OO4. 𝗺𝗶𝗿𝗮𝗰𝗹𝗲
chapter four !
milagro 📻
vol. 1 — mastermind
No me movía de mi lugar desde anoche, no pude dormir porque cada vez que cerraba los ojos veía a los caminantes devorando a nuestra gente. Aún podía escuchar los gritos, y aún veía la sangre que manchaba toda la tierra. Era horrible.
Carl, Sophi, Eli y Louis estaban sentados en el mismo lugar que yo, en los troncos alrededor de la fogata. Todos nos manteníamos en silencio, ninguno tenía ganas de hablar después de lo que pasó anoche. Ninguno de nosotros durmió, estábamos aterrados. Mi vista estaba ida en la tierra teñida de rojo, el olor en todo el campamento era muy desagradable debido a que estaban quemando los cuerpos de los caminantes mientras que los que murieron del grupo los enterraban.
Nadie merecía morir así.
El nudo que tenía en la garganta me sofocaba, la sensación de vacío en el pecho me hacía sentir horrible y el cansancio que sentía por no haber dormido nada, no ayudaba. En cualquier momento me desmayaría. Una arcada apareció cuando el humo de los caminantes que estaban quemando llegó a mi nariz, me levanté corriendo alejándome de los demás para poder vomitar lejos de ellos. Me agaché, poniendo mis manos sobre mis rodillas expulsando todo, odiaba vomitar pero era inevitable al tener todo ese desagradable olor inundándome.
Al terminar de sacar todo, me enderecé cerrando los ojos ante el mareo que comencé a sentir. Sentí una mano en mi espalda provocando que abriera los ojos, girando levemente mi rostro para ver quién era y sonreí levemente cuando vi a Rick mirándome con el ceño levemente fruncido.
— ¿Estás bien? —preguntó con preocupación, acariciando mi cabello.
Asentí para no preocuparlo pero al parecer no funcionó porque se puso de cuclillas frente a mí, tomando mis mejillas con delicadeza. — Estoy bien, señor Grimes —traté de sonreír pero estaba segura de que había salido una mueca.
Él obviamente no me creyó nada. — Estás pálida, Thea —murmuró, poniéndose de pie para tomarme entre sus brazos. Recosté mi cabeza sobre su hombro, cerrando los ojos para poder descansar un poco.
Sentí como él comenzó a caminar conmigo en brazos, podía escuchar la voz de mi mamá pero no presté atención, me estaba quedando dormida en los brazos de Rick, eran cálidos y perfectos para dormir un poco. Después de unos minutos, Rick recostó mi cuerpo sobre un colchón, era muy cómodo, abrí levemente los ojos y pude ver que estaba dentro de la casa rodante de Dale.
— Descansa. Lo necesitas —dijo en un susurro, acariciando mi cabello con delicadeza.
Asentí levemente sin decir nada, él se puso de pie con la intención de irse pero tomé su mano con fuerza. — No se vaya, ¿puede quedarse un ratito más conmigo? por favor.
La sorpresa en su rostro era notoria, sin embargo no dijo nada, solamente se recostó a mi lado y me abrazó. Yo me acurruqué en su pecho, quedándome dormida a los pocos minutos.
Jim había sido mordido, esa fue una noticia triste. Apesar de no hablar con él me es inevitable sentirme mal por el final que tendrá, se convertirá en un caminante más.
Bostecé con cansancio, casi no dormí nada pues Jacqui me despertó para que Jim se acostara en la cama. No reproché nada, él se ve muchísimo más cansado que yo, así que no me molestaba en darle el lugar, pero hubiera deseado dormir más.
Le sonreí a Carl cuando él se sentó a mi lado. Ninguno de los dos decía nada, solamente nos manteníamos en silencio mirando el suelo y de vez en cuando jugueteábamos con nuestos pies empujándonos entre sí. Me sobresalté cuando la cabeza del pecoso se recostó sobre mi hombro, me quedé helada sin saber qué hacer al sentir mis mejillas calientes.
Odiaba esa sensación, ¿explotaré por lo roja que estoy?
No quiero averiguarlo.
— Ten —me sorprendí cuando Carl me tendía sus carritos —. Te los ganaste, no adiviné.
Sonreí, tomando los carritos. — Gracias, Carl.
— ¿Me dirás tus nombres? —me cuestionó el pecoso, haciendo ojitos de cachorro.
Me encantaría decirle que sí pero recuerdo que me llamó malvada y se me pasa, además, me encanta que se muera de la curiosidad. — Noup —dije con una sonrisita.
Él me miró con reproche. — ¡Por favor, Thea!
Negué, riendo bajito. —Te quedarás con la duda.
Sus quejidos me hicieron reír más alto. — Soy curioso, ¡por favor dime!
— No y doy por terminado este tema. ¡Caso cerrado!
— ¡Thea!
— ¡Carl!
Abracé a Eli por última vez. Morales y su familia habían decidido separarse para ir a buscar a los suyos y refugiarse con ellos, en Birmingham. Espero que lleguen a salvo.
Sorbí mi nariz, abrazando con más fuerza la muñeca que Eli me había dado. Era una linda muñequita de trapo con un vestidito morado y trenzas. Sophi me rodeó entre sus brazos, apoyé mi cabeza sobre su hombro viendo como nuestra amiga entraba al auto desanimada, despidiéndose con una mano.
Me iba a subir a la casa rodante pero mamá negó. Me sorprendí cuando Daryl tocó la bocina de la camioneta, señalándonos que subiéramos junto a él. Miré a mamá boquiabierta, ella se encogió de hombros y tomó mi mano para dirigirnos al vehículo, me ayudó a subir y luego subió ella haciendo que quedara en medio de los dos adultos.
Apoyé mi cabeza en el hombro de mamá, sonreí al ver que Carl me observaba con atención, él al notar que lo miraba se puso rojo y salió corriendo a los brazos de Rick. Reí levemente por su expresión de pánico en su cara, mamá notó esto y me dio un suave codazo en las costillas, me quejé en voz bajita para no molestar al señor Dixon que se encontraba a mi lado.
La camioneta comenzó a avanzar, seguida de la caravana y los demás vehículos. El camino era silencioso, mamá iba con la vista ida en la ventana mirando todo el camino, Daryl conducía y a veces le daba miraditas a mi mamá, cuando él notó que lo veía dejó de hacerlo haciéndome sonreír.
Daryl tiene cara de que probablemente deje en terapia a mi mamá.
De acuerdo, tal vez exageré un poco pero nunca he conocido a alguna pareja de mamá. Una vez tuvo un novio pero nunca lo conocí en persona, ella dijo que no me iba a presentar a ninguna pareja hasta que sea algo estable, dice que no quiere personas temporales en mi vida.
El resto del camino fue silencioso, me limitaba a jugar con las cosas curiosas que tenía Daryl en la camioneta o simplemente viendo la caravana de Dale a través del retrovisor. Shane manejaba y Glenn iba del lado del co-piloto, era gracioso ver como ellos se peleaban, ¿cómo sé que estaban peleando? fácil, Shane le dio un zape cuando el coreano señaló el camino incorrecto y casi se desvían, Glenn solo sonreía apenado con la vista en el mapa gigantesco que tenía entre sus manos y tapaba casi todo su rostro.
Fruncí el ceño confundida cuando la bocina de la caravana sonó y Shane indicó que se estacionarían a mitad del camino. Daryl estacionó la camioneta y los tres bajamos, Carl bajó de su auto y corrió hacia mí, Sophi llegó a los pocos segundos y los tres nos limitamos a mirar como Rick y Shane ayudaban a Jim a bajar de la casa rodante y colocarlo en el tronco de un árbol. No sabía por qué lo hacían pero tenía la sospecha de que iban a dejarlo allí.
¿Fue petición de él?
Espero que sí, sino sería una atrocidad abandonar a alguien de esa forma.
Todos se estaban despidiéndose de él. Era difícil tener que decirle adiós, lo más duro es que se convertirá en otro monstruo. Sentí mis ojos picar, indicando que las lágrimas en cualquier momento aparecerían. Carl notó como comenzaba a pestañar con rapidez, tratando de ahuyentar el llanto que se aproximaba, el pecoso tomó mi mano con delicadeza, entrelazando nuestros dedos que encajaban a la perfección.
Su tacto era cálido, reconfortante.
Tomé una bocanada de aire al sentir como el oxígeno abandonaba mis pulmones, giré mi rostro para evitar que Carl me viera con las mejillas rojas. Me tensé un poco cuando el pecoso se acercó más a mí, acortando la distancia que quedaba entre nuestros brazos.
— ¡Carl me babeaste todo el hombro! —solté un quejido al sentir mi hombro mojado debido a su saliva.
El ojiazul se despertó de golpe, limpiando su boca con su mano. — ¡Lo siento! ¡Lo siento! ¡No era mi intención! —habló demasiado rápido que apenas pude entender lo que dijo.
Sophia iba a un lado de mí, yo estaba en medio de Sophi y Carl. ¿Cómo terminé aquí? Ni yo sé, al parecer mi mamá se hartó de que mis amigos le insistieran para que fuera con ellos y terminé en el auto de Rick con Carl y Sophia peleando hasta que el pecoso se quedó dormido en mi hombro.
Los adultos rieron provocando que Carl se avergonzara más, escondiendo su rostro entre sus manos tratando de ocultar sus mejillas sonrojadas. Reí con ternura al verlo otra vez con las cachetes rojitos. Sophia lo molestaba por eso.
Ellos pelean como perros y gatos.
— ¡Sophia me vas a sacar un pulmón! —le grité a la rubia cuando se abalanzó hacia Carl haciendo que su codo y todo su peso cayera sobre mi estómago.
Sophi se separó de inmediato y se disculpó mientras le daba una mala mirada al pecoso que le sacó la lengua. Lori y Rick nos veían a través del retrovisor con una sonrisa burlona. Realmente la escena era muy cómica pues Carl y Sophia se la pasaban haciéndose caras a la vez que yo fruncía mis cejas y me cruzaba de brazos, harta de sus peleas.
El auto se detuvo y en cuestión de segundos todos ya estábamos fuera de los vehículos. El cielo gris indicaba que ya estaba a nada de anochecer. Mamá se me acercó de inmediato, colocándome detrás de ella. ¿En qué momento Daryl llegó junto a nosotras? ni idea, solamente vi como alzaba ese arco raro para lanzar las flechas en caso de que los muertos llegaran.
Le di una rápida mirada a Carl que se encontraba entre los brazos de su madre, con Rick frente a ellos con su arma en alto. A lado del señor Grimes iban Shane, Glenn y T-Dog; todos con armas.
¿Este es el momento dónde todos los hombres se hacen los héroes?
Volví a mirar a Carl, sonriendo con ternura cuando agarró una piedra del suelo para defenderse.
Hay dos opciones... O le funciona la piedra para defenderse o Sofía se la quita y lo golpea.
Veo más probable la segunda...
Mamá me agarró con fuerza la mano cuando pasamos por en medio de todos los cadáveres. El olor era horrible, idéntico al olor de aquella casa cuando encontramos a Rick, solo que eso multiplíquenlo por mil.
Al llegar al gran edificio nos llevamos la sorpresa de que todas las puertas se encontraban cerradas provocando que la desesperación llegara cuando los muertos se aproximaban. Mamá me abrazó con fuerza, me aferré a su brazo tratando de esconderme para que los caminantes no me vieran.
No me culpen, el miedo te domina.
— ¡Nos trajiste a un maldito cementerio! —el grito de Daryl me hizo sobresaltar, haciendo que abrazara con más fuerza a mi mamá.
El arquero chocó su mirada con la mía y al ver que mi pánico crecía con todos los gritos se calmó un poco. Es como si él tratase de calmarme... Cosa que era en vano pues todos gritaban desesperados, echándole la culpa al señor Grimes.
No tenía ni la menor idea de qué era lo que decían, con tantos gritos ya no sabía que era lo que íbamos a hacer.
¿Nos vamos o nos quedamos?
— La cámara. Se movió —dijo Rick, haciendo que mamá y yo nos giremos a verlo con confusión.
¿Qué hongos se comió?
Miré hacia el techo donde estaba la cámara, llevándome la sorpresa de que no estaba alucinando, si se había movido o tal vez me comí de los mismos hongos que Rick... Mamá al parecer también lo vio pues se alejó levemente de mí para acercarse al Sheriff y hablar un poco para después ambos literalmente aventarse hacia las puertas cerradas, pateando y golpeando mientras gritaban que nos dejaran entrar.
Como que esto ya se está poniendo muy rarito.
Shane fue quién se acercó hacia Rick y mamá para evitar que siguieran gritando. Al parecer ambos se habían dado por rendidos cuando Dios y todos los Ángeles se pusieron de nuestro lado y la puerta se abrió deslumbrándonos a todos por la blanquesina luz que salía del edificio.
🪐 ── 2193 palabras
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