando a la nada —... no recuerdo que iba a decir... ¡Lo olvidé! —exclamó en carcajadas, golpeando la mesa con la palma de su mano mientras que con la otra se agarraba el abdomen por la risa.

¿Había demasiado alcochol en nuestro sistema? Si.

Después de la charla que tuve con Max me hizo llorar y decepcionarme como madre por creer que ella estaría mejor sin hablar de eso, cuando fue todo lo contrario. Carl me vio en ese estado y también se sintió así. Aún estamos aprendiendo a hacer padres, y para ser sincera, nunca terminaremos de aprender.

Vik entró como si nada a nuestra casa, con Adam y con dos botellas de tequila en sus brazos. Adam dormía en la habitación de Maddie y ahora los tres nos quedamos en la sala, riendo por absolutamente todo.

—¡Carl! —el ojiverde gritó el nombre de mi esposo mientras lo abrazaba por los hombros —¿Recuerdas cuando teníamos 14 años? Todo el maldito tiempo hablabas de Nydia... "Nydia es tan bonita" "¿Ya viste lo linda que se ve Nydia?" "Nydia... —Carl se abalanzó hacia el ojiverde, cubriendo la boca de Vik con su mano.

Reí al ver a mi esposo con las mejillas sonrojadas. Estamos casados desde hace ocho años, tenemos hijos juntos y nos conocemos a la perfección, y aún así Carl se avergüenza por cosas que dijo hace once años cuando éramos niños.

—Deja que termine, quiero saber qué era lo que decías de mí —lo miré con burla, mordiendo mi labio para aguantar la risa.

—¡No! —gritó de inmediato —Me da vergüenza. Vik no dirá nada en mi presencia. ¡Caso cerrado!

—Hermano... —el ojiverde se quitó la mano de mi esposo de su rostro y lo abrazó por los hombros —Mejor vete, tengo muchas cosas que hablar con mi amiga mas íntima.

—Ya oíste al chismoso... Adiós Carl —me despedí de él para molestarlo.

—Estoy muy ofendido, debo decirles.






























































────── (🪐) AUTOR'S NOTE

el lindo manip hecho por astronomyandstars de verdad que lo amo mucho, mil gracias 😭💞

miren que bonitos Carl y Nyd fetus <3

btw, siganme en ig y tiktok (w.diivolved) y Carl y Nyd los adoptan 🙏🏼

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diivolved ♡

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